Teatro desde la virtualidad

Fredo Godínez (@AlfiePingtajo)

 

La emergencia sanitaria con motivo del Covid19 ha evidenciado las debilidades del ámbito cultural, pero también ha sido una gran oportunidad para evolucionar.

 

Resiliencia, sobrevivencia y adaptación es el trinomio al que las artes escénicas y el ámbito cultural se han tenido que encomendar.

 

Las Ferias del Libro como la de Guadalajara demostraron que se puede llegar a más público del esperado y con ello aumentar su impacto. Lo mismo pasó con la Feria del Libro y la Rosa que organiza año con año la UNAM.

 

El ámbito teatral tardó más en reaccionar.

 

La Compañía Nacional de Teatro comenzó a realizar “Charlas relajadas” donde podía verse a su elenco platicar de diversos temas que normalmente no se tratan con el público que no forma parte del círculo teatral. A la par y a través de la plataforma gubernamental de la Secretaría de Cultura: Contigo en la distancia: comenzaron a liberar algunas de su obras para el deleite del espectador teatral. Y poco a poco, otros gobiernos comenzaron a facilitar la memoria fílmica de sus festivales y es así como muchos han podido acceder a una amplia muestra de artes escénicas.

 

En casi todas las Secretarias o Institutos Culturales del país se tiene la costumbre de hacer memoria fílmica de los Festivales más importantes que organizan. Empero, ya sea por falta de recurso o falta de visión, ni los foros independientes ni las compañías artísticas conservan una grabación por cada proyecto montado y si lo tienen no está grabada con la calidad requerida.

 

Sin embargo, hubo algunos que lograron reaccionar sobre la marcha. El Teatro La Capilla comenzó a transmitir obras a través de la plataforma de zoom; por otro lado la productora Tercera Llamada ofreció un producto exprofeso para ser visto por zoom. El Foro Shakespeare encontró un hueco -entre todo lo que comenzaba a realizarse en la pandemia- y organizó conversatorios nocturnos: Insomnio, donde los artistas conversaban sobre lo que extrañaban de la “normalidad” y cómo estaban sobreviviendo a la pandemia: un viaje a su intimidad; y posteriormente comenzaron a realizar streaming teatral a través de la plataforma NeermeTv de Boletia. Mientras que La Teatrería –entendiendo, pienso, el futuro- se asoció con la plataforma Teatrix para comenzar a subir puestas en escena que puedan disfrutarse desde un smartphone, una table o una smartv. Ahora existe, entonces, Teatrix México donde uno podrá ver producciones escénicas tanto de México como de Argentina y de España.

 

Hasta ahorita nadie -al menos, no he visto- ha compartido su numeralia, pero da esperanza ver que existen compañías y productoras dispuestas a romper el canon escénico.

 

Les guste o no, a los puristas del Teatro, la virtualidad llegó para quedarse y si quieren tener mayor alcance y mantenerse vigentes tendrán que apostar por esta nueva forma de hacer Teatro. La oportunidad es amplia y podrá servir para formar públicos e incluso para generar turismo teatral en cada Estado y en todo el país.

 

La Capilla, El Milagro y Foro Shakespeare ya han experimentando con obras que tienen presencia de público en el foro y también la transmisión vía streaming.

 

No es perder público es aumentar el impacto.

 

Con la adecuada producción y los correctos canales de difusión podrían tener un foro lleno o a la mitad de su capacidad de forma presencial y tener un porcentaje más amplio a través de una pantalla y cuyos espectadores podrían ser no sólo de otros Estados del País si no de otras partes del continente americano o europeo.

 

Resiliencia, sobrevivencia y adaptación es el mantra que la comunidad teatral tendrá que repetirse, cada mañana, para evitar desaparecer del mapa escénico y cultural del país.

 

Debo decir que yo vi un par de obras vía streaming que deseo ver en vivo y reviví otras a las que no había podido llevar a la familia y han pedido verla en vivo en cuanto pase el tema de la pandemia. Desde mi perspectiva, lejos de perder espectadores, acabaron de sumar a tres nuevos espectadores.