Cómo empezó todo y qué nos sigue inspirando hoy

Por Johana Trujillo / 22.10.22

 

Hace diez años y algunos meses, un 27 de enero de 2012 abrí el Twitter de Distrito Teatral. Así empecé a concretar la idea de dar a conocer la cartelera de teatro de la Ciudad de México. Sin embargo, la idea apareció por primera vez en 2010: “Hacer una cartelera como la de Cinemex pero de Teatro. Que puedas saber qué puedes ir a ver hoy que se te antojó”.

Unos meses después empecé el sitio web gracias a Víctor Zenteno de Mupcow. Publiqué la cartelera de los distintos teatros que había en ese momento, con esa búsqueda especializada por día que había soñado. Poco a poco fui pudiendo diversificar el contenido con distintos colaboradores como Enrique Saavedra, Alejandro Laborie, Perla Schwartz o Agnés Merat.

Empeñada en no tener un modelo de negocio basado en la publicidad tradicional, seguí (y sigo) financiando los gastos de la plataforma con mi trabajo de diseño y difusión. Así que para mantener el contenido, busqué colaboradores voluntarios dispuestos a ir al teatro y reseñarlo. En 2013 Artemisa Tellez, Mireya Flores, Viridiana Nárud y Óscar Fontana aceptaron el llamado. Mi más profundo agradecimiento a estas personas que confiaron en el proyecto y subieron al barco un tiempo. Distrito Teatral no hubiera sido posible sin su generosidad ni su mirada.

Ese mismo año colaboramos dando a conocer opciones en cartelera cada semana en un programa en Programa de mano conducido por Patricia Madrid y Paulina Sabugal.

Para 2018, escribí un manifiesto que hoy me sigue inspirando a seguir adelante con el propósito de Distrito Teatral: provocarte curiosidad e interés por conocer el teatro e ir a descubrir historias. Es algo a lo que vuelvo cuando me siento perdida, cuando quiero tirar la toalla. Me recuerda por qué seguir inspirando a decir: ¡vamos al teatro!

Hoy me sigue inspirando conocer compañías que hacen el teatro que promovemos aquí, ese que provoca, conmueve y nos lleva a reflexionar, a identificarnos con alguna parte de la historia y darnos cuenta de algo en nuestra vida. Me sigue inspirando ir a descubrir qué vale la pena ir a ver, compartirlo y conversar de eso después de la función porque el teatro es un disparador de diálogos, de reflexiones, de descubrimientos y a veces, de catarsis.

¿Cuál es el destino de Distrito Teatral? Seguir diciendo sí a dar a conocer a quienes hacen teatro y su trabajo; a reflexionar sobre lo que nos inquieta en relación a lo que vemos o vivimos en el teatro. Hacer investigación activa alrededor de una pregunta que nos dejó la pandemia: ¿de qué manera podríamos hacer una contribución más genuina y significativa a la comunidad de teatro? Dialogar con la comunidad teatral sobre tres preguntas: ¿cómo hacemos de la cultura una prioridad en México? ¿Cómo visibilizamos el trabajo de tanto creativo involucrado en un proyecto teatral? ¿Cuál es el teatro que necesitamos en el siglo XXI?

Seguiremos adelante mientras haya espacios para el teatro, personas haciendo teatro y personas yendo al teatro. Sin esos tres elementos no existe Distrito Teatral.

Manifiesto Distrito Teatral (distritoteatral.mx)

Un obús para el corazón

Por Viridiana Nárud (@viridianaeunice)

Wajdi Mouawad es un dramaturgo canadiense de origen libanés que marcó un hito en su carrera con la obra “Incendios” la cual sería filmada poco tiempo después con el título “La mujer que cantaba”, de esta manera, el autor, logró la fama mundial. En México aún se recuerda como una leyenda la dirección de Hugo Arrevillaga y cómo es que las personas hacían fila para ir a verla. Por ello, cuando se anuncia que va haber un montaje de la obra de Wajdi Mouawad, las expectativas son altas.

“Un obús para el corazón” es una obra en la que se pretende narrar el momento en donde Wahab, siendo niño, vive un ataque paramilitar en contra de civiles. Por medio de la abstracción del espacio se intenta narrar una historia que tiene un tinte realista. Primero voy a analizar si este juego en la escenografía funciona. Para entender el arte abstracto uno debe tener en cuenta que es por medio de la simbología y la psicología del color que se narra una historia y que no es lo mismo el action painting en donde la fuerza del movimiento, los colores desean enmarcar una impresión emocional en el cuadro. En este caso, la abstracción es figurativa, se tienen marcos de cuadros que son narrados dentro de la obra para dibujar el espacio en donde se moverá el personaje. Después, están las imágenes que son demasiado explícitas: Cuando se dice que están en un camión se proyecta la imagen de un camión; cuando se describe a la madre aparece la madre, entonces, ¿es abstracto o no?

