Ensayo: PÉRDIDAS Y GANANCIAS DEL POSDRAMA

Por Viridiana Nárud (@viridianaeunice)*
 

 

Hablar hoy en día de posdrama resulta un lugar común. En la actualidad muchos utilizan este término sin ni siquiera haber leído el libro de Hans-Thies Lehmann. El surgimiento del posdrama nace por una necesidad artística intrínseca a una época. En el libro Teatro Posdramático, Leahmann dice:

Teatro posdramático se puede leer ¬–y de hecho se ha leído- de maneras muy heterogéneas, dependiendo de la cultura, la tradición y la escena teatral contemporánea de cada región (existen más de veinte traducciones): por ejemplo, como una crítica al modelo dominante en Europa; como arte poética de los nuevos idiomas teatrales; como la búsqueda de una teoría política en el teatro en el tiempo de los llamados lenguajes posmodernos…

 
La posmodernidad es un tema difícil ya que debemos caminar por terrenos intelectualmente endebles. Al menos, tenemos una ventaja, han pasado más de cincuenta años de la ruptura entre los modernos y posmodernos. Existen registros históricos que nos permiten, si no entender, al menos cuestionar. No sólo su existencia, también sus beneficios o perdidas en el arte actual.
 
Así es como Leahmann pone sobre la mesa cuestionamientos en el teatro, donde antes de los años 60 existía una dramaturgia predominante. Lehmann llegó a esta conclusión identificando la desjerarquización de los dispositivos teatrales. Cambia para siempre la manera de ver el teatro. Ya que después de esta puntualización el actor ya no sólo era sólo una persona que interpretaba a un personaje, sino que era un ser entrenado en muchas de las artes, como el canto, la danza entre otros.
 
También es cierto que debemos enfrentarnos como creadores a una problemática del posdrama: al concentrarse en una teoría, existen aspectos creativos que se pierden ya que ésta se encuentra a disposición de demostrar algo a favor del teórico. Sería necesario tomar en cuenta que esta teoría surgió debido a los cambios en el arte dramático donde Robert Wilson, Jan Fabre, Tomaz Pandur, Pina Bausch, Peter Brook, entre mucho otros, ya lo hacían antes de denominárseles posdramáticos.
Otro aspecto importante es la traducción. ¿Qué se gana? ¿Qué se pierde? ¿Cuál es el contexto histórico del país en donde se ha traducido? ¿Cómo afecta en la psique de quienes la interpretan fuera del país de origen?
 
En México, como una joven cultura mexicana, existen aspectos del teatro que son difíciles de entender debido a su juventud. México tiene una herencia del teatro del Siglo de Oro Español, donde el melodrama y las malas actuaciones prevalecen. Es a mitad del Siglo XX con Seki Sano, Alejandro Jodorowski, Ludwik Margules y Luis de Tavira que el teatro comienza a tener una revolución. Mientras que en 1970 Robert Wilson estrenaba “Einstein on the beach”.
 
Con “Einstein on the beach”, un artista muestra lo que sería el posdrama. Robert Wilson hace una ruptura con todos los cánones establecidos en su época. Esta obra es el reflejo de una sociedad que ha vivido dos guerras mundiales, donde el fin del mundo, a pesar de la deshumanización y la violencia, no se puede terminar. Así es como la humanidad rompe limites, fronteras –literalmente, creando nuevos estados. Por ejemplo Checoslovaquia, Rusia- una bomba atómica que destruyó la vida no sólo de quienes vivieron ese hecho en Hiroshima, sino también de generaciones futuras.
 
El arte es sólo reflejo de una sociedad y su política. Robert Wilson presenta un arte con rupturas, todo tiene que llevarse a un extremo. La dramaturgia ha perdido su importancia, la inclusión y pluralidad de elementos y lenguajes comparten espacio. Ahora no es la trama protagonista de la historia, sino las artes visuales (pintura, iluminación, video-clip), musicales, la arquitectura y la escena (teatro, danza, cabaret, circo…)
 
Ahora el teatro debería ser visto como un conjunto de rizomas para explicar la realidad. Así lo explica Hans Thies Leahmann:

La renuncia a la percepción de lo convencional de la forma (unidad. Identidad propia, estructuración simétrica, coherencia formal, conmensurabilidad) y la negación de la forma normalizada de la imagen, respectivamente, se realizan con una predilección por lo extremos. La ordenación de las imágenes, que en un doble sentido está sujeta al medio, al medio organizador y la posición en el medio, se transforma a través de la proliferación desbocada de los signos. Guilles Deluze y Felix Guattari hallaron la palabra clave, rizoma, para designar realidades en las cuales las ramificaciones inabarcables y los acoplamientos heterogéneos impiden la síntesis.

