OÍR AULLAR UNA VEZ A LOS LOBOS

¿Qué tan fuerte aúllan tus lobos o cuántos cuervos rodean tu corazón?
Fredo Godínez

Oír-aullar-una-vez-a-los-lobos-Teatro-Distrito-Teatral

I
¿Cómo escribir una reseña de una obra que ya ha sido comentada bellamente por Nicolás Alvarado? ¿Cómo hablar de los problemas de una relación de pareja, cuando hace rato no sé nada acerca del tema?

Mi reproductor musical suena, la gente duerme y yo intento escribir este texto. De pronto, Natalia Lafourcade canta: “y lo que hablamos ahora ya no es el mismo idioma ni razón”. Magia. Encontré mi punto de partida.

Soy de los que cree que uno llega a cierto cuadro, a cierto libro o a cierta puesta en escena por búsqueda temática o por necesidad sentimental. Particularmente me llama la atención aquella expresión artística que busca confrontarme con el tema de pareja, me es tan atractivo al mismo tiempo que incómodo; me es tan necesario y a su vez pongo kilómetros de distancia “porque es imposible borrar las cicatrices de amar y no saber soltar”.

Recuerdo que cuando fui a ver “Oír aullar una vez a los lobos” me maravilló el tema y la forma en que José Alberto Gallardo lleva al espectador por donde se le antoja y como Jessica Sandoval y Francisco Rubio logran que uno se convierta en alguno de ellos.

II
Pero ¿de dónde se origina todo?, creo, supongo que de la siguiente forma: una noche o día cualquiera José Alberto Gallardo entra a una librería y se encuentra frente a la novela “La mujer zurda” de Peter Handke; la lee, se apropia de ésta, se confronta, la digiere y decide jugar con la obra –pues ya es suya–, al ponerla a hablar en el idioma que más se le facilita a José Alberto: el Teatro. Empresa harto complicada, pero Gallardo tiene un don: es un artesano de la conversación y del lenguaje.

La novela de Handke –escrita en 1976– retrata la fallida comunicación que existe en una pareja de clase media, pero sobre todo hace hincapié en el sufrir de la mujer: no puede y no sabe cómo comunicarse con el otro, en este caso: su esposo. José Alberto Gallardo toma lo esencial de la novela de Handke y la adapta a la realidad de una pareja mexicana de clase media y al entorno cultural del dramaturgo; por eso Marianne es una artista plástica y Estefan un burócrata cultural. De entrada, dos entes que a pesar de pertenecer al mismo mundo, tienen distintos códigos y símbolos. Han unido universos por designios amorosos, pero siempre tendrán búsquedas e infiernos particulares. Como, estoy seguro, pasa en todas las relaciones.

Recurriendo a diversas herramientas escénicas, visuales y auditivas José Alberto Gallardo logra que tanto actores como espectadores se sumerjan en una suerte de tour de force mental y sentimental, el cual nos llevará a un espacio-momento donde las reglas del juego han cambiado sin darnos cuenta. Y la vida, en la mayoría de los casos, es así: imprevisible, intempestiva. Ese extraño momento de la vida donde nos percatamos que ya no somos lo que solíamos ser y que el otro también ha dejado de ser quien era. Y entonces ¿qué sigue?

Eso es algo que cada espectador tendrá que responder al confrontar su propia situación.

III
José Alberto Gallardo, a través de la puesta en escena, nos invita a recomprendernos para después reinventarnos y así seguir andando el camino que nos lleve a la meta o algún lugar parecido.

“Oír aullar una vez a los lobos” es una pieza teatral maestra y logra una combinación interesante entre el teatro y la danza; gracias a los talentos dramatúrgicos de José Alberto, los dancísticos y actorales de Jessica Sandoval, así como los propios de Francisco Rubio.

“Oír aullar una vez a los lobos” habla del individuo: sus anhelos, sus miedos y sus aciertos y como éstos pueden anularse o potencializarse al lado de su pareja.

IV
Si en la canción de Natalia Lafourcade los cuervos van por los restos amorosos del ser, en la obra de Gallardo los lobos aullando son, probablemente, esos pinches miedos hijos de su puta existencia que no nos dejan ser.

Por mi parte, sigo escribiendo y les dejo una frase, que más bien es un poema que viene muy al caso: “Nunca se está junto a otro,/ sólo se va junto a otro.” (Pedro Ángel Palou).

“Oír aullar una vez a los lobos”
Dramaturgia y dirección: José Alberto Gallardo.
Reparto: Jessica Sandoval y Francisco Rubio.
Un Teatro: Nuevo León #46, Col. Condesa (Frente al Parque España).
Sábado 8:00 P.M y domingo 6:00 P. M hasta el 6 de marzo.