Ahora hablemos de cómo juega la música dentro de este universo. Es cierto que el cine ha tenido gran influencia en el teatro y que esta idea de musicalizar ciertas escenas para marcar un ritmo o estado emocional de personaje o historia puede resultar benéfica para la progresión narrativa de la obra o tensión de ésta, sin embargo, en este caso la música no tiene ninguna función diegética.

Sobre la actuación: Bernardo Gamboa tiende a crear un ritmo en sus monólogos, no sé si sea una estrategia mnemotécnica o una costumbre, el resultado es que uno puede predecir que al final de cada frase acentuará la última vocal. Es tarea de dirección retirar esos pequeños vicios porque en esta ocasión se contaba la historia de un extranjero que sonaba a hombre del norte de México por ocasiones.

La traducción es algo importante y si bien es cierto que toda traducción es traición, es importante respetar ciertas convenciones del lenguaje que tienen que ver en qué espacio geográfico se encuentra el personaje, ya que si se utiliza la palabra culote con acento del norte, me transportan de manera inconsciente al norte del país aún cuando se está narrando el invierno con nieve en Canadá.

La unidad de espacio y tiempo no se encuentra en esta obra y por lo mismo hace muy difícil la compresión de este monólogo. El protagonismo de la escenografía y dirección opacaron al actor y la historia. Es importante recordar que uno va al teatro a ver historias y que el trabajo de los creativos se vuelve inolvidable siempre y cuando hayan cumplido la función en torno a la historia.

¿Cómo fue que perdí el hábito de ir a ver teatro?

Por Johana Trujillo (@jOtrujilloA)

 

“Ya casi no tenemos cortesías, escríbenos pronto para entrar sin costo”, me llevó a pensar en los hábitos del teatro: ir al teatro, pedir cortesías, ofrecer cortesías, pagar entradas al teatro, conversar después del teatro e incluso reseñar obras de teatro. Todos son hábitos que pueden cambiar con el tiempo.

 

Últimamente me he estado preguntado cómo fue que mis idas al teatro fueron disminuyendo poco a poco. Me pregunto también si perdí el hábito de ir a ver teatro o ha sido sólo por mero desconocimiento de la comunidad teatral local.

 

Ofrecer una cortesía o no ofrecerla; decidir ir al teatro un día o no, parece insignificante; pero en cuestión de hábitos se acumula con el tiempo y se hace más evidente: personas esperando tener cortesías para ver teatro o, como yo, dejando de ir al teatro frecuentemente para pasar a ser del grupo que va una o dos veces al año.

 

Si los efectos de nuestros hábitos se multiplican cada día que los repetimos, entonces, ¿qué queremos ser? Si se quiere vivir del teatro, entonces ¿cómo ayuda a esa meta el ofrecer cortesías?

 

Si se quiere tener tiempos libres reflexivos y abrir conversaciones significativas ¿cómo las opciones en cartelera me ayudan en eso? ¿Qué busco al ir al teatro, leer un libro o ver una película?

 

Cambiar las dinámicas que no aportan a lo que anhela el gremio teatral o tener más presente al teatro y la cultura en nuestras vidas depende tal vez de nuestras pequeñas acciones diarias: ofrecer una cortesías o no, consultar la cartelera o no.

Oliva Olivo. Adicta a los patanes

Por Johana Trujillo (@jOtrujilloA)

Tenía ya siete meses de no ver una obra de teatro en vivo. Si bien sabía del circuito de obras que estaba recibiendo Patio Petul, no había podido coincidir mi tiempo libre con alguna de ellas. Esta vez pude ir a ver “Oliva Olivo. Adicta a los patanes” no sólo por eso, si no porque quería conocer lo que el Centro Cultural Helénico estaba trayendo a la ciudad en la que elegí vivir desde 2017.

Oliva es una mujer que tras fallidas relaciones amorosas acepta que tiene un “problemita”: es adicta a los patanes. Convencida de que ha superado a Popeye, debuta como coach y líder espiritual. Por eso, somos parte del grupo de personas adictas a relaciones tóxicas para recibir su tratamiento de sanación emocional. Su lema: “Sé honesto, habla de ti”. ¿Por qué nos atraen esas personas que se envían mensajes con otras cuando están con una? ¿Qué nos lleva a creer que esa relación “puede ser mi última oportunidad”?

