Mientras veía en Facebook la conferencia de prensa del Colegio de Productores de Teatro y Recio sobre 25 medidas para mitigar el impacto del COVID-19 en las artes escénicas me encontré con un comentario de Pilar Boliver que decía:
“El público es “también” fuente de ingresos para la actividad teatral y precisamente ese va a escasear, por obvias razones!! Muchas obras… poco público. Que onda con el público? Como los llevaremos a las salas?”
Y dado que a mi mente le gusta resolver retos, mi impulso fue responder a cómo los llevaremos a las salas. Comparto algunas ideas que llegaron a mi cabeza:
Desde ahora enviar un mismo correo a todas las bases de espectadores que tienen los teatros de Red de Espacios Culturales Independientes Organizados CDMX así como de compañías y otros foros que tengan dicha estrategia de públicos para preguntarles a sus espectadores:
¿cómo es su situación ahora y cómo ven que será al salir?
¿cómo quieren mantenerse en contacto con el teatro?
¿qué quieren volver a ver en las salas?
¿Qué tienen que hacer los teatros y compañías para volverlos a ver en las salas cuando el aislamiento termine?
¿Cómo quieren mantenerse en contacto con los teatros y compañías desde ahora?
Enviar un código de descuento o pase “nos vemos pronto” y mediante un formulario elegir las obras y teatros en los que le gustaría hacerlos válidos para empezar a hacer una lista de “pre reservaciones” que los teatros confirmarán una vez que ya estén abiertos.
Juntar en una misma base todos los espectadores de teatro que tienen y hacer conversatorios compartiendo el proceso creativo de las obras que son del agrado del público.
Cada compañía mantener contacto con sus espectadores haciendo las mismas preguntas del punto a y si no tienen una base de datos de sus espectadores será buen momento para iniciar una campaña en redes sociales para llamar a todas esas personas que conocen su trabajo.
Reflexionar en qué ha funcionado y qué no ha funcionado para acercar al público al teatro y empezar a trabajar en ello desde ahora.
Recordar los aprendizajes que les dejó en 2008 la influenza H1N1 y en 2019 el terremoto y qué hicieron para convocar al público con menos butacas para mantener la sana distancia.
Al final de dicha conferencia Ana Francis Mur, de las Reinas Chulas, respondió a los que se preocupaban por eso con:
Campañas de mucha imaginación
Por otro lado, esa conferencia de prensa también me dejó pensando en tres retos que tendrá la comunidad de CDMX al regresar:
Hay más espectáculos que teatro (y por eso proponen el punto 17 que es una coordinación entre espacios institucionales y espacios independientes para programar a espectáculos. Más invito a indagar en dicho reto y encontrar más estrategias)
El retraso en los pagos a los artistas por parte de las instituciones
La desigualdad socioeconómica de nuestro país que quedó más evidente con el coronavirus.
Yo conocía poco y nada sobre el Fonca. Mi relación con esta Institución se dio cuando Moisés Rosas Silva -Secretario Ejecutivo del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Puebla (CECAP) en 2013- fue requerido por Rafael Tovar y de Teresa para asumir la Dirección General del Fonca. En ese momento quise saber a dónde se iba el Secretario del CECAP con el que había comenzado a tener una relación amistosa. Muchos meses después, me ofreció -a través de Joaquín Alonso, su mano derecha y quien había sido mi jefe directo en la Dirección de Museos del CECAP- la oportunidad de unirme a su equipo en el Fonca. Sin dudarlo, acepté. Siempre tuve el sueño de vivir en la CDMX y trabajar en CONACULTA, Moisés Rosas me estaba abriendo la puerta.
La primera tarea que me dieron fue investigar todo lo que pudiera encontrar en internet sobre el Fonca y cada uno de sus programas. Busqué por todos lados, realicé resúmenes de cada programa, hasta llegar a casi una exposición sucinta del mismo. Y sí, también leí las Reglas de Operación y Tercer Convenio Modificatorio al Contrato de Mandato.
Necesitaba conocer bien a dónde iba a ir parar.
El Programa que tuve a mi cargo por año y medio fue México en Escena, luego debido a mi gran interacción con la comunidad artística que comencé a tener apoyé al Programa de Creadores Escénicos en lo respectivo a la difusión de sus proyectos y después me hice cargo de las Redes Sociales.
I – Antes del Fonca
En agosto de 2014, la revista Tierra Adentro publicó un interesante artículo dedicado a analizar el papel de las becas artísticas y principalmente del Fonca en el desarrollo cultural de México; lo titularon: La República de las Becas. Un repaso al sistema de apoyo a creadores. El número lo coordinó Alicia Quiñones, quien abre el repaso con el texto: Antes del Fonca; donde comenta que el término “política cultura” es reciente y uno de los impulsores es José Vasconcelos:
“Cuando estuvo al frente de la Secretaría de Educación Pública y Bellas Artes (1921-1924) promovió ‘la educación estética del pueblo’, una especie de revolución o reeducación social que incluía la formación en artes plásticas, literatura, música y danza en educación básica; asimismo, impulsó el movimiento muralista mexicano y creó una fuerte campaña sobre el libro y las bibliotecas”
Empero, José Luis Martínez Hernández en el texto El estado mexicano y la creación artística -publicado dentro del libro Arte y Cultura en Movimiento. 20 años del Fonca– comenta:
“La tradición mexicana de apoyo y estímulo a sus creadores se remonta al mundo prehispánico, donde a todos aquellos que demostraban aptitudes para la danza, el canto, las artes escénicas y manuales se les eximía del pago de tributos, contribuyendo además a su alimentación y subsistencia. Durante los tres siglos del virreinato, este apoyo toma nuevas formas venidas de Europa, como el mecenazgo y el encargo de obra, en particular en la arquitectura, la escultura, la puntura y las artes aplicadas”
En ese mismo texto comenta en unas notas al pie:
“Maximiliano de Habsburgo otorgó, en 1886, una beca a Melesio Morales para estudiar en Italia. El presidente Porfirio Díaz y Justo Sierra apoyaron con una beca a Ricardo Castro para perfeccionar su educación musical en Europa y a Roberto Montenegro para estudiar en Madrid y París. En 1907, Teodoro Dehesa, gobernador del Estado de Veracruz, dio una beca a Diego Rivera para estudiar en Europa”.
