Un artista no es un tirano

Por Viridiana Nárud

Es absurdo querer perpetuar la idea de un artista tiránico, al cual se le deben mantener todos sus caprichos por su genio creativo. En un mundo en donde el hombre vs hombre acaba con el Planeta Tierra y su propia existencia, resulta imposible justificar el maltrato de los “creadores” a sus colaboradores por un momento de crisis artística.

¿Qué es el arte?

Para comenzar su búsqueda primero es necesario enunciar aquello que no es, ya que en la negación se encuentra la respuesta.

  1. 1. El arte no es un medio para maltratar a otro ser humano.
  2. 2. Tampoco es un medio de derroche económico en momento de crisis.
  3. 3. No sirve de nada si en su búsqueda de expresar el alma y condición humana, no se cuestiona el creador a sí mismo qué es el Ser humano.
  4. 4. No es un medio de expresión para déspotas tiránicos.
  5. 5. No es un medio para perpetuar un pensamiento.
  6. 6. El arte no es un escaparate para que un público vea al artista.
  7. 7. El arte no es una expresión vana de la condición y miseria humana.
  8. 8. El arte no expresa la realidad del hombre ni de la naturaleza.
  9. 9. El arte no es un estandarte revolucionario que en su búsqueda permita al hombre que busca el arte abrir brecha sin pensar en el otro.
  10. 10. El arte no justifica los medios.
  11. 11. El arte no busca humillar a las personas y atentar contra su dignidad.
  12. 12. El arte no puede ser expresada por una institución.
  13. 13. El arte no es ausencia de sentimientos.
  14. 14. Un artista no es un tirano.
Gira 1020 de la compañía francomexicana Teatro Entre 2 en el marco de sus 10 años de trayectoria

Teatro Entre 2 celebra su trayectoria con cine teatro

La compañía celebra su trayectoria con la Gira 10.20. Lleva dos de sus espectáculos de cine teatro por distintas ciudades de México.

Por Johana Trujillo (@jOtrujilloA)

1 de septiembre, 2019

A siete meses de cumplir 10 años de trayectoria, la compañía festeja su aniversario con la Gira 10.20. Entre las ciudades que tiene confirmadas visitar están Ensenada, Tijuana, Mexicali, San Luis Potosí y Toluca.

Olivier Dautais, Arnaud Charpentier y Francia Castañeda,

Fue fundada el 1 de abril de 2010 por Francia Castañeda, Arnaud Charpentier y Olivier Dautais. Se caracterizan por hacer un taller en escena donde dejan ver todo el proceso de creación. Producen proyectos que mezclan artes como la pintura, el teatro y la música. Aunque tengan una obra terminada, nunca está concluida porque todo lo que aprenden la va alimentando.

Por ejemplo, en 2013, su espectáculo Un teatro Xico, reinauguró el Teatro Xicoténcatl de Tlaxcala creado en 1873. Intervinieron el espacio para que todo ocurriera en las butacas, los pasillos, los pasos de gato, los palcos y fuera del recinto. Pusieron especial atención en recuperar la historia del lugar y sus recuerdos. Su espectáculo multimedia El principito pintado fue premiado en 2014 como Mejor Obra Infantil por la Agrupación de Periodistas Teatrales (APT).

También han sido apoyados en tres ocasiones por México en Escena del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes.

 

Celebran con su Gira 10.20

La Gira 10.20 llevará dos de sus espectáculos de cine teatro por varias ciudades de México. Iniciarán llevando La Palmera, cuentos y mentiras para todos a la IX Semana de Teatro para Niños en el Centro de las Artes de Ensenada (1 de septiembre), Tijuana (2 de septiembre) y Mexicali (3 de septiembre).

Estarán en el Teatro Polivalente del Centro de las Artes (CEART) de San Luis Potosí el sábado 26 de octubre con La descarga aún no se ha completado. Y el domingo 27 de octubre con La Palmera. Después las presentarán en el Festival Cultural del Alfeñique en Toluca el viernes 1 y sábado 2 de noviembre, respectivamente.

La Palmera, cuentos y mentiras para todos

Espectáculo de cine teatro La Palmera, cuentos y mentiras para todos de Teatro Entre 2

Toma una estructura de “Las mil y una noches”. Varias historias se encajan unas en otras con la narración de carismáticos músicos-narradores. La música se ejecuta en vivo para viajar por la historia de un hombre que se pierde en un desierto y se encuentra a un fúrico demonio. Las imágenes de los retroproyectores son el personaje principal. La pantalla proyecta todo lo que el pintor Olivier Dautais va improvisando bajo la luz del acetato. Mágicamente, a través de su trazo, poéticos universos animan la pantalla, cual si fuera cine.

