EL PRÍNCIPE FELIZ

EL ORO NO ES LA FELICIDAD
Por Xósem Amero (@XosemAmero)*

PrincipeFeliz

Había una ciudad hace mucho, mucho tiempo, donde los ricos vivían despreocupados mientras los pobres, que eran mayoría, sufrían hambre y frío. Una ciudad donde se admiraba lo hermoso, lo elegante, lo lujoso. Y es que lo que no tiene esas cualidades, no sirve para nada. Los pobres son pobres porque quieren, son flojos. La dicha está destinada a unos cuantos para que la gocen. Para entender la realidad de otra manera es necesario atreverse a verla desde otra perspectiva, con otros ojos para apreciar que la felicidad radica en lo que se puede hacer por los demás y no en lo que se tiene. El arte y placer de dar son las cosas más importantes en la vida: el príncipe feliz.

Enrique Cahero y Olga Cassab toman el cuento de Oscar Wilde y lo convierten en un musical que conserva la esencia del relato original. Un príncipe que en vida nunca conoció la desdicha pues en la mansión de la despreocupación, donde habitaba, no se le permitía la entrada al dolor. Su estatua dorada, colocada sobre una columna en lo alto de la ciudad, era admirada y respetada por todos los pobladores porque era muy hermosa y simbolizaba la alegría eterna. Sin embargo, la realidad era muy distinta. El príncipe estaba muy triste al darse cuenta de la miseria en que vivían los pobres y el egoísmo de los ricos.

Los protagonistas de esta historia son el Príncipe Feliz, personificado por Óscar Piñero, y la golondrina, Sofía Silva. Ambos personajes tienen su encanto particular y proyectan los valores que promueve el cuento. A Óscar le toca representar la sabiduría y compasión del monarca que enseña y guía al joven a hacer lo correcto. Sofía es la libertad, la pasión juvenil que vuela de un lado a otro. A ella le toca ser la discípula que aprenderá que el amor está en la profundidad del ser y no en la apariencia. Ambos actores entienden su rol y transmiten su sentir en sus diálogos, acciones y canciones.

Emmanuel Márquez dirige al elenco de quince actores en escena. Los musicales no son nada fáciles. En este caso, la combinación de coreografías y diálogos en conjunto sale bien librada. En las canciones corales se usa playback. Es la mejor opción para obras con recursos limitados. Los solos, que sí se cantan en vivo, llevan el riesgo de exponer al cantante a que por momentos no se le escuche bien, no se le entienda o se sature el sonido. Sin ser profesionales del canto, queda claro que todos ponen lo mejor de sí mismos para sacar adelante sus piezas.

El Príncipe Feliz es una entrañable historia de valores para toda la familia. Un cuento de hadas llevado a musical que cumple con las funciones de divertir a los pequeños, hacer reflexionar a los adultos y dejar un mensaje de que en la vida las cosas no tienen que quedarse como están. Siempre hay una opción diferente, otro camino por el que se puede transitar hacia la felicidad.

El Príncipe Feliz
De: Cahero – Cassab
Basado en el cuento de Óscar Wilde
Dirección: Emmanuel Márquez
Con: Óscar Piñero, Sofía Silva, Diana Avellaneda, Rodolfo Padilla, Cristhian Vasa, Pamela Ramírez, Joyce Yeo, René Delgadillo, Rubén Egeo, Mathías Figueroa, Daniel Mejía, Dan Alcocer, Lorena Olguín, Karina Miranda y Eduardo López.

Teatro Hidalgo
Av. Hidalgo 23, Colonia Guerrero.
A partir del 3 de enero
Funciones Sábados y Domingos 11:30 am y 1:30 pm
Boletos desde $80
Foto: Lía Rueda

*Xósem Amero es egresado del ITESM. En la actualidad toma el diplomado de creación literaria en la Sogem. Escribe novela, dramaturgia, guión y ensayo. En las mañanas suele correr por el bosque, en las tardes se transforma en escritor.

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