¿Cómo funciona el sistema cultural en la Ciudad de México?

 

Por Johana Trujillo A. (@jOtrujilloA)

Este texto de Alejandra Aguilar me dejó pensando en cómo funciona el sistema cultural en la Ciudad de México (y supongo que es así en todo el país) donde el gobierno tiene un sistema que aumenta la precarización de las personas que nos ofrecen opciones para ir al teatro. Pero también afecta a miles de profesionales de la cultura, tanto empleados como independientes, quienes, salvo algunas privilegiadas excepciones, no gozan de condiciones de trabajo dignas y por el contrario, a menudo pagan por trabajar. Por ejemplo: artistas, proveedores, personal de montaje, curadores, galeristas, museógrafos, mediadores, actores, profesores, periodistas y críticos.

El sistema abre convocatorias que generan agentes culturales seleccionados y por tanto proyectos programados pero con pagos ínfimos que cuanto más tiempo tardan en salir más aumentan su precarización y endeudamiento que impactan no sólo su estabilidad económica sino su bienestar emocional. Su autonomía se ve alterada, sus relaciones personales se cierran a los colegas, sus tiempos de descanso son mínimos y la maternidad no se ve como un plan a futuro debido a que sus condiciones laborales no son óptimas.

Se enfrentan a un mercado laboral que no garantiza solidez para sus trayectorias profesionales y consecuentemente éstas son temporales, inciertas y flexibles. Tienen empleos con mínimas prestaciones sociales y bajos salarios, cuya contratación puede ser por escrito o de manera verbal, y además realizan su propia producción artística obteniendo recursos de la iniciativa privada o del Estado, lo que les ofrece estabilidad económica por tiempo definido. Una vez agotados esos recursos inicia un nuevo ciclo de búsqueda de financiamientos para continuar con sus producciones culturales.

Por ejemplo, a los artistas escénicos no se les paga por los ensayos, sino que reciben su ingreso hasta que se estrena y comienzan las funciones de la obra de teatro, por lo que pueden pasar meses sin percibir remuneración alguna, y ante tal situación llevan a cabo otras actividades laborales, incluyendo la elaboración de propuestas artísticas para someterlas a concurso público, dan talleres de actuación y ejercen la docencia en instituciones educativas. La brecha de desigualdad es visible. Los artistas que tienen un origen social alto dedicarse a su producción cultural implica menos dificultades que para aquellos de origen social medio, debido a que sus necesidades materiales y económicas están cubiertas. Aunado a esto, quienes trabajan en la academia serían los únicos que reciben salario y prestaciones, es prácticamente es inexistente que profesionistas independientes cuenten con esos beneficios.

¿Cómo influyen las condiciones de producción y el desgaste emocional en la calidad de la oferta cultural y el gusto por ir a los recintos culturales? ¿A dónde se van los impuestos y los presupuestos si las instituciones culturales tampoco tienen suficiente dinero para sobrevivir? Ante tanto recorte presupuestal y proyectos insignia, ¿cuáles están siendo las prioridades del gobierno año con año? ¿La población general no encuentra valor en producir o consumir cultura?

¿Qué queda? Practicar el autoempleo, las actividades freelance y formar organizaciones para contrarrestar la precarización y la desigualdad. Vivir con los padres o roommates para solventar gastos, realizar varios trabajos para cubrir el pago de la renta, los servicios, la alimentación, apoyar a sus padres con los gastos de la casa. Otra opción es seguir la estrategia de Alejandra Aguilar: desobedecer el credo “amor al arte” con el emprendimiento y más cuando tienes al casero encima.

Pero, ¿qué otros caminos hay para cambiar los pagos ínfimos del gobierno y las condiciones de producción? ¿A quién le corresponde cambiar las bases de las convocatorias para la programación cultural del gobierno? ¿Cómo mejorar las condiciones laborales del sector cultural?

Pago digno a los escritores

Por Viridiana Nárud / Foto: Unsplash.com

Apenas unas semanas atrás me encontré con una productora que justificaba la falta de pago a los dramaturgos con obra propia con el pretexto de que éstos ya la escribieron tiempo atrás. ¿Por qué tendría que pagarla si la tienen guardada? —argumentaba la productora. Yo me pregunto: ¿La obra se escribió sola? ¿No hay tiempo invertido? ¿Por qué la obra personal de un autor no tiene valor? La productora también decía que la única obra que paga es la que está hecha por encargo.

Como dramaturga y escritora debo confesar que los productores tienen una visión muy extraña de nosotros los escritores. Creen que somos burgueses, que no debemos tener trabajo porque somos artistas. Es extraño cómo la etiqueta del artista tan peleada por quienes no labran el arte, sea una maldición para quien obtiene tan preciada etiqueta que pierde valor cuando se pretende cobrar por su trabajo. Y no es mera especulación. Son varios los productores que me han preguntado el para qué quiero trabajo si soy ARTISTA.

responderé sencillamente. Los escritores estudiamos durante horas, leemos libros que compramos en las librerías y hasta donde tengo entendido El Péndulo, Gandhi o librerías de viejo no hacen excepciones en el cobro sólo porque diga que soy escritora. Nos encerramos durante días, meses o años, tratando de revelar la imagen, la historia, la palabra clave, precisa y adecuada.

Hablemos de la Obra: La revelación del artista, la obra primigenia no adaptada, sucede después de procesos psíquicos y emocionales inexplicables que nadie ha podido revelar de manera lógica. Ni siquiera el mismo escritor puede dilucidar el cómo y por qué ha hecho lo que ha hecho. No existe fenomenología que pueda explicar o que haya sacado a luz el porqué y cómo es que se revela el Corpus de la Obra. Sólo sabemos que el escritor, poeta, artista comete la obra después de una serie de visiones que llegan a él de manera inexplicable.

La estructura primordial de una obra teatral es la dramaturgia. Incluso el post drama tiene una estructura interna que está escrita de manera más abstracta. La dramaturgia bien hecha es la que permite al actor hacer un gran trabajo, al escenógrafo edificar un micro universo, al director dirigir una obra, al productor producir y bajar recursos.

Saber contar una historia, entender los conflictos y misterios humanos y traducirlos en códigos que forman palabras, tramas, conflictos, es tarea de un trabajo inmenso. Mi pregunta es: ¿Por qué si todos los invitados a interpretar el universo de un escritor pueden cobrar, por qué el escritor tiene la paga más baja? ¿Por qué se le maltrata y se le pide no cobrar su trabajo?

