Por Artemisa Tellez (@artemisatellez)

El principito novela de Antoine de Saint-Exupéry, publicada por primera vez en 1943 se adelanta 50 años a la teoría (ahora tan en boga) del “niño interior”: este niño herido cuyas demandas ignoramos por parecernos demasiado sentimentales, poco prácticas, inútiles…

Cuando crecemos olvidamos la belleza, la sencillez de la vida. Nos protegemos de un mundo hostil “actuando como adultos”, pero como ignoramos lo que implicaría, representamos un papel: de jefe, de artista, de empresario y en muchos casos el de fracasado que se avergüenza de no haber podido tener éxito en ninguno de los anteriores.

Hoy los pequeños pueden reconocerse en esta apología a sus años, los adultos reírse y enternecerse con este clásico de la literatura en una oportuna y hermosa adaptación de Olivier Dautais y Timothée Calabrese. Su propuesta escénica narra a cuatro voces el viaje del principito por los distintos planetas en busca de un amigo mientras que ante nuestros ojos los propios actores generan la música, los efectos de sonido y a todos los personajes mediante dibujos proyectados en el momento mismo de su manufactura, títeres, recortes, escultura en plastilina y otros más. Timothée Calabrese sencillamente nos convence de que se divierte, de que está jugando, de que es él el verdadero principito con sus preguntas, sus historias y sus disertaciones, nada más atinado que tener un actor niño para hacernos sentir la melancolía de esos que fuimos que no volveremos a ser.

Una obra recomendada y recomendable, premiada por la asociación mexicana de periodistas de teatro como la mejor obra infantil del 2013, inicia -para beneplácito de muchos- su cuarta temporada.

El principito pintado
Hasta el 28 de junio
Sábados 12 hrs.
Foro Cultural Chapultepec
Todo público
$150. 30% maestros, estudiantes e INAPAM