La descarga aún no se ha completado

Espectáculo de cine teatro La descarga aun no se ha completado de Teatro Entre 2

Se basa en los textos Mantenerse vivo y Ampliación del campo de batalla de Michel Houellebecq y El esclavo hombre viejo y el perrazo de Patrick Chamoiseau. En el 2017, el Festival Cervantino a través de su programa Revoluciones OFF pidió a la compañía plantear un montaje original que hablara sobre Revoluciones sociales.

Investigaron y encontraron textos relacionados con revoluciones en países como Francia, México y Haití, y específicamente sobre el tema del 68. Lo fueron escribiendo poco a poco a manera de collage. También utiliza la técnica de Cine Teatro. Todo es hecho frente a los ojos de los espectadores, incluso las imágenes y el sonido.

Si quieres conocer más de sus actividades y seguir su gira, visita: www.teatroentre2.org

Ensayo: el pueblo sabio

Por Viridiana Nárud

El sabio es capaz de ordenar o mandar porque puede encaminar o dirigir hacia un fin, sabiendo discernir entre el bien y el mal. Aunque estos conceptos pueden parecer absurdos en la actualidad, es necesario recordar que fue la promesa de hacer realidad la palabra ESPERANZA y la comanda de “el pueblo es sabio” lo que hizo ganar a un gobernante. Por lo tanto también es necesario cuestionar qué significa ser sabio y, el ser sabio, qué poder nos puede entregar como ciudadanos preocupados por la cultura. Cultura para el vocabulario popular se ha encontrado relacionado con el arte, sin embargo, ha sido un grupo de académicos el que ha decido cooptar la palabra para significar que Cultura es todo. Por lo tanto si todo es cultura nada lo es.

El sabio, según Tomás de Aquino es aquel que es capaz de contemplar la verdad y juzgar de otras verdades, así también le es propio impugnar la falsedad contraria. Entonces, para juzgar debemos conocer primeramente la verdad, que es intuida y a veces es saber inmediato. Es propio del sabio ordenar, por ello sería necesario que sean los hombres de cultura, pertenecientes al pueblo y conocedores de las necesidades de la comunidad, quienes puedan juzgar lo que es bueno para la cultura artística, porque recordemos que no existe sabiduría sin conocimiento. Así como los pueblos originarios tendrían que juzgar dentro de su comunidad los justo y sabio para ellos.

Cuando un gobierno y sus representantes ocupa el lenguaje para engañar a sus ciudadanos, utilizando un leguaje de poder carente de sustancia y verdad, es deber del pueblo escuchar lo que se dice y cuestionar la falsedad de sus premisas para ejercer su poder sobre el gobernante. Ya que su conocimiento le permite juzgar de manera honesta y sabia al gobernante. Si el pueblo es sabio dejemos que sea la misma comunidad artística que juzgue a sus compañeros y reestablezca el orden de verdad y necesidad poniendo fin al doble pensamiento prepondera en la actualidad.

Es cierto que el FONCA ha sido cobijo de artistas corruptos que han visto en este fondo una caja chica para sus caprichos, sin embargo, existen otros artistas que lo han utilizado para sobrevivir y crear obra o, como el caso de pintor Francisco Toledo, el cual utilizó el dinero para comprar libros para la Biblioteca del instituto Artes Gráficas de Oaxaca y también para crear becas para estudiantes oaxaqueños.

Que Jesusa Rodríguez una “artista” privilegiada que debe su carrera a las becas y el gobierno juzgue qué es bueno o sabio para una comunidad, no es justo y sí unilateral porque no representa a su comunidad y su conocimiento no es suficiente para hacer un aseveración como esa. Los subsidios en el arte no deben desaparecer, lo que debe desaparecer es el grupo de elite corrupto del arte, repito: es necesario y urgente la democratización del FONCA.

El arte y el poder se encuentran unidos a lo largo de la historia. No debería sorprendernos que un régimen como el actual trate de derrocar todo aquello que representa al régimen anterior, pero no olvidemos que este tipo de luchas lo único que hacen es afectar a la sociedad en su conjunto. Es la relación del arte con el individuo lo que permite el bien, y es el artista un medio de comunicación entre las personas de poder y el pueblo. El artista en sí no es poderoso, el poder radica en su discurso y en su capacidad de denuncia, de revelar al ser humano y volverlo individuo. ¿Es a esto lo que teme el gobierno actual, que los artistas denuncien la podredumbre de corrupción, la desigualdad, la pobreza, la falta de esperanza de un pueblo?

