LO QUE QUEDA DE NOSOTROS

Y ¿QUÉ ES LO QUE QUEDA DE TI?
Fredo Godínez (@AlfiePingtajo)

loquequeda

¿Vale la pena vivir cuando todo aquello que amamos nos es arrebatado? ¿Tiene algún sentido encariñarse o enamorarse de otra persona, sabiendo que algún día morirá y uno experimentará esa sensación de abandono, de vacío? ¿Cómo se vive cuando te descubres solo y frágil? ¿Cómo y dónde se puede uno refugiar y reconstruir si aquellas personas que podrían apoyarnos han muerto?; éstas son algunas de las preguntas que me han invadido la calma después de ver Lo que queda de nosotros, obra escrita al alimón por Sara Pinet y Alejandro Ricaño.

“Lo que queda de nosotros” narra la serie de peripecias y los sentimientos que Nata librará y descubrirá –respectivamente– al lado de su perro Toto. Aparentemente, es una historia llena de lugares comunes, cotidianos; pero gracias a ciertas acciones precisas se transformarán en auténticos poemas vivientes que calarán nuestro ser, invitándonos a rompernos y así confrontarnos con esa fragilidad que nos constituye, pero que ocultamos por miedo a reconocernos débiles.

“Lo que queda de nosotros” es una historia que invita a reconocer nuestros vacíos, al mismo tiempo que incita a valorar el camino, ése que solemos llamar vida, a reconocernos en éste y a apreciar a aquellos que marchan a nuestro lado con la fidelidad con la cual Sancho viajó al lado del Quijote. Al menos, esa impresión me dejo a mí. Empero, al ser una historia que fue configurada a partir de experiencias personales de los dramaturgos, especialmente de Sara Pinet; Lo que queda de nosotros es una obra completamente subjetiva y a cada espectador le ofrecerá una experiencia distinta, pues no todos reaccionamos igual ante la sensación de vacío.

En mi caso, a lo largo de la obra, recordé la ausencia de tres seres queridos y mis ganas de estar como ausente en este mundo; y también pensé que hace 2 años una perra llamada Nala me invitó a seguir caminando. Entonces recobré la sonrisa al finalizar la obra. Pero esa es mi fragilidad, ¿cuál es la de ustedes?
¿Qué es lo que queda de ustedes?
Vayan y atrévanse a responder dichas preguntas a través de la obra.
-o-o-o-
Desde que comencé a ver Teatro, Sara Pinet ha sido una de las actrices que me han maravillado por la naturalidad con la que actúa y por la capacidad que tiene para reinventarse en cada uno de los personajes a los que les ha dado vida. Un talento que conjugado con el amplio talento de Raúl Villegas, entregan al espectador una obra que les facilitará adentrarse en la historia y caminar junto con los personajes.
La obra ha sido editada por Pasodegato, dentro de su colección Cuadernos de Dramaturgia para Joven Público; valdría la pena que la buscarán en las librerías, pues la lectura les ofrecerá otro tipo de viaje introspectivo.
____
Lo que queda de nosotros
De Sara Pinet y Alejandro Ricaño.
Dirección: Alejandro Ricaño
Con: Sara Pinet y Raúl Villegas
Lunes 8:30 pm
Hasta el 11 de diciembre 2017
Centro Cultural Helénico
Av. Revolución 1500
Metro Barranca del Muerto. Boletos en Ticketmaster.

Foto: Fredo Godínez

*Fredo Godínez es aprendiz de poeta, fotógrafo frustrado, adicto a la Coca-Cola y futbolista en FIFA para Xbox. Ha reseñado libros para periódicos poblanos y portales electrónicos como Sexenio-Puebla y Revista 360°, instrucciones para vivir en Puebla. Gestor cultural desde el 2007. Actualmente trabaja un texto dramatúrgico con la esperanza de algún publicarlo y montarlo. Habitante de la región más transparente, desde octubre de 2014 y desde entonces se ha vuelto un asiduo asistente al Teatro. En sus tiempos libres intenta conciliar el sueño.

NI MÁS NI MENOS TEATRO

EXPERIMENTAR EMOCIONES UNA VEZ EN LA VIDA
Por Johana Trujillo (@jOtrujilloA)

Esta compañía con dos años de vida considera que el teatro puede ser una opción a todas las personas que buscan una manera de decir algo, pero no se atreven. Actualmente presenta “Desde el fondo de la lluvia” todos los jueves de noviembre en el Foro La Nabe, en la colonia Doctores.

Empezar a profesionalizarse fuera de la formación académica y montar las obras que consideran pertinentes fue el deseo que unió a diez personas para dar vida a la joven compañía NI MÁS NI MENOS TEATRO. En su corta vida tienen ya dos montajes: Esta obra se llama en el Festival Internacional de Teatro Universitario 2015, con la cual recibieron una mención por Trabajo Colectivo, y Desde el fondo de la lluvia, estrenada en la edición 2016 del mismo Festival.

Fue fundada en 2015 con la misión de crear puestas en escena que aborden temas pertinentes para el país, como la violencia y la discriminación. “Hablamos acerca de lo que nos gustaría hablar y sobre todo de nuestras inquietudes. Investigamos acerca de lo que no conocemos y poco a poco vamos empezando el proceso creativo a partir de un texto que hayamos elegido”, comenta la actriz y productora Mariana Pérez.

NI MÁS NI MENOS TEATRO la conforman Adolfo Hernández (director), Alejandro Márquez (actor y productor), Mariana Pérez (Actriz y productora), Andrés Martín, Cynthia Laureen Ordóñez, Mario Esteban Martínez, Nydia Parra, Héctor Zapata y Adriana Cecilia Millán (actores y actrices) y Carlos A. González (Iluminador). Todos se conocieron en la Facultad de Filosofía y Letras en el Colegio de Literatura Dramática y Teatro. Son una compañía autogestiva que no obtiene financiamiento de ninguna empresa ni instancia gubernamental.

Para ellos es importante crear consciencia en distintas comunidades del país y abrir el diálogo para encontrar posibles soluciones a los retos del mismo “Consideramos que el teatro puede ser una opción a todas las personas que necesitan una manera de decir algo, pero no se atreven. Es la manera de poner la atención en las problemáticas en las que se viven”, dice Pérez.

Además, el teatro es poderoso. “Lo que hace el teatro es que pone el foco en cosas que podrían parecer “ocultas” pero están a simple vista. Expone. Y, si se hace de manera sincera, puede ayudar a solucionar problemas ya que abre los canales de las emociones que pueden estar bloqueadas.”

“Quisiéramos llevar funciones a personas que nunca han experimentado el teatro. No porque sea una obligación de cada persona ir por lo menos una vez en su vida al teatro. Pero creemos que sí es una obligación, por lo menos una vez en la vida, experimentar emociones en conjunto. Y eso es lo que hace el teatro. Crea comunidades porque nos sentimos en un lugar protegido en el que podemos liberar nuestras emociones sin ningún tipo de restricción”, concluye.

***

“DESDE EL FONDO DE LA LLUVIA” es su primer proyecto completamente fuera del marco académico. “Queríamos montar un texto que nos llamara la atención y que tuviera relevancia para nosotros, algo que nos moviera. Después de revisar algunos textos dimos con esta obra cuyo autor es un amigo cercano a la compañía, el cual estudió filosofía en la UNAM.”

El proceso de creación empezó hace poco más de un año. “Durante ese tiempo transformamos el texto, que originalmente fue pensado como un monólogo, para hacerlo una pieza coral. A partir de propuestas de los actores se fue conformando el montaje. De igual forma, si alguien tenía alguna inquietud sobre algo que quisiera poner en escena pero no sabía muy bien cómo, se abría al grupo y entre todos buscábamos darle buen fin a la propuesta. Como resultados de dicho proceso llegamos a la inclusión de elementos clave como la utilería que porta cada personaje para diferenciarse de los otros, a pesar de ser un ensamble, y la creación de una canción original que nos sirve como leitmotiv de la obra”, me cuenta Mariana.

