LA GRAVEDAD DEL SILENCIO

INTERESANTE POR MUCHAS RAZONES

Por Huitzi Catalán

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Interesante. Si me preguntan sobre la obra La Gravedad del Silencio diría que es interesante. Y bien podrían decirme que puede ser interesante bueno o interesante malo, que decir “interesante” no es decir mucho.

Tendría que explicar: la obra es interesante porque desarrolla, y desarrolla bien, varios juegos del lenguaje, como alternar entre diversos tipos de narradores, y de formas de diálogos. Es interesante porque juega con el espacio escénico, haciendo referencias a romper la cuarta pared e interactuar con el público; incluso se sale del escenario formal y lo extiende hacia la butaquería y hacia un espacio externo con medios audiovisuales.

Es interesante porque los personajes dialogan con los actores que los encarnan y hasta con la música, la escenografía y las transiciones. Es interesante porque combina escenas completamente narrativas con otras de pura pantomima y algunas mixtas.

También usaría “interesante” como eufemismo para no decir que echa mano de una anécdota por demás gastada y sin fuerza; cuenta la historia de amor entre dos artistas con conocidos estereotipos: azotados, intensos, bohemios.

Se nota un gran trabajo de dirección de Roberto Eslava, sobre todo en el trabajo con los actores, pero también porque es un gran reto para la dirección ensamblar lenguajes y momentos tan distintos en el juego escénico.

Creo que la dramaturgia de Xana Sousa y Jorge Chávez Caballero es debilona, porque no escapa de lugares comunes sobre un tema muy tratado; es una dramaturgia debilona porque al texto le falta fuerza para transmitir e involucrarnos en el drama. Las actuaciones cubren, de alguna forma, esta debilidad del texto. En escena destaca Jorge Chávez por encima de Xana Sousa, desplegando una maravillosa técnica de pantomima, que sorprende por sí misma.

LA GRAVEDAD DEL SILENCIO
Dramaturgia Jorge Chávez y Xana Souza
Dirección Roberto Eslava
Foto: Ernesto Reynoso
Jueves a las 20:30 hrs, $200.
Teatro La Capilla (Madrid 13, Coyoacán)
Hasta el 25 de febrero

LA BELLEZA

NOS FALTÓ LA EMOCIÓN

Las cosas que tú dices ser bellas, si lo bello es alguna cosa, ¿serán por lo bello mismo?
Sócrates.
Por Viridiana Nárud @viridianaeunice

LABELLEZA
‘La Belleza’ obra escrita y dirigida por David Olguín hace un cuestionamiento acerca de los conceptos de la belleza y su realidad. Está inspirada en la vida Theodor Lent, esposo de Julia Pastrana, conocida como la mujer oso, puercoespín. Julia, fue una mujer que nació en Sinaloa a principio del siglo XIX y fue parte del freak show de Theodor. Murió a los 26 años al dar a luz.

En conferencia de prensa, David Olguín, dice que es una historia de pasión. En teoría el espectador debería ver cómo este personaje masculino, interpretado por Laura Almena, cae en un abismo de perdición provocado por esa pasión que ha despertado esa mujer quien resulta hermosa para los ojos de ese hombre. También nos dice Olguín, que con esta obra trata de regresar la emocionalidad al teatro, aunque se encuentra fragmentada por cuadros y escenas, sin perseguir una lógica narrativa clásica del teatro, y sin llegar a ser posdramático.

Lo cierto es que esta obra se queda corta al tratar de mostrar la emocionalidad de los personaje en escena. Nunca logramos ver la perversión, el amor y pasión de estos dos personajes. Lo que si vemos son cuadros escénicos que el director ha creado y que a los actores, pareciera, les gusta llegar a esa pose para mostrar la belleza de la obra. Sin embargo, la creación estos cuadros en la obra no refleja ningún tipo de emoción y sí una estética plástica.

Henri Cartier-Bresson decía acerca de la fotografía que ésta debía ser como un cuento de Maupassant. Es decir narrar una historia. Así que si un director de teatro está preocupado por crear un cuadro que pueda ser fotografiado tendría que preocuparse porque esta imagen no sea sólo bonita, sino que cuente una historia al ser retratada y que el espectador pueda recordarla eternamente preguntándose qué es lo que pasa en la escena.
La historia del teatro ha mostrado la evolución en su narrativa y cómo ha sido capaz de adentrarse en la psique de los personajes dejando ver los abismos a los cuales puede hundirse el hombre, exponiendo los cambios en las sociedades. Tal ha sido su cambio que ha llegado al posdramático. Empero, Olguín pareciera intentar generar una fusión entre el pasado y el presente del teatro. Sólo que no regresa esa emocionalidad a la cual él apela. Aún se encuentra lejana.