Si bien es cierto que ese bienestar del arte sobre el individuo no puede ser cuantificado como un producto de consumo, se ha demostrado a través de programas estatales que acercar el arte a las comunidades sirve para crear consciencia de la violencia y del individuo. El arte en una sociedad de consumo puede resultar completamente inútil, pero no olvidemos que es el espíritu del humano (homo sapiens) el que se beneficia. El arte es un bien en sí mismo y no un producto que beneficia al Estado.

Reseña: LA FE DE LOS CERDOS

Por Viridiana Nárud

Los cerdos mantienen la esperanza hasta el final incluso cuando ven la sangre correr a la hora de morir. Esa es la metáfora que encierra esta obra escrita por Hugo Abraham Wirth, uno de los dramaturgos mexicanos más sólidos de su generación. Quienes conocemos su dramaturgia sabemos que goza del humor negro y la transgresión, acompañadas siempre de la reflexión ¿qué es el ser humano?

Para públicos sensibles las obras de este dramaturgo pueden resultar perturbadoras, no por ello dejan de ser necesarias. En esta ocasión, el colectivo Proyecto 42 tomó en sus manos “La fe de los cerdos” y decidió hacer una interpretación del texto más simbólica que explícita. Aunque en ocasiones las actuaciones resultan desiguales, cabe destacar la capacidad de estos actores por arriesgar ante una nueva dramaturgia y sus complejidades escénicas y emocionales.

Parece que la tarea del colectivo Proyecto 42 es dar al público teatral nuevas ofertas y generar nuevas audiencias. Será necesario que continúen explorando su búsqueda. Lo importante es que han abierto una brecha en el camino del teatro mexicano. No lo pierdan.

 

LA FE DE LOS CERDOS

De Hugo Wirth
Dirección Proyecto 42.

Foro El Cubo (Julián Grajales Robles 28, Col del Valle Centro)
Funciones: Viernes 8:30 pm y Sabado 7:00 pm hasta el 29 de junio de 2019.

Boletos: $150
 

Reseña: ¡Qué arda Tebas!

o cómo criticar desde adentro sin perder el humor

Por Fredo Godínez (@AlfiePingtajo)

I – Las preguntas

¿Quién, como ser humano, soy ante el escenario?
¿Quién -como actor, dramaturgo y actor- soy ante el texto y el hecho teatral?
¿El Teatro en verdad es un género vivo?
¿El Teatro sigue confrontando?
¿Qué papel juegan en la actualidad todos los que conforman el Teatro: actores, dramaturgos, directores, críticos y público?
¿Sigue vivo el vínculo entre Teatro y espectador o es un lazo que necesita ser relegado?
¿En qué estado se encuentra el Teatro Mexicano?
¿En verdad ya está todo escrito, dramatúrgicamente hablando, o aún hay más que decir?
¿Como dramaturgo debo construir una historia que satisfaga mis necesidades estéticas o debo tomar en cuenta al otro?
Son algunas de las preguntas, quiero imaginar, que se realizó Américo del Río Ortega a la hora de concebir ¡Qué arda Tebas!

II – La trama

Una adaptación contemporánea de Edipo Rey está por alzar telón en su noche de estreno, sin embargo, los actores y la asistente del director se percatan de que uno de los actores no ha llegado. Lo han intentado localizar sin tener éxito. La compañía sugiere al director retrasar los llamados para hacer tiempo y esperar la aparición de su compañero actor. Sólo que existe un inconveniente, entre los espectadores se encuentra el Secretario de Gobernación, quien está expectante pues se le ha prometido presenciar una obra altamente crítica con la situación política del país, y será un desatino hacerlo esperar; razón por la cual el director realizará unos ajustes de último minuto.

¡Qué arda Tebas! es una puesta en escena que a través de la ironía y el sarcasmo contará al espectador una historia que ahonda en las entrañas más profundas del ámbito teatral.

III – La interpretación y el texto

¡Qué arda Tebas! de Américo del Río es un divertimento teatral y al mismo tiempo una crítica profunda y sana al ámbito en el que se desenvuelve Américo, quien además ha pasado por casi todos los roles del ámbito teatral: actor, director y dramaturgo.