La obra dirigida por Andrea Maliachi es interpretada por Paulina Guisa, y al frente del teclado está Christian Navarro como Teclas. Este espectáculo retoma al personaje de tiras cómicas y cortometrajes de dibujos animados creado por Elzie Crisler Segar en 1919 para Thimble Theatre. Usa el humor para criticar las relaciones codependientes y las distintas maneras en que se intenta superar a un patán… hasta recibir una llamada del susodicho.

Paulina Guisa aparece vestida con la característica blusa roja del personaje animado con la diferencia de que su falda negra tiene una abertura lateral que deja al descubierto un poco más que sólo la pantorilla. Por otro lado, Christian Navarro porta un traje de marinero. Nos hacen sentir parte de su tripulación. La puesta en escena libera carcajadas de quienes asisten e incluso requiere de su participación, como en el ritual de vudú para causar algún mal al susodicho (de Oliva).

¿Qué alimenta el deseo de venganza y de hacer daño a quien causó dolor? El personaje de Oliva Olivo nos embarca en su método, en los recuerdos de amores tóxicos a la vez que nos muestra que al ser humano no le importa hacer el ridículo con tal de sentir que es alguien, que no estar solo en este mundo.

El espectáculo de Regordet Cabaret se presentó en Patio Petul, en San Cristóbal de las Casas, gracias al Circuito Nacional de Artes Escénicas Chapultepec: Teatro y Espacios Independientes, a través de la Secretaría de Cultura y el Centro Cultural Helénico.

Murmurante Teatro: Teatro para la vida

Por Johana Trujillo / 17 de octubre de 2022

Murmurante Teatro es fundado por Ariadna Medina y Juan de Dios Rath en Mérida, en 2008. Es un proyecto de creación e investigación escénica, interesado en el que hacer teatral contemporáneo y en los intercambios con otras disciplinas y lenguajes, tanto del campo artístico como del campo de la investigación social y las ciencias humanas.

 

Han llegado a Ciudad de México para presentar Transdisciplina desde el Sur. Retrospectiva 2010-2022. Aunque su retrospectiva celebra diez años, Murmurante está cumpliendo trece años de vida. Empezaron los festejos en febrero de 2020 en Mérida con la pieza Sidra pino, vestigios de una serie. Como parte de la celebración contemplaban una temporada en el teatro El Milagro, en Ciudad de México, pero la pandemia paró todo. Después de dos años y medio de ese encierro tienen la oportunidad de presentar parte de su trabajo en el primer recinto que les abrió las puertas fuera de Yucatán: el Centro Cultural del Bosque.

Con una cuota de recuperación de $45 pesos, presentarán en la Sala Xavier Villaurrutia (Campo Marte, Paseo de la Reforma y, Av. Paseo de la Reforma s/n, Miguel Hidalgo, CDMX) cuatro documentales y dos obras escénicas grabadas especialmente para el formato audiovisual:

  • Las huellas del silencio (19 de octubre, 20 hrs.), estrenado en 2020, busca entender las huellas de la violencia familiar y de género que viven muchas mujeres al sur de Mérida.
  • Los bordes del abismo (20 de octubre, 20 hrs.) documental estrenado en 2019 que explora el suicidio en Yucatán y Uruguay, dos regiones latinoamericanas que presumen altos niveles de bienestar pero tienen elevados índices de suicidio.
  • Las constelaciones del deseo (21 de octubre, 19 hrs) un documental estrenado en 2016 que apuesta por el teatro como lugar de enunciación de la lucha por la diversidad sexual.
  • Hipervínculos: Cuatro respiraderos para tiempos anómalos (22 de octubre, 19 hrs.) estrenada en pandemia. Gira en torno a las muchas maneras en que se han reconfigurado las relaciones afectivas en esta crisis global, en cómo la gente ha lidiado con las soledades particulares y las ha vinculado con otras.
  • El silencio que abrasa (23 de octubre, 20 hrs.) estrenado en 2018 en el Mérida Fest. Habla del duelo y la reconciliación además de reflexionar sobre el “buen morir”.
  • Murmurante en el umbral de lo escénico que muestra experiencias y testimonios de públicos diversos, profundizando en los procesos transdisciplinarios de la compañía. El trabajo transversal que ha realizado con médicos, investigadores sociales, artistas y comunidades inmersas en diversas problemáticas sociales forman parte de este trabajo audiovisual.