“La Belleza” de Olguín no muestra la decadencia de ningún personaje, aunque en el discurso del autor se dice que sí. Por ello hago este señalamiento. Porque no se ha mostrado y, sobre todo, no se ha sido congruente con el discurso del autor ya en escena.

David Olguín ha dicho que desea regresar la emocionalidad al teatro, entonces, que muestre las emociones de sus personajes o sus carencias. Porque que un actor llore durante una hora no significa que el espectador haya hecho conexión. Eso lo puedo decir ya que mi acompañante se durmió durante la obra. Ese es el público el que me ocupa. Un público que no desea saber de teatro ni alabar a nadie, sino que desea sentir algo al ver la obra.

Las actuaciones de Mauricio Pimentel, Laura Almela y Rodrigo Espinosa no muestran nada nuevo que no hayamos visto antes en ellos. Una Almena quien al iniciar la obra con una tesitura emocional tan alta, ya no logra ir a otro lugar. Pimentel, quien interpreta a una mujer de quien se dijo era una dama, se encuentra sobreactuado. Y Rodrigo Espinosa, siempre es impecable.

La pregunta para David Olguín, quien es maestro en la Escuela Nacional de Arte Teatral (ENAT) es, ¿para quién hace teatro? ¿Para sus jóvenes alumnos quienes admiran su trabajo? O ¿para ese público que busca un encuentro consigo mismo a través del otro?

La sociedades han cambiado, dejemos que esos cambios permeen al teatro mexicano. Tal vez de esa manera las audiencias comiencen a crecer y dejemos de ver a nuestros amigos en los teatros.

LA BELLEZA
Dirección y dramaturgia: David Olguín.
Elenco: Laura Almela, Mauricio Pimentel, Rodrigo Espinosa.
Jueves y viernes 20:30 horas, sábados 19:00 horas y domingos 18:00 horas
Boletos: Entrada general $200. Descuento a estudiantes, maestros, INAPAM $100.
Del 11 de febrero al 10 de abril

LA DECONSTRUCCIÓN DE PAULA

NEGARSE A SER QUIEN SE ES

Llegar a ser quien eres y no quien debes ser.
Una máxima del destino

Por Viridiana Nárud @viridianeunice

DECONSTRUCCION

“La deconstrucción de Paula” aborda la problemática de una mujer que se ha negado a ser quien es para formar parte del estereotipo social y materno acerca del ser mujer y cómo es que ésta debe comportarse. Cansada de la imposición social, Paula, cuestiona ¿qué es ser mujer?

La autora y actriz de la obra Fatima P. Arias, aborda de manera muy literal la problemática entre la madre verdugo y la hija víctima de los deseos de ésta. Si bien es cierto que el subtexto queda aniquilado, se encuentra una puesta en escena en una búsqueda, tratando de crear un discurso con el espectador y creativos, como escenografía, vestuario e iluminación.

Es cierto que el ritmo cae varias veces, no sólo por la dirección sino por un problema del texto que en ocasiones se muestra confuso en abordar el conflicto, ya que hace giños a la vida transgénero de una niña, sólo que ese tema se queda en las tinieblas sin ser abordado nunca. Sin embargo, es un trabajo honesto que merece ser visto ya que hace una reflexión ontológica que a todos nos interesa, ¿quién soy?

LA DECONSTRUCCIÓN DE PAULA
Autor: Fátima Arias
Director : Ireli Vazquez
Reparto: Fátima Arias / Alina Hernández
Género: Contemporáneo
Teatro El Granero
Paseo de la Reforma y Campo Marte s/n, Paseo de la Reforma, Miguel Hidalgo, 11560 Ciudad de México, D.F.
Jueves y viernes a las 20:00 horas, sábados a las 19:00 horas y domingosa a las 18:00 horas.
Hasta el 14 de marzo. Boletos en Ticketmaster

CONTRACCIONES

UNA EMPRESA PUEDE ARREBATAR EL ALMA

“La tristeza de un alma es expresada en la belleza de las cosas”. Alex Gibney

Por Viridiana Nárud @viridianaeunice

CONTRACCIONES

En una sociedad donde el silencio y la falta de empatía imperan, tal vez sea necesario observar los pequeños detalles para entendernos con el otro, como observar aquello que expresa su cuerpo. El cuerpo no miente, dice un viejo dicho.