Pero ¿y qué crítica la ¡Qué arda Tebas!?: el papel protagonista que, últimamente, están teniendo las Instituciones gubernamentales en el ámbito teatral; el apoyo descarado o no que algunas Instituciones o directivos tienen por apoyar o impulsar a ciertos directores por encima de otros; la extraña moda que ronda por la escena teatral: el postdrama y/o las reinterpretaciones contemporáneas de los clásicos; el ego que invade a actores y directores que ya gozan de cierto reconocimiento; el público que ha perdido su sentido crítico; entre otras cosas.

Es una puesta en escena perfectamente ensamblada, pues está actuada con una naturaleza que da la impresión de que no estamos presenciando una obra, más bien el espectador se disfraza de la sombra de cada uno de los actores en su día a día, usando argot futbolero: ejercemos, como espectadores, una marca personal a cada actor.

Juan José Tagle, director de la obra, logró con maestría darle vida al texto y se valió de un excelente elenco para darle vida a cada uno de los personajes, mismos que parecieran estar escritos exprofeso para cada uno de los actores y eso, creo, es un gran atino.
Nada sobra y nada falta, da la impresión de estar todo perfectamente calculado.

IV – Mi introspección

De unos meses para acá, poco tiempo después de que comencé a escribir reseñas para este espacio, comenzó la inquietud por comprender y analizar el por qué algunas funciones y/o espacios tenían más público que otros.

En un análisis burdo e inmediato, uno pensaría que es por dinero; pero éste no es necesariamente la limitante, siempre hay otros factores como pueden ser el tiempo de traslado, la carencia de estacionamiento, la comodidad del espacio mientras se esperar entrar a ver la obra; etc. Es una discusión que he tenido mucho con Johana Trujillo y otras amistades.

Y justo sobre esto y otras cosas más platiqué con Américo del Río, momentos antes de que comenzara una de las funciones de ¡Qué arda Tebas!, yo le comentaba que algo que tendrían que entender todos los que hacen Teatro para tener salas llenas es generando un producto pensando en el futuro espectador.

Me intentaré explicar: si yo tuviera en mis manos alguna obra de Teatro, le daría unas cuantas lecturas para comprender a fondo la historia y los personajes, e intentar visualizarla en escena. Una vez comprendida la historia, me acercaría al director que considero será capaz de dialogar mis ideas; posteriormente -junto al director- escogeríamos al elenco ideal según las características de los personajes y acorde a la capacidad de acoplamiento con el sistema de trabajo del director. Estos, considero, son los procesos primigenios para concebir un montaje redondo.

Parecería que dichas etapas las tenían bien claras tanto Américo del Río como su director Juan José Tagle, pues el amalgamiento entre la obra y los actores es maravilloso. Da la impresión de que llevan muchos años en cartelera, pues las actuaciones son precisas.
De igual forma, me parece muy plausible la formula que escogieron para realizar una crítica a los vicios que caracteriza la labor teatral en México: el sarcasmo, la ironía.

¡Qué arda Tebas! merece todos los aplausos del mundo, pues su discurso tiene la virtud de ser comprendido tanto por el público en general como el asistente asiduo al teatro, así como por la comunidad teatral.
En lo particular, me parece atractivo el diálogo que guarda con una película dirigida por Francisco Franco: Tercera llamada y me parece interesante que, al parecer, ¡Qué arda Tebas! sería la primera obra que buscar reflejar y criticar el comportamiento de la comunidad teatral.

-o-o-o-o-
“¡Qué arda Tebas!””
Dramaturgia: Américo del Río.
Dirección: Juan José Tagle.
Elenco: Lucero Trejo, Héctor Holten, Hamlet Ramírez, Samantha Coronel, Luz Olvera, Miguel Narro, Estephany Hernández y Américo del Río.
Teatro Orientación del Centro Cultural del Bosque (Paseo de la Reforma y Campo Marte s/n, Paseo de la Reforma, CDMX)
Jueves y viernes: 8PM, sábados: 7PM y domingos: 6PM.
Hasta el 16 de junio de 2019.

Reseña: Beautiful Julia

Un poema escénico sobre el amor y la libertad

Fredo Godínez (@AlfiePingtajo)*

I – Las preguntas

¿Quién soy ante mí?
¿Qué sentimientos, pensamientos y sensaciones me conforman, me definen?
¿Realmente importa lo que digan los demás sobre mí?
¿Estoy realmente siendo lo que quiero y pretendo ser o estoy siendo lo que otros desean que sea?
¿Qué nos faculta como sociedad para señalar, etiquetar o calificar al otro por lo que es o siente?
¿Lo que señalamos en el otro son “sus defectos” o su valentía para ser y sentir lo que uno, como individuo, no se atreve?
Probablemente, imagino, son algunas de las preguntas que Maribel Carrasco se realizó a la hora de escribir Beautiful Julia.