En búsqueda del teatro que no he visto

Por Viridiana Nárud (@viridianaeunice)

Más que ser crítica o espectadora me considero una amante del teatro. Mi asistencia a él responde a una necesidad personal en donde busco salir fuera de mí, olvidar que soy humano para presenciar hechos extraordinarios que cometen personajes que juegan a ser humanos. Un personaje se vuelve extraordinario por su potencia de ser posible o imposible una situación ideal o mundana, y por esa manera extraordinaria de enfrentar los conflictos que atañen al alma humana dentro de una sociedad.

Al leer las obras de Ibsen o Chejov observamos cómo personajes en potencia de ser extraordinarios acaban consigo mismos por miedo a enfrentar a la realidad de lo desconocido. El teatro ha sido para mí la búsqueda de catarsis más adictiva incluso que el cine. Uno observa al vilo de la butaca a esos actores que juegan a ser otros y que nos muestran una realidad inventada en la mente de un escritor, pero que nos parece más real que la realidad misma. Es en el arte en donde encontramos respuestas después de un extravío del alma.

Sin embargo, durante los últimos años en mis visitas al teatro los dramas han resultado intrascendentes, aburridos o simplemente entretenidos, nada que me sacuda dentro del alma y que me mantenga al vilo del alma. Recuerdo haber visto en el Milagro “¿Quién teme a Virginia Woolf?” y recuerdo la mirada de Jiménez Cacho dirigiéndose a la audiencia sin verla: ¡Eso es poesía! pensé mientras la trama nos sumergía en la sórdida existencia de otros seres, en una historia que me hacía olvidarme de mí misma.

En los últimos meses he leído constantemente a Dostoevsky y lo que me ha emocionado es su capacidad de hablar de la bajeza del alma sin importar la clase social a la pertenecen sus personajes. Hijos deseosos de matar al padre por su abandono; hombres capaces de matar por hambre y por no tener escapatoria ante una sociedad que olvida los más pobres. ¿De qué habla el teatro mexicano en la actualidad? ¿Por qué todo tiene que ser la adaptación de algo? Los escritores debemos hablar de las problemáticas de nuestra sociedad y de nuestro tiempo, apropiarnos de las palabras de otro jamás nos van a permitir retratar nuestro conflicto.

¿Por qué usar las palabras de otros? ¿Por qué poner siempre: basado en el texto de…? ¿A caso hemos perdido la capacidad de criticar nuestro tiempo? Porque no se puede decir que no existan obras que retraten los conflictos actuales, de hecho creo que lo hacen repetidamente. Por ejemplo: La obra “Los humanos” es un ejemplo del cliché de los conflictos familiares, pero todo se queda en la superficie. La crítica, base de nuestro pensamiento profundo, se ha perdido.

¿Ha perdido el teatro la capacidad de convocar audiencias o son los escritores quienes han perdido la capacidad de contar historias? No sé por qué, pero cada vez que voy al teatro sigo preguntándome cuándo podré olvidarme de mí por unas horas. Sé que no soy la única a quien le pasa esto. Pienso en las personas que me acompañan, en las veces que después de una función me dicen no me gustó o en mi próxima invitación jamás aceptan. ¿Para quién se escribe el teatro en la actualidad? ¿Para los jurados, teatreros o para convocar seres humanos en búsqueda de renacer cada vez que asisten a una obra?

El teatro que nos dejó la pandemia

Por Viridiana Nárud (@viridianaeunice)

A manera de maldición un proverbio chino desea al otro que viva tiempos interesantes. ¿Qué hace a una época interesante? Parece ser que es en retrospectiva que uno puede dar semejante valor, porque en su momento parece ser todo convulso. Después de un año de la pandemia, del encierro obligado, de una vacuna que aún no es segura, podríamos hacer un ejercicio que en retrospectiva nos muestre su interés.

Las cosas cambiaron. Trump perdió las elecciones y lo que parecía imposible, se mostró como una posibilidad: Una guerra civil dentro de la potencia más grande del mundo. El mundo conoció la otra cara de la moneda de esta potencia: la intolerancia, la ignorancia y el racismos exacerbado salió de las cloacas. La muerte de George Floyd siendo grabada. Black Mirror se quedó corto. La realidad siempre supera la ficción.

En nuestro país la intolerancia, la división de clases se mostró como victoria en nuestras elecciones. Somos una telenovela: Buenos vs malos; ricos vs pobres y nuestra calidad humana, el diálogo, la comunidad con el otro quedaron atrás. Lo importante es el color de tu piel o el color de piel que tiene tu pensamiento. Nuestras ideologías importan más que nuestro sentido común y nuestra capacidad de discernir como individuos no importa. Lo valioso es pensar en colectivo.

La salud física y mental cobraron estragos. La ansiedad se vio en aumento. La venta de dildos aumentó porque los abrazos y nuestra sexualidad quedaron restringidas en aplicaciones. El miedo de encontrarnos, de conocernos sigue perpetuándose. Las madres histéricas encerradas con sus hijos. La restricción del consumo del alcohol porque la violencia incrementó. Una serie de influencers, uno más idiota que el otro, alcanzaron la fama. Los abrazos quedaron restringidos y el acto mismo de abrazar parece una insurrección que pone en riesgo tu vida.

El teatro, así como todo espacio cerrado que invite a la masa, es peligroso. El virus puede matarte, es una realidad. Así que su asistencia podría ser un acto extremo. ¿Por qué como espectadores tendríamos que ir a poner en riesgo nuestras vidas? Yo digo que es por una necesidad de sentir y pensar. Sin embargo, las ofertas en cartelera anuncian una pausa en el tiempo, son producciones que sólo esperaron la apertura de los teatros para ser montados. Pero el mundo, el lenguaje cambió y esa existe una urgencia de vivir y sobrevivir.

El concepto y las ideas apenas si tocan la superficie ni hablar de los sentimientos. Se ha confundido la poesía y la filosofía dentro del teatro con palabras cursis y artifisiosas, cuando en realidad su función es la revelación del mundo y de las ideas. El mundo no sería lo mismo sin las ideas de Nietzsche sin la poesía de Mallarmé.

El crítico no es un aliado del artista, pero sí del arte. El crítico cuestiona y critica en su primer acepción de la palabra: genera un análisis pormenorizado y valores propios de la materia, que en este caso es el teatro.

Nos encontramos en un momento interesante. La invitación es a que las carteleras de teatro se renueven, que los artistas se reinventen y que no sólo hablen lo que tenían que hablar el año pasado. La noche nos ha cubierto y apenas podemos distinguir el mundo de las sombras. La muerte ha llenado los velatorios y ha hecho a las casas funerarias más ricas en medio de una crisis económica. Muchos de nuestros amigos, conocidos y familiares se han ido y el miedo de tocar y estar con el otro nunca ha sido tan real. No demos oportunidad a que la nada habite nuestro discurso porque entonces todo podría volver a pasar.

