Entrevista: ALAN URIBE VILLARRUEL

El director quiere provocar y hablar de la familia, la diversidad y el amor con “Soñé una ciudad amurallada”

Por Johana Trujillo

¿Quién es Alan Uribe Villarruel?

Es originario de Ecatepec, Estado de México hace cerca de 10 años que vive en la Ciudad de México. El teatro llegó a su vida por accidente cuando estudiaba Informática en el Instituto Politécnico Nacional (IPN) «El único taller que se adaptaba a mis horarios y en el que no me iba a sentir un inútil era el de teatro», recuerda. Con el tiempo se enamoró de su clase de teatro, dejó esa carrera e ingresó a la Escuela Nacional de Arte Teatral (ENAT).

Alan es un hombre abiertamente gay. Hace teatro profesional desde los 24 años. Ama dar clases y dirigir. Siempre le ha gustado bailar y cantar, conocer gente, emprender, discutir y aprender. Actualmente es actor de la Compañía Nacional de Teatro y director artístico de la compañía JuegoTeatro.

La idea de crear “Soñé una ciudad amurallada” nace en un momento en que estaba tremendamente enamorado de dos personas cercanas a él. Tuvo que  enfrentarse con una idea del amor que «ya no me alcanzaba para estar bien en el mundo. Esto me obliga a replantearme las formas conocidas de emprender una relación amorosa. Los códigos aprendidos ya no me eran suficientes».

Escrita por Juan Carlos Franco y estrenada en 2017, «es sin duda la obra más hermosa que he comandado y una de las más entrañables en mi carrera. Me representa en muchos sentidos y al mismo tiempo me ha ayudado a moverme de sitio. A evolucionar. A mi y a los que están cerca de ella».

La obra entrañable de su carrera

La obra retrata una relación que pareciera muy moderna o poco convencional, con una visión absolutamente humana y cercana con la que cualquiera puede identificarse. «Eso es lo que la hace poderosa. La inclusión y la compasión son la capacidad de ver que el otro y yo somos semejantes. Creo que Soñé… es divertida y fresca. Contagia al espectador de cierto fuego juvenil que invita a la libertad, a la experiencia nueva, a la tolerancia y la normalización del amor».

Después de temporadas en Casa del Teatro, Sala Novo o Teatro La Capilla, la producción ama cuando la gente es partícipe de las risas o los silencios incómodos. Si te animas a ver este espectáculo, serás parte de «una pequeña reunión en un depa en el que vas a conocer a tres morres que le perdieron el miedo a la sociedad y construyeron su pequeña utopía de sesenta metros cuadrados. Creo que la experiencia de ver una temática así en escena, un trío de jóvenes dispuestos a fundar una familia diferente y enfrentarse así al mundo, resulta inspiradora».

Deja que el teatro te toque y modifique. «¡Me encantaría ver al público incendiado de reacciones! Ya ha pasado y ese es nuestro principal objetivo. ¡Tocar, y ser tocados! En todos los sentidos. Acérquense a ver una propuesta diferente y provocadora. Enamórense de los personajes y pregúntense qué tan bisexuales podrían ser».

Con cincuenta butacas sobre el escenario del Teatro Benito Juárez (Villalongín 15, Col. Cuauhtémoc. Metrobus Reforma), “Soñé una ciudad amurallada” dará 12 funciones del 22 de marzo al 14 de abril. Las funciones serán los viernes a las 8 pm, sábados 7 pm y domingos 6pm. Puedes comprar los boletos en Ticketmaster o en taquilla.

Una dramaturgia en espera de respuestas: ¿Y ágora qué?

Por Johana Trujillo (@joTrujilloA)

Al actor, director y fundador de la compañía franco-mexicana Teatro entre 2 le interesa cada vez menos hacer obras preescritas. Quiere retar mucho más a los artistas, y ofrecer a los espectadores algo distinto a una obra de teatro con “¿Y ágora qué?”

Teatro entre 2 es una compañía franco mexicana con 8 años de trayectoria, en la que han desarrollado su propio estilo que llaman “Cine Teatro”. Una de sus principales características es que varios de sus espectáculos salen a las calles y hacen intervenciones urbanas sorpresivas. Ante el surgimiento del interés por encontrar un arte que hable del bien común y de lo importante, la compañía se arriesga a dejar el teatro predefinido para abrir una brecha: un arte que realmente sea público, porque su fin es propiciar una experiencia humana diferente entre artistas y espectadores.

Después de despedirse el mes pasado de “Tragedia en bicicleta”, un cortejo nupcial en bicicleta en la vía pública; y tras proponer “Arbolea”, un convivio debajo de los árboles mezclando teatro, performance, arte, poesía y literatura; ahora trabajan en inventar un teatro que no se basa en obras ni texto y que tiene un tiempo que decide el espectador. Arnaud Charpentier comentó que ¿Y ÁGORA QUÉ? “va a abrir una reflexión, un diálogo, es decir: una dramaturgia en espera de respuestas. Eso me parece muy bello y arriesgado de lo que estamos haciendo ahora”.