“Actores se han ido y otros han llegado, sin embargo la esencia de la obra sigue ahí: la familia y la presencia de la esperanza aún en los tiempos más oscuros. Arriesgamos por un tema complicado, como lo es la guerra, y lo abordamos a partir de voces que buscan ser reflejo de las personas que usualmente no tienen voz ante los medios masivos. Para acompañar estas voces abogamos por la coralidad y una sonorización detallada a lo largo de la obra.”

“DESDE EL FONDO DE LA LLUVIA” es una opinión joven acerca de lo que vivimos en el país. Es la voz de un joven que no sabe qué hacer en una guerra en la que no puede participar por no ser físicamente apto. “Esto se manifiesta como un reflejo de nuestros días, en los cuales muchas veces es difícil generar cambios a partir de nuestro lugar y nos llegamos a sentir impotentes al ver grandes catástrofes a través de la televisión o el internet. Para nosotros la obra es nuestra lucha por expresar lo que pensamos sin que nos digan que no hemos vivido lo suficiente como para saber de lo que estamos hablando.“

Todos me comparten lo que los llevó a elegir dedicarse al teatro. “El teatro es un punto de encuentro multidisciplinario, en donde la sonoridad, el cuerpo, el movimiento, la poesía, el ritmo, la estética lo visceral y lo humano hacen sentido entre sí”, dice el actor Mario Esteban.

Al productor Alejandro Márquez desde niño le inculcaron el gusto por las artes escénicas. “Inconscientemente relacionaba todo lo que quería estudiar al teatro, decidí llegar a este camino porque me encantaba ver la conjunción de talentos, todo el despliegue de emociones y sensaciones; todo lo que podía ocurrir en un momento.”

Para la actriz Cynthia Laureen su decisión viene de que “me gustó mucho la sensación que tuve al estar arriba de un escenario, gracias a un taller de verano a mis 12 años.” Mientras que Adriana Cecilia desde que era muy pequeña quiso ser actriz. “A los 7 años me lo tomé muy en serio y hacía dibujos de mí actuando cuando fuera adulta. Luego escribí algo que decía que no importaba qué pasara, yo sería actriz. Veía a los actores en películas o en obras y me maravillaba lo que ellos podían hacerme creer y sentir. Eso quería hacer yo para los demás.”

Nydia Parra desde que tiene uso de razón le fascina todo lo que pasa en los escenarios “y siempre dije que quería estar en ellos. La danza y la música, dos de mis grandes pasiones solo se podían unir y relacionar armoniosamente haciendo teatro y aquí estoy.”

Andrés Martín decidió estudiar y hacer teatro, “desde pequeño, justo en el momento en que aprecié la “magia” que ocurre arriba del escenario, ya que todo es posible en él, hablar de cualquier tema, estar en cualquier época, ser otra persona, aparte de reconocer la trascendencia emocional que puede generar en el actor y en el espectador.”

El actor Héctor Zapata elegí hacer teatro porque “la primera vez que toqué un escenario me sentí increíblemente feliz.” Y Mariana Pérez porque “hacer teatro era la manera en que todo lo que me gustaba hacer desde niña se podía juntar. Siempre me gustó el escenario y estar parada en él es algo que me provoca mucha emoción. Además de que es algo que me da una inmensa alegría y ninguna otra cosa me lo da”

Y sí. Sí creen que se puede vivir de hacer teatro. “Es difícil, pero no imposible.”

***
DESDE EL FONDO DE LA LLUVIA
De Aureliano Castillo León
Dirección de Adolfo Hernández,

¿De qué va? ÉL es un joven de quince años con malformaciones en uno de sus brazos y una de sus piernas. ÉL relata los acontecimientos sucedidos en su pueblo ante la llegada de una guerra que, dice, no les pertenece. En su relato no hay una temporalidad histórica precisa ni más nombres, exceptuando el de la joven de la cual él se enamora: LENA. ÉL y LENA tratarán de corregir los errores en las decisiones que arrastraron a su pueblo a la guerra.

Es un espectáculo coral en el que se muestran las consecuencias de la guerra en la vida de un pueblo, a través un joven que nos narra todo lo acontecido entre él, los integrantes de su familia y sus vecinos.

¿Cuándo y dónde se presenta? Todos los jueves de noviembre, a las 20:30hrs., en el Foro La NaBe (Dr. José María Vertiz 86, Doctores). Costo de boleto $150

FERNANDO REYES, ENTRE EL TEATRO Y EL CINE

Mientras dirige su próximo estreno en teatro, “Aquello que parecemos. #LaTragediadelOso” de Jimena Eme Vazquez, para febrero 2018, está terminando un guión de largometraje, y colaborando en la organización del Festival Internacional de Cine de Medios Alternativos (FICMA). Ve su relación con el cine como si fuera la esposa que conoció desde pequeño y con la que se casó joven. Y el teatro la amante de la que se enamoró estando casado.

Por Johana Trujillo (@jOtrujilloA)

Fernando está convencido de que los hombres son creadores de su propio destino, y disfruta más de buscar respuestas que de encontrarlas. Por ahora, está montando la obra “Aquello que parecemos. #LaTragediadelOso” escrito por Jimena Eme Vazquez, que ganó el premio de joven dramaturgia en 2016 y que estrenarán en febrero con música en vivo. Está basada en un caso verdadero conocido como “el oso de cumbres”, donde una persona deja a su esposa e hijas por alguien que conoció en Twitter y que en realidad no existe. “Está siendo diseñada para presentarse en espacios no convencionales, es decir, lugares que no fueron creados originalmente para presentar teatro. Una especie de intervención de espacios.”, dice el director. También está terminando un guión de largometraje, y colaborando en la organización del Festival Internacional de Cine de Medios Alternativos (FICMA) que se llevará a cabo del 22 al 25 de Noviembre en el Centro Cultural FUTURAMA en la delegación Gustavo A. Madero.

Cuando terminó la carrera de Cine en el Centro Universitario de Estudios Cinematográfico (CUEC) de la UNAM sentía la necesidad de explorar más en la dirección de actores. “David Gerstein (q.e.p.d), una amigo de la carrera, me comento de un taller un poco experimental, en CasAzul, donde reconocidos directores de teatro daban dos clases a manera de introducción de lo que es dirigir teatro. Y aunque no era lo que yo buscaba en esos momentos me cautivó la experiencia. El taller se convirtió en una carrera, y entré. En ese momento siete alumnos fuimos la única generación. Y desde entonces me dediqué al teatro.

Veo mi relación como si el cine fuera mi esposa que conocía desde pequeño y me casé joven con ella. Y el teatro mi amante de la que me enamore estando casado. Y estando con una, no puedo dejar de pensar en la otra.”, confiesa.

Analizar todo es una habilidad que puede volverse una obsesión para él. “Me fascina y admiro mucho trabajar con actores porque todas las ideas que revolotean en mi cabeza las vuelven acciones tangibles y, entonces, elimino todo el sobre análisis, lo que sobra y me concentro de nuevo en otros detalles. Como una maquina de vapor que acumula presión para que sea liberada con fuerza para generar movimiento.”

La historia de su compañía y de él ahí empezó como un juego entre hermanos y amigos. “Tengo tres sobrinos pequeños, son hijos de mi hermana Erika. Les encanta jugar a hacer shows los domingos en la sala de sus abuelos. Ponen sus muñecos de peluche, se disfrazan, cambian de voz, hacen gestos, el hermano mayor le pide al menor poner la música en el momento exacto para que salga la más pequeña con vestido de princesa. Pero parte del juego es también diseñar las invitaciones y los boletos con estampitas y colores, acomodar a los invitados en sus lugares, dar las llamadas.”