Cada proyección contará con especialistas invitados en los temas abordados, quienes participarán en un conversatorio con los espectadores al terminar cada proyección. Entre los invitados estarán el sociólogo Víctor Paya, autor del estudio socioantropológico de los mensajes póstumos del suicido: El don y la palabra; la psicóloga Angélica Segura, psicopedagoga especializada en violencia de género; Nathan Ambriz, activista, uno de los iniciadores de Jauría Trans y participante en Las constelaciones del deseo; la escenógrafa Auda Caraza y el dramaturgo Noé Morales en Hipervínculos… y cierran El silencio que abraza con la doctora Paulina Arenas Landgrave.

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Murmurante apuesta por las redes de colaboración así como por fortalecer el trabajo del grupo capacitándose, sin apresurarse porque “nuestros procesos son muy largos”, comparte Ariadna Medina, en entrevista para Distrito Teatral. La forma en que se vinculan es acompañando a la comunidad con la que van a trabajar, sin imponerse. Eso ha sido vital para que después de trece años sigan colaborando con ellos. Así ha sido con el tema del suicidio, por ejemplo, en Los bordes del abismo. De hecho, el tema del suicidio marco un antes y un después para Murmurante. “A partir de ahí fue que nosotros nos dimos cuenta que el arte es un vehículo idóneo para abordar problemáticas sociales” ya que es una problemática constante en Yucatán, que lo mantiene en el primer lugar.

El trabajo de esta compañía yucateca busca incidir en el contexto en el que labora. Escuchar los testimonios de sus distintos colaboradores y espectadores en Murmurante en el umbral de lo escénico, me recuerdan por qué el teatro es una herramienta que contribuye al cambio social. De hecho, su eslogan, Teatro para la vida, surgió del testimonio de un policía, que acababa de ver Manual de cacería, quien dijo que le gustaría “ver más teatro para ir aprendiendo lo que es la vida”. Por eso, lo significativo de su trabajo es que lleva a las personas a sentir, analizar e identificarse con las historias. Vayamos a conocer su trabajo en Transdisciplina desde el Sur. Retrospectiva 2010-2022.

En búsqueda del teatro que no he visto

Por Viridiana Nárud (@viridianaeunice)

Más que ser crítica o espectadora me considero una amante del teatro. Mi asistencia a él responde a una necesidad personal en donde busco salir fuera de mí, olvidar que soy humano para presenciar hechos extraordinarios que cometen personajes que juegan a ser humanos. Un personaje se vuelve extraordinario por su potencia de ser posible o imposible una situación ideal o mundana, y por esa manera extraordinaria de enfrentar los conflictos que atañen al alma humana dentro de una sociedad.

Al leer las obras de Ibsen o Chejov observamos cómo personajes en potencia de ser extraordinarios acaban consigo mismos por miedo a enfrentar a la realidad de lo desconocido. El teatro ha sido para mí la búsqueda de catarsis más adictiva incluso que el cine. Uno observa al vilo de la butaca a esos actores que juegan a ser otros y que nos muestran una realidad inventada en la mente de un escritor, pero que nos parece más real que la realidad misma. Es en el arte en donde encontramos respuestas después de un extravío del alma.

Sin embargo, durante los últimos años en mis visitas al teatro los dramas han resultado intrascendentes, aburridos o simplemente entretenidos, nada que me sacuda dentro del alma y que me mantenga al vilo del alma. Recuerdo haber visto en el Milagro “¿Quién teme a Virginia Woolf?” y recuerdo la mirada de Jiménez Cacho dirigiéndose a la audiencia sin verla: ¡Eso es poesía! pensé mientras la trama nos sumergía en la sórdida existencia de otros seres, en una historia que me hacía olvidarme de mí misma.

En los últimos meses he leído constantemente a Dostoevsky y lo que me ha emocionado es su capacidad de hablar de la bajeza del alma sin importar la clase social a la pertenecen sus personajes. Hijos deseosos de matar al padre por su abandono; hombres capaces de matar por hambre y por no tener escapatoria ante una sociedad que olvida los más pobres. ¿De qué habla el teatro mexicano en la actualidad? ¿Por qué todo tiene que ser la adaptación de algo? Los escritores debemos hablar de las problemáticas de nuestra sociedad y de nuestro tiempo, apropiarnos de las palabras de otro jamás nos van a permitir retratar nuestro conflicto.

¿Por qué usar las palabras de otros? ¿Por qué poner siempre: basado en el texto de…? ¿A caso hemos perdido la capacidad de criticar nuestro tiempo? Porque no se puede decir que no existan obras que retraten los conflictos actuales, de hecho creo que lo hacen repetidamente. Por ejemplo: La obra “Los humanos” es un ejemplo del cliché de los conflictos familiares, pero todo se queda en la superficie. La crítica, base de nuestro pensamiento profundo, se ha perdido.