Todas las tardes, a las seis de la tarde, que camino por la avenida Insurgentes, puedo ver un desfíle de lo que he nombrado “la marcha zombie”. A esta hora todos los godinez salen de sus oficinas para regresar a sus casas. La mayoría de las personas parten apresuradas con audífonos puestos, su mirada fija en su celular, su cuerpo comprimido. No desean el contacto humano, sin embargo, se pasan -la mayoría de las veces- en facebook tratando de mostrar su “maravillosa vida” dentro y fuera de la oficina, jugando candy crush o, esperando el viernes para emborracharse con sus colegas de oficina.

Su trabajo, en muchas ocasiones ha absorbido su capacidad de interactuar con el otro. Por ello no es de extrañarse que las relaciones amorosas y amistosas se den dentro de la oficina. Pero ¿qué pasa cuando tu único medio de interacción -como la oficina- con el otro te impide relacionarte? Eso es lo que trata de abordar ‘Contracciones’ obra de Mike Bartlett (Reino Unido).

En palabras del director esta obra trata de demostrar cómo es que “las empresas desean tener el control absoluto de tus deseos y la vida de los empleados” ya que mejoran su productividad. El tema resulta sumamente interesante para todos aquellos que trabajan para grandes corporativos transnacionales o burócratas que han perdido su vida, literalmente, en sus puestos de trabajo.

La gran tarea del director en esta obra es acercar esta problemática, que pareciera lejana, a un país como el nuestro. ¿Por qué parece lejana? Debido a la falta de empresas trasnacionales que permitan la fácil contratación. Para pertenecer a una de estas empresas y tener grandes oportunidades de crecimiento económico y profesional, como mexicano, debes haber estudiado en alguna de las grandes escuelas privadas en México. Con grandes, me refiero a su alto costo.

Una de las principales problemáticas de la obra es la falta de empatía con espectador, y no es por la dramaturgia. La elección del director de mostrarnos un diseño escenográfico que no es funcional debido a que entorpece la visión del espectador, sin lograr dibujar un mundo que genere un símbolo, hace que la fuerza dramática de los personajes se pierda conforme transcurre la obra. También los trazos de dirección son poco afortunados aunque logran una coreografía entre las actrices. Realmente estos trazos no dicen mucho en acciones que dialoguen con la vida interna o externa del personaje.

La iluminación se encuentra llena de matices que hablan de la vida interior del personaje, es parte esencial para comprender qué les sucede. En las actuaciones nos enfrentamos ante una Aída López, quien ya hemos visto en diferentes puestas en escena, demasiado técnica. Es una actriz que se repite a sí misma, empero, es necesario mencionar que esa rigidez actoral permite que este personaje “de la gerente” se vea nutrido y adecuado en escena. En el caso de Carmen Mastache vemos a una actriz entregada, que ha sabido matizar los estados de ánimo por los cuales su personaje habita, llevando al espectador a un viaje donde la soledad de este espíritu y desolación, acompañado de humor negro, prevalecen.
En una dramaturgia tan interesante como la que se nos presenta en “Contracciones” sería necesario poner atención en el silencio de aquello que no es nombrado, como esa falta de voluntad en las personas a cambio de dinero. La historia detrás del arte. Por ejemplo, la muerte de Young, trabajador de Foxconn, quien se suicidó por haber perdido un iphone dentro de la empresa.

El arte expresa con belleza la tristeza de las cosas, y aunque existen problemáticas en esta obra debido a la dirección de Alejandro Velis, no está demás verla y ver cómo una empresa puede arrebatar el alma, voluntad y amor a las personas.

CONTRACCIONES
Dirección: Alejandro Velis
Dramaturgia: Mike Bartlett.
Con: Aída López y Carmen Mastache
Funciones: Lunes y Martes 20 hrs. Hasta el 23 de febrero.
Dónde: Teatro El Granero de Centro Cultural del Bosque. Paseo de la Reforma y Campo Marte s/n, Paseo de la Reforma, Miguel Hidalgo, 11560 Ciudad de México, D.F.
Boletos en Ticketmaster.