A esas políticas culturas iniciadas por Vasconcelos desde su paso por la UNAM comenzarían a rendir frutos con la creación del Instituto Nacional de Bellas Artes en 1946 durante el gobierno de Miguel Alemán y posteriormente con la creación del Consejo Nacional para Cultura y las Artes en Diciembre de 1988.
II – Creación del Fonca
En Arte y Cultura en Movimiento. 20 años del Fonca, Héctor Vasconcelos en el texto Orígenes, escrito exprofeso para dicha publicación, comenta:
“Acaso una de las primeras formulaciones del concepto de un fondo para la creación artística tuvo lugar en un cuarto del King´s College de la Universidad de Cambridge. Corría el año del Señor -diría Thomas Mann- de 1970. Octavio Paz, a la sazón titular de la Cátedra Simón Bolívar de dicha universidad británica, solía visitar con su esposa, Marie-Jose, mi cuarto de estudiante, a veces solos, otras veces en compañía de amigos comunes como Eliza Breton (viuda de André), John Kenneth Galbraith, Lucía Santa Cruz, Claudio Arrau y otros. Recuerdo que ahí hablamos de la conveniencia de que en México existiesen mayores estímulos estatales para la creatividad artística. Galbraith, con quien yo había tomado un curso sobre financiamiento de las artes en Harvard, sostenía que en ninguna parte del mundo la cultura es sustentable por sí misma a través de los mecanismos del mercado: el Estado o la iniciativa privada debían subsanar déficits”.
Alicia Quiñones -en el artículo mencionado líneas arriba- señala que Octavio Paz escribe en 1975 el artículo Declaración de a libertad del arte en Excélsior y comparte el siguiente extracto:
“Es bueno que se pida la colaboración de escritores y artistas para, entre todos, buscar la manera de cambiar la orientación, efectivamente burocrática, de las actividades del Estado en materia de literatura y de arte […] debe gastarse menos en administración y más en ayuda de los creadores y productores de arte y literatura […] el INBA debería de dar becas a los escritores y artistas jóvenes. Lo ideal sería construir un fondo para el fomento a la literatura y el arte, que funcionase de manera independiente y destinado a ayudar a escritores y artistas dentro de la máxima libertad estética e ideológica”.
Ese mismo año en la revista Plural, escritores como: Octavio Paz, Luis Villoro, Salvador Elizondo, Gabriel Zaid, Juan García Ponce, José Revueltas, José de la Colina, Vicente Leñero, Carlos Monsiváis, Alí Chumacero, Jorge Ibargüengoitia, María Luisa Mendoza, José Emilio Pacheco, Carlos Pellicer, Rodolfo Usigli, Fernando Benítez, Tomás Segovia, Julieta Campos, Jaime García Terrés, Emilio Carballido, Elena Poniatowska y Juan José Arreola, publicaron una declaración bajo el título de Ideas para un Fondo de las Artes; donde -según Quiñones:
“se proponía que la Institución rectora de estos apoyos debía ser autónoma, que concentrara y distribuyera recursos destinados a la creación y promoción del arte de diferentes dependencias, pero que a su vez no formara parte de la administración pública; se planteaba, pues, una descentralización de la vida cultural, que apoyara a los creadores en distintos estados de la República, destinando la mitad del presupuesto para este fin”.
Y más adelante, Quiñones comparte un extracto de dicha carta:
“Todos los subsidios otorgados estarán sujetos a escrutinio público, a través de una lista donde se indicará quién recibe cuánto para hacer qué. También será públicos los ingresos de la junta, los jurados, visitadores, el administrador y el personal administrativo. […] Hemos sido testigos, en nuestra época, de la reaparición del prejuicio bárbaro que atribuye al Estado poderes especiales en el campo de la creación literaria; también hemos sido testigos de sus nefastos resultados, lo mismo en el campo del arte que en el de la moral: obras mediocres y literatos serviles. Esta observación es aplicable a las otras artes no verbales, como la música, la pintura, la escultura y la arquitectura”.
Sin embargo, tuvieron que pasar quince años para que un 2 de marzo de 1989 se creará el Mandato Irrevocable Número 10886-1, denominado Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA), donde según reza el Mandato:
“la Secretaría de Educación Pública, a través de “El Mandante”, celebró con el “El Mandatario”, en aquel entonces Sociedad Nacional de Crédito, hoy Sociedad Anónima, un contrato de mandato cuya finalidad consistió en la creación de un mecanismo financiero mediante el cual recibieran donativos del Estado y de la sociedad civil para apoyar la creación y difusión de los bienes artísticos y culturales, así como la conservación de nuestro patrimonio cultural. A dicho contrato de mandato se le identificó como Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (en los sucesivo “el Mandato”), para tal efecto, se otorgó un monto de cinco mil millones de pesos en la unidad monetaria vigente en esa fecha[1]”
A partir de ese momento la comunidad cultural en conjunto con las autoridades gubernamentales dieron vida al Fonca.
III – 31 años del Fonca
A lo largo de los 31 años de existencia, el Fonca ha tenido como Directores Generales a: Héctor Vasconcelos, María Cristina García Cepeda, José Luis Martínez, Mario Espinosa Ricalde, Raúl Zorrilla, Martha Cantú Alvarado, Irma Caire Obregón, Moisés Rosas Silva, Juan Meliá Huerta, Mario Bellatin, Marina Núñez Bespalova y, actualmente, Adriana Konzevik Cabib.