 
Esa es una de las esencias del posdrama, el rizoma. Del mismo modo, mostrando realidades inabarcables, se encuentra Jan Fabre. En “¿Quién dice mis pensamientos?” el director pone sobre una línea muy endeble el siguiente cuestionamiento ¿qué es lo real y moralmente aceptable? Jan Fabre se impone ante lo real contra lo escenificado. Cito nuevamente a Hans-Thies Leahmann:

Cuando sobre la escena se impone lo real contra lo escenificado este hecho se refleja en la platea como un espejo. Cuando el espectador se pregunta forzosamente (motivada por la práctica escenificada) si debe reaccionar ante el acontecimiento escénico como ficción (estética) o como realidad (es decir, moralmente, por ejemplo), esta naturaleza fronteriza del teatro con lo real confunde precisamente su crucial predisposición: la ingenua inseguridad y la certeza con las cuales experimenta su condición de espectador como un modo de comportamiento social poco comprometido.

 
En el teatro posdramático, la pregunta es por el lugar donde se sitúa en el curso de un evento la oscilante frontera entre teatro y cotidianidad.
 
Quizás una de las problemáticas en el teatro posdramático actual es que estas nuevas generaciones hacen teatro tratando de encajar en esta nueva etiqueta. No podemos cuestionar que muchos de los artistas que hicieron historia dentro del teatro posdramático pertenecen a una élite, no sólo artística, sino también económica. Sin embargo, debemos entender que fueron resultado de una época en donde las rupturas de un sistema, de esperanzas, se habían perdido. La Guerra Fría, el fracaso del socialismo, de las utopías…
 
Robert Wilson y Jan Fabre son reflejo de un teatro que ha perdido las esperanzas en un discurso grandilocuente. Ambos se encuentran en distintos continentes, sin embargo, es la posguerra que los une. En México, habrá que entender que el posdrama no es de nuestro país, que tenemos nuestras propias formas de hacer teatro y que para ello es necesario entender nuestra historia.
 
 
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* Escritora por necesidad, teatrera por convicción. Ha trabajado como directora, dramaturga y productora teatral, ha presentado obras en foros alternativos como: El Trolebús Escénico, Foro Shakespeare, Pandeo, Lucerna… Muchas veces se ha preguntado el por qué habría de escribir. Llegó a una conclusión: la realidad no le es suficiente. Cree que el mundo exterior tiene que ser revelado a través de esclarecimiento de las ideas y por ello el ejercicio de la crítica es fundamental. Egresada de la Escuela de Escritores SOGEM.

**El texto publicado es responsabilidad de su autor.

En DISTRITO TEATRAL creemos en el poder de la cultura para transformarnos al dar sentido a lo que vemos. #Vamosalteatro para descubrir qué #valelapena ir a ver y conversar. Da click aquí si quieres conocer más de nosotros.

JOSÉ MANUEL TRAE CANCIONES PARA UN MUNDO NUEVO

Por Johana Trujillo (@jOtrujilloA)

José Manuel López Velarde escribe, compone, dirige y también administra el espacio cultural La Teatrería. Es alentado por maestros como Daniel Finzi Pasca, Ximena Escalante, Martín Acosta, Mauricio García Lozano, Enrique Singer y José Caballero.

 

Fue asistente de director de espectáculos como Cri Cri Kinderkabarett con la cantante mexicana Eugenia León, en Alemania y Nunca más de la reconocida interprete alemana Ute Lemper. En el ámbito de la música ha dirigido la gira de Sasha Sökol para el disco 11:11 que se lanzó en 1997; así como espectáculos de Juanes y Belanova.

 

Es autor y director de obras como “Laberinto” a lado de jóvenes en riesgo social en calles de la Ciudad de México; el musical “Si nos dejan”; la obra para peque “El último teatro del mundo” y “Mentiras” (2008), musical que ya tiene nueve años en cartelera./

 
Ha traducido y dirigido las obras como “Conejo blanco, Conejo Rojo” o “NASSIM”. Una traducción y dirección que está a punto de estrenar a nivel mundial, en español, es “Canciones para un mundo nuevo” del compositor de teatro musical y ganador de tres premios Tony, Jason Robert Brown.
 

“Canciones para un nuevo mundo”, el primer espectáculo producido por Brown Off-Broadway en 1995 a sus 25 años, llega a México en español bajo la dirección de Manuel. Se estrena el próximo 23 de julio en el Teatro Milán (Lucerna 64, Juárez) con una temporada, lunes y martes a las 8:45 p.m., hasta el 21 de agosto. En entrevista para Distrito Teatral conversa sobre este proyecto.

 

 

¿QUÉ HACE PODEROSAS A LAS CANCIONES QUE CONFORMAN “CANCIONES PARA UN MUNDO NUEVO” Y POR QUÉ EL ESPECTÁCULO ESTÁ MÁS VIGENTE QUE NUNCA?

Me parece que la misma temática es el mismo hilo conductor de la obra; es dar ese paso inesperado y que hace que tu mundo cambie por completo. Extrapolarlo a que siempre estamos tomando decisiones y todos nos podemos identificar con tener que cambiar nuestro mundo e ir a un lugar que no conocemos y, que posiblemente da miedo, pero hay que tomarlo y avanzar porque lo único constante que hay en la vida son los cambios. Creo que eso lo vuelve muy universal.
 

¿CÓMO LLEGÓ “CANCIONES PARA UN MUNDO NUEVO” A TU VIDA Y QUÉ MOTIVACIÓN HAY DETRÁS POR ESTRENARLA EN ESPAÑOL EN MÉXICO?