La ausencia de presupuestos, infraestructura y rumbo cultural

Fredo Godínez

 

Aún hay mucho por hacer en material cultural y no se diga en el ámbito escénico. Los avances que había logrado la comunidad artística de México se pararon o anularon con la presente administración cultural, ya sea por una nula comprensión del manejo y administración del presupuesto cultural o por aceptar que el dinero se vaya a los grandes proyectos del Presidente de la República Mexicana que poco o nada tienen que ver con el ámbito cultural.

 

En las planificaciones culturales existían dos visiones: mejorar y aumentar la infraestructura cultural o apostar por mayor presupuesto para diversos eventos de índole cultural. Por otro lado, la presente administración optó por inventarse una nueva forma de ver el mundo: creación de la austeridad republicana devenida en: despido de personal del ámbito cultural, disminución de presupuesto para apoyos a cambio de un aumento de programas, retraso de pagos a artistas y trabajadores de la misma Secretaría de Cultura Federal; entre otras cosas que se han realizado sin medir consecuencia alguna.

 

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en su Artículo 4º, dice:

 

“Toda persona tiene derecho al acceso a la cultura y al disfrute de los bienes y servicios que presta el Estado en la materia, así como al ejercicio de sus derechos culturales. El Estado promoverá los medios para la difusión y desarrollo de la cultura, atendiendo a la diversidad cultural en todas sus manifestaciones y expresiones con pleno respeto a la libertad creativa. La ley establecerá mecanismos para el acceso y la participación a cualquier manifestación cultural[1]”.

 

Y quiero suponer que tomando en cuenta lo plasmado en la Constitución, a meses previos del comienzo de su gestión, es que Alejandra Frausto realizó una serie de mesas de diálogo: arquitectura y diseño, artes visuales, cine, cultura comunitaria y de paz, cultura digital, cultura infantil y cultura joven, danza, economía cultural, gobernanza, letras e industria editorial, música, patrimonio inmaterial/culturas populares, patrimonio cultural material y teatro; que a su vez estaban contenidos en 4 ejes rectores: redistribución de la riqueza cultural, cultura para la paz y la convivencia, inclusión y equidad, y vida creativa e industrias artísticas y culturales. Todo esto, pienso, con la finalidad de comprender y conocer el fenómeno y así saber cómo crear un correcto desarrollo dentro de su administración.

 

Sin embargo, los escándalos, la falta de pagos, la desaparición de muchos programas culturales y la escasa o nula comunicación con la comunidad artística han sido la constante de esta administración.

 

A raíz de esto, me invaden varias preguntas que externaré:

 

  • ¿Cuál fue el diagnóstico que dichas mesas le arrojaron?
  • ¿Ese diagnóstico en qué o cómo está reflejado en el Plan Sectorial de Cultura 2020-2024?
  • ¿Por qué se tardaron prácticamente dos años en trazar dicho plan si máxime se tiene un año de colchón para operar con el presupuesto y plan trazados por la anterior administración, y al siguiente año ya tendrían que presentar su propio plan con base en los trabajos realizados durante la entrega/recepción y periodo de transición?

 

Según este Plan Sectorial de Cultura 2021-2024[2], México cuenta con la siguiente infraestructura:

 

El Sistema de Información Cultural de la Secretaría de Cultura indica que el país posee 1,387 museos, los cuales se encuentran en 574 municipios, en los que habita 65.9% de la población nacional; las 2,157 casas de cultura y centros culturales se encuentran distribuidas en 1,152 municipios del país, en donde reside 85.7% de la población y los 678 teatros se encuentran distribuidos en 208 municipios, cuya población corresponde a 49%. La infraestructura cultural mejor distribuida conforma la Red Nacional de Bibliotecas de la propia Secretaría, que se encuentra presente en 92.6% de los municipios donde habita 99.6% de la población.

Recurso Cantidad 2019 Habitantes por recurso*
Red Nacional de Bibliotecas Públicas 7,456 16,977
Centros culturales y casas de cultura 2,157 58,682
Museos 1,387 91,260
Auditorios 906 139,710
Galerías 885 143,026
Complejos cinematográficos 821 154,175
Teatros 678 186,693
Zonas arqueológicas abiertas al público 192 659,259
* Población proyectada 2019: 126,577,691 habitantes.

Fuentes: Secretaría de Cultura, Sistema de Información Cultural, 2019, y Consejo Nacional de Población, Proyecciones de la Población de México y las Entidades Federativas 2016-2050.

 

 

Tomando en cuenta que uno de sus principales objetivos es la descentralización, hago lo siguientes cuestionamientos:

 

  • ¿Por qué no se presentó un plan para que girará la exposición de Modigliani o Zapata después de Zapata en las diversas capitales de cada Estado?
  • ¿Por qué seguimos sin conocer un plan para que las obras apoyadas o producidas con dinero de la Coordinación Nacional de Teatro se presenten en los diversos espacios escénicos que se encuentran en todo el país?
  • ¿Por qué no se ha presentado un Programa de Circuito Teatral que permita a las agrupaciones y/o artistas escénicos de todo el país, presentarse en diversos Estados?
  • ¿Por qué no se ha presentado un calendario de capacitación que permita que creadores de todo el país impartan talleres a lo largo y ancho de toda la república, de tal forma que se incentive la descentralización y desregionalización del arte escénico?
  • ¿En verdad cada Estado tiene la suficiente infraestructura escénica gubernamental para albergar buenas producciones nacionales e internacionales?
  • ¿Se cuenta con instalaciones dignas y de calidad para contribuir a un correcto desarrollo de las compañías escénicas en cada Estado, similar al Centro Cultural del Bosque o Complejo Cultural Universitario de la UNAM?
  • ¿Merece o no merece la pena que Federación, Estado y Municipios inviertan para crear una gran infraestructura cultural que permita el correcto desarrollo de las diversas artes escénicas de todo el país?

 

A diferencia de muchos gestores e integrantes de la comunidad artística, yo -junto con Consuelo Sáizar- creo que en todos los estados debería existir una especie de cineteca con un número importante de salas y una especie de CCB, pues ambos espacios/proyectos permitirán no sólo un correcto desarrollo de dichas expresiones artísticas, sino que mejoraría y ampliaría el circuito, al mismo tiempo que representaría un incremente en la oferta laboral.

 

¿Saldrá bien librada la Cultura de tanto golpe?