¿Ha perdido el teatro la capacidad de convocar audiencias o son los escritores quienes han perdido la capacidad de contar historias? No sé por qué, pero cada vez que voy al teatro sigo preguntándome cuándo podré olvidarme de mí por unas horas. Sé que no soy la única a quien le pasa esto. Pienso en las personas que me acompañan, en las veces que después de una función me dicen no me gustó o en mi próxima invitación jamás aceptan. ¿Para quién se escribe el teatro en la actualidad? ¿Para los jurados, teatreros o para convocar seres humanos en búsqueda de renacer cada vez que asisten a una obra?

¡Violencia!, el ideal de amar

Por Viridiana Nárud (@viridianaeunice)

Me pregunto qué es lo que nos lleva al teatro y nos emociona. ¿Su manera superficial de mostrar la vida o por su profundidad? Durante algún tiempo he sido espectadora sin encontrar mucha emoción. Pienso que el teatro, como toda arte, nos regresa a la vida. En esta ocasión fui a ver “¡Violencia!” una obra que narra la historia de una joven que ha encontrado el desamor y se ha entregado a la depresión.

Al inicio de esta obra un breve prólogo nos indica que está dedicada a la madre quien cree que su hija fallaría. El amor alberga en nosotros los más profundos ideales, nos eleva como dioses y al desaparecer nos regresa a nuestra ordinaria humanidad. La ruptura con el otro simboliza nuestra propia muerte. La eclosión de lo que jamás volveremos a ser.

La obra dirigida por Diana Sedano apuesta por una estética que trae a la Compañía Nacional de Teatro ese toque fresco que acerca a jóvenes audiencias. La dramaturgia de Valeria Loera está animada por una comedia que simula un humor negro el cual nunca logra atravesar.

Los conflictos que se exponen son dos: la ruptura con la expareja y la madre siempre protagonista y joven. “¡Violencia!” no encarna el papel de una mujer fuerte actual, suplica por la compañía de un hombre que atienda sus fantasías más elevadas acerca del amor, pero no sabe mirar al otro. Quizá por ello el ideal de amar a un ser goma es más placentero que aprender amar al otro con virtudes y desaciertos.

Amar es un arte que nos refleja, ilumina, revela y eleva para hacernos caer es los más oscuros círculos de nuestro propio infierno, sin embargo, Violencia pareciera que nunca supo ver más allá de sí misma. Por ello, el “amor” por un muñeco inflable se vuelve avasallante, porque él no reflejará de ella mas que el ideal que tiene ella de sí misma y es ahí donde lo que se enuncia como amor no es más que un ejercicio del ego.

“¡Violencia!” se mantiene en la superficie del absurdo, del humor negro, del amor, de los demonios y la lujuria, quizá en ello radique su éxito, porque por el momento sea necesario mantenernos en la superficie y no arrastrarnos a la caverna más profunda.

La coproducción entre el Centro Cultural Helénico y la Compañía Nacional de Teatro se presenta en el Foro La Gruta, los martes a las 20:00 hrs, hasta el 13 de diciembre.

Lo que queda de nosotros: “un abrazo al corazón”

Por Johana Trujillo / Fotos: cortesía de Pas Producciones

Lo que queda de nosotros, escrita por Sara Pinet y Alejandro Ricaño, es un viaje por el abandono animal y el duelo de perder a seres queridos retomado por PAS Producciones. Su montaje se estrenó en febrero de este año en el Foro Shakespeare pero ahora se presenta en la Sala A de La Teatrería.

El dolor de perder a su madre y luego a su padre obliga a Nata a abandonar a Toto, su perro, para así no tener más vínculos afectivos con nadie. Desde ese momento sus vidas no serán las mismas: Toto se enfrentará a su nueva y difícil vida en la calle, mientras que Nata se sentirá más sola y triste que nunca.

Creo que el tema que aborda Lo que queda de nosotros es profundo y en Distrito Teatral nos gusta promover el teatro que nos conmueve, que nos hace reflexionar y sobretodo que quiere dialogar de ello en la niñez. Platicamos con Karen Furlong al respecto.

“Todos hemos pasado por un proceso de duelo de alguna u otra manera”, dice, “lamentablemente, justo que ahora fue lo de la pandemia, todos estuvimos cerca a una situación así. Desde perder incluso nuestra libertad, el poder salir a la calle, o poder ver a la gente que queremos, y hacer nuestras actividades normales, desde ahí fue una pérdida. La gente se va a sentir muy identificada en el sentido de las pérdidas.”