“Es inevitable pensar que después de los años me dedico a seguir jugando con mi hermana Alejandra, ella es filosofa, dramaturga y actriz. Y el juego se va poniendo más divertido cuando invitas a tus amigos y haces nuevos mientras juegas. Parte del juego es ponerle nombre al equipo y decidimos llamarnos Compañía Sobredosis.

Empezamos con el cortometraje “…significado…”. Mi hermana actuó, yo dirigí. El equipo de filmación éramos Jorge Rodríguez, con una cámara de video semi profesional, y yo. Las locaciones fueron el zócalo, el metro, un bar y un súper. La ficción ocurre confundiéndose entre la realidad independiente de la cámara. De ahí decidimos hacer la obra “Acreedores” de August Strindberg. La escenografía era un sillón sin cambio de iluminación y los actores presentes todo el tiempo, era pura actuación sin mayores artificios. “Angustia”, una versión libre de “A Puerta Cerrada” de Jean Paul Sartre, la montamos en un sótano de una tienda de antigüedades. Tiempo después Alejandra gana el premio Nacional de Dramaturgia con la obra “Todo Está Bien”, que es un estudio de la obra de Albert Camus, situada en una oficina de una empresa multinacional de pesticidas en donde una empleada tiene un intento fallido de suicidio.

Y de ahí seguiremos jugando, contando historias, disfrazándonos, cambiando de voz, haciendo gestos, haciendo shows.”

Si estás pensando en dedicarte a la dirección escénica Fernando es de lo que cree que “vale la pena atreverse a experimentar con todo tu talento y creatividad para realizar tus sueños propios, no de alguien más. De esta manera te das cuenta de tu verdadero potencial. Y hacer lo que te apasiona sí puede ser una profesión. Hacerlo “en serio” no debe ser diferente a reunirte a jugar con tus amigos.”

***
También te recomendamos:
David Cohen, un director escénico que quiere al teatro el resto de su vida
Mujeres en la Cultura: Liset Cotera

DISTRITO TEATRAL es un blog donde entrevistamos a figuras clave de la escena teatral del país. Creemos en el poder de la cultura para transformarnos al dar sentido a lo que vemos. #amamoslacultura y #vamosalteatro a descubrir qué vale la pena ir a ver, compartir y conversar.Tras nuestras idas al teatro, publicamos reseñas y críticas de lo que vemos en la cartelera teatral no comercial en la Ciudad de México.

Da click aquí si quieres conocer más sobre nosotros.

SUCIA Y MUY CHINGONA HISTORIA DE AMOR

DE DISNEY A LO CHINGÓN DEL AMOR

Por Johana Trujillo Argüelles*

suci1

BLA BLA Producciones y su equipo de jóvenes creativos conformado por Aída del Río, Manuel Calderón, la reconocida actriz y dramaturga Ana González Bello, Aldo Escalante e Iván Sotelo se han aventurado a ser directores, productores y actores de su propuesta escénica: “Sucia y Muy Chingona Historia de Amor”, adaptada y escrita por Ana y Manuel y dirigida por Aída y Manuel.

La historia es muy simple: Mónica ha terminado una relación y ha decidido ver películas y comer palomitas para curarse la decepción amorosa en la que la vida la puso. Ricardo, es un chico que le gusta jugar videojuegos y no ha tenido mucha suerte en el amor. En un antro, uno mira a la chica de sus sueños mientras la otra no desea ser mirada. Los shots de tequila y Brandy los van llevando a encontrarse, desencontrarse y descubrir que pueden ser el uno para el otro. Lo divertido de “Sucia y Muy Chingona Historia de Amor”, con la que puedes identificarte, es el viaje que te lleva a encontrarte con el amor.

Con un par de baúles que contienen elementos de utilería que van usando a lo largo de la historia, se complementa con la iluminación de Isaac Weisselberg e Iván Sotelo. La dirección escénica de Aída del Río y Manuel Calderón es limpia en su trazo, logrando un ritmo y tono que acentúan el humor de esta comedia adaptada de Dirty Great Love Story de Katie Bonna y Richard Marsh. La música juega un papel importante en generar los distintos ambientes de la historia, desde el antro hasta los estados de ánimo de cada personaje. Además, Ana Gonzáles Bello y Manuel Calderón (quien alterna con Aldo Escalante) interpretan también al exnovio mirrey o a la amiga fresa y al amigo norteño que buscarán hacerle de cupido entre Mónica y Ricardo, entre otros situaciones que aderezan esta comedia.

Hay una generación de treintañeros a quienes Disney les vendió la idea del príncipe azul y el vivieron felices para siempre. En pleno 2015, donde los jóvenes están tomando consciencia del mundo en el que viven y las consecuencias de sus decisiones, “Sucia y Muy Chingona Historia de Amor” le hablan a toda una generación que le tiene pavor a crecer, madurar y tratar de encontrar el amor en sus propios términos para elegir a la persona con la que crear una imperfecta pero chingona historia de amor. Como dice la sinopsis, si los años de tratar de cambiar nuestra vida amorosa para que se acerque a esos ideales nos han dejado con más miedo al amor que al coco… ¿por qué no cambiar los cuentos y acercarlos a nosotros? “Somos caóticos y siempre la cagamos” por qué no ir al teatro a burlarnos de nosotros mismos y nuestras incapacidades emocionales para confrontar la realidad. Quien sabe, quizá la persona sentada en la butaca de a lado termine siendo la persona con la que se inicie esa historia.

SUCIA Y CHINGONA HISTORIA DE AMOR
Dramaturgia: Ana González Bello y Manuel Calderón
Dirección: Aida del río y Manuel Calderón.
Adaptada de Dirty Great Love Story de Katie Bonna y Richard Marsh,
Con: Ana González Bello y Aldo Escalante
La Teatrería
Tabasco No. 152, Col. Roma
Hasta el 29 de noviembre
Miércoles 20:30 hrs
Desde $350

* Diseñadora gráfica, egresada en 2007, con experiencia en difusión teatral. De 2009 a 2011 fue responsable de la difusión de las actividades de la Compañía Los Endebles A.C. y el Teatro La Capilla. De manera independiente ha realizado la comunicación y prensa de más de 15 puestas en escena. En junio-octubre 2012 fue asistente de difusión en La Matatena A.C. para el 17º Festival Internacional de Cine para Niños. En 2012 fundó Distrito Teatral.

DAVID COHEN

UN DIRECTOR ESCÉNICO QUE QUIERE AL TEATRO EL RESTO DE SU VIDA
Con más de quince años dedicados al teatro, como director, no sólo se pregunta cómo debe verse una puesta en escena, sino también cómo debe escucharse. Ha aprendido varias cosas y los planes que el teatro tiene para él es que ya no sólo se trata de hacer teatro, sino de hacer teatro con quienes integran su compañía Orchestra Artes Escénicas.
Por Johana Trujillo / Foto: Orchestra Artes Escénicas

El 3 de marzo de 1999 el director escénico David Cohen y otros compañeros, eligieron promover y difundir las artes escénicas para el desarrollo de su talento y creatividad, creando un ambiente de cordialidad y de trabajo en equipo; combatiendo la atmósfera de indiferencia que a veces predomina en nuestros tiempos. Así, esos jóvenes que en su búsqueda de hacer algo que los satisficiera artísticamente, encuentran en el teatro su mejor herramienta, fundan la compañía teatral Orchestra Artes Escénicas. Este 2017 cerrarán el último trimestre con mucha reflexión.