“Canciones para un mundo nuevo” llegó a mi vida como eso: sólo canciones. Hace muchos años, más de 20, baje el disco. Son canciones que me han acompañado hace tiempo, que me gustan mucho y que han resonado en mi vida, en mi crecimiento.

Para esta puesta me llamarón Carlos Vidauri y Daniel Delgado para hacerla de un día al otro. Para cerrar ha sido un proyecto muy vertiginoso, hubo que decidirlo y aventarse pronto, desde producirla y montarla. Ha sido muy gozoso. No ha habido mucho tiempo de pensar dos veces las cosas creo que son canciones muy universales que pueden resonar en cualquier lugar, estamos haciendo una adaptación al español muy respetuosa tomando en cuenta que es para un público mexicano.
 

Una canción que siempre le llamó desde hace muchos años fue ”Yo no le temo a nada”. Se ha sentido identificado de diferentes formas con el paso del tiempo “e incluso de sentirme así o todo lo contrario. Ser por ejemplo padre de familia cambia mucho tu sensación del miedo y de lo que te da miedo y de que es lo importante”, me comenta López Velarde.

Para quienes se animen, “van a ver muchos musicales en uno cada canción es un personaje, una situación y una atmosfera diferente. Son como dieciséis obras ligadas por este hilo conductor de dar un paso para enfrentarse a un mundo nuevo literal o metafóricamente. Se van a enfrentar a muchas obras de teatro en una”, concluye.

ARBOLEA

Reflexionar acerca de la vida y la poesía

Por Viridiana Nárud (@viridianaeunice)*

En tiempos en donde la inmediatez se abre paso para dejar atrás los tiempos de reposo y reflexión, es necesario tomar una pausa y preguntarnos qué es la vida, la poesía y cómo convivimos con ella. “Arbolea” es un convivio de ciencia y arte en donde adultos y niños pueden sentarse a escuchar, jugar y reflexionar acerca de la vida y la poesía.

Los niños juegan mientras los adultos tomamos consciencia de nuestra existencia, no sólo ontológica, sino también con respecto a la naturaleza que nos rodea. De cómo los árboles se encuentran de cabeza y nos muestran sus piernas, ya que su cerebro se encuentra en las raíces ocultas bajo la tierra. También que existe un personaje sabio, Petunio, una marioneta de un anciano que nos habla de la importancia de sembrar en nuestro corazón nuevas ideas, dejar atrás el miedo y cómo en la desesperación, esta semilla sembrada en nuestro corazón podría salvarnos la vida.

Más que una crítica, más allá de las interpretaciones y los textos, quisiera decir que “Arbolea” es una conjunción de personas sensibles que transmiten ese sentir, el querer compartir algo que los hace feliz, algo olvidado como la poesía. Quedé con frases que espero guardar en mi corazón y recurrir a ellas en momentos de desesperación.

Este tipo de instalaciones artísticas nos recuerdan que el hombre (homo sapiens) está habitado por un espíritu que necesita resucitar a través de la palabra y que sólo invocando la humanidad del hombre podrá ser humano.

Si quieres saber cuándo podrás volver a ver esta intervención urbana así como conocer el trabajo de la compañía Teatro Entre 2, visita teatroentre2.org

* Escritora por necesidad, teatrera por convicción. Ha trabajado como directora, dramaturga y productora teatral, ha presentado obras en foros alternativos como: El Trolebús Escénico, Foro Shakespeare, Pandeo, Lucerna… Muchas veces se ha preguntado el por qué habría de escribir. Llegó a una conclusión: la realidad no le es suficiente. Cree que el mundo exterior tiene que ser revelado a través de esclarecimiento de las ideas y por ello el ejercicio de la crítica es fundamental. Egresada de la Escuela de Escritores SOGEM.

**El texto publicado es responsabilidad de su autor.

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Reseña: RED BLACK AND SILVER

Un digno homenaje a Jackson Pollock

Por Viridiana Nárud @viridianaeunice

Existen genios en el arte que abren brechas en su historia que jamás podrán ser superadas por nadie. Uno de esos casos es Jackson Pollock, quien llevó el action painting a límite de la historia del arte moderno. Su furia, su falta de tacto ante el lienzo fueron característicos de este personaje. Fue esta misma furia que lo acompañó hasta el día de su muerte en un accidente automovilístico provocado por él.

“Red Black and Silver” habla del último segundo antes de la muerte de Pollock en el accidente. El tiempo suspendido se abre no sólo para ilustrar la muerte del pintor como el máximo performance de su vida, viseras, ojos reventados, sangre…También para dejarnos conocer un poco más la obra del pintor a través de un lenguaje, en ocasiones, poético. Y no sólo es eso, también es la historia de un amor atormentado protagonizado por el pintor de 44 años y su amante de 26.

La estructura dramática de Alejandro Román en definitiva tiene una primera complejidad, el tiempo. Después, el lenguaje, que al aspirar a la poesía llegaría a perder sentido si no es apoyado por una buena dirección, podría correr el riesgo de que el hecho teatral desapareciera y parecer una declamación. Algo que logra Arnaud Charpentier apoyándose en la interpretación de Alain Kerriou.

