Acercar el teatro a la gente. Parte 2

Por Johana Trujillo

Segunda parte. 
La ciudad que La Quinta Teatro conoce al recorrerla con la GIRA CALLEJEANTE DEL COLOR es muy particular. Les ha permitido conocer lugares que no imaginaban que existieran en ella. En la periferia, una parte de la gente es agreste. Tiene mucha expectativa sobre lo que va a ver, pregunta, se acerca, colabora. En la colonia Miravalle, por ejemplo, es desolado, con poco movimiento, incluso parece extraño que un grupo de gente comience a hacer calentamiento físico, o mueva cosas para trabajar. Al centro, como en la delegación Benito Juárez, no le importa nada; prefiere hacer ejercicio o jugar futbol que detenerse a ver un espectáculo de teatro de calle.

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La experiencia de la GIRA CALLEJEANTE DEL COLOR les ha traído muchas satisfacciones, como ir a Tepito. Fue una de las experiencias más curiosas por su ambiente hostil. En las unidades habitacionales que existen ahí, donde se vive violencia intrafamiliar, se trafica y consume droga a la vista de todos; antes de la función había habido un tiroteo que dejó un ambiente tenso. A pesar de eso, el público vio su espectáculo. Para el grupo, abrir una posibilidad en un ambiente así es algo muy valioso.

“En Tepito, los niños tienen una forma particular de expresarse. Regularmente es a base de groserías y violencia. Algunos niños que la vieron desde sus edificios, gritaban que había estado aburrida la obra. Lo curioso es que en el fondo de su comentario, había un profundo interés hacia ella. Sus recursos para expresarse eran esos, porque en realidad, eran niños que habían visto el espectáculo de desde arriba.“ comenta Salomón, el director escénico.

Bajo la mirada de Carolina, un de las integrantes, hay zonas donde el público no está tan viciado. Todo lo recibe abiertamente, sin emitir un juicio sobre el trabajo, simplemente comparte con ellos. Internamente los ha llevado a hacer actividades que los actores normalmente no hacen: limpiar la calle o platicar directamente con los espectadores, invitarlos a asistir a la función.

“Incluso se ha acercado gente no formada en teatro a querer integrarse, espectadores que han visto la obra. “¿Si hay posibilidad de integrarse? ¿Cómo entrenan? ¿están completos?” Preguntas que demuestran el interés de acercarse al grupo. Que lo que haces si toca a las personas de tal forma que también quisieran hacerlo.“ complementa la actriz Paola Quintana.

Las comunidades alejadas funcionan más como pequeños pueblos y con organizaciones locales. Eso permite más disposición y facilidad para presentar el espectáculo. Hacia el centro se tiene que hacer labor de convencimiento, dialogar más, contextualizar para dejar claro que sólo es una experiencia momentánea, sin más pretensiones políticas.

Al hablar de las dificultades a las que se enfrentan con esta gira, una de ellas es que no están en un espacio amable; la gente es diferente en una delegación y otra. Eso implica dialogar sobre su propio trabajo en un lugar donde no necesariamente les permiten quedarse. En la Ciudadela, en un momento que estuvieron ensayando, tuvieron que generar un diálogo con los vagabundos que ahí viven, gente que no los quería ahí. Además, lo más complicado es la gestión. Hacerte de los recursos y permisos para presentar el espectáculo. Buscar que se abran las puertas a través del diálogo.

VIAJEROS…LA HISTORIA DEL SEÑOR DE LOS 7 COLORES dará una función el 20 de julio en el Monumento a la Revolución, y una función en el Mercado de Jamaica, aún por confirmar. Actualmente, la compañía está preparando su próximo espectáculo a estrenar en noviembre en el CENART.