“Respecto a nuestra última temporada presentada en el Foco, ha llegado el momento de asimilar todo lo que nos ha dejado, lo que hemos construido, la respuesta que como compañía hemos generado, nuestras zonas franqueables y las infranqueables; reconocer, también, cómo hemos cambiado. Es importante cerrar los ciclos, dejarlos ir, no sin antes, desde luego, haber reflexionado sobre ellos. Como compañía de teatro, hemos aprendido mucho. El fruto y el néctar de lo que se siembra, consisten en eso, en la propia experiencia y en todo el conocimiento adquirido”, dice Cohen.

También, estarán preparando dos proyectos que les tienen entusiasmados. El primero es una puesta que formará parte de un homenaje a Antonio González Caballero, al que fueron invitados por el directo del Centro Cultural El Foco, Wilfrido Mómox, y que harán en conjunto con el centro y otras compañías. El segundo, es un tanto más personal; “es un proyecto que por diferentes circunstancias hemos tenido que postergar desde hace casi diez años. Se trata de una trilogía de título De Máscaras y muecas que, entre otras cosas, alude a la trágica relación entre los soñadores y sus sueños, entre el artista y su esencia, entre la sociedad y las máscaras de las que se sirve. Así que, durante este trimestre, estaré en la revisión de los últimos detalles de la dramaturgia y bocetando la dirección escénica. Nuestra intención es tener listo el montaje del primer movimiento a mediados del próximo año”.

Mi curiosidad por conocer de su compañía desde otro lugar, me lleva a pedirle que me cuente la historia de Orchestra Artes Escénicas y su historia ahí, pero como si la fuera a dejar como mensaje en una botella a ser descubierta 50 años después. “Me encanta la idea del mensaje dentro de una botella; irremediablemente me remite al mar y a las “islas flotantes” de las que habla Eugenio Barba. Nuestra compañía es también una isla flotante, y en ella nos mantenemos exiliados del mundo. El mensaje empezaría con una advertencia: no intenten rescatarnos, hemos sido muy felices. Ya son dieciocho años los que hemos permanecido en nuestra isla flotante.

El nombre de la compañía y nuestra filosofía han marcado el rumbo de cada uno de nosotros: somos Orchestra, y nuestro lema dice, “yo soy el director de mi propia vida”. Aspiramos a ser como el director de una orquesta que mediante su arte coloca cada uno de los instrumentos en su momento y en su lugar, para lograr con ello que todos éstos interpreten una bella melodía. Así entonces, y bajo el mismo concepto, la vida de cada uno de nosotros bien podría convertirse en una hermosa melodía. Creemos, pues, en el equilibrio, en la armonía.

Dije exiliados anteriormente, porque nos hemos mantenido al margen del teatro institucional, en la periferia de éste, como toda compañía de teatro independiente. Siempre hemos trabajado con jóvenes, la gran mayoría sin haber registrado, anteriormente, experiencia alguna, pero con una aspiración inequívoca por el teatro. Entre todos trabajamos nuestros cuerpos, nuestras voces, nuestras almas y nuestras mentes, con disciplina y fe en lo que hacemos, de manera constante, ininterrumpida, desde hace dieciocho años. Todos nuestros montajes son creados en su totalidad por nosotros mismos, desde su dramaturgia hasta su concepción escénica y actoral. Creemos en la forma y en el fondo; creemos en el lenguaje. Y con el tiempo que nos transcurre, hemos sumado a nuestro conocimiento todo el aprendizaje que la experiencia aporta. Abrazamos al error como a nuestro más querido amigo y cómplice. Somos y estamos muy claros en lo que hacemos, aunque en ocasiones pareciera que nos traicionamos a nosotros mismos; aceptamos los cambios, porque sabemos que la vida es movimiento, y del movimiento se nutre el teatro. Amamos a nuestra compañía y sentimos pasión por las artes escénicas. Hemos sido testigos de lo que el teatro representa en la construcción de una sociedad, de un individuo, ya que lo hemos visto en nosotros mismos.

Al final del mensaje de la botella, escribiría otra advertencia: jamás dudes de la plenitud que se halla en el destierro; así que busca entre las olas del mar embravecido, tu propia isla flotante.”

***

El teatro llegó a la vida de David “como suelen hacerlo las buenas nuevas, de manera sutil y casi silenciosa. De una u otra forma siempre hice teatro; en ello consistían mis juegos de niño. De muy pequeño, mis figuras de acción (de La Guerra de las Galaxias y otras tantas ficciones), hacían las veces de actores, y mis dos hermanos, de público. Posteriormente, involucré a mis vecinos y amigos. Ya de adolescente, cuando fui parte de un equipo de futbol, me las ingenié para convencer a mis compañeros de grabar cortometrajes y “sketchs” cómicos con una cámara de Video8. Siempre existió en mí esa necesidad de expresarme ante los otros. Sin embargo, el teatro llegó cuando esto dejó de ser una necesidad y se convirtió en algo inherente a mi persona (sutil y silenciosamente). Fue en la preparatoria y, posteriormente, en la universidad donde formalmente tuve mis primeras experiencias teatrales: hablo de la presencia de un director, un libreto, un proceso de montaje escénico y sus presentaciones a público. Eran talleres discretos, con pocas pretensiones, pero que a mí me mostraron un mundo de posibilidades. Viendo a aquellos que me dirigían, fue que yo comencé a tomarle el gusto a la dirección escénica, inclusive, por encima de la actuación.

Hoy en día, la tendencia es desmerecer un tanto el hecho de que el teatro nos permite contar historias; pero a mí la piel se me sigue erizando cuando yo lo hago, o cuando me cuentan una historia a mí. Al bajar el telón, y al sentirme conmovido ante la respuesta del público, sigo sintiéndome como ese niño que siempre he sido y que deseo ser siempre.”
Él llegó al teatro haciendo el escándalo de un niño.

Para dedicarse a la dirección escénica profesionalmente, David ha tenido que desarrollar varias habilidades, entre ellas la capacidad de observación. “Tengo que observar y entender lo que estoy observando. Pero no sólo eso, por supuesto. He tenido que aprender a escuchar; inclusive, me atrevería a decir que ha sido mucho más importante para mí como director el saber escuchar que el saber observar, sin que la primera excluya a la segunda. Yo he aprendido a entender el ritmo (que para mí es el alma de una puesta en escena), a través de lo que escucho. Las imágenes visuales suelen engañarme; las imágenes sonoras también, pero éstas cuando me engañan, me convencen por completo de su efecto: caigo entonces en su ficción.”

Como director, no sólo se pregunta cómo debe verse una puesta en escena, sino también cómo debe escucharse. “Y llevo esto hasta el límite. No sólo hablo de las voces de los personajes, o de la música incidental que empleo, también hablo de aquellos sonidos propios de la acción y de los lugares, inherentes al movimiento, a la vida, a la verdad escénica: el sonido de un vaso que se deja sobre una mesa, los pasos de tal o cual personaje; el sonido de una hoja de papel que es estrujada por una mujer que ha recibido malas noticias. Cosas así, que me embrujan completamente”, me comparte.

“También he tenido la necesidad de aprender a escuchar el silencio, y entender cómo se manifiesta en la puesta en escena, a través de qué pausas, y de qué cadencias. Cuando dirijo, suelo girar mi rostro, desviar la mirada, y con ello escuchar la acción y entender el ritmo de la escena. También me permite apreciar las propuestas interpretativas y de creación de mis actores. Insisto, no excluyo la observación.