II – La trama

Beautiful Julia cuenta la historia de Daniel un adolescente de 14 años que ha sido expulsado de su escuela por problemático y ha ingresado a otra donde pretende alejarse de todo problema y comenzar de cero. Daniel es un adolescente como todos, busca su lugar en un mundo que te exige ganarte tu espacio cueste lo que cueste. Un mundo donde mostrar debilidad es el peor error del mundo. Dentro de esta inmensa lucha contra el exterior, Daniel se encuentra librando una batalla interna que lo corroe.
Conforme progresa la obra y a través de las narraciones de Julia -nuestra Virgilio- uno se irá adentrando al mundo de Daniel y la forma en que va interactuando tanto con sus padres como con el grupo de compañeros de su nueva escuela.

III – La interpretación y el texto

Beautiful Julia de Maribel Carrasco más que una obra de Teatro es un poema, un manifiesto de amor a la vida. Es un grito de auxilio y libertad. Es una mano extendida que busca salvar a alguien y rescatarse, asimismo.

Es, sin duda, una obra redonda y necesaria, pues no sólo toca el tema de lo que conlleva ser trans en un país como México, sino que también es un fiel reflejo de otra situación que afecta a los estudiantes mexicanos en -prácticamente- todos los niveles escolares: el acoso escolar.
De igual forma retrata lo podrido que estamos como sociedad al querer obligar a todo individuo a encajar sus sentimientos y comportamientos a ciertos patrones sociales, el famoso “qué dirán” o el vivir complaciendo a los demás; donde familiares, amigos y conocidos cobramos el papel de victimarios.

Las actuaciones son precisas, cero pretenciosas y admirables, pues existen buenos momentos de eso que suelen llamar: teatro físico. Además de que los personajes están perfectamente balanceados y la obra logra conectar, pues apela a la empatía; a ratos te compadeces del Ganso, en otros sufres con Daniel y en algunos más te desespera la actitud de Erick
La obra tiene muchos momentos humorísticos que sirven para dejarnos caer unas dolorosas verdades.

Algo digno de reconocer es que Beautiful Julia es una obra que invita a la reflexión, pero la autora y el director tomaron la distancia necesaria para entregarnos una historia lejana del panfleto aleccionador.
Personalmente me asombró el crecimiento que actoralmente está teniendo Fernanda Echeverría, años atrás su actuación en Pieza inconclusa para sofá y dos cuerpos me había llamado la atención; esta ocasión me cautivó.

IV – Mi introspección

El Teatro si no confronta, refleja o provoca alguna sensación, aunque sea enojo, no sirve de mucho.
Beautiful Julia, durante los noventa minutos que dura, me atrapó no sólo por la forma en que está actuada y narrada, sino por el ritmo del texto y las constantes imágenes y metáforas que enriquecen a la obra.

Conforme avanzaba la obra era inevitable no intercambiar constantemente de papeles. Todos en algún momento hemos sido el Ganso, pues queremos que alguien nos pague la factura de cuando nos tocó ser Daniel. Sin embargo, todos, constantemente somos ese Daniel que con tal de ser aceptado y no meterse en problemas es capaz de autocensurarse y ser lo que el otro nos pida ser. Todos -invariablemente- tenemos una Julia (esa especie de consciencia o ese ente que representa lo que nos gustaría ser, pero decidimos ocultar) que está ahí para sostenernos, pero también para recordarnos por qué seguimos refugiados en cierto personaje. Dicho de una forma, en algún momento hemos tenido la necesidad de crear un personaje de ficción como método de autodefensa ante la familia, los amigos y los conocidos desconocidos.
A pesar de que Beautiful Julia cuenta la historia de un joven trans que no se permite/no puede ser, debido al entorno en el que vive; también puede ser una metáfora del miedo a ser uno mismo.

¿Cuántos de ustedes/nosotros no hemos ocultado algunos gustos para encajar en ciertos grupos? ¿Cuántos de ustedes/nosotros no hemos evitado comprarnos algo o hacer algo por el simple hecho de “que ya no estás en edad de eso”? Todo eso que dejamos de hacer, ser, sentir y decir por complacer al otro, nos va matando en vida hasta convertirnos en un alguien con el que no sentimos identificación alguna.
Beautiful Julia nos invita a reflexionar sobre la situación que vive no sólo la comunidad LGBTTTQI, sino cientos de grupos vulnerables, incluyendo a las mujeres que día a día son asesinadas.