 

 

 

 

[1] Luis Norberto Cacho Pérez (2018). Derecho Cultural. México: Porrúa. P. 16

[2] http://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5596142&fecha=03/07/2020

Los retos de la Coordinación Nacional de Teatro del INBAL

Fredo Godínez

 

El pasado 10 de enero del año en curso, en un boletín emitido por el INBAL, se anunció la salida de Marisa Giménez Cacho de la Coordinación Nacional de Teatro y al mismo tiempo se avisaba que el relevo sería Daniel Miranda Cano, quien se licenció como Gestor Cultural por la UdeG, fue miembro fundador de la compañía teatral Telón de Arena y ha participado en más de 50 espectáculos teatrales en las facetas de creador escénico, iluminador y productor. En lo que respecta a experiencia en puestos públicos de perfil cultural, destacan: “Jefe del Departamento de Desarrollo Cultural de la Subsecretaría de Cultura en Ciudad Juárez (2016-2017) y Director de Desarrollo Cultural (2018-2021) de la Secretaría de Cultura del estado de Chihuahua, donde, entre otras responsabilidades, articuló y coordinó la Red de Teatros del estado y se desempeñó como director del Festival Internacional Chihuahua (2018-2021)”[1].

 

Las credenciales de Daniel Miranda son interesantes y su notable experiencia promete un adecuado desarrollo de sus funciones al frente de la Coordinación, sin embargo, son muchas las tareas a emprender y demasiadas las necesidades teatrales por satisfacer. Y sobre todo, según lo que se puede ver y leer en las redes sociales, hay demasiadas heridas por sanar.

 

Empecemos por enlistar los retos que, pienso, tiene en puerta el nuevo Coordinador Nacional de Teatro:

 

  • Lograr una presencia real de la Coordinación Nacional de Teatro en cada Estado, ya que muchas de las obras que se presentan en los recintos como el CCB o que se producen con dinero del INBAL casi nunca -por no decir nunca- se presentan fuera de la CDMX.
  • Concretar más ciclos de presentaciones de compañías de los demás Estados en la CDMX.
  • Crear circuitos de presentaciones teatrales a lo largo de todo el país, permitiendo que cada Estado tenga la posibilidad de conocer el teatro que se está produciendo en otros lugares del país.
  • Actualizar (o tener, en caso de que no se tenga) un censo de cuántos teatros públicos, universitarios y privados existen en todo el país y sus características, así como funcionar de nexo para que la comunidad teatral pueda acceder al uso de dichos recintos.
  • Fortalecer, mejorar y crear la infraestructura teatral de cada Estado.
  • Fortalecer las Muestras Regionales de Teatro, así como la Muestra Nacional de Teatro.
  • Coordinarse con los Gobiernos Estatales y la Secretaría de Turismo Federal para implementar estrategias con miras a la creación de turismo teatral en todo el país.
  • Crear capacitaciones constantes en ámbitos de gestión cultural, derecho cultural, administración, finanzas culturales y demás herramientas que fortalezcan tanto a los artistas, creativos, iluminadores, tramoyistas, vestuaristas, etc.; como a las compañía escénicas.
  • Ser enlace para apoyar a los dramaturgos en lo que respecta a los registros de obra ante INDAUTOR.
  • Coordinarse con Secretaría de Cultura y Secretaría de Hacienda y Crédito Público para que Efiteatro tenga presencia en todos los Estados del país.
  • Impulsar la publicación de obras de Teatro, así como su respectiva difusión, divulgación y presencia en los acervos bibliotecarios de las universidades, preparatorias, secundarias y primarias del país.
  • Coordinarse con la SEP para introducir al Teatro como una materia escolar y que esta sea impartida por integrantes de la comunidad teatral.
  • Coordinarse con la SEP y demás Universidades para reforzar y mejorar los planes de estudio de las carreras de Teatro donde existan y crearlas donde no.
  • Junto con las Secretarías o Institutos culturales de los Estados implementar estrategias para apoyar la consolidación de las compañías teatrales existentes y generar las condiciones para la creación de nuevas.
  • A través de la Secretaría de Cultura, impulsar la petición que año con año hace el gremio teatral: darles acceso a IMSS, INFONAVIT y demás prestaciones sociales.

 

Estas, creo, son algunas de las iniciativas que debería y tendría que impulsar la Coordinación Nacional de Teatro para coadyuvar al correcto desarrollo de la comunidad teatral y encaminar todo a una dignificación y profesionalización del gremio.

 

Para llevar a cabo estas propuestas, hay que invertir mucho tiempo, dinero y contar con el personal suficientemente preparado para lograrlo.

 

Sin embargo, los recortes constantes tanto en temas presupuestales como de personal dan poca esperanza de contar con el suficiente músculo para tener con una auténtica Coordinación Nacional de Teatro.

 

Ojalá este cambio sirve para poner atención en lo importante y urgente. Ojalá Alejandra Frausto entienda que su compromiso es con la comunidad artística del país y no con el Presidente o con el demás personal que conforma el Gabinete Presidencial.

 

Si le va bien a la comunidad artística se convierte en acierto de Frausto y su equipo, y, por ende en logro del Presidente Andrés Manuel. Así de simple la ecuación.

[1] https://www.gob.mx/cultura/prensa/relevo-en-la-coordinacion-nacional-de-teatro-del-inbal-y-fortalecimiento-de-herramientas-de-gestion-para-el-teatro-en-mexico?idiom=es

Teatro desde la virtualidad

Fredo Godínez (@AlfiePingtajo)

 

La emergencia sanitaria con motivo del Covid19 ha evidenciado las debilidades del ámbito cultural, pero también ha sido una gran oportunidad para evolucionar.

 

Resiliencia, sobrevivencia y adaptación es el trinomio al que las artes escénicas y el ámbito cultural se han tenido que encomendar.

 

Las Ferias del Libro como la de Guadalajara demostraron que se puede llegar a más público del esperado y con ello aumentar su impacto. Lo mismo pasó con la Feria del Libro y la Rosa que organiza año con año la UNAM.

 

El ámbito teatral tardó más en reaccionar.

 

La Compañía Nacional de Teatro comenzó a realizar “Charlas relajadas” donde podía verse a su elenco platicar de diversos temas que normalmente no se tratan con el público que no forma parte del círculo teatral. A la par y a través de la plataforma gubernamental de la Secretaría de Cultura: Contigo en la distancia: comenzaron a liberar algunas de su obras para el deleite del espectador teatral. Y poco a poco, otros gobiernos comenzaron a facilitar la memoria fílmica de sus festivales y es así como muchos han podido acceder a una amplia muestra de artes escénicas.

 

En casi todas las Secretarias o Institutos Culturales del país se tiene la costumbre de hacer memoria fílmica de los Festivales más importantes que organizan. Empero, ya sea por falta de recurso o falta de visión, ni los foros independientes ni las compañías artísticas conservan una grabación por cada proyecto montado y si lo tienen no está grabada con la calidad requerida.