En cuanto al manejo de actores y al trabajo en equipo, incluyendo a todos los otros artistas que se encuentran tras bambalinas, en producción, y en los diseños de arte, ha sido imprescindible desarrollar esas otras habilidades de las que muy poco se hablan. Me refiero a ser ese gran orquestador que toda puesta en escena requiere. No sólo se trata de poner buena cara y de ser asertivo en la comunicación, sino también de saber encauzar las voluntades y las embestidas creativas de cada uno de los miembros de la compañía; se trata de conocer las susceptibilidades de todos tus compañeros y las propias, así como nuestros anhelos artísticos. Es necesario navegar en ese océano de emociones, y distinguir unas aguas de las otras, entender sus corrientes y sus desbordamientos, hacer que todo ello adquiera la simplicidad y quietud de un lago. Se trata pues, de hacerlos sentir en casa, de construir, en conjunto, un hogar al cual llegar (de lograr una atmósfera creativa o de creación). Para lograr esto, me sirvo de la empatía, de la comunicación, de la motivación, del ritual, de la espiritualidad y de la honestidad”, continua.

De la misma manera, David ha tenido que desarrollar “esa otra sensibilidad más íntima y personal, buscar en mí esa plenitud que me permita, a su vez, encontrar Claridad en lo que hago y en lo que soy. Sin duda, lo que más admiro en un artista, sea cual sea su disciplina, es la Claridad en su obra”. Y del oficio de hacer teatro, de dirigir, se ha dado cuenta que aunque ya todo está dicho, nada está dicho del todo, y que, para hacer teatro, hay que hacer caso de la propia voz. Ha aprendido que “es importante aprender a escucharse y reconocer los propios resortes. Que no busquemos en la originalidad ni en la exclusividad el fin creativo, y que jamás hay que aspirar a ser mejor que nadie. Que para crear hay que hacerlo desde adentro y desde la propia niñez. Que las modas nacen del ruido, y que el ruido es contrario a la Claridad a la que el artista debe aspirar: de ahí que las modas sean pasajeras y el arte, eterno. Que no es que el camino sea largo, sino que es eterno, así que no hay nada que alcanzar. Que como artista el crecimiento debe ser horizontal, jamás vertical, y que incluya todas las facetas de tu vida, la del hijo, la del hermano, la del amigo, la del padre… que jamás por soñar dejes de vivir y que jamás por vivir dejes de soñar. Que te abraces del error como si te abrazaras de tu mejor aliado. Que jamás hay que dejar de leer ni de observar, ni de escribir ni de registrar; que no hay mejor atmósfera creativa que la que surge del amor a uno mismo y a su arte. Que la fe, sin lugar a duda, es el mayor acto creativo.”, afirma.

Aunque uno de los mayores retos del sector teatral es la fragmentación, él y su compañía lo han sobrellevado intentado salir de su trinchera, “crear puentes entre nuestra “isla flotante” y las otras. Como compañía de teatro, siempre hemos estado dispuestos al diálogo y al trabajo colaborativo. Como gente de teatro, pareciera que unos y otros nos escondemos al refugiarnos en nuestros propios éxitos y fracasos. Sería maravilloso entender el éxito de uno como el éxito de todos, y que lo mismo sucediera con el fracaso. Vaya, que hubiera un genuino interés por el trabajo de los demás. La realidad es que pese a los diferentes intentos de diálogo y de acercamiento que han surgido de repente, éstos no han sido del todo fructíferos.

Algo que creemos imprescindible en nuestra compañía, es mantener intacta nuestra capacidad de asombro. Ésta nos permite sorprendernos por la presencia y el trabajo de nuestros colegas, aprender de ellos y de sus propuestas, reflejarnos en sus entusiasmos y en sus miedos, reconocer en ellos nuestro propio tiempo y espacio, entender nuestra diversidad y así protegerla como nuestro tesoro más sagrado. La unicidad sólo es posible a través de la existencia de los otros”, dice el director escénico.

***

Los planes que el teatro y su compañía tienen para el futuro de David Cohen como director son varios. “Espero sinceramente recibir el llamado del teatro durante el resto de mi vida. Si el destino y nuestra voluntad nos lo permiten, dentro de algunos años tendremos nuestro propio espacio cultural, nuestro foro teatral. Y me veo, en un futuro, trabajando con el mismo equipo. Ya no sólo se trata de hacer teatro, sino de hacer teatro con ellos. Imagino a nuestra compañía como un referente de la escena independiente, así como lo han sido otras compañías para nosotros.

Como compañía, nuestra principal ambición es seguir aprendiendo, y transmitir el conocimiento adquirido. Me gusta trabajar con los jóvenes de todas las edades, esos que siguen soñando despiertos y que les importa un cuerno la inercia del mundo; los que entienden perfectamente el honor que implica dedicar la vida al teatro, así como la enorme responsabilidad; los mismos que han decidido no tener prisa y que renuncian a la inútil velocidad de los otros. Queremos seguir siendo ese espacio para ellos y para nosotros mismos, ese Bosque de las Mil Melodías que nos aguarda, tal y como el cielo aguarda a los que tienen fe, tal y como el Olimpo aguarda a los que han decidido ser inmortales.
Nuestro plan es llegar a la mayor cantidad de público posible, convertirnos en sus anfitriones y contarles nuestras historias.”

Para David sería lindo que la confianza y el tesón que dan la experiencia le acompañaran mientras hiciera teatro, pues la confianza en lo que hace no es algo que hoy le caracterice. “Voy a tientas en esto del teatro, como si pidiera permiso, como si no creyera en el derecho que tengo (que tenemos todos) de perseguir mis sueños.” Para él el diálogo es urgente e impostergable entre todos los que hacen teatro.

***
También te recomendamos:
Primer Coloquio Nacional de Teatro
Mujeres en la Cultura: Hebe Rosell

DISTRITO TEATRAL es un blog donde entrevistamos a figuras clave de la escena teatral del país. Creemos en el poder de la cultura para transformarnos al dar sentido a lo que vemos. #amamoslacultura y #vamosalteatro a descubrir qué vale la pena ir a ver, compartir y conversar.Tras nuestras idas al teatro, publicamos reseñas y críticas de lo que vemos en la cartelera teatral no comercial en la Ciudad de México.

Da click aquí si quieres conocer más sobre nosotros.

EL PRÍNCIPE YNOCENTE

TEATRO EN EL TEATRO
Por Óscar Alberto Fontana* (@fontanaoscar)

el_principe_ynocente2

El príncipe Alexandro ha sido desterrado y pide ayuda al duque de Cleves para recuperar su reino. La historia cuenta como éste se ve envuelto en amoríos con las hijas del duque, al mismo tiempo que urde una venganza para recuperar su trono. Esta obra es a su vez representada por un par de presidiarios que toman como público al celador de la prisión donde purgan injustamente una condena.

El montaje dirigido por Allan Flores y los mismos Fernando Memije y Fernando Villa (también actores de la obra) es efectiva de inicio a fin. Logra un plausible vínculo con el público y de esta manera derriba la muralla que pudiera existir entre el espectador y el texto. La dirección propone diversas tareas escénicas y ello permite que la obra progrese. Las piezas musicales, en particular la del inicio, coadyuvan a construir el ambiente y tono de la obra. La escenografía, por su parte, resulta eficaz por la manera que es aprovechada y manejada.

El trabajo de Villa y Memije resulta incuestionable. Es evidente el dominio de la forma y la precisión con la que han construido cada uno de los personajes. La veracidad de su trabajo privilegia la conexión con el público y lo convierte en un punto a su favor. La manera en que recrean distintos ambientes permite que el espectador entre en la convención y finalmente se instale en la propuesta lúdica. Sin embargo y a pesar de que el manejo del verso es bueno, sólo en algunas ocasiones falla la dicción. Mas esto no genera mayor problema, ya que con la pericia que trabajan logran que el espectador esté atento a la historia.

