Ensayo: ¿SE DEBE CELEBRAR EL DÍA MUNDIAL DEL TEATRO?

Por Viridiana Nárud (@viridianaeunice?

¿Se puede celebrar el día mundial del teatro cuando los artistas que no se encuentran dentro del Sistema mueren de hambre? Si el artista trabaja en una obra personal es tachado de egoísta y flojo. No tiene derecho a solicitar una beca puesto que no trabaja para una comunidad de escasos recursos ni le enseña lo que debe pensar según el Sistema. Este tipo de pensamiento es el que promueve Avelina Lesper, Jesusa Rodríguez y otros que prefieren el silencio aunque éste dañe a su gremio como Mario Bellatin.

Esparcir la idea de que el artista al hacer su arte no trabaja, no sólo es mentira, olvida la historia del arte y cómo muchos de estas personas que ahora llaman flojos, dan su vida por su quehacer artístico. En México, en los 70, existió un pintor que nadie conoce: Gerardo Zaar. Murió en la miseria sin una beca ni fama. Es uno de los pintores más enigmáticos que he visto. Su obra no se ve en museos ni galerías. Cuelga en la pared de mi tía ya que intercambiaba sus cuadros por comida.

He visto actores jóvenes perder lentamente la razón porque un actor que no actúa muere en vida. Porque al no ser parte de un grupo selecto de amigos no les dan la oportunidad. ¿El Sistema ha corrompido el espíritu del arte? No. El Sistema no ha hecho nada que los mismos representantes no hayan querido. El Sistema no es un ente que se gobierne a sí mismo. Son personas quienes lo gobiernan y lo corrompen. ¿Por ello deben dejar de existir estos apoyos? No. Más bien deben de dejar sus puestos quienes lo han corrompido y no permitir que las mismas personas lo representen. Un jurado no puede permanecer años dictaminando el X Premio Joven de Dramaturgia. Pierde frescura y se vuelve canon.

El arte es la expresión de la cultura de un país. Al buscar erradicar su voz se aniquilan las voces de aquellos que no la tienen. El arte también en buenas manos puede hacer de un país un centro de encuentro de empresarios y turismo. El caso de Venezia tendría que ser un ejemplo. Un puerto que por la peste quedó sumergido en la miseria hasta que en 1932 gracias al Festival Internacional de Venecia se vuelve a estar en la mira para después convertirse en centro de encuentro del arte gracias a este festival y la Biennal de Arte.

Dejemos que el artista haga su arte. No pretendamos que sobre él recaigan políticas que el estado no puede atender. Dignificar el trabajo del artista tendría que ser la lucha de todo aquel compañero que ostenta el poder en el senado. Crear políticas que permitan la exposición y venta de la obra tendría que ser su deber. Encargarse de que las fundaciones privadas como la Fundación Slim compren y apoyen el arte en mexicano y no que compren las baratijas de artistas consagrados. ¿No sería mejor que en lugar de retirar el apoyo a fundaciones privadas que compran arte con los impuestos de los mexicanos, compraran arte a artistas mexicanos?

No se trata de hundir un bote porque sólo unos pocos pueden estar en él. Se trata de crear nuevos barcos en donde todos tengan derecho de subir. Democratizar el arte no es eliminar los apoyos porque unos cuantos corruptos mantengan el poder. Se trata de quitar a los corruptos que corrompen al arte. El trabajo de los artistas ya se encuentra en resistencia. Piensen en todos los egresados de arte en México anualmente y en las pocas ofertas culturales que tenemos. Piensen cuántos nombres se repiten en la cartelera. Equilibrar la balanza es el deber de quienes nos mantenemos en resistencia. No de hundirla.