LA ANARQUISTA

INCOMODIDAD ANTE LA ZONA DE CONFORT

“Los atormentados no pueden ser liberados por la psquiatría. No la necesitan. Les hace falta amor”.
David Mamet
Por Viridiana Nárud @viridianaeunice

anarquista

David Mamet es un dramaturgo, ensayista, guionista y director de obras de teatro y cinematográficas. Ha escrito obras que han sido nominadas al “Oscar” y ganó el premio Pulitzer. En la película “El cartero siempre llama dos veces”, Mamet pone en la gran pantalla todas sus teorías y reflexiones acerca de la buena escritura. Pensamientos que podemos encontrar en el libro “Los tres usos del cuchillo”. Además, Jack Nicholson, un actor que se dio a conocer -en su juventud- por la buena elección de historias, interpreta al personaje principal de esta película. Todo esto es sólo para enunciar la importancia del autor.

Mamet se ha convertido en un referente en la dramaturgia y el cine por la creación de sus diálogos y situaciones dramáticas, siempre inesperadas y de un ritmo imperante; además de sus ensayos. Por lo tanto, al ir a ver las obras de este autor, el espectador tendrá pocas veces para quedarse en una zona de confort.

“La Anarquista”, dramaturgia de David Mamet, trata de una mujer encarcelada por haber sido partícipe de un atentado terrorista en el cual murieron dos policías. Treinta años después de haber sido encarcelada pide ser liberada ya que su padre se encuentra gravemente enfermo.

“La Anarquista”, se presenta en el Foro Lucerna, es dirigida por Enrique Singer, director que se ha dado a conocer por sus múltiples facetas y la elección de sus obras. Singer, no se repite a sí mismo y trata siempre de cambiar. No es la primera vez que toma en sus manos una obra de este escritor. Ya antes vimos su trabajo en “Oleana” y “El éxito a cualquier precio”.

En esta ocasión, no vemos a un Singer cobijado por las instituciones y sí por un grupo joven que está dispuesto a arriesgar todo para obtener éxito en taquilla, Petit Comité, producción que está a manos de Samuel Sosa y cuestionar qué se gana o pierde en esta otra cara del director.

Al hablar de las actuaciones de Lisa Owen y Marina de Tavira, habrá que ser puntual en una falla que afecta la interacción y atención del espectador. En el inicio la voz de Lisa Owen, quien interpreta a La Anarquista, es muy baja y difícil de escuchar. Conforme pasa la obra, la actriz se muestra más segura y domina el escenario con su presencia y todo se acomoda en un lugar en donde la fuerza del diálogo nos sumerge en un abismo que nos hace cuestionar no sólo nuestro interior, sino a nuestro gobierno. Cito a Mamet para explicar lo que sucede en esta puesta en escena ‘los actores […] emocionan al público ante su interpretación porque (el espectador) teme por su alma’.

En la iluminación, a manos de Gabriel Pascal, se nos muestra un mundo demasiado literal. En este caso sería necesario citar a William Blake, ‘nada real puede tener un comienzo literal’. En eso radica la belleza el arte, porque muestra la realidad de una manera libre sin ataduras a una lógica racional. Sería necesario que Pascal nos dibujara a través de distintos matices lumínicos la realidad emocional de los personajes y, de esta manera sumergirnos en la magia del hecho escénico.

La grandeza de los directores que llegan a una edad con reconocimientos y éxitos de taquilla, no sólo radica en la elección de sus compañeros creativos que darán vida a la imagen que se ha generado en su imaginario; también se expresa en la capacidad de riesgo y no repetirse. Así es como se nos muestra esta puesta en escena, anárquica y, un Singer que reafirma su incomodidad ante la zona de confort. El riesgo que toma el director, es algo que vale la pena correr ya que deja una sensación de impotencia no sólo por la vida del personaje, sino por la situación que hoy vive el mundo.

Dirección: Enrique Singer.
Dramaturgia: David Mamet.
Actuaciones. Lisa Owen y Marina de Tavira.
Escenografía e iluminación: Gabriel Pascal.
Dónde: Foro Lucerna.

BAJO LA MIRADA DE LAS MOSCAS

ESPECTADORES DE LO TRÁGICO

Por Óscar Alberto Fontana* (@fontanaoscar)

bajoMoscas

Una familia formada por madre, hijo y sobrino se ven envueltos en una dinámica de constantes enfrentamientos y agresiones. A raíz de una importante decisión que la madre ha tenido que tomar respecto a la vida y muerte de su hermana, se desencadenan una serie de dinámicas y ataques que buscan venganza. Los secretos, lo que se calla, lo que se ignora y también lo que se grita, forma parte de la guerra en la cual están inmersos todos sus integrantes.

