UN VIAJE AL INTERIOR
Por Óscar Alberto Fontana*
El teatro infantil y para jóvenes audiencias cada vez va ganando mayor terreno en la escena mexicana. Ahora podemos encontrar en cartelera una decena de montajes cuyo objetivo es, a mi parecer, atender la raíz del problema que quizá esté permeando hoy, la tan sonada “falta de público” en los teatros del país. Menciono esto porque, sí, me parece que, como todo hábito, debe aprenderse desde temprana edad. Pero lejos de que el teatro o la formación de espectadores apele a un tema de este orden, la idea que me resulta mucho más esperanzadora es la de comenzar a generar en estas incipientes audiencias, una necesidad por el arte escénico. Una legítima necesidad por que el espectador pueda entender la estructura y funcionamiento de sus emociones, y cómo estas se relacionan con su entorno a través del teatro.
El teatro para niños que se hace actualmente pretende dialogar con el espectador a través de otras vías de lenguaje. Poco a poco va quedando atrás aquel espectáculo que pretendía solo entretener a los niños con adaptaciones mal ejecutadas de cuentos algunas veces “clásicos” que solo veían al público objetivo como un cliente potencial, inerte, y sin mayor posibilidad de discernimiento ni comprensión de lo que estaba viendo.
Tomaré lo anterior a manera de introducción para destacar el trabajo de una compañía que reside en la Ciudad de México, y que ha funcionado como colectivo desde hace ya algunos años. He de confesar que esta es, sin temor a equivocarme, una de las compañías de teatro dedicado a jóvenes audiencias que se ha distinguido, desde su fundación, por la calidad en sus montajes. En su nombre han establecido, me parece, la dinámica de trabajo: La Sociedad de las Liebres. Cada uno de los integrantes de esta compañía, como en cualquier organización colectiva, se encargan de la producción, y construcción de los textos que después llevarán a escena. Otra de las principales características de esta compañía, es la utilización de títeres de manipulación directa, marionetas y demás elementos lúdicos.
Después de una temporada en la Sala CCB del Centro Cultural del Bosque, han regresado con una propuesta que aborda, esencialmente, el tema de la pérdida a través de la mirada de tres niños que se tienen que mudar de casa después del fallecimiento de sus abuelos. El texto de La Sociedad de las Liebres toma la anécdota del cuento de Hans Christian Andersen “El soldadito de plomo” para explicar de manera simbólica el fenómeno de la muerte y la trascendencia del espíritu.
La ejecución de Henrik (títere del soldado de plomo) que hace Andrés Torres Orozco es pulcra en todo momento, sin contar con el innegable carisma que tiene este actor en el escenario. Resulta un verdadero gozo verlo irrumpir la escena con la energía puesta donde debe de estar. El espectador puede con facilidad olvidarse que hay un actor detrás del títere manipulando sus brazos, piernas y cabeza para dar foco al protagonista de la historia. De igual manera es de destacar el fino y excelente trabajo de los actores Abraham Baños y Carolina Berrocal, quienes en todo momento hacen que la ficción se torne interesante y consigan, de manera magistral, mantener la atención de sus espectadores.
El trabajo de dirección de Daniel Gerardo Martínez no es la excepción, y no podría serlo, porque la buena ejecución de los actores tiene que ver, en gran medida, con la calidad de la dirección. El resultado es una obra bellísima, poderosa y visualmente atractiva. Se nota que cada detalle ha sido cuidado de manera histérica, y la respuesta de sus espectadores me da absolutamente la razón. Es importante mencionar que la música en vivo, ejecutada por Francisco Buentello, confiere a la escena un toque de distinción que ayuda mucho más a la construcción del tono.
“Corazón de plomo” es una puesta en escena que brinda tanto a los niños como a sus padres, la posibilidad de explorar las emociones que implican la confrontación con la pérdida, pero sobre todo, nos exhortan a reconciliarnos con la idea de que el fin realmente no es el fin.
Para corroborar todo lo dicho, pueden acudir cualquier sábado o domingo de noviembre, y hasta el 9 de diciembre a la Titería de las Marionetas que está ubicada en la calle Vicente Guerrero 07 en la colonia del Carmen, Coyoacán. La función es a las 12:00, y quizá después pueden pasar un lindo fin de semana en la plaza de los coyotes.
*Actor, dramaturgo y docente.