 

Sin embargo, hubo algunos que lograron reaccionar sobre la marcha. El Teatro La Capilla comenzó a transmitir obras a través de la plataforma de zoom; por otro lado la productora Tercera Llamada ofreció un producto exprofeso para ser visto por zoom. El Foro Shakespeare encontró un hueco -entre todo lo que comenzaba a realizarse en la pandemia- y organizó conversatorios nocturnos: Insomnio, donde los artistas conversaban sobre lo que extrañaban de la “normalidad” y cómo estaban sobreviviendo a la pandemia: un viaje a su intimidad; y posteriormente comenzaron a realizar streaming teatral a través de la plataforma NeermeTv de Boletia. Mientras que La Teatrería –entendiendo, pienso, el futuro- se asoció con la plataforma Teatrix para comenzar a subir puestas en escena que puedan disfrutarse desde un smartphone, una table o una smartv. Ahora existe, entonces, Teatrix México donde uno podrá ver producciones escénicas tanto de México como de Argentina y de España.

 

Hasta ahorita nadie -al menos, no he visto- ha compartido su numeralia, pero da esperanza ver que existen compañías y productoras dispuestas a romper el canon escénico.

 

Les guste o no, a los puristas del Teatro, la virtualidad llegó para quedarse y si quieren tener mayor alcance y mantenerse vigentes tendrán que apostar por esta nueva forma de hacer Teatro. La oportunidad es amplia y podrá servir para formar públicos e incluso para generar turismo teatral en cada Estado y en todo el país.

 

La Capilla, El Milagro y Foro Shakespeare ya han experimentando con obras que tienen presencia de público en el foro y también la transmisión vía streaming.

 

No es perder público es aumentar el impacto.

 

Con la adecuada producción y los correctos canales de difusión podrían tener un foro lleno o a la mitad de su capacidad de forma presencial y tener un porcentaje más amplio a través de una pantalla y cuyos espectadores podrían ser no sólo de otros Estados del País si no de otras partes del continente americano o europeo.

 

Resiliencia, sobrevivencia y adaptación es el mantra que la comunidad teatral tendrá que repetirse, cada mañana, para evitar desaparecer del mapa escénico y cultural del país.

 

Debo decir que yo vi un par de obras vía streaming que deseo ver en vivo y reviví otras a las que no había podido llevar a la familia y han pedido verla en vivo en cuanto pase el tema de la pandemia. Desde mi perspectiva, lejos de perder espectadores, acabaron de sumar a tres nuevos espectadores.

 

No se puede vivir del aplauso

Por Viridiana Nárud (@viridianaeunice)

En un mundo en donde el valor de una persona se encuentra determinado por la demanda del mercado, el artista va a la baja de manera estrepitosa. Actualmente, muchas personas pelean por que el arte continúe siendo mera inspiración de las musas, aunque el dolor de panza no permita pensar al artista de manera clara.

 

Recuerdo cuando una productora vino a mí para producirme. Después de mostrarle mi obra y con la condición de que se produciría bajo los más estrictos controles de calidad, cedí mis derechos por una temporada. La producción sería apoyada por empresarios a través de efiartes. Fue sorprendente cuando la productora en cuestión me dijo que no tendría pago ya que otro productor de mayor experiencia le había recomendado no pagarme. Es eso o no te producimos.

 

Para mí ceder esta obra significaba ceder años de trabajo. Parece que algunos productores del arte creen que nos alimentamos de aire, de musas que llegan en la noche después de horas de no haber comido y que los libros crecen en los árboles. Lamento informarles: no es así. El trabajo de un artista no proviene de la inspiración sino de horas de trabajo, estudio; que las librerías y escuelas no hacen excepciones en cobrarnos colegiaturas o libros por sólo decir que somos artistas.

 

Apenas hace unos días atrás, mientras buscaba departamento, me di cuenta que los artistas debemos pagar más por una renta para ser más confiables. ¿Cómo es esto? Debido a los ingresos inestables, se nos invita a pagar más mensualidades para ser más atractivos y sobre todo confiables, cosa que no sucede con un oficinista. Este podría mostrar sus estados de cuenta mensuales y pagar mensualmente la renta.

 

Que en la actualidad se dispute el pago de algunos interesados en el arte, que no son artistas y desean ser portavoces del gremio como si sólo existiera uno, es preocupante. El artista debe cobrar por su trabajo, no interesados del arte, ya que al no cobrar por su trabajo le arrebatan toda dignidad y esperanza.

 

Que productores tomen como pretexto al bajar recursos federales que el artista no debe cobrar por ser joven talento resulta un insulto, porque no es un favor pagarle al artista con su nombre en un flyer. El joven talento debe ser impulsado con un pago para que de esta manera pueda comprar más libros, pagar más talleres, alcanzar la emancipación del hogar y social. El pago es una retribución a las horas de vida que la persona ha invertido en su trabajo. El no pagar a un artista oculta un mensaje claro y cruel: tu vida no vale nada.

¿Como llevaremos al público a las salas?

Johana Trujillo

Mientras veía en Facebook la conferencia de prensa del Colegio de Productores de Teatro y Recio sobre 25 medidas para mitigar el impacto del COVID-19 en las artes escénicas me encontré con un comentario de Pilar Boliver que decía:

“El público es “también” fuente de ingresos para la actividad teatral y precisamente ese va a escasear, por obvias razones!! Muchas obras… poco público. Que onda con el público? Como los llevaremos a las salas?”

Y dado que a mi mente le gusta resolver retos, mi impulso fue responder a cómo los llevaremos a las salas. Comparto algunas ideas que llegaron a mi cabeza:

  1. Desde ahora enviar un mismo correo a todas las bases de espectadores que tienen los teatros de Red de Espacios Culturales Independientes Organizados CDMX así como de compañías y otros foros que tengan dicha estrategia de públicos para preguntarles a sus espectadores:
    • ¿cómo es su situación ahora y cómo ven que será al salir?
    • ¿cómo quieren mantenerse en contacto con el teatro?
    • ¿qué quieren volver a ver en las salas?
    • ¿Qué tienen que hacer los teatros y compañías para volverlos a ver en las salas cuando el aislamiento termine?
    • ¿Cómo quieren mantenerse en contacto con los teatros y compañías desde ahora?
  2. Enviar un código de descuento o pase “nos vemos pronto” y mediante un formulario elegir las obras y teatros en los que le gustaría hacerlos válidos para empezar a hacer una lista de “pre reservaciones” que los teatros confirmarán una vez que ya estén abiertos.
  3. Juntar en una misma base todos los espectadores de teatro que tienen y hacer conversatorios compartiendo el proceso creativo de las obras que son del agrado del público.
  4. Cada compañía mantener contacto con sus espectadores haciendo  las mismas preguntas del punto a y si no tienen una base de datos de sus espectadores será buen momento para iniciar una campaña en redes sociales para llamar a todas esas personas que conocen su trabajo.
  5. Reflexionar en qué ha funcionado y qué no ha funcionado para acercar al público al teatro y empezar a trabajar en ello desde ahora.
  6. Recordar los aprendizajes que les dejó en 2008 la influenza H1N1 y en 2019 el terremoto y qué hicieron para convocar al público con menos butacas para mantener la sana distancia.

