WENSES Y LALA
CONOCER PARA PODER AMAR
Por Johana Trujillo* (@jOtrujilloA)
Ya un amigo me había recomendado ver “Wenses y Lala” en su temporada el año pasado en el Teatro La Capilla. Fue hasta este año, 2015, que tras la invitación de Sandra Narvaez, responsable difusión de la obra, me decidí a verla, hacía mucho que no iba al foro en el que desarrollé el gusto por ver teatro.
Una mujer y un hombre sentados en una banca de madera esperan a que entre el público. Ella nos mira y nos sonríe. En un momento, sin llamadas, las luces se van apagando para que ella nos hable. “Wenses y Lala” nos contarán su historia, y antes, nos aclaran que están muertos para que no andemos con lloriqueos al final.
Se conocieron cuando ella fue por el mandado a la tienda de los padres de Wenses, y el perro le mordió la pierna. Sucesos trágicos los reúnen en el orfanatorio para terminar creciendo juntos, como amigos, hasta que el amor fue reconocido y mantenido hasta la muerte. Ella, con un vestido blanco y su chalina blanca. Él con un saco gris, camisa blanca, sombrero y pantalón negros. Es la vestimenta de uno de los momentos más importantes de sus vidas, porque uno decide estar vestido como en sus mejores momentos. Su boda fue uno de ellos.
La historia, escrita y dirigida por Adrián Vázquez, es muy sencilla como la escenografía. Basta sentarse en el lugar donde inició todo para recordar lo bueno y lo malo, la felicidad y la tristeza. Decir tu nombre y hacer saber lo que haces en la vida abre la puerta a la confianza. Lala pedirá el nombre a alguno de los asistentes para generar un ambiente de confianza. Ellos primeros, y nosotros después, compartimos nuestras historias para celebrar lo que es la vida. ¿De qué te acuerdas? ¿Cómo es esa persona de la que te enamoraste? ¿Cómo se enamoraron, se amaron, envejecieron y murieron?
El trabajo de ambos actores, Adrián Vázquez (No fue precisamente Bernardette o El hijo de mi padre) y Teté Espinoza es de una naturalidad que nos atrapa, nos saca risas o nos deja sorprendidos antes los golpes que nos puede dar la vida. La iluminación va acentuando lo que cada uno nos va contando.
Para mí, “Wenses y Lala” es una muestra de que el minimalismo puede conmover, sólo basta un trabajo actoral bien ejecutado con una historia entrañable, y bien contada. Salgo sorprendida de lo conmovidos que han quedado los espectadores que me acompañaron en esa función. Simplemente, no se puede apreciar y amar lo que no se conoce.
* Diseñadora gráfica, apasionada por mejorar el entorno conociendo y entendiendo lo que inquieta a los clientes. Con 9 años de experiencia en proyectos de identidad gráfica y editorial y 7 años en la comunicación y marketing de las artes. Entre lo logros que puede contar están fundar Distrito Teatral para ayudar a incrementar la demanda teatral y mostrar el teatro como una opción de entretenimiento. Hoy quiere crear nueva audiencia para los eventos culturales en www.salasllenas.mx
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