Por otro lado, Toto es un perro que “perdona a pesar de todo”, que “no guarda rencor. De hecho, Nata en un momento lo dice: «Un perro que me lamió la cara como los perros que son incapaces de guardar rencor». Y me parece que eso es muy conmovedor: el momento en que te das cuenta que tienes a un ser incondicional a tu lado, que no te va a abandonar; te va a perdonar a pesar de todo, a pesar de tus errores”.

Hace un par de días escuchaba el teaser del podcast Crecer en distopía, narrado por Daniela Rea, que nació de la necesidad de imaginar mejores posibilidades para niños y adolescentes en tiempos de pandemia. Eso me recordó que a veces se piensa en la niñez como un periodo en el que no se piensa, que los niños y niñas son “tontitos” aunque a veces sus preguntas y reflexiones puedan sorprendernos por su profundidad. En ese sentido, ¿cómo le habla el montaje a los niños sobre el duelo y el abandono de mascotas?

“En un ensayo lo platicábamos…Hay una escena en la que Nata le dice a su tía «sabías que nueve millones de niños mueren en agonía?» Platicábamos desde la intención en la que decíamos este texto y el director quería recalcar que no se dijera desde un lugar grosero. Era desde un lugar honesto, desde un lugar de un niño diciendo ‘oye, ubiquémonos”.

Recuerdo el montaje de Sara Pinet y Alejandro Ricaño en la Sala Xavier Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque, pero lo que PAS Producciones trae a la mesa, y que me llamó la atención, es el teatro de sombras. Para Karen, juega un papel importante ya que, al ser narraturgia, aligera la experiencias del espectador al no tener a los actores todo el tiempo narrando monólogos. “Algunos personajes que nosotros les damos voz, su forma física la terminan de dar las sombras que hace Fátima Ramírez. Por ejemplo, la Cigüeña es un papel importante en la obra, anda por ahí un poco para situar al público en los lugares; cuando Toto va en la ciudad, está en el parque”.

El personaje principal, como cualquier adolescente, está entendiendo lo que significa crecer, pero también lo que significan las pérdidas. Nata “está teniendo una pérdida muy fuerte en su vida”, pero en un punto decide tomar responsabilidad sobre el abandono de su mascota. “Me parece bien lindo porque entiende que las cosas que uno hace hay que resolverlas. Y este es un gran mensaje que a veces al crecer se nos olvida: el hacernos responsables de nuestras acciones. Entender que los animales no se desechan de esa manera”.

“Lo bonito de esta obra es que no termina de una forma drástica sino que termina con un abrazo al corazón”. Lo que queda de nosotros cuenta con las actuaciones de Said Sandoval (director y productor) y Cinthya Annel (también productora) quienes alternan funciones con Memo Dorantes y Karen Furlong. El teatro de sombras está a cargo de la titiritera Fátima Ramírez y la música en vivo de Anne Yvker (guitarrista) y Carlos Gógora. La iluminación es de Iván Sotelo, Bastidores Novus Art y Liss Elegance Satín (escenografía), también Said Sandoval está en el vestuario e iluminación.

Se presenta los domingos a las 12:30 horas, hasta el 27 de noviembre en la Sala A de La Teatrería, ubicada en Tabasco 153, col. Roma Norte. Los boletos tienen un costo de $300 pesos y $250 con descuento para INAPAM, discapacidad y estudiantes con credencial vigente. Se pueden adquirir en la taquilla del recinto o a través de https://lateatreria.boletosenlinea.events/

Pancho Woyzeck: una obra incómoda

Por Viridiana Nárud

Luis Ernesto Verdín se caracteriza por ser un actor que dimensiona el espacio escénico desde distintas perspectivas, siempre acotándose a él. En esta ocasión el actor habita el hecho escénico desde dos distintas perspectivas: como dramaturgo y director y es por ello que encontramos en esta obra Pancho Woyzeck el semillero de lo que será su nueva faceta.

Analicemos la dramaturgia en primer orden para conocer los aciertos y desaciertos que comete el creativo. Pancho Woyzeck está inspirada del dramaturgo Georg Büchner titulada Woyzeck, en la obra original del alemán, se trata de hacer denuncia a un sistema capitalista oprimente y que quita toda dignidad al que se encuentra en la clase más baja. Siguiendo esta lógica, el personaje creado por Luis Ernesto sigue la decadencia y falta de dignidad por parte de un superior.