Ojalá llegue pronto el día en que dejemos de matarnos tanto física como social y sentimentalmente. A los mexicanos nos urge aprender aceptarnos los unos a los otros sin etiquetas, sin condiciones, sin restricciones. Nos urge ser y dejar ser. Nos urge entender que nadie nos pertenece ni nosotros somos propiedad de nadie más que de uno mismo.

-o-o-o-o-

Consulta la información de la obra en cartelera

*Gestor cultural y poeta en mis ratos libres. Actualmente colaboro con reseñas teatrales para Distrito Teatral, con opiniones para GlucMx y con reseñas de libros para 24Horas-Puebla y Revista Dorsia.

Crítica: LA CABRA, O ¿QUIÉN ES SYLVIA?

“EL PODER DE LO EXPLÍCITO”
Por Óscar Alberto Fontana*

El horror que causa el impacto de un hecho transgresor contra la sólida conciencia de nuestra formación moral, es, probablemente, la más punzante y perturbadora de las sensaciones. El ser humano puede tolerar infinidad de hechos, dada la enorme capacidad que tiene nuestro inconsciente para bloquear el paso a la sustancia de lo que nos resulta -inmediatamente- inadmisible, pecaminoso, impactante o culposo.

El texto de Albee pone frente a los ojos del espectador dos elementos que se erigen como las firmes columnas que soportan su ficción: por un lado, la consciencia de la moral que acota el comportamiento humano; y por el otro, la depravación que exhibe, quizá, el más oscuro impulso, lo animal, lo irracional. Digo, quizá, porque, en su obra, Martín -el protagonista- asegura haberse enamorado de una cabra; sin embargo, no podemos distinguir a ciencia cierta si ésta característica está ligada por default con lo que pudiéramos llamar perverso. Él habla de amor en repetidas ocasiones, pero lo cierto es que se enfatiza el deseo sexual. Es justamente ahí donde surge la sustancia, el tema, lo esencial en el texto de Albee.

Aunque la obra se clasifica en el género de la tragicomedia, el tono apunta a que en realidad estamos frente a una farsa. Es evidente que la dramaturgia trabaja tonalmente para generar una repulsión en el público, una sensación de rechazo ante lo que está observando, escuchando y sintiendo. La risa del público en este montaje no es cómica, sino una flagrante y angustiante fuga de estrés producto de la construcción, en su imaginació , de un ser humano teniendo sexo con un animal. Es ahí donde está el acento, el tono que finalmente desemboca en el efecto. Estamos frente a la dinámica de lo fársico: lo sexual, lo violento, lo prohibido. La gente se escandaliza, se menea en la butaca, comienza a sentirse incómoda, y es cuando la risa sale expulsada como por una chimenea para liberar tensión.

Lo anterior apunta a que todo marcha bien en el montaje; sin embargo, el estilo de las actuaciones no colabora lo suficiente para que el tono termine de lograr el efecto en el espectador. La dirección procura una serie de trazos coreográficos que dejara ver, de pronto, a los actores, inmersos en una dinámica meramente formal, sin aparente afectación por lo que está sucediendo. El texto de Albee resulta perturbador para todos, pero la forma en la que está actuado le resta dimensión. Esa falla de dirección supone una fuga importante para la distribución de la energía rumbo a la construcción climática del texto. Sin embargo, la música de Jacobo Lieberman, coadyuva a generar un ambiente retorcido, surrealista: hostil.

Ahora quisiera apuntar la mirada hacia el efecto. Me gustaría, a manera de ejercicio personal, lanzar algunas preguntas con respecto al estilo de la farsa: el grotesco. Una vez que tenemos clara la pretensión del dramaturgo y el director con la obra, podemos analizar qué tan conveniente resulta, después de haber echado mano de todos estos elementos tonales, mostrar sangre y una reproducción, casi hiperrealista, del cadáver de un animal. ¿Es necesario para el público verlo? ¿no sería mucho más contundente la imagen que han construido en sus mentes? Lo que vemos físicamente tiene un límite, está acotada por una forma; lo que no se ve, pero se imagina, es inconmensurable, variable, transformable, y, por ello mismo, abrumador. Tomo como ejemplo la escena referencial del Edipo de Sófocles, cuando el protagonista se saca los ojos. Quizá nunca se muestre esta cruenta acción en un montaje, se mantendrá oculta, pero la reproducción en la mente siempre será horrorosa y angustiante.

