La Dulzura

Por Viridiana Nárud

La Dulzura es una obra escrita por David Olguín, interpretada por Laura Almela y Daphne Keller. El conflicto es sencillo y claro: una madre e hija se enfrentan después de la muerte del padre, un secreto muy oscuro tiene que ser revelado. Sin embargo, el conflicto se desdibuja y apunta a distintas cosas que nos extravían como espectador.

Tenemos una escenografía que simula una sala de interrogatorio: una mesa y dos sillas, lo que avisa de antemano que esto será una batalla entre madre e hija. Comienza la obra hablando de Freya, gata que pertenecía al padre y que por el nombre que tiene invoca a la diosa nórdica del mismo nombre, la cual es descrita como la diosa del amor y la belleza. Durante la obra reinará la analogía entre la gata y la madre, lo que desencarna el celo de la hija por el amor del padre.

Pero hay algo en la trama, algo que no conecta y que pareciera producto de distintas ocurrencias. El conflicto principal se desdibuja al inicio de la obra porque el gran misterio es revelado sin la mayor oposición de la madre, aunque se trata de mantener la tensión debido a ese “secreto” no se logra; después se encuentra este juego del lenguaje que trata de avanzar dramáticamente por medio de un juego en cual sólo se contesta y pregunta por medio de una palabra. El listado o enunciación de las palabras y su secuencia tendrían que dibujar en la mente del espectador un hecho, pero no se logra.

También se encuentra este juego de la magia y el ritual. El muerto es invocado por la hija y se supone que tendría que estar presente en medio de la ausencia. ¿Por qué no se logra que el muerto esté presente en esa noche en donde cobra vida a través de la palabra para vengar a la madre? Porque la palabra no tiene fuerza, porque la evocación de Lázaro no es suficiente para traerlo a la vida.

La magia y el ritual tienen sus propias reglas y ellas tienen su peso en la palabra, el silencio y en las acciones. Que es algo que no respeta el autor en esta obra. Por eso la evocación del padre y la miseria que con él trae no queda conjurada en la obra.