Reseña: EN LA RUINA DE LOS NÁUFRAGOS

O UN VISTAZO A LOS RESTOS QUE ME SIGNIFICAN
Por Fredo Godínez

I
El título de esta obra es un apocalipsis elevado a la doble potencia. El naufragio es sinónimo de derrota, de extravío y las ruinas, son eso: restos, lo que queda de algo o de uno; la constancia de que algo o alguien estuvo ahí, pero que no pudo sobrevivir a los cambios, las inclemencias.
¿Suena deprimente, no?
Empero, En la ruina de los náufragos es un auténtico acto de amor, un salvavidas, un remanso ante este mundo que parece desmoronarse y donde muchos parecen simples espectadores.

II
Tres son los actores que más que actuar se desnudan ante el espectador y le comparten su tesoro más preciado, eso que los hace saber quiénes son y de dónde vienen: los recuerdos. Recuerdos que servirán para llevar al espectador a un viaje a lo largo de la historia de este país, a través de la historia de sus familiares: abuelos y padres; esos héroes anónimos que día a día levantan una familia, un país y que –probablemente- nunca aparecerán en ningún libro de texto escolar. Dichos recuerdos se acompañan/refuerzan de una serie de objetos y movimientos actorales que ayudan a hacer más tangible la herencia narrativa. A lo largo de la obra se proyectan una serie de frases que ayudan a comprender la importancia que tiene el recuerdo/la memoria en el imaginario colectivo.

III
La memoria y el recuerdo son más que eso. Muchos son los escritores que le han dado cabida a compartirnos sus recuerdos y son joyas literarias: Me acuerdo de Georges Perec; Me acuerdo de Joe Brainard; Yo también me acuerdo de Margo Glantz; o El arte de la fuga, El viaje, El mago de Viena, Una autobiografía soterrada y Memoria de Sergio Pitol. Y pienso que le han dado importancia al ejercicio de recordar, pues la memoria es medicina contra el olvido, es resistencia ante la muerte, es ofrecerle al otro un pedazo de historia y contarle aquellos episodios que no conforman la “Historia de bronce de México” o de cualquier país, pero que sí han contribuido a transformar a una nación.
Ante un mundo tecnológico, donde una noticia se vuelve pasado en menos de un minuto. La memoria se convierte en el refugio de aquello que nos conforma, nos duele y nos define. Sin memoria, no tenemos historia y por ende, no somos nada. Sin recuerdos estamos condenados a la extinción y el olvido.
En la ruina de los náufragos -más que una obra tradicional de teatro- es un momento íntimo, donde los actores comparten con el espectador sus historias personales con el afán de encontrar un refugio para seguir viviendo, para no morir en el infierno más cruel: el olvido. También es una invitación a viajar a nuestros propios recuerdos y así comprender nuestras herencias. Es, también, una exigencia a no dejar morir el paraíso de la palabra escrita y hablada, pues es -quizá- el único lugar en el que ningún gobierno represor podrá irrumpir.
En la ruina de los náufragos recuerda al espectador que aún existen motivos para no perder la esperanza de algún día habitar un mundo mejor y que la inmortalidad existe: se llama recuerdo.

IV
Siempre he tenido un conflicto personal, si analizo mi herencia inmediata, me cuesta trabajo entender quién soy. Mi afinidad por las artes, siempre he creído no provienen de mi familia y no se diga mi condición de soledad y contemplación. Mientras veía la obra, comencé a recordar las historias que me han contado mis primos, mis tíos y mis abuelas; y entonces comprendí que en mis abuelos hay raíces que contribuyeron a ser lo que soy. Nunca conocí a mi abuelo paterno, pero me relatan que solía encerrarse en un cuarto a escuchar jazz, mientras leía un libro y bebía una copa de vino. También narran que siempre le gustaba tener visitas y grandes comilonas en su casa. Siempre he soñado con un gran cuarto propio que albergue mi biblioteca y donde pueda sentarme a escribir y leer; de igual forma, siempre he anhelado tener una gran mesa donde pueda sostener grandes comidas y platicas con muchas personas que estimo.
En la ruina de los náufragos, dicho de otra forma me recordó que los restos, las ruinas o los cimientos son constancia de un pasado que me define, me conforma, me significa.

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“En la ruina de los náufragos”
Dramaturgia: Francisco de León y Bruno Ruiz.
Dirección: Bruno Ruiz.
Elenco: Daniela Bustamante, Dulce Mariel y Jorge Rojas.
Casa Actum: Héroes del 47, no. 9, Col. San Diego Churubusco, Del. Coyoacán.
Sábado 7:00 PM y domingo: 6:00 PM, hasta el 10 de septiembre de 2017.

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