Tiene y ha tenido los siguientes Programas: Sistema Nacional de Creadores de Arte (SNCA), Jóvenes Creadores, Creadores Escénicos, Músicos Tradicionales Mexicanos, Compañía Nacional de Teatro (CNT), Programa de Producción Radiofónica, Concurso de Producción Radiofónica, Centro de Experimentación y Producción de Música Contemporánea (Cepromusic), Centro de Producción de Danza Contemporánea (Ceprodac), Estudio de Ópera y Bellas Artes (EOBA), Fomento a Proyectos y Coinversiones Culturales, México en Escena, Teatro para la Comunidad Teatral, Programa “Edmundo Valadés” de Apoyo a la Edición de Revistas Independientes, Encuentro Nacional de las Artes Escénicas (Enartes), Becas para Estudios en el Extranjero, Programa de Residencias Artísticas, Programas de Residencias Artísticas para Creadores de Iberoamérica y de Haití en México, Programa de Apoyo a la Traducción de Obras Mexicanas a Lenguas Extranjeras (ProTrad), Artes Aplicadas, Cátedra Cultura de México, Apoyos Especiales, Programa México: Puerta de las Américas, Programa Escritores en Lenguas Indígenas, Premio Nacional de Artes y Literatura; entre otros. Recientemente se han anexado al Fonca: Programa de Estímulos a la Creación y Desarrollo Artístico (PECDA) y Fondo Regional para la Cultura y las Artes (FORCA).
Y según el mismo Fonca, en estos 31 años ha otorgado 22,826 apoyos, estímulos y becas a la creación artística en 96 disciplinas y especialidades, y ha apoyado a más de 19,000 creadores individuales y 3,825 grupos artísticos con distintas vocaciones y lenguajes. Todo eso se ha reflejado en: más de 125 mil obras en las siguientes disciplinas: Artes aplicadas, Artes visuales, Artes y Tradiciones Populares, Circo, Danza, Diseño, Arquitectura, Gestión y estudios culturales, Historia, Interdisciplina, Letras, Letras en lenguas indígenas, Medios audiovisuales, Música, Restauración y Teatro.
IV – Extinción del Fonca
El pasado 2 de abril del año en curso, se publicó en el Diario Oficial de la Federación un Decreto por el cual se ordenaba la extinción inmediata de los fideicomisos existentes en distintas áreas del Gobierno.
El 7 de abril, después de unos días de silencio que sirvieron para cimbrar el miedo y la especulación, Alejandra Frausto -Secretaria de Cultura Federal- informó que: 7 fideicomisos desaparecerán y hemos hecho todo lo posiblemente legal para defender la permanencia del Fonca, Foprocine y San Ildefonso. Luego aclaro que todo está en manos de Irma Sandoval, titular de Secretaría de Función Pública, y de Arturo Herrera, titular de Hacienda.
Días posteriores, Irma Eréndira Sandoval -Secretaria de Función Pública- acusó sin hacer distinciones que todos los fideicomisos gozaban de “opacidad y corrupción”.
El pasado 17 de abril, la Secretaría de Cultura compartió un comunicado donde se informaba lo referente a los fideicomisos que existían dentro de la misma. Sobre el Fonca se dijo:
“el Fonca será incorporado a la estructura orgánica de la Secretaría de Cultura, lo que permitirá contar con reglas de operación claras, transparentes y sin espacio a la corrupción. Además de dotarlo de certeza jurídica, reconociendo como un Sistema Nacional de Creadores que abarca desde los jóvenes creadores de los estados hasta los eméritos en todos los campos de la creación[2]”.
Lo trazado por toda una comunidad cultural se decidió tirar por la borda. El subtexto deja claro que el actual régimen veía al Fonca y la comunidad cultural como entes corruptos. Y si quedan dudas, habrá que recordar el tweet de Irma Eréndira Sandoval ese mismo día:
“Se acabó el FONCA salinista, nacido para controlar a los rebeldes y premiar a los compadres.
Nace un nuevo sistema de apoyo transparente a todos los creadores del país.
Al siguiente día comentó lo siguiente, también en Twitter:
“Serénense artistas.
1) Es un hecho histórico que Salina creó FONCA en marzo de 1989, para mitigar las críticas al fraude electoral.
2) Pero “origen no es destino” y por supuesto que reconozco la gran valía de la comunidad artística.
3) Hoy @cultura_mx tiene rango SECRETARIAL
[…]
Flaco favor hacen a la cultura quienes añoran las formas del pasado.”[4]
Si alguien tenía dudas de la extinción del Fonca, Irma Eréndira Sandoval -y no Alejandra Frausto– lo dejo bien en claro.
El Fonca tal y como se conoce paso a la Historia y de las formas más erróneas. Se ha acusado a dicha Institución de forma arbitraria y sin tener pruebas, concretas, en la mano.
Como bien explica Christopher Domínguez Michael en un artículo publicado en Letras Libres[5], la extinción del Fonca de parte de este régimen obedece a un acto de mala fe.
Por otro lado, Pedro Ángel Palou en su columna Desestimar la cultura, publicada el pasado miércoles en Contra Réplica-Puebla; deja en claro la relevancia que el Fonca tuvo para la Cultura de México:
“[…] el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes ha sido todo menos clientelar, ha sido transparente y ha permitido que jóvenes de todo el país pudieran existir en el concierto cultural, sin tenerse que ir por vez primera a la capital del país. Miles de proyectos culturales han visto la luz, se han desarrollado y han florecido gracias a los estímulos del Fondo. Es un profundo error prescindir de un mecanismo -como todos, perfectible- que en este tiempo nos ha permitido crecer con menos inequidad y promover decididamente el teatro, la danza, la música, las artes plásticas, la literatura, las lenguas indígenas, los proyectos de coinversión, la investigación cultural y artística. Museos, revistas, editoriales independientes, compañías de teatro y danza, a lo largo y ancho de la república sin otro compromiso que el de crear”[6].
El daño está hecho y el Fonca, tal y como lo conocemos dejará de existir paulatinamente.
En su portal, Letras Libres reunió varias voces de miembros de la comunidad artístico-cultural hablando sobre el “asesinato” que el régimen de Andrés Manuel López Obrador le realizó al Fonca. Vale la pena leerlo: Adiós al Fonca tal y como lo conocemos[7].
