Pogo

Por Viridiana Nárud (@viridianaeunice)

Pogo es la historia de John Wayne Gacy, un hombre que se disfrazaba de payaso para divertimento del vecindario y en la oscuridad de su sótano era un asesino serial de adolescentes. Su historia fue tan conocida que Stephen King se inspiró en él para escribir su novela “Eso”, de la cual se desprendió una franquicia cinematográfica muy lucrativa.

En México David Rodvel nos presenta una versión de “Pogo, el payaso asesino” poco clara. No es suspenso, tampoco es terror. Las convenciones dentro de esta puesta en escena se encuentran nulificadas. Las convenciones sólo sirven para hacer de la ficción una realidad y si este universo se rompe, el espectador sabe que esta dentro de una gran mentira llamada teatro. Es vital para un director entender que el teatro es una ilusión y que al romperla nosotros los espectadores sabemos que estamos ante una gran mentira. Es como el mago que revela sus trucos frente a la cámara.

Si bien es cierto que David Rodvel nos dibuja un universo poco claro, la apuesta es interesante y necesita ser depurada. Primero, la cita es en el Foro Contigo América, un espacio en la Nápoles, en extinción. La gentrificación no ha llegado a esa calle de la colonia, casas viejas que nos remontan a los años setenta; el foro en su descuido muestra el paso de los años y su historia. Ideal para contar la historia de un asesino serial de los años setenta. Al entrar, uno ve reproducciones de las obras que Pogo hizo en sus años de prisión, también ve una pequeña historia de los asesinos seriales, en el centro, sin razón aparente cuelga un traje de payaso. Traje que perteneció a John Wayne y utilizaba para entretener a niños del vecindario. Al final, la actriz se encarga de aplaudirle. Bien, esta información que estoy dando nunca es revelada. Uno no sabe que la pintura es una reproducción de Pogo, ni que el traje fue suyo.

Las actuaciones de Luis Ernesto Verdín y Daniel Mandoki permiten que la obra se mantenga. En el monólogo de John Wayne, Luis Ernesto Verdín, nos presenta a un hombre atormentado por su pasado y alter ego, sin embargo, cuando Pogo aparece, los gritos se apoderan de la escena y uno deja de escuchar lo que se dice.

Pogo es una apuesta teatral que necesita someterse a un rigor de dirección. El talento de actores se encuentra. El concepto que trata de ser una experiencia también está apuntalado, pero mal ejecutado. Se necesita un punto de vista que guíe la historia. ¿Qué se quiere mostrar en escena? ¿Qué se quiere comunicar al espectador? ¿Por qué si se tiene un objeto como el traje original de Pogo en escena y se le rinde homenaje, nosotros espectadores no sabemos? ¿Si es una historia de terror por qué no se define el universo de éste y se respeta?

Pogo es una apuesta que en su ambición se puede fragmentar. Sería necesario recordarle al director que menos es más.

POGO. Sábados 9, 16 y 23 de noviembre a las 20 hrs, Foro Contigo América (Arizona #156, Col. Nápoles)