Al final de dicha conferencia Ana Francis Mur, de las Reinas Chulas, respondió a los que se preocupaban por eso con:

  1. Campañas de mucha imaginación

Por otro lado, esa conferencia de prensa también me dejó pensando en tres retos que tendrá la comunidad de CDMX al regresar:

  1. Hay más espectáculos que teatro (y por eso proponen el punto 17 que es una coordinación entre espacios institucionales y espacios independientes para programar a espectáculos. Más invito a indagar en dicho reto y encontrar más estrategias)
  2. El retraso en los pagos a los artistas por parte de las instituciones
  3. La desigualdad socioeconómica de nuestro país que quedó más evidente con el coronavirus.

Fuente:
https://www.facebook.com/ColegioProductores/videos/2510542132539389/UzpfSTE1MDI4Nzk4MjI4OTM0OTo1NTE5NDMwNzIxMjM4MzY/

 

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FONCA: Antecedentes, origen, desarrollo y extinción

Fredo Godínez

Prefacio

Yo conocía poco y nada sobre el Fonca. Mi relación con esta Institución se dio cuando Moisés Rosas Silva -Secretario Ejecutivo del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Puebla (CECAP) en 2013- fue requerido por Rafael Tovar y de Teresa para asumir la Dirección General del Fonca. En ese momento quise saber a dónde se iba el Secretario del CECAP con el que había comenzado a tener una relación amistosa. Muchos meses después, me ofreció -a través de Joaquín Alonso, su mano derecha y quien había sido mi jefe directo en la Dirección de Museos del CECAP- la oportunidad de unirme a su equipo en el Fonca. Sin dudarlo, acepté. Siempre tuve el sueño de vivir en la CDMX y trabajar en CONACULTA, Moisés Rosas me estaba abriendo la puerta.

La primera tarea que me dieron fue investigar todo lo que pudiera encontrar en internet sobre el Fonca y cada uno de sus programas. Busqué por todos lados, realicé resúmenes de cada programa, hasta llegar a casi una exposición sucinta del mismo. Y sí, también leí las Reglas de Operación y Tercer Convenio Modificatorio al Contrato de Mandato.

Necesitaba conocer bien a dónde iba a ir parar.

El Programa que tuve a mi cargo por año y medio fue México en Escena, luego debido a mi gran interacción con la comunidad artística que comencé a tener apoyé al Programa de Creadores Escénicos en lo respectivo a la difusión de sus proyectos y después me hice cargo de las Redes Sociales.

I – Antes del Fonca

En agosto de 2014, la revista Tierra Adentro publicó un interesante artículo dedicado a analizar el papel de las becas artísticas y principalmente del Fonca en el desarrollo cultural de México; lo titularon: La República de las Becas. Un repaso al sistema de apoyo a creadores. El número lo coordinó Alicia Quiñones, quien abre el repaso con el texto: Antes del Fonca; donde comenta que el término “política cultura” es reciente y uno de los impulsores es José Vasconcelos:

“Cuando estuvo al frente de la Secretaría de Educación Pública y Bellas Artes (1921-1924) promovió ‘la educación estética del pueblo’, una especie de revolución o reeducación social que incluía la formación en artes plásticas, literatura, música y danza en educación básica; asimismo, impulsó el movimiento muralista mexicano y creó una fuerte campaña sobre el libro y las bibliotecas”

Empero, José Luis Martínez Hernández en el texto El estado mexicano y la creación artística -publicado dentro del libro Arte y Cultura en Movimiento. 20 años del Fonca– comenta:  

“La tradición mexicana de apoyo y estímulo a sus creadores se remonta al mundo prehispánico, donde a todos aquellos que demostraban aptitudes para la danza, el canto, las artes escénicas y manuales se les eximía del pago de tributos, contribuyendo además a su alimentación y subsistencia. Durante los tres siglos del virreinato, este apoyo toma nuevas formas venidas de Europa, como el mecenazgo y el encargo de obra, en particular en la arquitectura, la escultura, la puntura y las artes aplicadas”

En ese mismo texto comenta en unas notas al pie:

“Maximiliano de Habsburgo otorgó, en 1886, una beca a Melesio Morales para estudiar en Italia. El presidente Porfirio Díaz y Justo Sierra apoyaron con una beca a Ricardo Castro para perfeccionar su educación musical en Europa y a Roberto Montenegro para estudiar en Madrid y París. En 1907, Teodoro Dehesa, gobernador del Estado de Veracruz, dio una beca a Diego Rivera para estudiar en Europa”.

A esas políticas culturas iniciadas por Vasconcelos desde su paso por la UNAM comenzarían a rendir frutos con la creación del Instituto Nacional de Bellas Artes en 1946 durante el gobierno de Miguel Alemán y posteriormente con la creación del Consejo Nacional para Cultura y las Artes en Diciembre de 1988.

II – Creación del Fonca

En Arte y Cultura en Movimiento. 20 años del Fonca, Héctor Vasconcelos en el texto Orígenes, escrito exprofeso para dicha publicación, comenta:

“Acaso una de las primeras formulaciones del concepto de un fondo para la creación artística tuvo lugar en un cuarto del King´s College de la Universidad de Cambridge. Corría el año del Señor -diría Thomas Mann- de 1970. Octavio Paz, a la sazón titular de la Cátedra Simón Bolívar de dicha universidad británica, solía visitar con su esposa, Marie-Jose, mi cuarto de estudiante, a veces solos, otras veces en compañía de amigos comunes como Eliza Breton (viuda de André), John Kenneth Galbraith, Lucía Santa Cruz, Claudio Arrau y otros. Recuerdo que ahí hablamos de la conveniencia de que en México existiesen mayores estímulos estatales para la creatividad artística. Galbraith, con quien yo había tomado un curso sobre financiamiento de las artes en Harvard, sostenía que en ninguna parte del mundo la cultura es sustentable por sí misma a través de los mecanismos del mercado: el Estado o la iniciativa privada debían subsanar déficits”.

Alicia Quiñones -en el artículo mencionado líneas arriba- señala que Octavio Paz escribe en 1975 el artículo Declaración de a libertad del arte en Excélsior y comparte el siguiente extracto:

“Es bueno que se pida la colaboración de escritores y artistas para, entre todos, buscar la manera de cambiar la orientación, efectivamente burocrática, de las actividades del Estado en materia de literatura y de arte […] debe gastarse menos en administración y más en ayuda de los creadores y productores de arte y literatura […] el INBA debería de dar becas a los escritores y artistas jóvenes. Lo ideal sería construir un fondo para el fomento a la literatura y el arte, que funcionase de manera independiente y destinado a ayudar a escritores y artistas dentro de la máxima libertad estética e ideológica”.