Sumando a estos dos componentes la música, la iluminación, los visuales, los circuitos cerrados hacen del monólogo una experiencia audiovisual. El performance es gran protagonista de este monólogo. Un homenaje digno para este pintor.

“Red black and silver” no sólo es una obra dirigida a todos los fans del pintor, también para los espectadores que gustan de ver en riesgo no sólo a los creativos, sino a todo el equipo. Como los productores que han hecho de este monólogo un espectáculo que crece cada vez más. Hay que recordar sus inicios y cómo se representaba dentro de una burbuja de plástico. El crecimiento de esta obra, se debe mucho a la compañía Teatro Entre 2 que no han quitado el dedo del renglón y han aportado un crecimiento dentro de la obra y exposición. Que es la tarea de todo buen productor.

*La obra estará en temporada en el Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico a partir del 5 de octubre.

Alicia González, con (Des)arraigo incita a la búsqueda personal

La actriz y cantante Alicia González, quien en los últimos siete años se ha desempeñado como productora y actriz de su compañía teatral JUEGO teatro, por primera vez realiza un trabajo de dirección con un unipersonal escrito por Mónica Perea que se estrena este miércoles 6 de junio en Sala Novo.

Por Johana Trujillo (@jOtrujilloA)

Conocí a Alicia González gracias a la puesta en escena que dirige y está por estrenar: “(DES)ARRAIGO. SOLO PARA ACTRIZ-BAILARINA, ORQUESTA Y UNA BICICLETA.” Esta obra escrita por Mónica Perea es la primera vez que su compañía, Juego Teatro, hacen un unipersonal; la primera vez que musicalizan en vivo; la primera vez que la actriz Julieta Cano está en escena y no como parte de lo creativos de la compañía, y es la primera vez que Alicia dirige sola.

La decisión de dirigir este unipersonal “no surgió directamente como una inquietud de explorar la dirección, yo eché a andar el proyecto y mi intención era producirlo y gestionarlo, pero poco a poco nos dimos cuenta de que era mucho más lógico que yo lo dirigiera ya que nacía de una inquietud mía y yo parecía tener muy claro hacia dónde quería llevarlo en términos escénicos. Una vez que acepté, por supuesto, moría de miedo. La comunicación entre Julieta, los creativos y yo ha permitido que el proceso sea totalmente gozoso y nuestra exploración muy afortunada. ” Me cuenta la directora.

¿Cuál es ese cambio que viene a abrir (Des)arraigo en la vida profesional de Alicia y en la trayectoria de su compañía? “Sin duda creo que es un parte aguas para Juego Teatro, porque después de 7 años de trabajar juntos nos hizo darnos cuenta de que hay facetas de los integrantes de la compañía que no hemos explorado aún, y de que los esquemas de trabajo siempre pueden encontrar nuevos caminos”

Juego Teatro es una compañía que nace en 2011 y cuya línea de investigación parte del teatro físico; generan en cada montaje el desarrollo de códigos de movimiento que utilizan como principal medio de expresión. Apuestan por el movimiento y el teatro físico. “Desde que comenzamos nuestras carreras profesionales hemos explorado el movimiento, lo hemos hecho como compañía pero también de manera individual. La danza y otras técnicas de movimiento han sido una búsqueda constante y genuina, es uno de los intereses que hemos compartido y que nos hicieron comenzar a trabajar juntos. Creemos que al margen de la palabra se abre un gran campo de posibilidades interpretativas, y que es ahí donde vive la honestidad. En la dramaturgia de Mónica Perea encontramos una estructura que nos permite indagar en esta exploración”.

La compañía lleva ya siete montajes en su haber donde cinco son dirigidos por Alan Uribe, uno por Daniel Bretón y otro por Antonio Algarra, además, han montado dos textos escritos por mujeres. Alicia González es la primera mujer en esta compañía que dirige un unipersonal sobre una mujer que va a buscar su propio camino. Todo esto que le hago ver le parece muy revelador.

“Me siento desde hace mas de un año inmersa casi sin buscarlo, en este oleaje de mujeres que buscan reivindicarse como creadoras, como autoras de sus propios discursos, y no sólo en el mundo de las artes. Es un tema que se me presenta constantemente y siempre de manera vehemente. Admiro y respeto a mis maestros, directores y compañeros de escena, he tenido la fortuna de conocer a hombres inteligentes y talentosos que me han enseñado mucho. Aún así, no se necesita ser estadista para darse cuenta de que hay muchos más hombres en puestos creativos, que mujeres, y me parece que tendríamos que preguntarnos el por qué. Y aunque nunca me atrevería a menospreciar la invaluable participación de los hombres de nuestro equipo, sí reconozco que me siento feliz y satisfecha al ver que la dramaturgia, el concepto escénico, la producción, la dirección y la actuación están en manos de mujeres que admiro, y que trabajamos arduo para contar con la mayor honestidad posible la historia de una mujer que se busca. Cito a Diana Reséndiz en el manifiesto de la obra Nuestra Venganza es ser Felices: “No venimos a pedir que nos respeten. No venimos a pedirles nada. Venimos a contar nuestra historia.”“

