Neva: una matrioska ficcional

Un juego actoral con buenos resultados.

Por Pablo Iván García (@garciapabloivan)*

neva

Neva es un río en el noroeste de Rusia, pero también se refiere -erróneamente- al verbo nevar en tercera persona. La ambigüedad es parte de la propuesta de este montaje del colectivo mexicano Bestias, donde atendemos a una anécdota sencilla: tres actores intentan realizar un ensayo mientras esperan la llegada de su director, en un teatro de San Petersburgo, a principios del siglo XX.

 

La metalepsis es una herramienta narrativa muy recurrente en la actualidad. Consiste en superponer distintos niveles de ficción en una misma historia. “Neva”, del escritor chileno Guillermo Calderón, bajo la dirección de Paulina Adame, hace uso de dicho recurso, lo cual resulta atractivo para el espectador.

 

Sobre el escenario se encuentra el personaje de Olga Knipper (interpretada por Bertha Vega), viuda del recién extinto Anton Chéjov -quien se volverá uno de los principales referentes de la literatura rusa-. De este modo, “Neva” transcurre sobre las disertaciones de la experimentada Olga con los jóvenes Aleko (Christian Diez) y Masha (Miranda Rinaldi); los tres ejecutan roles de la obra que está en proceso de estrenarse -“El jardín de los cerezos”-, además de improvisar otros papeles.

 

Aleko, por ejemplo, lleva a cabo un logrado monólogo, donde encarna a un personaje inspirado en los textos de otro monstruo literario: Fiodor Dostoyevski. La misma Olga no sabe si el monólogo ha sido actuado o es un discurso auténtico del muchacho. Este juego se repite en diversas ocasiones, en general con buenos resultados: el público olvida la historia de la cual está siendo testigo y entra sin problemas en distintas convenciones.

 

Sin embargo, “Neva” va mostrando poco a poco su endeble estructura. En su afán por mostrar situaciones casuales dentro de la anécdota, el libreto de Guillermo Calderón se percibe por momentos anticlimático, es decir: en vez de que el interés del espectador vaya en ascenso, éste decae durante la segunda mitad del espectáculo.

 

Las actuaciones son solventes, pero el juego basado en personajes que a su vez interpretan y juzgan a otros personajes, puede llegar a ser redundante. La obra definitivamente pierde fuerza en el momento en que su discurso deja de lado la ironía y, con aire de solemnidad, explora de forma anquilosada tópicos como la Revolución Rusa, así como ideas filosóficas relacionadas con la pertinencia del teatro como manifestación artística.

 

NEVA
Dramaturgia: Guillermo Calderón
Dirección: Paulina Adame
Con: Miranda Rinaldi, Bertha Vega y Christian Diez
Foro Shakespeare – Teatrino
Zamora 7, col. Condesa
Viernes 20:30 hrs.
(hasta el 26 de septiembre )

 

*Dramaturgo.