En esta obra, en “La cabra…”, después del impactante final, la gente sale hablando de lo real que le pareció el cadáver. Realizado con algún material que aún no adivinan, pero que seguramente los va a tener entretenidos por un par de horas más. He ahí el resultado. El apabullante poder de lo explícito que ha dejado azorado al público, pero perdido entre la curiosidad que le provoca la calidad del plástico, y el hecho de haber debilitado sus más apreciadas certezas.

* Dramaturgo, director, docente y actor.

Ensayo: ¿SE DEBE CELEBRAR EL DÍA MUNDIAL DEL TEATRO?

Por Viridiana Nárud (@viridianaeunice?

¿Se puede celebrar el día mundial del teatro cuando los artistas que no se encuentran dentro del Sistema mueren de hambre? Si el artista trabaja en una obra personal es tachado de egoísta y flojo. No tiene derecho a solicitar una beca puesto que no trabaja para una comunidad de escasos recursos ni le enseña lo que debe pensar según el Sistema. Este tipo de pensamiento es el que promueve Avelina Lesper, Jesusa Rodríguez y otros que prefieren el silencio aunque éste dañe a su gremio como Mario Bellatin.

Esparcir la idea de que el artista al hacer su arte no trabaja, no sólo es mentira, olvida la historia del arte y cómo muchos de estas personas que ahora llaman flojos, dan su vida por su quehacer artístico. En México, en los 70, existió un pintor que nadie conoce: Gerardo Zaar. Murió en la miseria sin una beca ni fama. Es uno de los pintores más enigmáticos que he visto. Su obra no se ve en museos ni galerías. Cuelga en la pared de mi tía ya que intercambiaba sus cuadros por comida.

He visto actores jóvenes perder lentamente la razón porque un actor que no actúa muere en vida. Porque al no ser parte de un grupo selecto de amigos no les dan la oportunidad. ¿El Sistema ha corrompido el espíritu del arte? No. El Sistema no ha hecho nada que los mismos representantes no hayan querido. El Sistema no es un ente que se gobierne a sí mismo. Son personas quienes lo gobiernan y lo corrompen. ¿Por ello deben dejar de existir estos apoyos? No. Más bien deben de dejar sus puestos quienes lo han corrompido y no permitir que las mismas personas lo representen. Un jurado no puede permanecer años dictaminando el X Premio Joven de Dramaturgia. Pierde frescura y se vuelve canon.

El arte es la expresión de la cultura de un país. Al buscar erradicar su voz se aniquilan las voces de aquellos que no la tienen. El arte también en buenas manos puede hacer de un país un centro de encuentro de empresarios y turismo. El caso de Venezia tendría que ser un ejemplo. Un puerto que por la peste quedó sumergido en la miseria hasta que en 1932 gracias al Festival Internacional de Venecia se vuelve a estar en la mira para después convertirse en centro de encuentro del arte gracias a este festival y la Biennal de Arte.

Dejemos que el artista haga su arte. No pretendamos que sobre él recaigan políticas que el estado no puede atender. Dignificar el trabajo del artista tendría que ser la lucha de todo aquel compañero que ostenta el poder en el senado. Crear políticas que permitan la exposición y venta de la obra tendría que ser su deber. Encargarse de que las fundaciones privadas como la Fundación Slim compren y apoyen el arte en mexicano y no que compren las baratijas de artistas consagrados. ¿No sería mejor que en lugar de retirar el apoyo a fundaciones privadas que compran arte con los impuestos de los mexicanos, compraran arte a artistas mexicanos?

No se trata de hundir un bote porque sólo unos pocos pueden estar en él. Se trata de crear nuevos barcos en donde todos tengan derecho de subir. Democratizar el arte no es eliminar los apoyos porque unos cuantos corruptos mantengan el poder. Se trata de quitar a los corruptos que corrompen al arte. El trabajo de los artistas ya se encuentra en resistencia. Piensen en todos los egresados de arte en México anualmente y en las pocas ofertas culturales que tenemos. Piensen cuántos nombres se repiten en la cartelera. Equilibrar la balanza es el deber de quienes nos mantenemos en resistencia. No de hundirla.

Reseña: ¿QUIÉN TEME A VIRGINIA WOOLF?

Por Viridiana Nárud (viridianaeunice)

¿Cómo es que debe ser el teatro en la actualidad? Existen tantas teorías, corrientes artísticas y ofertas teatrales, que cada vez parece más difícil definir lo correcto o lo incorrecto. Sin embargo, algo que no deja de ser, por lo cual muchas personas asisten, es por la necesidad emotiva. El arte explica al ser humano su humanidad. Empero, cada día se ignora más ésta.