Colofón
Muchos en redes sociales festejan, pues han entendido que el Fonca fue salvado. La ceguera o el apoyo ciego a este régimen nos les permite ver la realidad. Y lo dijo claramente, Marina Núñez Bespalova en la entrevista que días atrás tuvo en Noticias 22[8]:
“lo vamos a poner en estructura a través de una Dirección General. Aprovechamos el único decreto que existe, que es el del Sistema Nacional de Creadores (SNCA) y en ese decreto vamos a incluir otros Programas, además del SNCA. […] Ahora lo que vamos a hacer es integrar este Sistema, realmente hacerlo un Sistema; vamos a integrar a Jóvenes Creadores, vamos a integrar algunas otras piezas que pueden hablarnos de todo un cuerpo, de un todo. Así como casi siempre se hacen símiles con el Sistema Nacional de Investigadores, por ejemplo, donde hay distintas categorías de investigación, algo muy similar estamos intentando formar con el SNCA. Esto le va a dar certeza jurídica a, como mínimo, 7 programas que maneja el Fonca. […] No va a desaparecer ningún Programa. Se están reordenando. […] El Fonca no va a cambiar sus mecanismos de selección. […] Lo sustancial del Fonca, el corazón del Fonca, ese permanece. […] Es un proceso largo. De la noche a la mañana no se cambia de figura. Esto continua. […] tenemos la gran posibilidad de que el Fonca sea o como se llame la Dirección General […]
En resumidas cuentas, van a buscar conservar la esencia del Fonca; pero este se ha extinguido tal y como lo conocemos, se pensó y configuró por algunas de las plumas y artistas más brillantes que ha tenido México. Ni siquiera saben si por mera nostalgia se va a seguir llamando Fonca o no.
Habrá que estar vigilantes.
Posdata: Este mismo día en el portal electrónico de Gluc (https://gluc.mx/) podrán encontrar mi columna intitulada: Defender al Fonca es pelear por la Historia Cultural de México, donde abordo mis motivos y razones por las cuales muchos tendríamos que estar obligados a defender este tipo de Instituciones y Programas.
Fuentes:
Fondo Nacional para la Cultura y las Artes. 18 años de inversión en el patrimonio vivo de México. (México, 2006).
Arte y Cultura en Movimiento. 20 años del Fonca. (México, 2010).
La República de las Becas. Un repaso al sistema de apoyo a creadores. Revista Tierra Adentro (México, 2014).
Cuando el arte de hablar se denigra, se obliga al otro a escuchar. Se olvida que el oyente tiene una boca, que tiene derecho y una necesidad de pensar. Cuando uno como espectador sabe desde un inicio cómo va a terminar la obra es que lo que esa obra expresa ya se ha dicho antes. Esto es lo que sucede en “La certeza del amanecer”.
De regreso a mi casa, decepcionada de mi aventura teatral, traté de dilucidar por qué últimamente que asisto a obras de teatro prefiero no hacer una crítica o peor aún, dejar de ir al teatro. Así que comencé a desentrañar los hechos que hicieron de esta obra algo que ya he visto y que me hicieron regresar a casa decepcionada.
1. La escenografía: las gazas puestas sobre el escenario para hacer unas cuantas video proyecciones y ocultar la fealdad de la escenografía, sólo provocan que el espectador se aleje. Uno no puede ver los rostros de las actrices ni sus emociones. Además, cuando una escenografía es inútil siempre falla. Lo que sucedió. Uno de los tubos de las gazas cayó.
2. Las actuaciones: En México rendimos honor al melodrama, no ruso, que tanto fascina a nuestra escena teatral, sino al de las telenovelas. Durante cincuenta minutos tenemos a dos actrices sin un arco de transformación que gritan mucho y poco sienten. Gritar no es entender el texto ni actuarlo. La excepción es Yulleni Vertti, que sabe seducir desde un inicio al espectador.
3. La dirección: Cada escena que transcurre se encuentra desprovista de deseos y necesidades. El único arco de transformación que vemos en escena es en la escenografía. Vemos cómo de unas gazas mal cocidas, que nos introducen a un mundo de sueños, caen, dejando a su paso la fealdad del espacio.
4. La iluminación desafocada.
5. La dramaturgia: aunque se vende como pieza, este género no se encuentra. No existe una anagnórisis de los personajes ni el horror que este produce ante su reconocimiento. Al poco tiempo de estar escuchando la obra, pude saberse que terminaría con la frase que da título a la obra y con el desencuentro de éstas dos hermanas.
Por último, los creativos están en su derecho a expresarse, empero, deben tener en consideración que el otro invierte su tiempo e ilusión de alejarse de este mundo. De lo contrario, por qué tendría que sentarse a lado de extraños en un espacio oscuro. Invito a este grupo creativo, más que a la crítica, a la autocrítica, que sepan escuchar lo que dicen y ver lo que muestran. Seguramente obtendrán más respuestas en ese ejercicio.
Mi sueño de vivir y habitar en la CDMX se cumplió en 2014 cuando fui invitado a trabajar en el Fonca como Coordinador del Programa Nacional “México en Escena”. En ese entonces, poco o nada sabía sobre las artes escénicas. Además de ir conociendo a las compañías y sus proyectos -cruciales para el desarrollo cultural del país-, me fijé la meta de conocer uno a uno los espacios escénicos que estaban dentro de mi programa. Después vino la curiosidad de acercarme y conocer cuáles son los procesos para que el espectador pueda disfrutar de una obra.
En esos procesos de ir conociendo espacios apoyados por el Fonca, comencé a frecuentar otros espacios que, ya sea por el marketing o las obras atractivas que albergaban, me llamaban la atención. La primera vez que conocí el Teatro Milán/Foro Lucerna fue cuando asistí a ver la obra: Pulmones, actuada por Ana González Bello y Roberto Cavazos. Al salir, me esperé para felicitar a Ana, pues su actuación me había asombrado. Tiempo después coincidiríamos como público en Adiós y buena suerte que se estaba presentando en el Foro A Poco No; a partir de allí comenzaríamos una linda amistad teatrera que me fue haciendo nexos con tanta gente hermosa como Roberto Cavazos, Héctor Berzunza, José Ramón Berganza, María Panella, Hamlet Ramírez; por nombrar algunos. Relaciones que se fueron aderezando con cervezas para festejar el inicio o cierre de alguna temporada.