Pancho Woyzeck es un hombre miserable que vive en la miseria, con una mujer que ha perdido la razón desde la enfermedad de su hijo; su jefe, un líder religioso que se presenta cada semana en un programa de televisión le invita a formar parte de él para exhibir al mundo la decadencia en la que vive. Este Woyzeck muestra la lucha desencarnada en la actualidad por quince minutos de fama y cómo algunas personas se encuentran dispuestas a lucrar con el dolor y mísera del otro sin importar que representen una institución religiosa.

El encadenamiento de las escenas y su estructura nos sumerge a una atmósfera cada vez más siniestra en donde el humor negro es protagonista y se encuentra muy bien armado, sólo que se pierde por dar prioridad al drama de los personajes, yo le diría al dramaturgo que cediera paso a la comedia sórdida que le es natural. Creo que es uno de los mayores aciertos en la trama y sería muy grato para el espectador que a partir de la risa que libera también sea juez y parte para él.

Respecto al uso del espacio escénico: utilizar la antesala previa al foro y la parte superior al foro para video proyecciones, me parece arriesgado y no por ello desafortunado, sin embargo, en qué enriquece a la trama este juego. ¿No sería mejor ver las video proyecciones en el mismo nivel que sucede la escena en lugar de un fondo verde?

Respecto a las actuaciones: Existe comprensión por parte del elenco respecto al tono del texto y es por ello que el humor negro que en él se genera queda muy bien marcado y las risas del público responden a los estímulos generados por los actores.

En general la obra Pancho Woyzeck mantiene la denuncia, la perversión del opresor y el placer que éste siente al pisotear la dignidad humana. Al espectador, lo pone en un lugar incómodo al volverlo vivo y partícipe de la obra. Por momentos nos sumerge a esa realidad de los programas en donde el público es testigo de las vejaciones por parte de los conductores en contra de los invitados, un ejemplo de ello es la “Señorita Laura”, que somete a su público a ser testigo de la humillación pública de un ser humano y nadie dice nada.

¿Hasta dónde se puede llegar por un like, por rating, por fama? Hoy, en la era de la telecomunicación, en donde tenemos múltiples plataformas de exhibición de nuestra propia vida que alimenta el morbo ajeno, Pancho Woyzcek, podría ser uno de nosotros, en donde el hostigador es también uno mismo con tal de recibir un like o nuestros quince minutos de fama. Pancho Woyzeck es una obra incómoda por los temas que aborda y porque en la actualidad se da prioridad a lo “correcto” sin entender muy a bien lo que esto signifique. Esta obra te hará reír y sentir incómodo por esa misma risa.

Una entrevista a Roberto Mosqueda sobre Rebelión

1.09.2022
Por Johana Trujillo / Foto: Emilio Huizar

Roberto Mosqueda es artista escénico de Guanajuato cuya experiencia abarca también la dramaturgia, gestión y producción. En esta entrevista habla de Rebelión, con la que ofrecerá cuatro funciones en el Teatro La Capilla.

La pandemia nos permitió parar, repensarnos, replantearnos, cuestionarnos. a dos años de distancia, ¿llegó una rebelión de conciencias? “En la obra es mi utopía. Y como dice Galeano, para que sea el horizonte al cual vamos a caminar”, dice Roberto Mosqueda durante una entrevista para hablar de la breve temporada del unipersonal que el mismo escribe, dirige e interpreta.

Rebelión tiene dos personajes: Badi y Sin Nombre. Badi es el viejo y sabio guía de una revolución social que busca librarse de El Régimen, pero en su lucha, es asesinado. Ante este hecho, el caos domina a su grupo de disidentes, entre quienes se encuentra Sin Nombre: un ex sicario mutante que decide develar a sus compañeros la verdadera historia de su líder y cómo sus vidas se cruzaron en un trágico destino.

La civilización a la que pertenecen Badi y Sin Nombre, es gobernada por El Régimen -que a su vez es dominado por una fuerza oscura, El Nodo. Esta sociedad es azotada cíclicamente por las crisis de desaparición de mujeres y el descontrol del virus de la “sombra marrón”. Las enseñanzas del revolucionario serán, tal vez, el rayo de luz que se necesite para poder escapar de su infausta situación.

Toda esta reflexión de la obra surge de la experiencia de la pandemia. Roberto la vivió como una angustia porque no había trabajo. Además, tenía una sensación (que a veces extraña) de que “todos estábamos pasando por lo mismo. No importaba si eras la estrella de Hollywood o el primer bailarín del Royal Ballet, o estabas en Israel o en Argentina. Todas las personas estábamos pasando por la misma situación de confinamiento. Por un momento todas las diferencias desaparecieron.” Se pregunta cómo es posible que después de esta experiencia sigamos midiendo el éxito por el dinero ganado o quién conquista más. “Claro, es que son siglos y siglos que nos hemos construido así. Siglos de construirnos sobre la búsqueda de poder.”.