En 2017, después de tres montajes en que Julieta Cano había coreografiado o asesorado movimiento, Alicia tuvo la inquietud de hacer un montaje en el que ella fuera la protagonista. “Siempre he creído que tiene un potencial interpretativo maravilloso que he visto en sus participaciones con otras compañías, mientras en la nuestra permanecía en el lado creativo. Así que presenté mi proyecto al equipo, decidimos que sería un unipersonal. Dado que es un unipersonal, me permití probar algo con lo que soñaba desde que empecé a estudiar música, y que debido al tamaño de los elencos y las nóminas nunca había sido posible: ¡musicalizar en vivo! Tener esa oportunidad y contar con músicos amigos de toda mi confianza, me hace muy feliz; pero sobre todo, me entusiasma muchísimo encontrarme mano a mano con Julieta en este proceso creativo y echarme el clavado con ella este miércoles que estrenamos.“

El texto está conformado por 12 escenas que dan nombre a cada estación del viaje del personaje: Pertenencia, Arraigo, Salto, Todo atrás, Cambio de ritmo, ¿A qué vine?, Nada me detiene, Es mío, El dolor de crecer, Yo soy, Futuro Porvenir y Caldo de pollo o cómo siempre se regresa al origen, con los que vas conociendo a Julieta. “En cada estación buscamos núcleos emotivos y tratamos de establecer con ellos un vocabulario corporal y musical, que corra de manera paralela a la palabra y abra una ventana mucho más directa hacia el espacio emotivo que explora la intérprete. Juego Teatro ha abrazado el desarrollo de códigos de movimiento como eje de trabajo, en el que hemos tratado de profundizar a lo largo de los años.”

El texto está escrito a partir de experiencias reales de la vida de la actriz Julieta Cano por un interés de Alicia de contar su historia. “Ella emprendió un viaje con el que siempre me he sentido profundamente identificada, y me gustaría abrir ese espejo para que el espectador conecte con su propia búsqueda. Éste me parece, además, un gran lugar de partida que difícilmente nos dejará mentir en éste montaje que, como ya mencionamos, es primera vez de tantas cosas.”

Con (Des)arraigo, recordaremos que “todos hacemos un viaje en algún momento de nuestras vidas, “El” viaje, que se vuelve revelador, un antes y después. Quizás la particularidad de éste personaje es que cada punto que pisa en su travesía se vuelve extremo, intenso, radical. Yo encuentro mi propia experiencia en esta historia, y estoy segura de que muchos lo harán también.”. (Des)arraigo es una incitación “a quienes no han emprendido su búsqueda, a que la reciban con los brazos abiertos cuando se presente, e incluso a que la propicien, sin miedo. Y a quienes ya la vivieron, a que traten de observarla sin juicios.”

En la propuesta de dirección , la música y el movimiento son los grandes compañeros de escena de la intérprete. “En nuestra propuesta, la música es mucho más que un generador de atmósferas, es más un catalizador de la acción, un elemento vivo que se comunica de manera directa con la intérprete y su creación coreográfica que a su vez, está construida por variables que se reorganizan en cada función.“

(Des)arraigo es el primer proyecto de la residencia que Juego Teatro tiene en Teatro La Capilla este año. Los siguientes montajes que podremos conocer como parte de su residencia son: “Soñé una ciudad amurallada”, de Juan Carlos Franco bajo la dirección de Alan Uribe, que presentará su tercera temporada; el estreno de “Juan y Julia”, también de Juan Carlos Franco basado en “La Señorita Julia” de Strindberg, dirección colectiva; y “Padre Nuestro”, el primero del tríptico “Máquina Becket”, texto de Alejandro Iglesias Mendizábal y codirección de Alan Uribe y Meraqui Pradis.

Por lo pronto, este miércoles 6 de junio tienes una cita a las 8 p.m. para conocer el viaje de Julieta. Estará en temporada todos los miércoles y jueves de junio en la Sala Novo de Teatro La Capilla, ubicada en Madrid #13, Col. Del Carmen Coyoacán.

Consulta la obra en nuestra cartelera.

Reseña: No soy lo que soy

Por Viridiana Nárud

No soy lo que soy, escrita y dirigida por Roberto Eslava, es una obra que nace de fragmentos de Shakespeare, John Milton y Lord Byron, sin duda algo ambicioso, lo cual puede resultar peligroso si no se maneja con maestría.

El qué somos y el tratar de definirlo pareciera que es un cuestionamiento constante en el teatro actual, y no sólo eso, de la especie humana en general. Así que al tratar de brindar una respuesta, o incluso, abrir una nueva interrogante debe ser tratado con mucha inteligencia, sobre todo cuando uno se pone sobre los hombros de los escritores más grandes de la historia.

Desafortunadamente, la curaduría del texto quedó muy por debajo de lo esperado ya que se plantearon demasiadas interrogantes y no se pudo discriminar ninguna en favor de la poética de la obra y su discurso. ¿Qué es la envídia? ¿Qué es el teatro? ¿Qué es ser mujer? ¿Quién es Dios? ¿Quién soy yo? Son interrogantes que necesitan tener la oportunidad de ser resueltas con tiempo. Lo que sucede en “No soy lo que soy” es que las ideas son interrumpidas en medio de la resolución o, peor, cuando apenas comenzaban a cuestionarse.