Es para mí, una disciplina y obligación moral ver puestas en escena donde estén involucradas personas que quiero y admiro.
Me gusta acompañar sus procesos y presenciar su evolución.
II – La interpretación y el texto
Reynolds Robledo es uno de los dramaturgos que han llamado demasiado mi atención. Su capacidad para manejar distintos niveles de humor y crear historias tan complejas como la vida misma son algo que siempre he apreciado de sus obras. Lobos por corderos, Sonámbulos y Réquiem son algunas de las obras que ha escrito y he tenido la fortuna de ver montadas.
Mañana, su más reciente obra, era muy atractiva para mí, por muchos sentidos: tiene dos amigos en su elenco (Ana González Bello y Héctor Berzunza), otro dirigiendo la obra (Cristian Magaloni) y dos más en el equipo de producción (Eloy Hernández y Ana Kupfer). A eso le sumo que la trama me parecía interesante y urgente para los tiempos que se están viviendo en México.
Mañana retrata la historia de Bran y Joel, una pareja que desear adoptar a Mila, quien tendrá que elegir entre ellos y otra pareja; el tiempo está encima, pues la pareja está por mudarse a Tierra 2; un mundo similar al que conocemos, pero corregido y perfeccionado. Un día como cualquier otro, la familia nuclear se reúne en casa de Bran y Joel para cenar y cual drama alemán (Festen), se desatan una serie de acontecimientos que marcarán el destino de esta pareja: el padre padece Alzheimer y la esposa quiere abandonarlo, así como otros sucesos que involucran a la hermana de Bran.
Robledo es muy optimista en Mañana, pues nos plantea un mundo donde ya no existen los prejuicios sociales y morales quedaron en el pasado, los niños son tratados como lo que son: seres inteligentes y, sobre todo, donde el amor parece ser el verdadero motor que mueve al mundo. Y digo optimista, pues México está rezagado en temas de derechos humanos, sexuales, sociales y de equidad; y este escenario parece muy lejano para nuestro país.
III – Mi introspección
Ver Mañana tenía tres alicientes: ver el progreso escénico de dos amigos queridos, conocer la reacción que tendrían mis papás ante temas -porqué católicos y poblanos- podrían incomodarles y festejar mi cumpleaños número treintaicinco.
Los objetivos se cumplieron.
Ana González Bello demuestra lo que dejo ver en Happy: hay una actriz con capacidad de manejar personajes complejos, sin olvidar su sello particular; y a leguas se nota su disciplina para trabajar en la escena. Por otro lado, Héctor Berzunza sigue demostrando una capacidad asombrosa para manejar con precisión a sus personajes.
Siempre he creído que el éxito de una buena obra de teatro requiere de cubrir muchos aspectos: gran marketing, excelente producción, dramaturgia novedosa; pero si estos aspectos no vienen acompañados de una gran dirección y un buen elenco, los resultados no serán necesariamente los esperados. Mañana logra un equilibrio perfecto al tener dos actores con amplia carrera en la escena como en la pantalla; otro par de actores que maduran a pasos agigantados y una niña que, tomando en cuenta su edad, sorprende por las tablas que tiene en el escenario. A eso habrá que sumarle la dirección acertada de Magaloni que los pone actuar tal y como solía jugar el Barcelona del Pep Guardiola. La dirección es tan precisa que los actores se mueven con tal naturalidad y frescura que a uno puede olvidársele que se está ante una ficción escénica y no ante un documental o una transmisión en vivo del día a día de una familia.
Y para rematar, mi padre (el más complejo de mi familia nuclear) aplaudió de pie al elenco de la obra.
-o-o-o-o-
“Mañana”.
Dramaturgia: Reynolds Robledo.
Dirección: Cristian Magaloni.
Elenco: Verónica Langer, Juan Carlos Barreto, Pablo Perroni, Héctor Berzunza, Ana González Bello y Julieta Luna.
Música en vivo: Aldo Obregón.
Teatro Helénico del Centro Cultural Helénico (Av. Revolución 1500, Guadalupe Inn, 01020 Ciudad de México, CDMX)
Jueves y viernes: 8:30PM, sábado: 7PM y domingo: 6PM.
Colectivo Las Tres Des-gracias estrena este mes “G-nesis o de cómo los barquitos de papel emigraron al mar” en El Hormiguero
Por Johana Trujillo (@jOtrujilloA) / 10 de febrero de 2020
Terminar una relación es doloroso, un fin del mundo a sobrellevar. Edmundo, ha despertado en una ciudad que ya no reconoce: ésta se ha deformado y sus habitantes han desaparecido. Emprenderá un largo viaje en el que recordará momentos con “Ella”. Este joven de veinte años tendrá una ardua travesía por el complejo mundo de sus emociones. De eso va “G-nesis o de cómo los barquitos de papel emigraron al mar” del colectivo Las Tres Des-Gracias. El Centro Cultural El Hormiguero los seleccionó para ser parte de su programación del primer trimestre del año junto a 17 obras más.
Integrado por Edgar Ángeles, Mariana Mejía Medina y Séneca Trejo, el colectivo nace en febrero de 2019 a partir del XXIV Festival Internacional de Teatro de la UNAM. Ellos creen en el teatro como medio para traducir el sentir y pensar. Exploran procesos de carácter colaborativo, en los cuales todos los miembros pueden y deben aportar artística, logística y creativamente en cada proyecto. Para ellos el teatro actual necesita romper la jerarquización en los grupos de trabajo, crear espacios seguros para detonar la creatividad en libertad y reconocer al teatro como un diálogo entre disciplinas y lenguajes.