“El príncipe ynocente” ofrece al público una propuesta atractiva para disfrutar de la obra de uno de los autores más importantes del siglo de oro español. Desafía la “complejidad” del verso y lo desintelectualiza para hacerlo más asequible al público, pero sin eliminar la gran beldad que lo caracteriza. El sincretismo de todos los elementos, hacen que el montaje adquiera un carácter y una estética muy particular.

La compañía EFE TRES teatro lleva a escena una vez más este clásico de Lope de Vega que próximamente viajará a España para presentarse en un importante festival de teatro. Mientras eso sucede, se presentan en el teatro el granero del Centro Cultural del Bosque en una muy breve temporada.

EL PRINIPE YNOCENTE
Autor: Lope de Vega
Dirección: Allan Flores, Fernando Villa y Fernando Memije.
Elenco: Fernando Villa y Fernando Memije.
Teatro Sergio Magaña (Sor Juana Inés de la Cruz, 114)
Miércoles y jueves 20:00hrs
Hasta el 7 de diciembre 2017
Entrada general $141.-

*Actor, dramaturgo, teatrista.

PRIMER COLOQUIO NACIONAL DE TEATRO

PREOCUPACIONES COMPARTIDAS POR REACTIVAR LA INDUSTRIA TEATRAL
Por Johana Trujillo (@jotrujilloa)

A finales de 2016 un grupo de administradores y responsables de teatros de la CDMX se reunieron con el fin de identificar y analizar diversas problemáticas que atañen a todos los centros culturales dedicados a la exhibición de espectáculos teatrales. Estas reuniones dieron pie a la creación de la RECIO (Red de Espacios Culturales Independientes Organizados de la CDMX), asociación civil que en su objeto contempla incidir en política pública con el fin de mejorar el carácter regulatorio de los espacios teatrales independientes, así como la operatividad y manejo de los espectáculos públicos, en específico, de los espectáculos teatrales.

En entrevista con Samuel Sosa, integrante de RECIO y adminsitrador del Teatro La Capilla, comentó que la idea de organizar el Primer Coloquio Nacional de Teatro en la Ciudad de México nace a partir de las juntas que tuvieron creyendo conveniente traer esa conversación al espacio público y analizar qué pasa en el sector teatral. Indagar en la existencia de una industria teatral para dimensionar el tamaño de lo que hacen y, con conocimiento de causa, generar propuestas y regulaciones acordes al tamaño de la economía que son.

“Estamos tan, tan lejos de siquiera saber de lo que estamos hablando cuando hablamos de economía teatral que hay que empezar por un lado. Hablar de la industria o de la falta de industria, de la económica o la falta de economía como un primer paso para empezar a medirnos y tener claro qué somos hoy, hacia dónde queremos ir y qué vamos a hacer.”

Para el también productor teatral es necesario entender la industria a la que se dedican, medirla, evaluarla, diagnosticarla para poder re-evaluar todas las políticas públicas, programas e incentivo a la industria cultural con un objetivo de corto, mediano y largo plazo. “Toda la política cultural, en particular la que está dirigida a las artes escénicas y al teatro, se ha implementado con muchas buenas intenciones pero sin una ruta clara de qué es lo que se busca. Ese es una gran problema.”

“Por otro lado, creo que la creación de público cojea del mismo pie porque todo mundo habla mucho de la creación de público, de la falta de público, de la incapacidad de las artes escénicas para atraer gente a las butacas, sin embargo, la realidad es que no sabemos si ha habido un crecimiento, dónde lo ha habido. Los casos de éxito ¿cómo se pueden medir? No hay data.“

El sector tiene interés por crear los datos que les permitan tener información precisa sobre su industria, lo que no tiene son herramientas para recabarlos. “Todos están de acuerdo en la necesidad de que exista esa data. ¿En quién recae la responsabilidad de generarla? ¿cuáles son los permisos importantes? ¿dónde centrar los estándares de medición? Nadie lo tiene claro y es una bolita que se viene pasando todo el mundo desde hace años. Las pocas estadísticas que levanta CONACULTA o Secretaría de Cultura son insuficientes, están centradas en el sector cultural global. Hacia la individualidad de las artes escénicas y el teatro en particular no hay herramientas de medición.”

“No estamos articulados como gremio ni como industria y eso es grave. Es grave que a estas altura no existan las herramientas para que esa información se colecte. Esa información es la zona cero, de ahí hay que partir.”

El objetivo de todo el coloquio “es hablar con mucha sinceridad y honestidad entre todos los participantes del gremio de la necesidad de crear una ley nacional de teatro, muy en el mismo camino que la industria cinematográfica lo hizo hace 30 años. Hace treinta años exigió el decreto de una ley nacional de cinematografía que dio pie al Instituto Mexicano del Cine (IMCINE). El IMCINE, con todo lo perfectible que sigue siendo es un acierto en muchos sentido porque por un lado contuvo la burocratización de la industria cinematográfica en un único instrumento, lo que permitió que el dinero destinado al sector llegara realmente a las producciones y creativos, en lugar de desperdiciarse en aparatos burocráticos.”

“Yo creo que la industria teatral padece mucho eso. Tenemos un INBA, un FONCA, una Secretaría de Cultura, Sistema de Teatros, en fin, hay una cantidad de aparatos burocráticos y todos operan con poco presupuesto porque no tienen más y lo que hay se va en que existan. Si desaparecen a partir de una ley, y de la creación de un Instituto Mexicano de las Artes Escénicas podemos eficientar el ejercicio presupuestal, destinarlo realmente a la producción y a los creadores. Y el Instituto tendría que, de la misma forma que lo hace el IMCINE, hacer una evaluación anual del crecimiento de la industria, que en eso, la industria cinematográfica nos lleva años de ventaja.”

“Aunque suena complicado, cada vez es más insostenible estar metidos en la misma canasta de Cultura. Los EFIARTES son un gran ejemplo de que estar compartiendo convocatoria con las artes plásticas y las orquestas sinfónicas es raro porque nos dedicamos a cosas distintas. Creo que salirnos de la canasta de cultura permitiría que se diseñen organismos y modelos de producción ex profeso para la industria teatral. Creo que ese es el objetivo. Vamos a hablarlo porque no estamos diciendo que ese sea el camino a seguir, pero ante la nada se nos ocurrió esto. Es esto lo que queremos conciliar con todas las partes. La razón del Coloquio es esa: qué opinan los directores, los productores, las instituciones, los creativos, los dramaturgos de esta idea como un primer paso hacia ser más eficientes como colectividad.”

“Claramente no está siendo rentable el teatro, parte importante del espectro teatral. Hay ciertas producciones que sí consiguen la rentabilidad pero son las menos y pertenecen a excepciones muy honrosas o a un segmento del espectro teatral en la que no todos somos partícipes, hablando del teatro comercial. Ese es un primer foco rojo, la incapacidad que tenemos como industria de conseguir la rentabilidad, porque al mismo tiempo los modelos de producción están recargados en los estímulos y en la participación del Estado.”

Hay un problema de raíz del consumo teatral que no han podido resolver y que “el Estado está intentado parchar desde hace mucho tiempo y sin éxito. Si no se hace una revisión de fondo, de qué es lo que está pasando, por qué el público está tan rejego a ir a las producciones teatrales, no vamos a poder darle la vuelta nunca, y eso tiene que hacerse desde esa data y ese análisis.”