Los elementos en escena son demasiados, tantos, que a veces uno se distrae de lo importante que no termina de ser planteado. Me parece bien que el director desee explorar las coreografías, la música, los espacios alternos del teatro al presentarlo en el sótano del Julio Castillo, sin embargo, tantos elementos nos distraen. Sí, es cierto, logra la etiqueta de experiencia, pero no consigue la emotividad.

En este punto, debo señalar, que las interpretaciones de Luis Ernesto Verdín, Irene Repeto, Medín Villatoro y Jaklyn Michelle Bejarano Castro ocasionaron que la obra alcanzara momentos de diversión, de introspección, de absurdo. Fueron los actores quienes mantuvieron la atención del público estando siempre atentos de esa comunión que, en teoría, debería existir en cada representación. Sin duda, esta compañía de actores se encuentra comprometida con su labor teatral. Fue para mí una bocanada de aire nuevo al ver sus interpretaciones.

Escrita y dirigida por Roberto Eslava, a partir de textos de William Shakespeare, John Milton y Lord Byron
El elenco: Luis Ernesto Verdín, Irene Repeto, Medín Villatoro y Jaklyn Michelle Bejarano Castro.
Teatro Julio Castillo de Centro Cultural del Bosque (Paseo de la Reforma y Campo Marte s/n)
Funciones: lunes y martes, 20:00 h. Hasta el martes 10 de julio.
Boletos: $150

Ensayo: CUESTIONANDO AL CRÍTICO

Por Viridiana Nárud (@viridianaeunice)

Me pregunto si el crítico aún mantiene una voz de autoridad dentro del mundo de la escena teatral en México. También me pregunto si lo importante es ejercer una crítica honesta en lugar de levantar premios que sean otorgados por ellos y de ésta manera tener la aprobación de los creadores. Porque muchas veces, pareciera, que se pierde mucho del ejercicio crítico al tratar de agradar. Creo que si quisiéramos agradar tendríamos que ejercer otra cosa y no la crítica.

Pareciera necesario que es momento de rehabilitar la dimensión crítica. Lo que significa actualizar la luz de las transformaciones teatrales de la segunda década del siglo XXI. Sería comprender cuáles son los intereses e ideales de esta época. Lo cual no es sencillo ya que la intención lo pareciera, tiene más aristas de las que podríamos imaginar y las cuales no abordaremos ahora. Sin embargo, existe una constante en las nuevas y no tan nuevas dramaturgias de mitad del siglo XX e inicios de XXI: la ruptura de la estructuras. Lo que culminó en una creación de una teoría postdramática, la cual, algunos han olvidado, que se creó a partir de la necesidad de explicar lo que acontecía en la escena teatral de mitad del siglo XX y no como una guía para hacer teatro.

La fractura de las estructuras y su falta de entendimiento han degenerado en una vorágine teatral en donde la historia y su entendimientos son nulificados. Se ha olvidado que para el hombre la historia (la trama) ha servido para explicar su realidad ante el mundo, incluso con el rompimiento de las estructuras. Por ello resulta grave la falta del entendimiento de estas nuevas estructuras por parte de algunos creadores al presentar su obra, ya que pareciera una mezcla de meras ocurrencias. Para ejemplicar la necesidad del hombre occidental por contar historias y así aprender de ellas nos podríamos remontar a tres clásicos El poema de Gilgamesh, La Iliada y la Biblia, La Odisea y otros. Incluso si deseamos romper la estructura clásica de los tres actos, podríamos recurrir a las palabras de Godard quien dice que una historia siempre debe tener un inicio, un intermedio y un final, sin importar su orden.

El redefinir nuevas estructuras no ayuda a entender una época poco definida. En donde el hombre no sólo se ve afectado por la industria, también por una tensión constante de una destrucción de la especie humana en manos de humanos. La guerra armamentista, las bombas atómicas y bacteriológicas nos han sumergido en un terror constante. Se ha dicho que nos encontramos en una era marcada por la destrucción y que ésta sería en nuestro planeta. Podríamos entender un poco más de esto a través del concepto Antropoceno de Paul Cruzer (Premio Nobel de química 2000), el cual trata de explicar la época geológica actual la cual debería de reflejar el imparto del hombre sobre la Tierra.

El mundo ha cambiado, y no a la usanza de los abuelos. Lo que ha provocado que el espíritu de los hombres también lo haga, lo que se ve reflejado en el arte. La crítica debe transformarse para seguir comunicándose no sólo con los creadores escénicos, también con los lectores. Porque su tarea no es invitar a la gente al teatro, es hacerlo pensar y que ese pensamiento acompañado de sensaciones lo impulse a ir al teatro. Porque es lamentable leer una crítica que ensalce atributos que no existen en una obra.

El crítico tendría que entender que el mayor compromiso, no sólo es con él sino con el lector espectador; también cuestionar cuáles son las condiciones políticas, sociales y geográficas que nos envuelven.

