Bra, para una producción escénica feminista

Por Johana Trujillo (@jOtrujilloA)

Las historias nos aprovisionan para la vida. ¿Cómo puede el teatro cambiar narrativas para alcanzar la equidad de género?

Conocí a Alejandra Aguilar porque el algoritmo de Instagram me sugirió una publicación de Cuarto Propio. Me llamó la atención la manera en que comunicaban sus ideas. Era como si sus pensamientos resonarán con los míos de alguna manera.  Eso me llevó a descubrir sus otros proyectos, Matryoshka Red Creativa y Amuleto Bazar; también su convicción por el feminismo e impulsar cambios más profundos.

Más que el teatro, lo que llegó a la vida de Alejandra desde niña fue el canto. Quería estudiar ópera y tomaba clases de canto clásico para prepararse para el examen de la Nacional de Música. Pero para no dejar de estudiar dijo “pues me meto a una carrera en lo que estoy lista en la música.” Incluso pensó en inscribirse a sociología o letras hispánicas pero le vió más utilidad al teatro. Así que ya estudiando teatro “descubrí que me gustaba estar atrás. Y que no entendía actuar sin cantar. Me gustaba pensar los textos y el entramado. Ya no hice mis exámenes de música y me quedé ahí”.

Durante la licenciatura formó una compañía con la que pudieron tener en temporada varias obras aún siendo estudiantes, pero terminaron tomaron rumbos distintos. Después, la experiencia de asistir la dirección de una obra en el Centro Universitario del Teatro (CUT) le permitió darse cuenta de todo el entramado de producción que tenían, y que les resolvían todo, más no sentir un respaldo como directora le mostró que para las mujeres el camino no era tan fácil.

“Ya me había dado cuenta que ciertos grupos teatrales que yo admiraba mucho como Teatro Línea de Sombra o Teatro Ojo tenían como figura central a un director pero había una mujer productora que sostenía muchísimo de lo que sucedía en esa compañía. Eran grandes mentes creativas pero estaban más en este rol de producción.” Ahí se gestó Matryoshka Red Creativa, con la idea de crear un sistema con el que tener un sostén de producción para las mujeres.

“Cuando empecé Matryoshka nos tocaban la puerta las mujeres pero los proyectos los lideraban los hombres. Entonces, las mujeres diseñadoras, las actrices que habían levantado su obra, nos hablaban para que les ayudáramos. Pero si tu ves el historial de Matryoshka parece que estábamos produciendo a hombres porque las mujeres buscaban apoyo para esos hombres.”

Empezamos a conversar sobre Bra, una obra de teatro escrita por Rosa Aurora Márquez Galicia, que fue uno de los textos seleccionados dentro de la convocatoria BRUJAS: Nuevas dramaturgias para una producción escénica feminista. El año pasado la lanzó Foro Shakespeare A.C. a través de Shakespeare & Cía., a través del programa México en Escena Grupos Artísticos (MEGA, 2022) y el Sistema de Apoyos para la Creación y Proyectos Culturales (SACPC) por segunda ocasión. Alejandra tuvo la oportunidad de ser jurado y el hecho de que exista el Ciclo Brujas es algo que le emociona.

“Han hecho un gran trabajo al tener todo un sistema para leer los textos a la luz de la mirada feminista. Las chicas tienen una serie de pautas para entender si los textos están escritos desde una perspectiva de género. El mundo no impulsa de la misma manera a las mujeres que a los hombres. Creo que es una gran espacio para que mujeres jóvenes se den a conocer.”

Lo que más le gustó de Bra fue el humor que tiene, “esta cosa entre ácida e incómoda, absurda pero que te hace reír; que en la risa te da mucho coraje o te enoja. Es un tipo de humor que a mí me gusta. Además, creo que es un tipo de teatralidad que resuena mucho con el absurdo, con el cabaret, con lo bregteano pero también con lo político. Los personajes no están puestos en este lugar de querer semejar personas sino querer transmitir ideas. Y eso me gusta.“

La propuesta que se estará presentando en el Foro Shakespeare hasta el 9 de abril, desnaturaliza su uso y muestra las formas en que ha sido impuesto a las mujeres. A partir de una serie de acontecimientos, se introduce a la anatomía del brasier, su relación con la sexualidad y cómo ha influido en la vida de las mujeres. ¿Provocador u opresor? ¿Con varilla o sin varilla? ¿Prenda deseada u odiada? Un brasier que lo ha observado todo desde el calostro hasta las relaciones humanas. Todo da de qué hablar: su presencia o su ausencia. ¿Qué podría salir mal sobre hablar de un brasier?

De hecho, el feminismo llegó a la vida de Alejandra por un incidente en el que un trabajador de la UNAM la tocó mientras estaba dormida. “Perdí un año de escuela porque empecé a tener ataques de pánico. Fue una experiencia incómoda que marcó mucho mi vida.” Pero su espíritu independiente se fue fortaleciendo con lecturas que la llevaron a ser “muy impopular. Yo hablaba de feminismo y hablaba de ciertas autoras y era como “¿qué te pasa?” Fue algo que viví en solitario”— comparte.

Alejandra empezó a volverse una persona muy incómoda en otros procesos donde asistía producción o dirección porque lanzaba la pregunta “¿no creen que esta obra que estamos haciendo hace una apología de la pederastia?” Abría la discusión de esa obra en el camerino, que recuerda bien, “salían argumentos como que la violación era por instinto, que a los personajes no se les juzga, que a los personajes no los puedes analizar desde ahí”. Pero ella cuestionaba “cómo no podemos mirar que un personaje está escrito en un contexto social.”

Bra

Hasta el 9 de abril.

Viernes 8 pm. Sábados 6 y 8 pm. Domingo 6pm.

Espacio Urgente 2 de Foro Shakespeare