¿Podemos invisibilizar el arte?

Por Viridiana Nárud
En una entrevista que le hice a Alain Kerriou pregunté ¿qué pasaría si un día se invisibilizara el arte? ¿Qué sería lo que colgaría de nuestra pared? ¿Qué escucharíamos en Spotify, YouTube y demás plataformas? Habría que cubrir con un manto los monumentos históricos y probablemente ir al centro a ver los palacios no sería una opción. ¿Algunos países quedarían desiertos y su valor turístico caería estrepitosamente? ¿Podríamos imaginar París sin sus palacios o museos? ¿Podríamos pensar en Madrid sin ir al Prado? ¿Qué vestiría museos?

El artista ha sido testigo, crítico y narrador de su época. No es de sorprenderse que para algunos regímenes sea un traidor o esté constantemente sometido a la censura. ¿Recuerdan a Víctor Jara? Músico chileno que fue torturado por militares golpistas a favor del famoso dictador Augusto Pinochet, ¿recuerdan que sus manos fueron cortadas mientras le decían cantor de pura mierda?

Existe un desprecio por la cultura porque existe un desprecio al pensamiento crítico. En este desprecio no existe forma de diálogo y lo que se pretende es aniquilar la otredad, esa manera tan desconcertante en dónde también el yo se encuentra a sí mismo y lo hace dudar de sus propias creencias. Las creencias encuentran su base en la subjetividad y en la falta de cuestionar por qué se cree determinada cosa, el dogma es su aliado y cuando llega éste se estable como reina la ideología y en esta última es cuando la nulificación del individuo se consuma, porque a partir de ese momento dejará de pensar por sí mismo.

El arte y la cultura se encuentran estrechamente ligados al mundo de la ideas y del conocimiento y, en ocasiones, tiene tintes ontológicos, también son armas de protesta. Dostoyesvki, escritor ruso dice: Hay muchas personas honradas gracias a que son tontas y otro autor que no puedo recordar dice más a o menos así: ningún ángel puede llegar a serlo sin antes haber tocado el infierno. Heidegger, filósofo alemán, nos invita a dudar de todo y que a partir de esta duda se genera el conocimiento de la realidad. Al depreciar la cultura y el arte ¿no estamos invisibilizándonos a nosotros mismos?

¿Por qué el pensamiento crítico es castigado y se ve, en ocasiones, al otro como loco? ¿Qué es la locura y por qué debe dictarse una norma aplastante que sofoca la otredad del pensamiento, de la creatividad, de aquel que cuestiona? ¿No se está pecando de inocencia y honrades al pensar que el arte es inútil así como el ejercicio de pensar?

Termino así: Podremos callar nuestros pensamientos con mero entrenamiento. Encerrarnos en casa, prender el televisor, ir al gimansio para que nuestras emociones y esa voz interna que duda, que nos invita a pensar se silencie, pero siempre será un nuevo día y esa voz será más fuerte y no callará aunque la obliguemos. En nuestra soledad sabremos consciente o inconscientemente que algo está mal y por ello al encontrarnos con una obra de arte nos sentiremos perturbados, porque ha sido el alma, termino tan vilipendiado hoy en día, la que se ha manifestado.

El arte no podrá ser jamás silenciado ni invisibilizado porque es la expresión más primitiva que tenemos los seres humanos para entendernos a nosotros mismos. Y ésta tarea no es sólo del artista porque existen vidas que también son arte y quien quiera acabar con ello, acabará sumergido en la muerte en vida más profunda y la depresión será su última puerta de salida.

Foto: Markus Spike Unsplash