Las verdades, históricamente podríamos comprobarlo, nunca agradan. La crítica también es sensible y cuando es honesta arroja una verdad. Quien la ejerce se ve afectado por múltiples factores que determinan su carácter y estilo, no tendría que ser tomada de forma personal para ejercer un juicio moral sobre otros. Tampoco tendría que ser tomada de forma personal por parte de los artistas escénicos.

Pensar el teatro no sólo tiene que ser desde la escena, también desde la crítica, como espectadores. Porque el cuestionarse el por qué, para qué, él cómo y dónde nos podría dirigir a una utopía (palabras ahora tan desgastada) de un mejor quehacer teatral.

* Escritora por necesidad, teatrera por convicción. Ha trabajado como directora, dramaturga y productora teatral, ha presentado obras en foros alternativos como: El Trolebús Escénico, Foro Shakespeare, Pandeo, Lucerna… Muchas veces se ha preguntado el por qué habría de escribir. Llegó a una conclusión: la realidad no le es suficiente. Cree que el mundo exterior tiene que ser revelado a través de esclarecimiento de las ideas y por ello el ejercicio de la crítica es fundamental. Egresada de la Escuela de Escritores SOGEM.

**El texto publicado es responsabilidad de su autor.

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Reseña: SOBRE LA FELICIDAD

UN INTENTO DE ENSAYO ESCÉNICO
Por Viridiana Nárud (@viridianaeunice)

Hasta hace no muchos años en la URSS los escritores eran considerados maestros, incluso Stalin dijo que los escritores eran ingenieros del alma. Lo que significaba que los conocimientos se ponían a disposición de la invención, claro, la técnica es parte vital para sostener las estructuras. Sin embargo, hoy en día tenemos la idea que cualquiera puede tomar una pluma, su computadora y escribir cualquier cosa. Aunque parcialmente esto es verdad, no todos pueden llevar a cabo una obra en donde la ficción y las palabras cobren sentido.

Cuando uno asiste a obras en donde el concepto o el discurso es lo importante, uno debe comprender que los sentimientos pasan a segundo plano y que las ideas serán las protagonistas. Sólo algo que tener muy claro: para que el discurso tenga fuerza tiene que ser inteligente y no retórico. Por lo tanto lo que se exige del escritor es un gran universo amplio y basto para que no quede mal posicionado.

“Sobre la felicidad” es un intento de ensayo escénico en donde, en teoría, la interrogante es ¿Qué es ser feliz? Empero, también se encuentra en el vilo los cuestionamientos a la maternidad y la paternidad, dando un giro Deus ex machina, en donde el padre se debate entre dar muerte a su familia. Algo que nadie esperaba, incluso sospecho que el escritor tampoco, porque parece una mera ocurrencia. Es por eso que la técnica es importante, y aquí regreso con lo dicho antes acerca de Stalin, sí, lo escritores, los buenos, son ingenieros del alma porque la construyen a partir de la técnica y el conocimiento; si nos ponemos fenomenológicos, podríamos agregar que también un espíritu.

“Sobre la felicidad” es un listado de palabras que intentan dar sentido de manera artificial en la escena. No basta con la intensidad de las actuaciones, ni los cambios de luces sin sentido, ni el vestuario que no se entiende por qué es así. Godard un famoso director de cine dice: Una historia debe tener un principio, un intermedio y un final. No importa el orden. Lo que aquí no hay. Nuevamente, hago una invitación a respetar el tiempo del espectador. Vivimos en una ciudad caótica que nos toma mucho tiempo el desplazarnos de un lugar a otro. Así que si invierto una hora, si bien me va, en el tráfico quiero verme recompensada con una buena obra de teatro sin importar si su discurso apela a las emociones o al intelecto.

SOBRE LA FELICIDAD. Compañía: Todos los Nombres Teatro | Dramaturgia: Vera Rivas | Elenco: Ana Banderas, Ariana Candela, Sofía Gabriel Luna y Diego Martínez Villa | Género: Teatro contemporáneo | Duración: 80 min. | Función apta para adolescentes y adultos. | Sala Novo. Madrid 13, Del Carmen Coyoacán | Hasta el 26 de junio | Martes: 20:00 hrs. | Entrada general: $200

 

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Reseña: EL ZOOLÓGICO DE CRISTAL

GRAN HISTORIA Y GRANDES ACTUACIONES
Por Viridiana Nárud (@viridianaeunice)


Constantemente decimos que el teatro está muerto o que se encuentra dando sus últimos suspiros. Para quienes somos aficionados y amantes de éste sabemos que de no ser una superproducción, las salas se encuentran la mayor parte del tiempo casi vacías. Sin embargo, existe un público que insiste al igual que creadores escénicos en hacerlo. La pregunta para los espectadores es: ¿Por qué vamos al teatro? Ofertas tenemos muchas para mantenernos en casa, cómodos y sin la necesidad de subirnos a un coche y enfrentar una hora de tráfico. La respuesta es porque el teatro es algo vivo. Empero, aquí participo como crítica, no todas las puestas en escena parecen estarlo.