El texto del canadiense Michel Marc Bouchard – a quien recordamos también por su obra“Tom en la granja”- pretende hacer una metáfora acerca de la putrefacción que sufre la humanidad y la excesiva violencia de la cual somos parte. Si bien es un texto que para muchos espectadores puede resultar atractivo e incluso provocador, es menester mencionar que tampoco es un texto sencillo en su interpretación.

La dirección de Boris Schoemann propone un ambiente impecable en el cual contrasta la inmundicia propia de un muladar, con la pulcritud que se mantiene al interior de la casa. Cabe destacar que la propuesta escenográfica de Xóchitl González ayuda a que el ambiente se logre; muebles negros y cortinas blancas hacen que la escena adquiera la fuerza que constantemente requiere.

Como antes mencioné, no es un texto sencillo. De tal manera que pueden distinguirse algunas carencias en las actuaciones. El personaje que interpreta Antón Araiza es posiblemente uno de los más complejos. La mayor parte del tiempo está en escena y tiene un gran número de textos, algunos muy largos y complejos. Sin embargo, logra a un personaje conflictuado y con una gran necesidad de vengar la muerte de su madre. Quizá el tratamiento subrepticio que imprime al personaje, coadyuve a que salga avante de manera convincente.

Con este montaje, Pilar Pellicer celebra más de cincuenta años de carrera; sin embargo y desafortunadamente su personaje no logra alcanzar la brillantez que esperaríamos. La mayor parte de la obra se ve apocada, en un tono que no genera algún movimiento emotivo en ella. Espero que su personaje adquiera mayor fuerza y termine por modificarnos de algún modo, pero no sucede.

Los personajes que interpretan Miguel Romero, Pilar Boliver y Teté Espinoza, hacen que la obra adquiera tempo: ritmo. Evitan que el espectador caiga rendido de cansancio ante la saturación de enfrentamientos y ataques que mantienen en un estado de tensión constante.

Bajo la mirada de las moscas es un montaje que tendríamos que ver. Vale la pena que desafiemos nuestra capacidad de atención y abramos la puerta a autores que son poco montados, pero que definitivamente están cargados de argumentos que vale la pena descifrar.

BAJO LA MIRADA DE LAS MOSCAS
De: Michel Marc Bouchard
Dirección: Boris Schoemann
Elenco: Pilar Pellicer, Antón Araiza, Teté Espinoza, Constantino Morán, Miguel Romero, Pilar Boliver, Mercedes Olea, Stefanie Izquierdo.
Funciones: Miércoles, Jueves y viernes 20:00 Hrs ; Sábados 19:00 y Domingos 18:00 Hrs.
Hasta el 07 de Febrero.
Teatro el galeón del Centro Cultural del Bosque
(Paseo de la reforma y campo marte s/n)

*Actor / Dramaturgo / Teatrista

Facebook.com/oscaralfontana

oscar.fontana@distritoteatral.mx

MI PAPÁ NO ES SANTO NI ENMASCARADO DE PLATA

“Lo popular no conoce el deseo, sólo placeres.” Roland Barthes.
Por Viridiana Nárud @viridianaeunice

mipapahelenico

El Foro la Gruta se encuentra ubicado en una de las colonias más caras del Distrito Federal. La Guadalupe Inn, está cerca del centro de San Ángel, la Parroquia de San Sebastián Chimalistac, entre otros. Si uno conoce bien la zona, sabe que estos barrios no son populares y sí muy exclusivos. Así que la idea de esta producción sobre generar un “teatro de barrio para el barrio” es poco congruente. Tal vez el eslogan más correcto sería: “hacer teatro en los barrios en búsqueda de institucionalizarse”.

En teoría la obra trata de Axel y David, dos jóvenes quienes se preparan para ser boxeadores. El padre de Axel ve reflejado en su hijo su pasado y sus miedos. David, un joven graffitero quien quiere conocer quién es su padre, es entrenado por su madre quien le esconde la identidad de su padre. La realidad es que vemos a un padre agresivo, melodramático, que lastima a su hijo Axel para que gane, cosa que nunca sucede. Me pregunto, ¿cómo un boxeador que siempre pierde puede llegar a las finales? También, en medio de la nada se nos es revelado la historia de amor entre los padres de estos dos muchachos, así como un secreto que jamás fue esperado por el espectador.