“G-nesis o de cómo los barquitos de papel emigraron al mar” es un proyecto que generaron desde cero, en donde exploraron escribir un texto dramático con intervenciones directas del diseño y la actuación para su confirmación. El monólogo es interpretado por Edgar.
Estrenan el 25 de febrero en El Hormiguero, ubicado en Gabriel Mancera #1539, entre Parroquia y Felix Cuevas, en la colonia Del Valle. Darán seis funciones todos los martes, a las 20:00 horas hasta el 31 de marzo. La entrada general es de $250.00. Durante todas las funciones maestros, estudiantes e INAPAM con credencial vigente pagan $200.00. También ofrecerán precio especial de $150.00 a alumnos de escuelas de arte y vecinos de la Colonia del Valle.
A veces tomar distancia permite identificar comportamientos tóxicos y sus consecuencias. Hablemos de las relaciones amorosas desde el reconocimiento de uno mismo en el amor y en la pérdida de éste. Y tú ¿con quien quisieras pasar el fin del mundo?
Durante los tres años y ocho meses que viví en la CDMX, no sólo conocí los Teatros más emblemáticos de “la región más transparente del aire” también tuve la oportunidad de asistir a un número importante de puestas en escena; gracias a mi paso por el Fonca y a mi necesidad de nutrirme de un género al que casi nunca pude acercarme correctamente en Puebla.
A mi regreso a Puebla, mi tierra natal, tenía dos miedos latentes: recaer en mis episodios ansioso-depresivos debido al estilo de vida (aburrido) al que te orilla el ritmo de vida de la Angelópolis y no poder presenciar una calidad alta en cuanto a las artes escénicas.
Sin embargo, la vida me tenía preparada una grata sorpresa: la existencia de un novísimo foro llamado: Puro Drama.
Puro Drama se volvió en el refugio perfecto para combatir mi ansiedad-depresión, para descubrir que en Puebla había más teatro (además de Sincronía Teatral y Talavera Cabaret) y, sobre todo: me acercó a personas bellas, amorosas y muy queridas.
Gaudenti Teatro es la compañía detrás o delante del foro y la creadora de grandes proyectos escénicos como “Mis Bobul Gomers”.
A Jesús Rojas lo ubicaba por haber dirigido, junto con Rafael Balderas (otro ilustre hincha de La Franja del Puebla), la puesta en escena: “Bare-Knuckle”; la cual ganó la 38 Muestra Nacional de Teatro y esa era la única referencia que tenía y me bastaba para animarme a ver una obra escrita, dirigida y actuada por él.
II – La interpretación y el texto
Un día, como cualquier otro, asistí a Puro Drama; a ver “Mis Bobul Gomers”.
No esperaba mucho, tan sólo disfrutar una obra cuya calidad, ya estaba garantizada, y que seguramente me haría rememorar algún momento de mi infancia, pues el título me recordaba a cierta marca de tenis que todo niño ansiaba tener.
Recuerdo que a esa función de estreno me acompañó una amiga que hice en el trabajo, que además de ser gestora cultural es también actriz.
La obra cuenta la historia de Alma y Adán, quienes se conocen en 1996 en el pueblo Achotal. A través de una narración narrada/actuada por ambas voces, el espectador realizará una especie de tour de forcé por una historia de amor a la antigüista: cartas y miradas tiernas a distancia que durará muchos años, pero que se verá interrumpido, porqué la vida y el destino -a veces se juntan cuando están aburridos- y nos ponen pruebas por mero deporte y entretenimiento. Luego, vendrá una vuelta de tuerca propia del presente que día a día vivimos en este país tan cruento, violento y asesino.
“Mis Bobul Gomers” lo tiene todo: amor y dolor, añoranza y realidad, risa y llanto; reflexión y crítica sin caer en panfleto teatral.
Jesús Rojas dialoga y forma parte de la dramaturgia contemporánea que están realizando Alejandro Ricaño, Ro Bada, Reynolds Robledo, Rodolfo Guillén, Jimena Eme Vázquez: obras que a través de una historia sencilla son capaces de llevar al espectador a una profunda reflexión, concientización y análisis del nuestra realidad y entorno, y que al mismo tiempo buscan que uno empatice y, por ende, se identifique y lo demuestre por medio del llanto y la risa.
III – Mi introspección
“Mis Bobul Gomers” me vino a recordar que hay muchas cosas valiosas, pero que la rutina, el día a día, hacen que uno le pierda valor y sentido.
Aunque resulté obvio, la existencia de uno en este plano de la existencia que llamamos vida terrenal; un día se esfumará de la forma más cruel o lenta y agonizantemente. Por eso, cada día tendríamos que agradecer el frío, el calor, el sol, la lluvia… y sí, abrazar, besar y querer a todas las personas que consideramos esenciales en nuestra vida y les dan significado a los latidos de nuestro corazón.
“Oler la sangre”, “Lo que queda de nosotros”, “El amor de las luciérnagas”, “Cachorro de León” y “Las chicas del Carret Notariat 10” eran las obras que podían presumir el logro de haberme provocado un llanto amplio. “Mis Bobul Gomers” ha ganado su lugar en esa lista y me emociona que sea una obra, orgullosamente poblana.
-o-o-o-o-
“Mis Bobul Gomers”.
Dramaturgia: Jesús Rojas.
Dirección: Jesús Rojas.
Elenco: María Fernanda López y Jesús Rojas.
Música en vivo: Aldo Obregón.
Iluminación: Miguel González Espinosa.
Producción General: Ana Paula Martínez.
Compañía: Gaudenti Teatro (Puebla).
Teatro La Capilla (Calle Madrid 13, Col. Del Carmen, Alcaldía Coyoacán, CDMX)
Viernes: 8PM, sábado: 7PM y domingo: 6PM.
Del 17 al 19 de enero de 2020.
Duración: 55 minutos.