“El zoológico de cristal” un clásico escrito por Tennessee Williams en 1945, nos demuestra la importancia de una buena historia y cómo es que esta mantiene la atención y tensión en los espectadores. La obra semi biográfica del autor, nos cuenta la historia de Tom Wingfield (Pedro de Tavira), un contador fracasado que desea ser escritor para huir de la dominante figura materna, Amanda Wingfield (Blanca Guerra) y la enferma hermana Laura Wingfield (Adriana LLabres). El eje central de la trama gira en torno a Tom y cómo tiene que enfrentar la mayor condena del hombre, la libertad.

Los espectadores se mantuvieron tensos, la respiración contenida en la sala, las risas al unísono significaban que la tarea estaba cumplida. Sin embargo, el descuido de la escenografía y el peligro que corrieron los actores al estar a punto de caer del sofa durante toda la obra, nos distanciaba de lo que en realidad estaba sucediendo para hacernos recordar que era una ficción. Aquí la llamada de atención sería para el director Diego del Río que descuidó los destalles afectando a sus actores.
Zoológico de Cristal es una obra que vale toda la pena ver, no sólo por la gran historia sino también por las grandes actuaciones. Uno se queda pasmado en el final. El cual hubiera sido más emocionante si la iluminación hubiese sido mejor pensada. Si usted lector, tiene ganas de ir a ver una obra que jamás podrá olvidar, que pasará la prueba de la cena, vaya a verla.

De Tennesse Williams
Dirección: Diego Del Río
Elenco:
Blanca Guerra: Amanda
Adriana Llabrés: Laura
Pedro de Tavira Egurrola: Tom
David Gaitán: Jim
Mariano Palacios: Jim

Teatro Helénico (Av. Revolución 1500, Col. Guadalupe Inn).
$200 $350 $450
Jueves y viernes 20:30 h, sábados 18:00 y 20:30 h y domingos 17:00 y 19:30 h. Hasta el 24 de junio
Apta para: + 10
Duración: 110 min. Sin intermedio

 

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Reseña: NOCHE DE ESTRENO

UNA FALLIDA REALIDAD

Por Viridiana Nárud (@Viridianaeunice)

Me pregunto si el ser humano es capaz de entender la verdad y comunicarla de forma consciente todo el tiempo. Porque algunas obras de teatro hacen creer que el drama del hombre siempre es conscientemente inconsciente y verdadero. Como la obra NOCHE DE ESTRENO en donde la falta de entendimiento y caos de la obra recae sobre el director Antonio Castro. La obra aborda la historia de una reconocida actriz que cae en crisis después de su encuentro con una joven fan que muere después de conocerla. La vejez, tema central de la obra dentro de la obra, afecta a este personaje a tal manera que la realidad y la ficción se confunden.

Si bien es cierto que el drama escrito por John Cassavetes fue creado para generar confusión y decir de manera expuesta una serie de verdades acerca de la vejez, el amor y la actuación, a manos del director Antonio Castro, sólo es caos. Uno como espectador no entiende qué está sucediendo en escena. Y no por el drama escrito sino porque la visión del director se encuentra perdida. Queda claramente expuesto al intentar crear fallidas escenas de terror, luego cómicas, de drama… una escenografía e iluminación descuidas, actuaciones que no tienen matices y actores que gritan todo el tiempo.

El arte, si bien es cierto, no es una expresión total de la verdad, sí arroja un poco de ella. Es por ello que su verosimilitud es importante. Incluso el teatro del absurdo nos hace decir: ¡Claro, esto es verdad! A pesar de los rinocerontes en medio del escenario. Pero aquí sólo muestra descuidos. Incluso el no arte nos revela su ausencia. Lo que molesta es la falta de carácter por parte de los expositores y la pretensión.

Como artistas escénicos es muy fácil apoyarnos en el concepto y decir que pocos son los elegidos para entendernos. Esta idea surge por nuestras estructuras económicas que han ido deformando el espíritu del hombre desde la Revolución Industrial. El hombre máquina es incapaz de cuestionarse quién es en realidad y sentarse a buscar una respuesta que probablemente nunca sea resuelta. Quizá por ello, cuando escuchamos dramas que nos guían a pensar lo que debemos saber, suponemos es interesante.

NOCHE DE ESTRENO es una obra descuidada, sin intención de decir nada. Aunque Cassavetes llega a cuestionar para qué está escrita, al parecer, para los actores y el director jamás fue una pregunta que debiera ser respondida. Sin embargo, la responsabilidad no recae sólo es los exponentes de esta obra, también en un público poco exigente que se reía de nada y que no se cuestionaba por qué estar sentados durante dos horas viendo a personas crear una fallida realidad.

Basada en la película Opening Night de John Cassavetes
Dirección escénica: Antonio Castro.
Elenco: Ariane Pellicer, David Hevia Arturo Ríos, Martín Altomaro, Tina French, Anillu Pardo y Pamela Ruz
Teatro Helénico (Centro Cultural Helénico, Avenida Revolución 1500. Col. Guadalupe Inn)
Funciones: Martes 20:30 horas. del 17 de abril al 26 junio
Boletos: $450, $350 y $250.

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