“¿Quién teme a Virginia Woolf?” es un espectáculo de Laura Almena en donde ejecuta su maestría para poner en escena un texto de Edward Albee. El dramaturgo estadounidense es conocido por su imparable humor negro, su crítica a la burguesía norteamericana y la frialdad en sus emociones y cómo el dinero también afecta la vida de los personajes.

No me gusta ocupar adjetivos como grandiosa o maravillosa porque detrás de este lenguaje se puede ocultar un vacío que engañe al lector tratando de mostrar grandilocuencia. Lo que sí puedo hacer es expresar el por qué creo que es una obra que maravilla:
1. Durante tres horas vemos a cuatro actores interpretar un texto complejo. No sólo por su escritura, también por las tesituras emocionales que exige a los actores.
2. Hace del espectador un voyeur.
3. El voyeur disfruta de esta relación sádico masoquista entre George y Martha.
4. Nos cuestiona nuestra calidad de seres humanos sin emitir un juicio.
5. Las actuaciones de Laura Almela y Daniel Giménez Cacho muestran genialidad. Entendiendo que el genio se encuentra dotado de una energía extraordinaria y misterio. Bastan sólo unos momentos en donde estos dos actores abren su mirada al público para paralizarlo y seducirlo.

Por estas y muchas otras razones ver esta es necesaria. No sólo te pasarás un gran momento, te enamorarás del teatro y querrás ver y más…

Consulta información de su temporada en Teatro El Milagro

La inexistente búsqueda de la verdad en el teatro actual

Por Viridiana Nárud (@viridianaeunice)

Últimamente la pretensión en los títulos de las obras en el teatro actual resultan más interesantes que la obras en sí mismas. Si pudiera simplificar lo que la mayoría del teatro actual mexicano expresa, porque existen excepciones, lo haría con una palabra: Caos. Aunque pueda parecer una acusación terrible, resulta algo magnifico. Es en el Caos en donde surge la vida, es la explosión de ésta.

Pero para que del Caos surja la vida primero debemos separar los elementos. Pareciera que existe una búsqueda que se inclina por la estética fría, de enunciar la palabra sin significado, de politizar sin ser políticos y de ser filósofos sin ni siquiera tratar de desentrañar las preguntas básicas de esta materia. La retórica del lenguaje político, cada vez más decante en nuestros gobernantes, la mala educación del nuestro país y el desinterés de pensar de sus ciudadanos, ha generado una dramaturgia floja y una dirección inclinada a la estética, que ni siquiera se ha preguntado qué es esta última.
Si bien es cierto que la estética es la búsqueda de la belleza, ésta última no es elemento frío que sirve como adorno. James Hillman en su libro “El pensamiento del corazón” explica la etimología de la belleza de la siguiente manera: al corazón hay que provocarlo, hay que hacerlo salir a gritos; precisamente esa es la etimología que Marilio Ficino da a la de belleza: kallos, dice, proviene de kaleo, <>, <> (Platón). Hay que rugir furiosamente para que la belleza salga a la vida, pues los cachorros de león nacen muertos, como nuestro perezoso conformismo político…

¿No sería necesario para salir de nuestro conformismo político, intelectual y emocional, reconocer al primero? ¿Reconocer que ha sido más sencillo caer en una retórica que crear nuestra propia filosofía? Para algunos filósofos místicos como Maimonides y Wittgestein, la palabra se encuentra acompañada de la metafísica, la física y la lógica. Entendiendo por esto que la palabra y el pensamiento crean la vida. Maimónides creía que el pensamiento activo es lo que hace inmortal al hombre, para Wittgestein el pensar era lo más digno por lo qué vivir. Ambos, aunque los separan siglos, coincidían en un cuestionamiento: ¿cuál es el origen y la finalidad de las palabras? También coincidieron en que la finalidad de la palabra conlleva una decencia de vida y es también pensamiento.

Aunque la Verdad sea una ilusión, su búsqueda o destrucción de esta no debe detenerse. Es urgente que los dramaturgos actuales o futuros dejen de regodearse en la superficialidad de la palabra, y que detengan su engaño a espectadores con retórica disfrazada de silogismos falsos. Hacen falta titanes que ofrezca fuego a este mundo. Nos enfrentamos a oscuros profetas del pensamiento que nos engañan y nos quieren seducir con imágenes bonitas de mercado. La Belleza y la palabra ocultan un poder capaz de dar vida a un corazón muerto.