PERRO SIN RAZA

NO TE PAGAN PARA QUE TENGAS PERSONALIDAD
Por Xósem Amero* (@xosemamero)

perroRaza

Toda oficina es un microcosmos con una diversidad de organismos que coexisten, se relacionan, se expresan. Luchan por conservar las apariencias, esconder sus dolores y demostrar que pueden ser o hacer todo lo que se les ordene. El jefe es tan rígido y frágil como el cristal. El capataz debe mostrarse estricto, severo, superior a los demás; aunque en el fondo sepa que es igual a todos. No basta estar involucrado, hay que estar comprometido. O por lo menos, hacer para que así lo parezca. Después de todo, nadie es más que un simple: perro sin raza.

Ed Harris escribe una obra que exhibe las miserias de cinco personajes que conviven en una oficina. Tres empleados deben cumplir con el deber que marca la jefa. Ella estará contenta mientras escuche el sonido de los teclados que entran datos al sistema sin parar. Es lo único que importa junto con saber de memoria las reglas y cumplirlas al pie de la letra. Los trabajadores no tienen por qué venir a la oficina con “X” o “Y” asuntos familiares o personales. Esos, que se queden en casa. Y sin embargo, de una u otra forma, los empleados cargan con sus propios demonios, sus preocupaciones, sus traumas, sus deseos. Son parte de un equipaje imposible de soltar.

Los cinco personajes están muy bien definidos. Cada uno tiene un dolor que lo aqueja y un deseo frustrado que lo atormenta. Marianna Burelli es María, la protagonista. Su interpretación hace que el público simpatice con ella desde el principio. Combina la inocencia y la picardía que requiere su papel de novata oficinista. Sus compañeros de trabajo, Juan y Elvis, le comparten algunos de sus deseos, placeres y fantasías. Dulce es la agria jefa que marca el ritmo de trabajo y Pippo es como la mascota que se expresa por medio de sentimientos, no de palabras.

El responsable de la dirección es Fernando Rovzar. Su reto mayor es darle fluidez y ritmo a una obra un poco larga (cerca de dos horas) y con múltiples cambios de escena. El resultado es favorable. Hay partes brillantes y sorprendentes como el alucine de María cuando los ve a todos interpretar un número musical. El público se involucra con cada personaje y sigue con atención las acciones de principio a fin. No hay pierde, cada historia tiene su desenlace.

“Perro sin raza” es una obra que invita a ver la vida cotidiana sin filtro. Conocer ambos lados del compañero de oficina. Su rostro y su máscara. Su alegría y su desdicha. De seguro cada espectador reconocerá caras familiares en el escenario. Es más, es posible que alcance a verse a sí mismo reflejado. Después de todo, el que es perro, sin importar la raza, sigue siendo perro.

Perro sin raza
De: Ed Harris
Dirección: Fernando Rovzar
Con: Hernán Mendoza, Norma Angélica, Marianna Burelli, Mauricio Isaac y Rocío Verdejo.

Sala Xavier Villaurrutia
Centro Cultural del Bosque. Reforma y Campo Marte.
Del 22 de enero al 22 de febrero
Jueves y viernes, 20:00 hrs; sábado 19:00 hrs; domingo 18:00 hrs.

*Xósem Amero es egresado del ITESM. En la actualidad toma el diplomado de creación literaria en la Sogem. Escribe novela, dramaturgia, guión y ensayo. En las mañanas suele correr por el bosque, en las tardes se transforma en escritor.