Si bien es cierto que “Mi papá no es santo ni enmascarado de plata” se creó en los talleres que se imparten en Carretera 45, ubicado en la Obrera, esta obra no pretende realmente un encuentro con los jóvenes del barrio. De ser así, su reestreno hubiese sido en una zona marginada y con precios más accesibles. Esto es sólo para señalar la falta de congruencia por parte de sus creadores.

Por otro lado, se nos vende una obra donde la liberación del yugo paterno y materno es el centro de la trama. Por lo que estos dos jóvenes deben de luchar en contra de todas las normas sociales establecidas para lograr su propia identidad, superando así la pobreza y los ideales que sus padres tienen respecto de ellos. Por ello el ring, el box, para mostrar la lucha entre dos cuerpos en igualdad de circunstancias y liberarse de toda atadura.

Sin embargo, esto jamás sucede en escena ni en la dramaturgia. El texto de Antonio Zuñiga es endeble, puede ser golpeado por todos lados, y no podrá sostener una estructura ya que no rompe con ningún paradigma. En la realidad, lo que nosotros vemos en escena son a dos jóvenes poco relacionados con el box y el graffitti; una historia de amor entre una mujer y un hombre que jamás se nos anuncia a los espectadores, cuerpos flojos que no tienen idea del combate escénico. Todo, absolutamente todo, aparece, se conflictúa y resuelve de manera fortuita. No existen personajes humanos enfrentándose a su humanidad ni a todas estas dudas que conlleva el dejar el barrio, oponerse a sus padres y ser uno mismo.

La puesta en escena es poco arriesgada, y eso se muestra en su escenografía que expone un gimnasio de box típico con graffitis de película gringa. Hubiese sido necesario que el grupo de creativos en esta obra hiciera un estudio de lo que es en realidad el mundo del boxeo, el graffiti, la existencia humana y el barrio. No por hacer teatro o impartir un taller en el barrio te hace conocedor del barrio.

Mi papá no es santo ni enmascarado de plata
Dirección: Sixto Castro Santillán.
Dramaturgia: Antonio Zuñiga.
Elenco: Erandeni Durán, Christian Cortés, Julian Estreada, Dravid Bravo o Alexis Briseño.
Diseño de escenografía e iluminación: Natalia Sedano.
Sábados y domingos 13:00 hrs
Hasta el 28 de febrero
Foro Carretera 45 Teatro
Juan Lucas de Lassaga No. 122. Col. Obrera.

LA GAVIOTA

EL VUELO DE LO HUMANO

Por Óscar Alberto Fontana (@fontanaoscar)

LaGaviota

Escrita en 1896, “La gaviota” del autor soviético Antón Chéjov, es un referente indiscutible del teatro realista del siglo XIX. En esta (como en todas sus obras) confiere a sus personajes de un inquietante universo interno, y en consecuencia, un flagrante desafío para los actores que buscan interpretarlo. Chéjov pone en evidencia con esta pieza, las inagotables carencias que el ser humano posee, y su evidente imposibilidad para lidiar con ellas. De tal suerte que para entenderlo mejor, habría quizá, que tener en cuenta la forma en la que estaba estructurado su pensamiento: “Todo el sentido y todo el drama del hombre se encuentran en su interior y no en sus manifestaciones exteriores”.

Después de más de una década de haber sido dirigida por Iona Weissberg, Diego del Río decide adaptar el texto y emprender un ambicioso vuelo. Su dirección pretende hacer más asequible la obra de Chéjov al público; sin embargo la adaptación (en ocasiones) se torna pesada y la dirección no colabora a que esto no suceda. La idea de tener a los actores visibles al público la mayor parte del tiempo, atrae ineluctablemente el foco, generando una fuga de atención a lo realmente importante: la acción en escena. El recurso rompe todo el tiempo con la convención y segmenta la atención en el espectador. Es plausible el riesgo que toma Del Río con este recurso, sin embargo en una obra de dos horas se vuelve un largo y fatigoso viaje para el público, amén de no resultar tan efectivo. El manejo del tiempo es otro de los aspectos que han sido descuidados por la dirección, resulta poco creíble que después de dos años donde los personajes han sufrido cambios significativos en sus vidas, se perciban exactamente igual que al inicio; aspecto que no debe pasarse por alto en una obra de tales características.