Buitre Amargo reestrena “Enmediodelmar”, su opera prima, sobre la Isla de Clipperton
POR JOHANA TRUJILLO A. (@jOtrujilloA) / FOTO BUITRE AMARGO
Buitre Amargo inició su trabajo teatral en septiembre de 2016 bajo la inquietud de Iozé Peñaloza y Bruno Zamudio por narrar y cuestionar el significado de la mexicanidad. “Iozé y yo nos conocimos en la carrera. Yo era de las pocas personas que estaban en el área de teatrología y que, dentro del Colegio de Literatura Dramática y Teatro, se estaba preparando como dramaturgista. Iozé quería trabajar con un dramaturgista para el examen de la materia de dirección impartida por Artús Chávez. Me contactó y aceptamos trabajar en conjunto. A partir de esa experiencia nos dimos cuenta de que había un gran entendimiento y una similaridad particular en nuestros intereses artísticos, procedimentales y discursivos”, comenta Bruno.
El nombre de la compañía, resalta “la amargura como un sabor que se queda impregnado y que no siempre es desagradable, solamente amargo, y necesita de cierta atención para saborearlo y recibirlo”. El buitre, un ave carroñera cuyas sus garras no están diseñadas para matar sino para caminar, les parece “un ave con una identidad mexicana cuyo pico le permite extraer el tuétano. Eso es parte esencial de lo que hacemos”. Les interesa cuestionar el significado de la mexicanidad, qué nos hace mexicanos. “Queremos descubrir por qué sólo el nacer en territorio mexicano tendría que ser el único argumento válido para determinar nuestra nacionalidad, ¿qué más nos hace mexicanos? Y más aún cuando sabemos que no hay un México, sino muchos, muchas formas de convivir con él, muchas formas de representarlo y de vivirlo”.
Además, esta joven compañía promueve el diálogo entre la dirección y el dramaturgismo. “Algunas personas que llevan haciendo teatro más de veinte años nos han dicho que el dramaturgismo no puede existir en México porque es difícil que el director o directora acepte que haya alguien a su nivel en cuanto a representación frente al equipo que conforma una obra”. Promueven la idea de que quien está a cargo de la dirección no siempre tiene que estar completamente seguro de su decisión escénica. Para Zamudio, “un dramaturgista puede ser una gran fuente de formación constante, de cuestionamiento, no sólo para sus decisiones escénicas y artísticas sino también en cuanto a sus prácticas procedimentales durante un ensayo, análisis de texto, transmisión de notas, recepción del público”.
Nueva temporada en El77
Estrenaron “enmediodelmar” el año pasado en el Centro Cultural El77 y regresan ahora los sábados a las 19:00 hrs., del 11 de enero al 15 de febrero. La idea era “desarmar una dramaturgia más tradicional que conocimos gracias a uno de los principales dramaturgos de nuestro país, Víctor Hugo Rascón Banda. Nuestro acercamiento a la historia de “La Isla de la Pasión” ocurrió gracias a la obra homónima escrita por él. La montamos para el Primer Certamen Nacional de Puestas en Escena y después de cierta revisión nos dimos cuenta que la historia nos interesaba, pero nos importaba resaltar problemáticas que Víctor Hugo no hacía porque su énfasis estaba en otras cuestiones de la anécdota. Comenzamos a reescribirla con la intención de que sólo fuera un ajuste dramatúrgico, pero naturalmente después del proceso de ensayos me di cuenta que estaba escribiendo otra obra con premisas específicas para reforzar lo que nosotros queríamos presentar discursiva y estéticamente”, comparte Zamudio. Parte de su proceso creativo para hacer este proyecto consistió en reuniones, ensayos y conversaciones sobre qué le interesaba a Iozé como director o qué escenas verdaderamente nutrían su concepto escénico.
Ellos vieron la valentía de las mujeres de esa historia, puesto que asesinaron a su violador: “Nos pareció un caso de justicia complejo, ¿cuál es la postura de la gente ante ello? Nos atraía eso, nos atraía poder generar la discusión y nosotros tratar de encontrar una respuesta en colectivo”. Como hombres también buscaban cuestionar sus privilegios, su construcción masculina a partir del patriarcado.
Con un escenario inundado de arena, “enmediodelmar” cuenta lo que pasó en la Isla de Clipperton como parte de la historia de nuestro país, y de la que generaciones actuales conocen poco. Así que ve a el El77, ubicado en Abraham González #77 en la colonia Juárez. Puedes comprar tus boletos en línea.
Lentamente como creadora, espectadora y crítica asisto a la renuncia de lo que pudo haber sido el renacimiento del teatro mexicano. La generación de los ochenta ha comenzado a perpetuarse dentro de las listas de los favoritos del Sistema para comenzar un discurso muy parecido, por no decir igual, al de los maestros que se trató de derribar en años pasados. Los espacios emergentes que impulsaron el teatro comienzan a crear colegios para normativizar las producciones. Si no estás dentro, estás fuera. Y es que parece ser necesario estar dentro de un grupo para sobrevivir de aquello que se conoce como arte.
Silvestre Revueltas, músico mexicano, se pronunció en varias ocasiones contra el hambre del creador o artista:
¿Por qué un artista, un creador, ha de sufrir hambres y miserias? Aquí descansa entre nosotros, el secreto del fracaso de la cultura en México como pueblo. Somos un país de descamisados y zánganos. Se desprecia al músico, al pintor, al poeta, por considerarlos como bufónes de los burócratas… Pero es que se le hace bufones por la fuerza del hambre… Aunque muchos nos rebelemos, la rebeldía es la soledad; la soledad infecunda, el abandono, la miseria…
¿Por qué el artista rebelde debe ser condenado mientras el bufón del arte es recompensado con becas? No pretendo que se elimine a los bufones del arte, son éstos los que pelean con más rabia las migajas que da el Estado, pero sí quiero exponer que su ambición, su falta de criterio, sus ganas de unificar y hacer “comunidad” está dejando a un lado a los verdaderos artistas y sumiéndolos en la miseria. ¿Cómo es que esto sucede? En la selección de los temas que se producen o se ponen en cartelera. Las temáticas prosistema acaban con la individualidad del pensamiento y la capacidad de hablar de los verdaderos conflictos que enfrenta el homo sapiens en su día a día. Hemos nulificado la pregunta básica: ¿Quién soy? Para intercambiarla: ¿Cuál es el tema de moda?