La dramaturgia se realizó a partir de la compilación de relatorías escritas por Roberto, que documentan cada una de las sesiones del Café Conversatorio: Entre Hombres que él organizaba durante 2019 y 2020. “Yo ponía el café y los compañeros que llegaban llevaban algo de desayunar. No era ni espacio de terapia, ni un espacio académico. Era un espacio entre compas. Para cotorrear y tomar café porque creo que nos hacía falta ese espacio.” La idea era hacer uno sólo pero se empezaron a unir más y lo organizaron juntos durante un año hasta que llegó la pandemia.

En 2020 revisita esas relatorías, gracias al Programa Creadores Escénicos del Sistema de Apoyos a la Creación y Proyectos Culturales (FONCA) de la Secretaría de Cultura del gobierno de México. Las analizó y después lo complementó con bibliografía sobre la masculinidad y la dominación. Y es que desde ese Café Conversatorio, su inquietud le hacía preguntar “¿Por qué como humanidad hacemos la guerra? ¿Por qué queremos conquistar? Me doy cuenta que eso tiene que ver con la parte masculina que no es exclusiva de los hombres. También esa parte masculina está en mujeres.”

Querer saber de dónde viene el machismo y su llegada a Ciudad de México le permitió observar que estando en los movimiento de resistencia, de diversidad algo le incomodaba. “Me incomodaba ese instinto de superioridad, que estaba presente en el machismo, lo empecé a ver en los movimientos que se levantaban contra el machismo. Entonces, como yo estoy del lado correcto de la historia y del progreso, tengo el derecho de decirte a ti que estás mal.” Llegó a la conclusión que es el ego humano, tema sobre el que se desarrolla la historia de Rebelión.

La dramaturgia y la manera en que están conceptualizadas las escenas es lo que ha llevado a que los espectadores se refieran a la obra ‘como una película’. Eso es gracias a la experiencia que él obtuvo al trabajar en la Unidad de Televisión de Guanaiuato como guionista investigador porque su formación es como humanista. Ahí coincidió con Joel Falcón, un realizador audiovisual a cargo del diseño sonoro de Rebelión. Roberto aprendió mucho de él sobre el lenguaje cinematográfico. Aprendió cómo contar las historias para pantalla. “Siento que ese lenguaje permea mucho el modo en que la dramaturgia está construida. Y me parece que es necesario porque el ojo del público ahorita ya está acostumbrado a Netflix, a Amazon Prime, a Disney+, a películas llenas de muchos estímulos.”, comparte.

Es como una película porque “la propuesta es generar paisajes o códigos con el cuerpo, como una suerte de lenguaje de señas, y al mismo tiempo permitiendo que el cuerpo se convierta en diferentes personajes.” Esto se combina con el diseño sonoro de Joel ayudando a estimular la imaginación del espectador. Además, la música original realizada por Eduardo Esquivel está “construida para ser leitmotiv de los personajes, como en las películas, que entra el personaje y tiene su tema.” La obra tiene un tema para Badi y otro para Sin Nombre por lo que la música ayuda a ese tránsito que hace el actor entre personajes.

Asimismo, influidos por la pandemia, el proyecto está pensado para que se presente en cualquier lugar. Se ha presentado en canchas de basquetbol, una fábrica de zapatos con un foro, en un anfiteatro y hasta en el sótano de un edificio abandonado. “La misma energía de la obra es rebelde en ese sentido.” Con pocos elementos: cinco cubetas, pedazos de tela, un par de máscaras y vestuario Rebelión, narra una historia de ciencia ficción y de acción, sobre futuros distópicos generando cuestionamientos en torno a la crisis ambiental, el machismo y la desigualdad social.

El equipo creativo lo complementan otros expertos guanajuatenses como Paola Arenas en producción; Donají López en la gestión cultural y Hanani Palomares en la imagen y diseño. También cuenta con el asesoramiento de Ginna Álvarez en dirección, Janett Juárez en dramaturgia y Jaime Sierra, en coreografía; éstos dos últimos, creadores regiomontanos.

Rebelión se presentará los miércoles a las 20:00 horas, del 7 al 28 de septiembre, en el Teatro La Capilla, ubicado en Madrid 13, col. Del Carmen, Alcaldía Coyoacán. Los boletos tienen un costo de $300 pesos, entrada general y se pueden conseguir en https://boletopolis.com/es/evento/23455 o en la taquilla del recinto, una hora antes de las funciones. ¿Te la vas a perder?