En lo que respecta a la escenografía, Auda Caraza y Atenea Chávez, proponen un espacio casi vacío donde sólo vemos un ropero blanco que al inicio hace las veces del escenario; sin embargo la propuesta no sitúa la acción en ninguna parte. Por desgracia, ésta no coadyuva a que la obra se torne interesante, de modo que resulta cansado un escenario que se mantiene inmóvil todo el tiempo, y que bien podría – debido a su naturaleza- establecer un diálogo más estrecho con el argumento y con los personajes.

En lo correspondiente al trabajo actoral, se percibe en equilibrio. Odiseo Bichir propone un Sorin macilento y abatido por la enfermedad; mientras que Blanca Guerra, construye – por segunda ocasión- a una consagrada actriz que desdeña la tediosa vida campirana. En lo que respecta a Mauricio García Lozano, logra un Trigorin a la medida de las exigencias del texto: un personaje lleno de inseguridades, de discordias y frustraciones que va develando furtivamente. En general, el reparto logra un trabajo digno de reconocimiento.

“La gaviota” sigue resultando sumamente actual, anacrónica, a pesar del paso del tiempo. Quedará para siempre a la disposición de quienes deseen llevarla a escena en distintas épocas y circunstancias, recordándonos que somos tan vulnerables como humanos: inermes siempre al menor estímulo.

LA GAVIOTA
De Antón Chéjov
Dirección y adaptación: Diego del Río
Elenco: Blanca Guerra, Odiseo Bichir, Mauricio García Lozano, José Sampedro, Paulette Hernández, Adriana Llabrés, Carlos Valencia, Pablo Bracho, Pilar Flores del Valle.
Funciones de lunes a sábados 20:30 Hrs, domingos 18:00Hrs.
Hasta el 08 de Enero
Teatro principal del Foro Shakespeare
(Zamora 07, Col Condesa)

*Actor / Dramaturgo / Teatrista
Facebook.com/oscaralfontana
oscar.fontana@distritoteatral.mx

BESTIARIO HUMANO

PRIMERA PARTE DE UNA TRILOGÍA

Nuestra lealtad es para las especie y el planeta. Nuestra obligación de sobrevivir no es sólo para nosotros mismos sino también para ese cosmos, antiguo y vasto del cual derivamos.
Carl Sagan.

Por Viridiana Nárud

Bestiario

“Bestiario Humano” pertenece a una trilogía llamada Biótica, la cuál, en palabras del director y autor Diego Álvarez “analiza la relación entre el hombre y el resto de las especies del planeta. El objetivo es explicar la extinción masiva que sucede hoy en día desde una perspectiva social, política y biológica. “
Para entender esta obra debemos saber que es el resultado de un proceso de investigación por parte del grupo Principio: investigadores escénicos. “Bestiario Humano” es la primera parte de la trilogía y como tal se notan las bases para la evolución de éste trabajo.

En “Bestiario Humano” aún encontramos la relación que tiene el autor entre el mundo narrativo y el postdramático (entendiendo que la teoría del postdrama trata de restar importancia al texto de la obra). En esta primera parte de la trilogía encontramos un texto documental y ficcional que trata de denunciar y hacer reflexionar al espectador a través de la enunciación y denuncia de las guerras que han vivido países oprimidos como el caso de África. Esta denuncia se complementa con la ayuda de un dispositivo multimedia creada por Daniel Primo.

Lo que vemos en “Bestiario Humano” es la búsqueda del autor de su propia identidad. Ya que todavía en esta primera parte de la trilogía existen puntos donde la obra cae y pierde el ritmo. Como en los casos en que las actrices comienzan a enunciar las fechas de las guerras o lo que ha sucedido en la historia de estos países. Algo que en “Animalia”, segunda parte de la trilogía, se encuentra más madura ya que el texto pierde importancia y es el dispositivo escénico el que tiene la fuerza narrativa.
Si bien es cierto que el exceso de información hace que al público se le dificulte entender la obra, ya que no sólo son las actrices que en ocasiones manifiestan la historia sino también el dispositivo multimedia, que de la mano de estas mujeres, proyecta fechas e imágenes de los países oprimidos. Estas proyecciones no permiten leer todo lo acontecido.
La fuerza resurge y el ritmo se levanta cuando el discurso de estos investigadores se une. Esos momentos son los aquellos donde el texto se encuentra casi aniquilado y abren paso a las imágenes y sensaciones generadas por las actuaciones; la multimedia, la iluminación y el diseño sonoro.
Cabe mencionar que el diseño sonoro a cargo de Isai Flores, se encuentra bien pensado y no se parece el sonido como algo externo a la obra sino un complemento de ella. Lo importante en esta obra no es el conflicto, sino todo el mecanismo escénico generado por este grupo de investigadores. Su importancia radica en que tratan de generar nuevos canales de comunicación con el espectador dejando atrás el modelo clásico de la narrativa teatral.