Ese mismo año en la revista Plural, escritores como: Octavio Paz, Luis Villoro, Salvador Elizondo, Gabriel Zaid, Juan García Ponce, José Revueltas, José de la Colina, Vicente Leñero, Carlos Monsiváis, Alí Chumacero, Jorge Ibargüengoitia, María Luisa Mendoza, José Emilio Pacheco, Carlos Pellicer, Rodolfo Usigli, Fernando Benítez, Tomás Segovia, Julieta Campos, Jaime García Terrés, Emilio Carballido, Elena Poniatowska y Juan José Arreola, publicaron una declaración bajo el título de Ideas para un Fondo de las Artes; donde -según Quiñones:

“se proponía que la Institución rectora de estos apoyos debía ser autónoma, que concentrara y distribuyera recursos destinados a la creación y promoción del arte de diferentes dependencias, pero que a su vez no formara parte de la administración pública; se planteaba, pues, una descentralización de la vida cultural, que apoyara a los creadores en distintos estados de la República, destinando la mitad del presupuesto para este fin”.

Y más adelante, Quiñones comparte un extracto de dicha carta:

“Todos los subsidios otorgados estarán sujetos a escrutinio público, a través de una lista donde se indicará quién recibe cuánto para hacer qué. También será públicos los ingresos de la junta, los jurados, visitadores, el administrador y el personal administrativo. […] Hemos sido testigos, en nuestra época, de la reaparición del prejuicio bárbaro que atribuye al Estado poderes especiales en el campo de la creación literaria; también hemos sido testigos de sus nefastos resultados, lo mismo en el campo del arte que en el de la moral: obras mediocres y literatos serviles. Esta observación es aplicable a las otras artes no verbales, como la música, la pintura, la escultura y la arquitectura”.

Sin embargo, tuvieron que pasar quince años para que un 2 de marzo de 1989 se creará el Mandato Irrevocable Número 10886-1, denominado Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA), donde según reza el Mandato:

“la Secretaría de Educación Pública, a través de “El Mandante”, celebró con el “El Mandatario”, en aquel entonces Sociedad Nacional de Crédito, hoy Sociedad Anónima, un contrato de mandato cuya finalidad consistió en la creación de un mecanismo financiero mediante el cual recibieran donativos del Estado y de la sociedad civil para apoyar la creación y difusión de los bienes artísticos y culturales, así como la conservación de nuestro patrimonio cultural. A dicho contrato de mandato se le identificó como Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (en los sucesivo “el Mandato”), para tal efecto, se otorgó un monto de cinco mil millones de pesos en la unidad monetaria vigente en esa fecha[1]

A partir de ese momento la comunidad cultural en conjunto con las autoridades gubernamentales dieron vida al Fonca.

III – 31 años del Fonca

A lo largo de los 31 años de existencia, el Fonca ha tenido como Directores Generales a: Héctor Vasconcelos, María Cristina García Cepeda, José Luis Martínez, Mario Espinosa Ricalde, Raúl Zorrilla, Martha Cantú Alvarado, Irma Caire Obregón, Moisés Rosas Silva, Juan Meliá Huerta, Mario Bellatin, Marina Núñez Bespalova y, actualmente, Adriana Konzevik Cabib.

Tiene y ha tenido los siguientes Programas: Sistema Nacional de Creadores de Arte (SNCA), Jóvenes Creadores, Creadores Escénicos, Músicos Tradicionales Mexicanos, Compañía Nacional de Teatro (CNT), Programa de Producción Radiofónica, Concurso de Producción Radiofónica, Centro de Experimentación y Producción de Música Contemporánea (Cepromusic), Centro de Producción de Danza Contemporánea (Ceprodac), Estudio de Ópera y Bellas Artes (EOBA), Fomento a Proyectos y Coinversiones Culturales, México en Escena, Teatro para la Comunidad Teatral, Programa “Edmundo Valadés” de Apoyo a la Edición de Revistas Independientes, Encuentro Nacional de las Artes Escénicas (Enartes), Becas para Estudios en el Extranjero, Programa de Residencias Artísticas, Programas de Residencias Artísticas para Creadores de Iberoamérica y de Haití en México, Programa de Apoyo a la Traducción de Obras Mexicanas a Lenguas Extranjeras (ProTrad), Artes Aplicadas, Cátedra Cultura de México, Apoyos Especiales, Programa México: Puerta de las Américas, Programa Escritores en Lenguas Indígenas, Premio Nacional de Artes y Literatura; entre otros. Recientemente se han anexado al Fonca: Programa de Estímulos a la Creación y Desarrollo Artístico (PECDA) y Fondo Regional para la Cultura y las Artes (FORCA).

Y según el mismo Fonca, en estos 31 años ha otorgado 22,826 apoyos, estímulos y becas a la creación artística en 96 disciplinas y especialidades, y ha apoyado a más de 19,000 creadores individuales y 3,825 grupos artísticos con distintas vocaciones y lenguajes. Todo eso se ha reflejado en: más de 125 mil obras en las siguientes disciplinas: Artes aplicadas, Artes visuales, Artes y Tradiciones Populares, Circo, Danza, Diseño, Arquitectura, Gestión y estudios culturales, Historia, Interdisciplina, Letras, Letras en lenguas indígenas, Medios audiovisuales, Música, Restauración y Teatro.

IV – Extinción del Fonca

El pasado 2 de abril del año en curso, se publicó en el Diario Oficial de la Federación un Decreto por el cual se ordenaba la extinción inmediata de los fideicomisos existentes en distintas áreas del Gobierno.

El 7 de abril, después de unos días de silencio que sirvieron para cimbrar el miedo y la especulación, Alejandra Frausto -Secretaria de Cultura Federal- informó que: 7 fideicomisos desaparecerán y hemos hecho todo lo posiblemente legal para defender la permanencia del Fonca, Foprocine y San Ildefonso. Luego aclaro que todo está en manos de Irma Sandoval, titular de Secretaría de Función Pública, y de Arturo Herrera, titular de Hacienda.

Días posteriores, Irma Eréndira Sandoval -Secretaria de Función Pública- acusó sin hacer distinciones que todos los fideicomisos gozaban de “opacidad y corrupción”.

