Edipo: nadie es ateo rendirá homenaje al escenógrafo e iluminador Alejandro Luna

Por Johana Trujillo A. 

Dos funciones especiales en el Teatro Esperanza Iris permitirán apreciar el trabajo de Luna en su totalidad.

David Gaitán escribe y dirige Edipo: nadie es ateo, una reinterpretación de la clásica tragedia griega enfocada en la búsqueda por la verdad, reformulada a la actualidad en una pieza con solo cinco personajes: Edipo, Yocasta, Creonte, Tiresias y un mensajero.

Una peste terrible azota a Tebas. Sin razón aparente, animales han ido muriendo de a poco. Edipo no quiere llamar a Tiresias porque no quiere que decisiones se basen en oráculos. Sin embargo, por petición de todo el pueblo tebano, acepta. Tiresias dice: “Un humano se coló entre las bestias. Secuestró todo el salvajismo disponible. Encuentren al animal y Tebas renacerá.”

“Creo que al estar haciendo este reestreno después de la pandemia, hay muchas más capas de lectura que sólo una historia que cuenta la peste que hay en Tebas y como unos gobernantes buscan darle solución a ello mientras atravesamos conceptos como la verdad y la fe de manera muy intensiva, lúdica, con mucho sentido del humor”, dice Gaitán en entrevista para Distrito Teatral.

“Lo edípico hoy puede ser entendido como un modo de relacionarse con los pares, la política y hasta la realidad. El peso de este antecedente, imposible de pasar por alto, determinó en buena medida la escritura de Edipo: nadie es ateo y su puesta en escena.”

La reflexión particular que esta versión ofrece con respecto a montajes tradicionales del mito, es en torno a la verdad: “Para dar con el responsable de la peste que azota Tebas, Edipo propone a su pueblo un acto performático: decir la verdad a toda costa, preguntar lo que no se sepa, activar las conversaciones que se tienen catalogadas como prohibidas y desmontar la censura”, advierte el director de escena.

Dos frentes se abordan en la obra de manera simultánea. Por un lado se genera una narrativa en pro del efecto revelador que tendrá el espectador que desconozca el mito original; por otro, salpica el montaje de referentes que —para la gente que esté familiarizada con la historia y su desenlace— impactarán en niveles más profundos de lectura.

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La primera colaboración de David Gaitán con Alejandro Luna fue El Enemigo del Pueblo, con la Compañía Nacional de Teatro en 2017. Su segundo proyecto juntos, Edipo: nadie es ateo, un año después. “Es un privilegio enorme trabajar con Alejandro. Es un artista que le gusta estar cerca del proceso. Prácticamente en todos los ensayos estaba ahí, escuchando. Absolutamente solidario, para nada invasivo”, comparte Gaitán.

“En los breaks, al final del ensayo, nos quedábamos conversando si lo que habíamos visto en ese ensayo nos activaba alguna idea espacialmente, si modificaba algo de lo que habíamos hablado. Empezábamos a imaginar el espacio, el diseño”. En este montaje, Luna coloca diagonalmente una gran mesa con pilares griegos que sostienen el tablón como soportes de un palacio, con lo que evoca la concepción que tenían los griegos del mundo. Algunas sillas alrededor, en pie o tiradas a los lados, recuerdan el caos y a personajes ausentes.

Lo que admira Gaitán de su trabajo es que “tiene una claridad para traducir un efecto que tiene un profundo alcance emocional e imaginativo. Hacer la traducción de eso al mundo de lo técnico creo que es de una maestría muy particular. Yo creo que sobretodo en la geometría que hace con la luz; en dónde cuelga los focos, con qué intensidad, qué focos, qué combinaciones hace. Es un espectáculo en sí mismo.”

“Con la escenografía, Alejandro Luna es un arquitecto destacadísimo por el manejo de volúmenes, formas y profundidades en el espacio. Va entendiendo muy bien el arco que estamos buscando generar con el espectador, y navega a favor de que el espacio acentúe ese arco. De la conversación que vamos teniendo, las resoluciones puntuales que termina por elegir, sin duda se convierte en una coescritura de la experiencia del espectador.”

El teatro es una experiencia colaborativa y esa “aventura siempre tiene que ser el encuentro de dos artistas, o tres o los que sean, en un diálogo específico. Y creo que eso es parte de lo emocionante. Uno va encontrando sus cómplices a medida que esas conversaciones fluyen bien; que ambas partes entienden que sus ideas tienen cabida, que son valoradas, que dialogan con las ideas del otro.”

El arquitecto, escenógrafo e iluminador Alejandro Luna (Ciudad de México, 1939) ha sido calificado por sus pares como un “genio de la luz” y “pilar fundamental del teatro mexicano”. Por su manejo del espacio y de la luz, se ha llegado a mencionar que la escenografía mexicana es una antes y después de él.

Por su relación con los creadores más relevantes del país, por la calidad de sus diseños y por ese genuino interés por el teatro como arte, se ha convertido en un punto de referencia para entender no sólo el desarrollo del espacio escénico, sino del teatro mexicano en su totalidad.

Así pues, Edipo: nadie es ateo rinde un homenaje al arquitecto –quien participa en el montaje con el diseño de escenografía e iluminación– los días sábado 13 de agosto a las 19:00 y domingo 14 a las 18:00 horas, en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris (Donceles 36, Centro Histórico, Metro Allende), con los cuidados sanitarios necesarios: uso permanente de cubre-bocas y de gel anti-bacterial, tanto de parte del personal del teatro como de los espectadores.

Ganadora en 2019 de los Premios Metropolitanos a la Mejor Adaptación y a la Mejor Dirección de escena, cuenta con las actuaciones de Carolina Politi, Adrián Ladrón, Diana Sedano, Ramón Morales y el propio Gaitán.

Admisión: Luneta, Primer Piso Central y Primer Piso Lateral $250, y Anfiteatro y Galería, $200. Los boletos se pueden adquirir en la taquilla del teatro y en las plataformas digitales de Ticketmaster.