Como director, Diego Álvarez, aún muestra incomodidad al presentarse en espacios más grandes –como el Teatro Sergio Magaña o el Juan Ruiz de Alarcón– que los alternativos Teatro La Capilla y el desaparecido Foro El Bicho. Esto se nota en cómo los actores transitan el espacio y se ven perdidos en ocasiones. Sin embargo, siempre es interesante ver la evolución de este joven director que crece con cada obra. Ya que en cada proyecto del joven director muestra el resultado de sus reflexiones en las investigaciones.

Por otra parte, es necesario denunciar que las jóvenes compañías que se presentan en el Teatro Sergio Magaña, encuentran grandes dificultades para atraer audiencia no sólo local sino externa. Esto se debe no sólo a los malos tratos de las personas en taquilla, quienes casi siempre se encuentran malhumoradas, sino también a la mala difusión o inexistente por parte de este espacio y el Sistema de Teatros.

Existe una realidad en el teatro independiente mexicano, las becas o apoyos institucionales o por parte de fondeadoras no son suficientes. Así que estas jóvenes productoras no pueden invertir en publicidad para atraer nuevos espectadores. El teatro Sergio Magaña, pareciera ser habitado sólo por los trabajadores, aventureros o amantes del teatro que se atreven a ir hasta Santa María la Ribera. Es necesario que los habitantes de esta colonia creen lazos con un espacio cultural y deseen ir a él. Esto se logra a través de programas culturales que rehabiliten este espacio y que los costos para sus habitantes sea más accesible.

El teatro necesita espectadores y sistemas que lo apoyen. Así se crea una cadena que apoya a toda una comunidad teatral y social.

BESTIARIO HUMANO
Dramaturgia y dirección: Diego Álvarez Robledo
Elenco: Veronica Bravo, Rosalba Castellanos, Sofía Sylwin, Miriam Romero y Lucía Uribe.
Dispositivo multimedia y videoproyección: Daniel Primo.
Escenografía e iluminación: Diego Álvarez Robledo.
Música y diseño sonoro: Isaí Flores.
Teatro Sergio Magaña (Sor Juana Inés de la Cruz 114, Santa María la Ribera)
Hasta el 6 de diciembre
$132 general

CAMINO A FORT COLLINS

UNA PECULIAR HISTORIA DE AMOR
Por Huitzi Catalán

COLLINS

Conocí a Martín Zapata con “El Siniestro Plan” de Vintila Radezcu y quedé embobado por su dramaturgia; desde ese día entró en mi altar de los escritores. La pluma de Martín conjuga todos los elementos de una escritura profunda: pericia narrativa, diálogos perfectos, sutileza, ritmo, progresión dramática. Es poesía puesta en escena.

Bajo estos mismos parámetros, Zapata nos presenta “Camino a Fort Collins”. En la idea de explorar la cultura popular de Estados Unidos en los años cincuenta, este dramaturgo termina presentándonos una hermosa y muy peculiar historia de amor cósmico. No es un reto pequeño: en medio de una serie de significados muy encuadrados, este dramaturgo logra escapar del lugar común y entregarnos un drama que nos mantiene al borde de la butaca.

Las actuaciones de Daniel Domínguez y Diana Sedano están voladas: son profundas, significativas y vibrantes. Desde luego que ahí se nota el gran trabajo de dirección que realiza el mismo Martín Zapata e, insisto, la gran maestría en la escritura; Zapata ganó, con esta obra el Premio Bellas Artes de Dramaturgia Baja California 2014.

El trabajo de iluminación es precioso y perfecto, tan sutil y natural que uno no lo nota hasta que se pone a pensar en ello. Palmas para Alejandro Luna por ello.

CAMINO A FORT COLLINS
Dramaturgia y dirección: Martín Zapata
Con: Saniel Domínguez y Diana Sedano
Jueves y viernes 20:00 horas / Sábados 19:00 horas / Domingos 18:00 horas
Hasta el 6 de diciembre,
$150 general
Teatro Santa Catarina (Santa Catarina 10, Coyoacán)