LA MUJER JUSTA

PARA LOS AMANTES DEL ARTE

“Para la creación, hace falta algo más… Una fuerza especial, una disciplina; o las dos cosas juntas. Creo que es a esto a lo que se suele llamar carácter…”
Sándor Márai

Por Viridiana Nárud* (@viridianaeunice)

mujerJusta

La última puesta en escena de Enrique Singer, “La Mujer Justa”, muestra la disciplina y fuerza que los años de experiencia han dado a éste director. Un inicio donde los personajes parecen espectros deambulando por el escenario, necesitados de cobrar vida para contar la historia de Sándor Márai, rinde homenaje al pintor Rembrandt; donde los claroscuros son los protagonistas de una historia.

En esta obra la música, la iluminación, la escenografía, las actuaciones, el vestuario, la dramaturgia y la dirección, forman parte de una maquinaria donde cada una de las piezas funciona de manera puntual. En ocasiones, como espectadores, nos puede llegar a parecer algo natural el acompañamiento de estos elementos en la puesta en escena, sin embargo, esta “naturalidad” se encuentra hasta cierto grado injustificada ya que cada uno de estos siete elementos implica un lenguaje por separado. En el caso de “La mujer justa” Enrique Singer maneja estos elementos hacia un discurso claro dentro de la puesta en escena, creando un equilibrio escénico; donde –cito a Guillermo Quintanilla— la antinaturalidad se vuelve un hecho natural.

“La mujer justa” es una obra escrita, en los años 40, por Sándor Márai. Narra, con una evocadora mirada, la historia de pasión y traición empleando tres monólogos que nos trasladan hacia un triángulo amoroso desde distintas perspectivas, con tres personajes: Marika, Peter y Judith. No es necesario haber leído la novela de éste escritor para quedar sorprendido por la adaptación a manos de Hugo Urquijo y Graciela Dufau. Márai, es conocido por sus frases contundentes que mueven algo dentro del espectador. En esta obra, el discurso es doloroso, de desamor, crítico de una sociedad pequeño burguesa, no sólo de los años cuarenta, sino también actual. Ésa es la belleza de las grandes obras, su atemporalidad y permanencia en la memoria de los individuos.

Las actuaciones de Verónica Langer, Juan Carlos Colombo, Tina French, Héctor Holten y Marina de Tavira son justas en una medida perfecta. No hay demasiado drama ni seriedad. Existen las encarnaciones de los actores hacia los personajes, mostrando no sólo técnica y dominio en el escenario, sino también corazón.

Enrique Singer con esta obra hace notar su carácter como director, e cual no es un recuerdo de sus grandes obras, por el contrario, su dirección se supera a sí misma y se vuelve más contundente. “La mujer justa” es una obra obligada para todos los amantes del arte y del ser humano, a través de imágenes teatrales y un discurso claro deja ver lo revelador que puede ser el teatro en la psique del ser humano, cuando existe una reflexión por parte de los creativos y sale de la comodidad del lugar común.

La Mujer Justa
De: Sándor Márai.
Dirección: Enrique Singer
Con: Verónica Langer, Juan Carlos Colombo, Mariana de Tavira, Tina Frenche y Héctor Holten.
Versión Teatral: Hugo Urquijo y Graciela Dufau
Diseños y escenografía: Víctor Zapatero
Música original: Antonio Hernández
Diseño de vestuario: Carlo Demichelis
Foto: Mariel Cortès
Sala Xavier Villaurrutia, Centro Cultural del Bosque. Paseo de la Reforma y Campo Marte.
Miércoles, jueves y viernes, 20 hrs. Sábados 19 hrs. y Domingos 18 hrs.
Hasta el 13 de diciembre

*Escritora por necesidad, teatrera por convicción. Ha trabajado como directora, dramaturga y productora teatral, ha presentado obras en foros alternativos como: El Trolebús Escénico, Foro Shakespeare, Pandeo, Lucerna… Muchas veces se ha preguntado el por qué habría de escribir. Llegó a una conclusión: la realidad no le es suficiente. Cree que el mundo exterior tiene que ser revelado a través de esclarecimiento de las ideas y por ello el ejercicio de la crítica es fundamental. Egresada de la Escuela de Escritores SOGEM.