SOY EL CÍRCULO TEATRAL

Soy el Círculo Teatral, me localizo en una de las casas señoriales de la Colonia Condesa, para mayor exactitud en la calle de Veracruz 107, muy cerca del parque España, de donde me llegan sus frescos aires. Fui fundado en 2004 por Alberto Estrella y Víctor Carpinteiro, quienes se han preocupado que yo me haya ido fortaleciendo.

Cumplo una triple función, por un lado soy una escuela para actores, por otra cuento con una cafetería, donde surgen ricas charlas y lo más importante cuento con un espacio, que se ha preocupado por impulsar básicamente obras de dramaturgos mexicanos y latinoamericanos.

Hemos tenido un sinnúmero de temporadas interesantes, entre ellas “El deseo” de nuestro gran amigo Víctor Hugo Rascón Banda, dirigida por Max Ferrá, con las actuaciones de Ofelia Medina y Víctor Carpinteiro; asimismo se presentó con gran éxito “Cita a ciegas” del dramaturgo argentino Mario Diament, bajo la dirección de Barclay Goldsmith, realmente Fernando Becerril se lució en su papel de escritor ciego; en 2011 se presentó “En el centro del vientre” escrita y dirigida por Medardo Treviño, con las actuaciones memorables de Cecilia Toussaint y Alberto Estrella.

Mi escenario está diseñado para el teatro de cámara, permite una interacción muy cercana entre actores y públicos, se genera una gran energía, esa que requiere el teatro, un hecho convivencial, por excelencia. También albergué una residencia del grupo Colectivo El Arce, con tres montajes dirigidos por Ignacio Escárcega, “Tutoriales”, “Finea en el Papaloapan “ y “El camino sin sol”, ésta última dirigida al público infantil.

Mi nombre me gusta Círculo Teatral, me remite a que el escenario no deja de girar en su afán de generar hechos escénicos que desplieguen un profundo impacto a quien los mire.

También tuvimos una  exitosa temporada de “Una especie de Alaska” escrita por Harold Pinter, y dirigida por José Caballero, que en Lucero Trejo tiene una gran intérprete, uno de esos trabajos interpretativos que difícilmente se olvidan.

Confío en seguir dando la oportunidad  de nuevas obras, porque también se apoya a los jóvenes actores, lo más importante es que el teatro prosiga, ya que nos permite conectarnos con nosotros mismos, y con la sociedad que nos rodea. ¡Viva el teatro!

Por Perla Schwartz (2014)