Sin embargo, en los pasillos de los teatros se escucha la mediocridad de éste, es un secreto a voces que incita a culpar al espectador y preguntar: ¿Por qué la gente no asiste al teatro? A lo que ellos responden: Es porque a la gente no le gusta pensar… Empero, tendríamos que hacer una pausa, ¿es cierta esa respuesta? ¿A nadie, en verdad, a nadie le gusta pensar? Por qué no romper con el ego del artista y decir: La gente no va al teatro porque no le gusta lo que ve.
Existe un dicho: si nadie es responsable, todos somos responsables. En momentos de individualidad extrema, todos somos responsables de lo que sucede con el arte y sus creadores o médiums: críticos, fundaciones, dramaturgos, directores, productores, escenógrafos, actores… Que los bufones sirvan al arte y que no se sirvan de él, que sean los perros del arte, pero que no creen clubs privados del arte; que creen resortes que impulsen a los verdaderos hacedores del arte. ¿Cómo saber si lo que digo es cierto? Veamos los nombres que se integran a las listas de los becados, las carteleras, los estímulos…
Por Viridiana Nárud (@viridianaeunice)
En algún momento de nuestra infancia esperamos la noticia de “eres adoptado”, “tus verdaderos padres son…” sin embargo, conforme crecemos en nuestra familia los vamos aceptando y nos adaptamos a ellos. Un día, esa interrogante desaparece, empero, esa sensación de no ser parte de ese núcleo se mantiene oculta.
“Acá en la Tierra” es la historia de Lolo, un niño extraterrestre que espera a su familia en el planeta Tierra. Manda mensajes al espacio en espera de una respuesta y rogando que vengan por él pronto. Conforme avanza la trama, entendemos que Lolo es un niño transgénero que no se identifica con el género que una sociedad le impuesto.
En su soledad, se encuentra con Dolores, una mujer de intendencia que posee el súper poder de la invisibilidad. ¿Cuál es la moraleja? Esta sociedad invisibiliza a todos aquellos que no pertenecen al promedio. Dolores es una mujer que con la edad se volvió invisible y Lolo, busca el no ser visto para no sufrir más.
“Acá en la Tierra” es una obra que busca visibilizar a los invisibles y que puede ayudar tanto a niños como padres a entender lo que puedan estar viviendo dentro de sus hogares o con un familiar o amigo. El conocimiento puede desembocar en empatía y dejar atrás el odio. Esta obra nos invita a conocer y dejar atrás la intolerancia.
ACÁ EN LA TIERRA
De Luis Eduardo Yee
Dirección Rebeca Trejo
Con Assira Abate, Vicky Araico y Mahalat Sánchez.
Sábados y domingo 13:00 horas hasta el 15 de diciembre de 2019
Teatro Milán (Lucerna 64, esquina Milán)
Duración aproximada: 80 minutos.
Clasificación: Todo público.
Boletos: Entrada general $250.
Pogo es la historia de John Wayne Gacy, un hombre que se disfrazaba de payaso para divertimento del vecindario y en la oscuridad de su sótano era un asesino serial de adolescentes. Su historia fue tan conocida que Stephen King se inspiró en él para escribir su novela “Eso”, de la cual se desprendió una franquicia cinematográfica muy lucrativa.
En México David Rodvel nos presenta una versión de “Pogo, el payaso asesino” poco clara. No es suspenso, tampoco es terror. Las convenciones dentro de esta puesta en escena se encuentran nulificadas. Las convenciones sólo sirven para hacer de la ficción una realidad y si este universo se rompe, el espectador sabe que esta dentro de una gran mentira llamada teatro. Es vital para un director entender que el teatro es una ilusión y que al romperla nosotros los espectadores sabemos que estamos ante una gran mentira. Es como el mago que revela sus trucos frente a la cámara.
Si bien es cierto que David Rodvel nos dibuja un universo poco claro, la apuesta es interesante y necesita ser depurada. Primero, la cita es en el Foro Contigo América, un espacio en la Nápoles, en extinción. La gentrificación no ha llegado a esa calle de la colonia, casas viejas que nos remontan a los años setenta; el foro en su descuido muestra el paso de los años y su historia. Ideal para contar la historia de un asesino serial de los años setenta. Al entrar, uno ve reproducciones de las obras que Pogo hizo en sus años de prisión, también ve una pequeña historia de los asesinos seriales, en el centro, sin razón aparente cuelga un traje de payaso. Traje que perteneció a John Wayne y utilizaba para entretener a niños del vecindario. Al final, la actriz se encarga de aplaudirle. Bien, esta información que estoy dando nunca es revelada. Uno no sabe que la pintura es una reproducción de Pogo, ni que el traje fue suyo.
Las actuaciones de Luis Ernesto Verdín y Daniel Mandoki permiten que la obra se mantenga. En el monólogo de John Wayne, Luis Ernesto Verdín, nos presenta a un hombre atormentado por su pasado y alter ego, sin embargo, cuando Pogo aparece, los gritos se apoderan de la escena y uno deja de escuchar lo que se dice.
Pogo es una apuesta teatral que necesita someterse a un rigor de dirección. El talento de actores se encuentra. El concepto que trata de ser una experiencia también está apuntalado, pero mal ejecutado. Se necesita un punto de vista que guíe la historia. ¿Qué se quiere mostrar en escena? ¿Qué se quiere comunicar al espectador? ¿Por qué si se tiene un objeto como el traje original de Pogo en escena y se le rinde homenaje, nosotros espectadores no sabemos? ¿Si es una historia de terror por qué no se define el universo de éste y se respeta?
Pogo es una apuesta que en su ambición se puede fragmentar. Sería necesario recordarle al director que menos es más.
POGO. Sábados 9, 16 y 23 de noviembre a las 20 hrs, Foro Contigo América (Arizona #156, Col. Nápoles)