El Coloquio tendrá como sedes a La Titería, el Teatro La Capilla y el Foro Shakespeare, del 6 al 8 de Noviembre. Representantes de todas las áreas de creación escénica, así como personalidades del sector público, privado e independiente, dialogaran en distintas mesas de trabajo para indagar en la existencia de la industria teatral, los modelos de producción, la creación, el fomento y la generación de públicos, entre otros temas, que les permitan crear un diagnóstico preciso sobre los mecanismos actuales de producción y recepción teatral que reactive la industria teatral y, en un futuro, se cree un Instituto Nacional de Teatro. Las mesas de trabajo contarán con moderadores y ponentes relacionados con el quehacer teatral como: Boris Schoemanna, Luis de Tavira, Martín Acosta, David Olguín, Luis Mario Moncada, Mario Espinosa, Jaime Chabaud, Enrique Olmos de Ita, Itari Marta, José Caballero, entre otros, y productores como Jorge Ortiz de Pinedo, Claudio Sodi, Samuel Sosa y Pablo Perroni por nombrar algunos.

El evento es gratuito y de entrada general, sin embargo, se dará preferencia a quien se registre a través de la página de RECIO bit.ly/ColoquioRegistro y se recomienda llegar 15 minutos antes a la mesa en la que te registraste.



DISTRITO TEATRAL es un blog donde entrevistamos a figuras clave de la escena teatral del país. Creemos en el poder de la cultura para transformarnos al dar sentido a lo que vemos. #amamoslacultura y #vamosalteatro a descubrir qué vale la pena ir a ver, compartir y conversar.Tras nuestras idas al teatro, publicamos reseñas y críticas de lo que vemos en la cartelera teatral no comercial en la Ciudad de México.

Da click aquí si quieres conocer más sobre nosotros.

Crítica: LA DIVINA ILUSIÓN

“Y LA FICCIÓN BOYANTE”

Por Óscar Alberto Fontana * (@fontanaoscar)

No es la primera vez que el director Boris Schoemann elige un texto del canadiense Michel Marc Bouchard, ya lo había hecho en el 2014 con “Tom en la granja”, y un año después con “Bajo la mirada de las moscas”, presentada en el teatro El Galeón del Centro Cultural del Bosque. Este año dirige otro de sus textos, bajo el cobijo de la compañía Petit Comité, a quienes debemos recientemente, por cierto, el muy afortunado montaje “El juego de la silla” de la argentina Ana Katz.

 

Para quienes conocen los dos textos de Bouchard a los que hice referencia al inicio, quizá coincidan en que ambos comparten un tono denso, pesado, y quizá, hasta un poco negro. Pues en esta ocasión, la historia es distinta. Se trata de un texto jocoso, que gira en torno a la visita de la actriz Sarah Bernhardt a Canadá en 1905. El texto que se vale inteligentemente de una anécdota por demás fecunda, donde a partir de declaraciones polémicas que hace Bernhardt acerca del rezago cultural del país, propicia un beligerante conflicto entre la iglesia y el teatro; conflicto que ya se antoja turbulento desde que se lee en la sinopsis del programa de mano.

 

Lo que sigue es la consecuencia de un texto sumamente entretenido. La dirección del Schoemann hace que las horas se diluyan por el magistral dominio del tempo y ritmo de la obra, es decir, no hay oportunidad de fugarse, lo que sucede en escena es urgente, y entonces, el celular y los bostezos deben esperar. Y destaco esto porque, por lo menos en estos tiempos, la gente que hace teatro se está rindiendo ante la indolencia del espectador frente a un montaje de más de noventa minutos.

 

Retomando el sentido, es necesario mencionar que, además de los elementos de tempo/ritmo en el montaje, es necesario destacar el magnífico trabajo de vestuario y escenografía; gracias a esto y a la diestra manera en que se resuelven los espacios, se logra recrear perfectamente el ambiente en el que se desarrolla cada escena. Todo esto confluye en un bellísimo cuadro escénico. El cuidado de todos y cada uno de estos elementos coadyuvan, finalmente, a la gran sofisticación de la puesta en escena.

 

Aunque el trabajo de los actores no es malo, sí es irregular. Sobre todo, apuntaría la búsqueda de unidad tonal, sin embargo, esto no es un problema grave. Creo que, hasta cierto punto, es algo normal; no es sencillo trabajar con once actores en escena. Y a propósito de lo anterior: este es un montaje de rostros conocidos, de certezas, pero también de vicios y de comodidades, claro, a cada quién lo que le toca. Este negocio es así: somos falibles como actores, pero el director posee una facultad privilegiada en el montaje: tiene la sensibilidad para percibir cualquier falla o inconsistencia en la escena, además de un panorama mucho más extenso de lo que sucede al frente, con sus actores, con su ficción, con su micro(macro)cosmos escénico, y en él debemos confiar.

 

Aquí está una prueba, aquí está el bozal. Tenemos un montaje entretenido, bello, atractivo y necesario. Tiene las características, sí, para estar en el teatro Insurgentes, pero llena Teatro La Capilla. También dura más de noventa minutos, pero definitivamente cada segundo vale la pena.

 

“LA DIVINA ILUSIÓN”

Dramaturgia: Michael Marc Bouchard.

Dirección: Boris Schoemann.

Con: Pilar Boliver, Miguel Conde, Miguel Corral, Dalí González, Gabriela Guraieb, Olivia Lagunas, Constantino Morán, Carmen Ramos, Servando Ramos, Eugenio Rubio, Mahalat Sánchez.

Lunes y martes 20:00 Hrs.

18 y 19 de diciembre 2017

Teatro La Capilla. (Madrid 13, colonia del Carmen, Coyoacán)

 

*Actor, dramaturgo y director. Actualmente también se desempeña como dramaturgista en la compañía LaSilla Teatro.

SOY EL CÍRCULO TEATRAL

Soy el Círculo Teatral, me localizo en una de las casas señoriales de la Colonia Condesa, para mayor exactitud en la calle de Veracruz 107, muy cerca del parque España, de donde me llegan sus frescos aires. Fui fundado en 2004 por Alberto Estrella y Víctor Carpinteiro, quienes se han preocupado que yo me haya ido fortaleciendo.

Cumplo una triple función, por un lado soy una escuela para actores, por otra cuento con una cafetería, donde surgen ricas charlas y lo más importante cuento con un espacio, que se ha preocupado por impulsar básicamente obras de dramaturgos mexicanos y latinoamericanos.

Hemos tenido un sinnúmero de temporadas interesantes, entre ellas “El deseo” de nuestro gran amigo Víctor Hugo Rascón Banda, dirigida por Max Ferrá, con las actuaciones de Ofelia Medina y Víctor Carpinteiro; asimismo se presentó con gran éxito “Cita a ciegas” del dramaturgo argentino Mario Diament, bajo la dirección de Barclay Goldsmith, realmente Fernando Becerril se lució en su papel de escritor ciego; en 2011 se presentó “En el centro del vientre” escrita y dirigida por Medardo Treviño, con las actuaciones memorables de Cecilia Toussaint y Alberto Estrella.

Mi escenario está diseñado para el teatro de cámara, permite una interacción muy cercana entre actores y públicos, se genera una gran energía, esa que requiere el teatro, un hecho convivencial, por excelencia. También albergué una residencia del grupo Colectivo El Arce, con tres montajes dirigidos por Ignacio Escárcega, “Tutoriales”, “Finea en el Papaloapan “ y “El camino sin sol”, ésta última dirigida al público infantil.

Mi nombre me gusta Círculo Teatral, me remite a que el escenario no deja de girar en su afán de generar hechos escénicos que desplieguen un profundo impacto a quien los mire.

También tuvimos una  exitosa temporada de “Una especie de Alaska” escrita por Harold Pinter, y dirigida por José Caballero, que en Lucero Trejo tiene una gran intérprete, uno de esos trabajos interpretativos que difícilmente se olvidan.