El pasado 17 de abril, la Secretaría de Cultura compartió un comunicado donde se informaba lo referente a los fideicomisos que existían dentro de la misma. Sobre el Fonca se dijo:

“el Fonca será incorporado a la estructura orgánica de la Secretaría de Cultura, lo que permitirá contar con reglas de operación claras, transparentes y sin espacio a la corrupción. Además de dotarlo de certeza jurídica, reconociendo como un Sistema Nacional de Creadores que abarca desde los jóvenes creadores de los estados hasta los eméritos en todos los campos de la creación[2]”.

Lo trazado por toda una comunidad cultural se decidió tirar por la borda. El subtexto deja claro que el actual régimen veía al Fonca y la comunidad cultural como entes corruptos. Y si quedan dudas, habrá que recordar el tweet de Irma Eréndira Sandoval ese mismo día:

“Se acabó el FONCA salinista, nacido para controlar a los rebeldes y premiar a los compadres.

Nace un nuevo sistema de apoyo transparente a todos los creadores del país.

[…]

El golpeteo fue mero oportunismo[3]”.

Al siguiente día comentó lo siguiente, también en Twitter:

“Serénense artistas.

1) Es un hecho histórico que Salina creó FONCA en marzo de 1989, para mitigar las críticas al fraude electoral.

2) Pero “origen no es destino” y por supuesto que reconozco la gran valía de la comunidad artística.

3) Hoy @cultura_mx tiene rango SECRETARIAL

[…]

Flaco favor hacen a la cultura quienes añoran las formas del pasado.”[4]

Si alguien tenía dudas de la extinción del Fonca, Irma Eréndira Sandoval -y no Alejandra Frausto– lo dejo bien en claro.

El Fonca tal y como se conoce paso a la Historia y de las formas más erróneas. Se ha acusado a dicha Institución de forma arbitraria y sin tener pruebas, concretas, en la mano.

Como bien explica Christopher Domínguez Michael en un artículo publicado en Letras Libres[5], la extinción del Fonca de parte de este régimen obedece a un acto de mala fe.

Por otro lado, Pedro Ángel Palou en su columna Desestimar la cultura, publicada el pasado miércoles en Contra Réplica-Puebla; deja en claro la relevancia que el Fonca tuvo para la Cultura de México:

“[…] el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes ha sido todo menos clientelar, ha sido transparente y ha permitido que jóvenes de todo el país pudieran existir en el concierto cultural, sin tenerse que ir por vez primera a la capital del país. Miles de proyectos culturales han visto la luz, se han desarrollado y han florecido gracias a los estímulos del Fondo. Es un profundo error prescindir de un mecanismo -como todos, perfectible- que en este tiempo nos ha permitido crecer con menos inequidad y promover decididamente el teatro, la danza, la música, las artes plásticas, la literatura, las lenguas indígenas, los proyectos de coinversión, la investigación cultural y artística. Museos, revistas, editoriales independientes, compañías de teatro y danza, a lo largo y ancho de la república sin otro compromiso que el de crear”[6].

El daño está hecho y el Fonca, tal y como lo conocemos dejará de existir paulatinamente.

En su portal, Letras Libres reunió varias voces de miembros de la comunidad artístico-cultural hablando sobre el “asesinato” que el régimen de Andrés Manuel López Obrador le realizó al Fonca. Vale la pena leerlo: Adiós al Fonca tal y como lo conocemos[7].

Colofón

Muchos en redes sociales festejan, pues han entendido que el Fonca fue salvado. La ceguera o el apoyo ciego a este régimen nos les permite ver la realidad. Y lo dijo claramente, Marina Núñez Bespalova en la entrevista que días atrás tuvo en Noticias 22[8]:

“lo vamos a poner en estructura a través de una Dirección General. Aprovechamos el único decreto que existe, que es el del Sistema Nacional de Creadores (SNCA) y en ese decreto vamos a incluir otros Programas, además del SNCA. […] Ahora lo que vamos a hacer es integrar este Sistema, realmente hacerlo un Sistema; vamos a integrar a Jóvenes Creadores, vamos a integrar algunas otras piezas que pueden hablarnos de todo un cuerpo, de un todo. Así como casi siempre se hacen símiles con el Sistema Nacional de Investigadores, por ejemplo, donde hay distintas categorías de investigación, algo muy similar estamos intentando formar con el SNCA. Esto le va a dar certeza jurídica a, como mínimo, 7 programas que maneja el Fonca. […] No va a desaparecer ningún Programa. Se están reordenando. […] El Fonca no va a cambiar sus mecanismos de selección. […] Lo sustancial del Fonca, el corazón del Fonca, ese permanece. […] Es un proceso largo. De la noche a la mañana no se cambia de figura. Esto continua.  […] tenemos la gran posibilidad de que el Fonca sea o como se llame la Dirección General […]

En resumidas cuentas, van a buscar conservar la esencia del Fonca; pero este se ha extinguido tal y como lo conocemos, se pensó y configuró por algunas de las plumas y artistas más brillantes que ha tenido México. Ni siquiera saben si por mera nostalgia se va a seguir llamando Fonca o no.

Habrá que estar vigilantes.

Posdata: Este mismo día en el portal electrónico de Gluc (https://gluc.mx/) podrán encontrar mi columna intitulada: Defender al Fonca es pelear por la Historia Cultural de México, donde abordo mis motivos y razones por las cuales muchos tendríamos que estar obligados a defender este tipo de Instituciones y Programas.

Fuentes:

  1. Fondo Nacional para la Cultura y las Artes. 18 años de inversión en el patrimonio vivo de México. (México, 2006).
  2. Arte y Cultura en Movimiento. 20 años del Fonca. (México, 2010).
  3. La República de las Becas. Un repaso al sistema de apoyo a creadores. Revista Tierra Adentro (México, 2014).
  4. https://gluc.mx/opinion/amlo-extingue-fideicomisos-fonca-desaparecera
  5. https://www.gob.mx/cultura/prensa/a-31-anos-de-su-creacion-el-fonca-se-afianza-como-la-mas-importante-institucion-mexicana-de-estimulos-a-la-creacion-artistica-y-cultural-y-consolida-su-dimension-nacional?state=published.

[1] https://fonca.cultura.gob.mx/marco-normativo/

[2] https://www.gob.mx/cultura/prensa/secretaria-de-cultura-informa-sobre-resultado-de-gestiones-acerca-del-decreto-que-extingue-los-fideicomisos?idiom=es

[3] https://twitter.com/Irma_Sandoval/status/1251518706875686912

[4] https://twitter.com/Irma_Sandoval/status/1251703827205550080

[5] https://www.letraslibres.com/mexico/cultura/poca-y-mala-fe-el-fonca

[6] https://puebla.contrareplica.mx/nota-Desestimar-la-cultura202022438

[7] https://www.letraslibres.com/mexico/cultura/adios-al-fonca-tal-y-como-lo-conocemos

[8] https://twitter.com/FONCAMX/status/1252802403516153861

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