FERNANDO REYES, ENTRE EL TEATRO Y EL CINE
Mientras dirige su próximo estreno en teatro, “Aquello que parecemos. #LaTragediadelOso” de Jimena Eme Vazquez, para febrero 2018, está terminando un guión de largometraje, y colaborando en la organización del Festival Internacional de Cine de Medios Alternativos (FICMA). Ve su relación con el cine como si fuera la esposa que conoció desde pequeño y con la que se casó joven. Y el teatro la amante de la que se enamoró estando casado.
Por Johana Trujillo (@jOtrujilloA)
Fernando está convencido de que los hombres son creadores de su propio destino, y disfruta más de buscar respuestas que de encontrarlas. Por ahora, está montando la obra “Aquello que parecemos. #LaTragediadelOso” escrito por Jimena Eme Vazquez, que ganó el premio de joven dramaturgia en 2016 y que estrenarán en febrero con música en vivo. Está basada en un caso verdadero conocido como “el oso de cumbres”, donde una persona deja a su esposa e hijas por alguien que conoció en Twitter y que en realidad no existe. “Está siendo diseñada para presentarse en espacios no convencionales, es decir, lugares que no fueron creados originalmente para presentar teatro. Una especie de intervención de espacios.”, dice el director. También está terminando un guión de largometraje, y colaborando en la organización del Festival Internacional de Cine de Medios Alternativos (FICMA) que se llevará a cabo del 22 al 25 de Noviembre en el Centro Cultural FUTURAMA en la delegación Gustavo A. Madero.
Cuando terminó la carrera de Cine en el Centro Universitario de Estudios Cinematográfico (CUEC) de la UNAM sentía la necesidad de explorar más en la dirección de actores. “David Gerstein (q.e.p.d), una amigo de la carrera, me comento de un taller un poco experimental, en CasAzul, donde reconocidos directores de teatro daban dos clases a manera de introducción de lo que es dirigir teatro. Y aunque no era lo que yo buscaba en esos momentos me cautivó la experiencia. El taller se convirtió en una carrera, y entré. En ese momento siete alumnos fuimos la única generación. Y desde entonces me dediqué al teatro.
Veo mi relación como si el cine fuera mi esposa que conocía desde pequeño y me casé joven con ella. Y el teatro mi amante de la que me enamore estando casado. Y estando con una, no puedo dejar de pensar en la otra.”, confiesa.
Analizar todo es una habilidad que puede volverse una obsesión para él. “Me fascina y admiro mucho trabajar con actores porque todas las ideas que revolotean en mi cabeza las vuelven acciones tangibles y, entonces, elimino todo el sobre análisis, lo que sobra y me concentro de nuevo en otros detalles. Como una maquina de vapor que acumula presión para que sea liberada con fuerza para generar movimiento.”
La historia de su compañía y de él ahí empezó como un juego entre hermanos y amigos. “Tengo tres sobrinos pequeños, son hijos de mi hermana Erika. Les encanta jugar a hacer shows los domingos en la sala de sus abuelos. Ponen sus muñecos de peluche, se disfrazan, cambian de voz, hacen gestos, el hermano mayor le pide al menor poner la música en el momento exacto para que salga la más pequeña con vestido de princesa. Pero parte del juego es también diseñar las invitaciones y los boletos con estampitas y colores, acomodar a los invitados en sus lugares, dar las llamadas.”
“Es inevitable pensar que después de los años me dedico a seguir jugando con mi hermana Alejandra, ella es filosofa, dramaturga y actriz. Y el juego se va poniendo más divertido cuando invitas a tus amigos y haces nuevos mientras juegas. Parte del juego es ponerle nombre al equipo y decidimos llamarnos Compañía Sobredosis.
Empezamos con el cortometraje “…significado…”. Mi hermana actuó, yo dirigí. El equipo de filmación éramos Jorge Rodríguez, con una cámara de video semi profesional, y yo. Las locaciones fueron el zócalo, el metro, un bar y un súper. La ficción ocurre confundiéndose entre la realidad independiente de la cámara. De ahí decidimos hacer la obra “Acreedores” de August Strindberg. La escenografía era un sillón sin cambio de iluminación y los actores presentes todo el tiempo, era pura actuación sin mayores artificios. “Angustia”, una versión libre de “A Puerta Cerrada” de Jean Paul Sartre, la montamos en un sótano de una tienda de antigüedades. Tiempo después Alejandra gana el premio Nacional de Dramaturgia con la obra “Todo Está Bien”, que es un estudio de la obra de Albert Camus, situada en una oficina de una empresa multinacional de pesticidas en donde una empleada tiene un intento fallido de suicidio.
Y de ahí seguiremos jugando, contando historias, disfrazándonos, cambiando de voz, haciendo gestos, haciendo shows.”
Si estás pensando en dedicarte a la dirección escénica Fernando es de lo que cree que “vale la pena atreverse a experimentar con todo tu talento y creatividad para realizar tus sueños propios, no de alguien más. De esta manera te das cuenta de tu verdadero potencial. Y hacer lo que te apasiona sí puede ser una profesión. Hacerlo “en serio” no debe ser diferente a reunirte a jugar con tus amigos.”
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