Confío en seguir dando la oportunidad  de nuevas obras, porque también se apoya a los jóvenes actores, lo más importante es que el teatro prosiga, ya que nos permite conectarnos con nosotros mismos, y con la sociedad que nos rodea. ¡Viva el teatro!

Por Perla Schwartz (2014)

ARTEMISA TÉLLEZ: ESCRIBIR PARA TEATRO

La escritora y tallerista mexicana Artemisa Tellez, creadora del taller de cuento erótico para mujeres, desde el año pasado se da la oportunidad de escribir teatro. Ahora va por el montaje de su segundo texto.

POR JOHANA TRUJILLO A. (@jOtrujilloA) / FOTO DE SERGIO DOSAL

artemisa-tellez-distrito-teatral-web

Conocí a Artemisa Téllez por el Twitter de Distrito Teatral en 2014 que habíamos decidido abrir una convocatoria para escribir reseñas de manera voluntaria en nuestro portal. Ella fue la primera en ofrecer su tiempo y formarse en crítica teatral para poder escribir.

Artemisa es escritora mexicana, novelista, tallerista, poeta y dramaturga. Creadora del taller de cuento erótico para mujeres. Escritora de la novela lésbica ilustrada “Crema de vainilla”.

De ese periodo de un año que pudimos colaborar juntas en Distrito Teatral, fuimos una vez al teatro. Recuerdo que me contó que su familia tiene relación con el teatro.

 

– ¿Tu familia te generó el interés por el teatro? ¿O en qué momento comenzaste a interesarte por el teatro?

– El teatro me enamoró desde muy pequeña. Recuerdo inclusive la primera vez que fui: fue en el aljibe del castillo de Chapultepec, tenía 3 años. Me impactó ver a uno de los actores (mi tío) cantando ópera desnudo ¡desnudo! eran las 9 de la noche y hacía muchísimo frío… A los cinco años vi una adaptación de la novela de Hesse “Siddharta” y salió un actor de mi misma edad, sentí una enorme envidia y lo primero que hice cuando vi a la directora (amiga de mi mamá) fue decirle que yo también podía “hacer eso”, no sé por qué, pero inmediatamente me dio el papel. De los 9 a los 12 años estuve en su compañía, hicimos una obra por año y fui siempre muy feliz. A los doce que “me retiré” tenía claro que quería dedicarme a escribir, pero nunca dejé de interesarme por el teatro, esa es una pasión de vida y nunca la puedes perder…

 

– Cuéntame ese momento en que decides escribir y después escribir teatro.

– Pues no decidí escribir teatro, deseaba escribirlo, pero no podía. Escribo cuento y poesía desde los 10 años (no estoy diciendo que los grandes cuentos ni poemas desde entonces…) quería escribirlos, los escribía. Unos salían mejor que otros, pero al final había algo, un resultado más o menos satisfactorio para mí. El teatro no. Nunca lo toqué. Y cuando me hice consciente de que lo quería lo intenté una y otra vez sin lograrlo. Aunque como dije antes, soy frecuente espectadora y lectora de teatro, pensé que tal vez necesitaba hacerlo a mayor consciencia, fue por eso que busqué emplearme como reseñista y crítica, sin embargo seguí sin escribir más que fragmentos de algo tan equivocado que nunca me interesé por darle el seguimiento. Hace 2 años, una querida amiga escritora, Reyna Barrera, quien sabía toda esta historia me presentó a Gabriela Ynclán y poco después me incorporé en su taller donde he comprendido la estructura y función del texto dramático y he hecho mis pininos.

 

– ¿Cómo ves el teatro en México?
El teatro en México es un fenómeno. Es gigante, poderoso e indestructible. En un mismo día (entre semana) se presentan más de 10 propuestas en toda clase de foros y para todos los bolsillos. Existe una compañía nacional que regala el 80 por ciento de su boletaje, los jueves de teatro, el teatro universitario, el callejero… Nuestra tradición teatrera es impresionante y la calidad de por lo menos la mitad de las puestas es bastante aceptable. El teatro es una de las poquísimas cosas que me hacen tener esperanza en este país: un portento, maravilla y bendición.

 

– Y en términos de dramaturgia ¿quiénes son los dramaturgos que has leído?

Uy, pues los clásicos… Sófocles, Arstófanes, Shakespeare, Moliere, Ibsen, De la Barca, Chejov, Brecht, Casona, Carballido, Hernández, Garro… Ya con Gabi (Ynclán) leímos a Tremblay, a Genet, Carver, Sánchez Sinisterra, Müller…
También he leído algunos nacionales contemporáneos, como los textos de Adrián Vázquez o Sara Uribe, en la mayor parte de los casos es porque me dio curiosidad cómo sería la dramaturgia a partir de que vi montadas las obras.

 

– Empezaste a escribir teatro con “Hope”, una micro obra resultados de un taller con Gabriela Ynclán, que el público disfrutó. Cuéntame de esa experiencia en el taller, a qué retos te enfrentaste.

– “Hope” fue mi primer intento no fallido, resultado, desde luego, de mi trabajo en el taller de Gabi. Tuve la oportunidad de participar con esta en un proyecto de los alumnos de Ynclán llamado Es-cena (teatro brevelargobreve) y tuvo en efecto, muy buena recepción. Escribir teatro es difícil para mí porque tengo una formación (deformación) de narradora. Cuando narras, las palabras lo son todo. En el teatro lo importante es la acción, no la poesía; ese fue un reto enorme y me requirió varios cursos, lecturas, tareas y fallos entenderlo. Hoy sigo escribiendo y tallereando. Mi siguiente comedia breve (Colorado River) se estrenará el año próximo en el mismo formato.

 

Por ahora, Artemisa está dando talleres en la UNAM, la EME y por su cuenta en diversas sedes. Escribiendo teatro y poesía. Celebrando la reedición de su libro “Fotografías instantáneas” a tan sólo 7 meses de la primera. Escribiendo una entrada semanal para su página web www.artemisatellez.com, donde habla de los temas que le apasionan: escritura, literatura de mujeres, talleres literarios y teatro. Preparando los múltiples festejos al rededor del 10o aniversario de su Taller permanente de Cuento Erótico para Mujeres.

Lo que Artemisa quisiera que viniera es la diversificación. Los últimos 4 años se he dedicado a consolidar los talleres, su público, su trabajo escritural. Lo que le gustaría lograr ahora es ampliar su campo de acción: dar más talleres y en más lugares, llegar a otros lectores, publicar más y participar en otro tipo de publicaciones y eventos. En la parte creativa quiere trabajar obras de largo aliento.

Para seguir los pasos de Artemisa Téllez como escritora, tallerista, novelista, poeta y dramaturga, ella es activa en las redes sociales, la pueden encontrar en Twitter y Facebook como Artemisa Téllez. Tiene una página de autora en Facebook (https://www.facebook.com/LibrosdeArtemisaTellez/?fref=ts) donde anuncia los talleres, cursos, lecturas y todos los eventos en los que participa y por supuesto, en su página: www.artemisatellez.com

Estaremos al pendiente de su próxima comedia breve “Colorado River” que se estrenará el próximo 2017 en el formato de teatro breve.

***
También te recomendamos:
Claudio Sodi, hacer teatro en México
Mujeres en la Cultura: Liset Cotera

DISTRITO TEATRAL es un blog donde entrevistamos a figuras clave de la escena teatral del país. Creemos en el poder de la cultura para transformarnos al dar sentido a lo que vemos. #amamoslacultura y #vamosalteatro a descubrir qué vale la pena ir a ver, compartir y conversar.Tras nuestras idas al teatro, publicamos reseñas y críticas de lo que vemos en la cartelera teatral no comercial en la Ciudad de México.

Da click aquí si quieres conocer más sobre nosotros.