Agregó que quieren cuestionar el poder y la autoridad en el quehacer teatral inventando una nueva forma de trabajo. “Como director, tenía la idea de que las formas teatrales se encarcelan, se acartonan una vez que ya se estrena y hay dificultad de cambiar y mejorar lo que ya está creado. Me cansa mucho la manera en que el teatro esta pensado, prefabricado, pre-producido. Considero que hay que tomar muchos más riesgos en el proceso de trabajo. Y hacer un trabajo más abierto, transparente, participativo. Eso es lo que realmente me mueve ahora”, dijo Charpentiere

La propuesta parte del Ágora de la Grecia antigua, la plaza pública en la cual los ciudadanos confrontaban opiniones y participaban activamente en el debate político, directamente, sin representante. Es producida por Paris Ramos y Abigail Cinco, y cuenta con la participación de: Francia Castañeda, Arnaud Charpentier, Valentina Sierra, Aldo González, Paola Herrera, Sergio Solís, Yanet Miranda, Marco Guagnelli. Los artistas invitados son la dramaturga Verónica Maldonado, el artista plástico. Olivier Dautais y, como fotógrafo y encargado de vídeo, Carlos Abraham Macías.

Nuevamente con el apoyo del Fondo para la Cultura y las Artes, a través del programa México En Escena, hace realidad un sueño que ha tenido desde hace dos o tres años al ver una problemática en la democracia: ¿Y ágora qué? “Me parece que tenemos graves problemas en el sentido de que no podemos actuar. No tenemos ningún peso político, ningún peso sobre el mundo en ningún ámbito. Y me pregunto desde hace mucho por qué tenemos tan poco peso. Por qué nuestra voz no es escuchada, por qué no existimos. Y no es un problema mexicano, es un problema que vive la gente en Francia, en España, en Grecia, en Estados Unidos, en todas las llamadas democracias”, concluyó.

¿Y ágora qué? cambia la idea predeterminada del teatro y el arte mediante intervenciones juguetonas y sorpresivas, donde el ciudadano adulto toma la palabra cada semana. El pasado 27 de octubre llevaron acabo “Charlatería El Ágora” y durante noviembre serán de 12 a 15 horas, y de manera gratuita, los sábados 17 y 24 en la Plaza de la Ciudadela: Lotería Agoral (17 de noviembre) y Pancracios Informativos (24 de noviembre). El martes 27 de noviembre ejecutarán Serenata Ambulante en las inmediaciones del metro Balderas.

El proyecto incluye un ciclo de Mesas Redondas sobre ciudadanía y democracia. La primera mesa redonda, realizada el pasado martes 6 de noviembre en el Centro Cultural El Hormiguero se llamó Ciudadanía constituyente y tuvo como invitados a Mora Fernández y Rubén Ortiz. Las siguientes mesas redondas se llevarán a cabo el jueves 29 de noviembre y el sábado 15 de diciembre, en espacios y con invitados aún por confirmar.

En 2019, todo el material recopilado durante estos seis meses de investigación y exploración con ¿Y ágora qué?, desde encuestas y fotografías hasta videos, serán la base de un testimonio vivo de esta travesía, contado por los artistas y los participantes. Todo este proceso permitirá crear el espectáculo teatral de calle: Los Demócratas Anónimos con dramaturgia de Verónica Maldonado, quien sigue el proceso de trabajo desde el principio, y ha obtenido varios premios por parte de TV UNAM, La Jornada, la Secretaría de Educación Pública SEP, el Instituto Mexicano de Cinematografía IMCINE, el Gobierno del estado de Yucatán y Universitas, entre otras instituciones.

Puedes conocer más de la compañía visitando www.teatroentre2.org

A la mierda el Foro Shakespeare y con él todos los artistas emergentes

Por Viridiana Nárud (@viridianaeunice)

Lentamente presenciamos de forma silenciosa el aniquilamiento del teatro emergente para abrir nuevamente paso al teatro institucional, y, producciones que hacen del teatro un monopolio que esclaviza y mal paga a los actores. Fuimos testigos de cómo los Trolebuses escénicos que abrieron puertas a talento emergente, fueron tirados a la basura por una mala gestión y abuso del espacio. Como vender alcohol en los trolebuses y causar indignación en los empresarios de la colonia Roma y Condesa. Sin embargo, sin importar la mala gestión no era para que fueran tirados a la basura y se cerraran sus puertas a jóvenes entusiastas del teatro. Después, vimos el cierre del Foro el Bicho que repentinamente dejó de funcionar. Si mal no recuerdo ahí se presentaron muchos jóvenes que hoy están en cartelera en los teatros institucionales.

El cierre del Foro Shakespeare no sólo muestra la indiferencia de un gobierno poco partidario de la cultura, también de su ciudadanía. Se ha cerrado para abrir un residencial lujoso. Sin embargo, fue este foro que permitió que muchas productoras ahora reconocidas tuvieran un lugar de expresión. Los espacios emergentes del foro sirvieron a producciones de bajos recursos. Lo que permitió que muchos de esos artistas emergentes dejaran de ser eso para conocer la superficie.

El cierre del Foro Shakespeare es una perdida para el Teatro Nacional. Muchos jóvenes próximos a salir de las escuelas teatrales, buscaran un espacio en dónde presentarse y no encontraran un espacio que difunda su trabajo y que el público entusiasta asista. El Foro era un lugar de encuentro. No sólo de teatreros sino de público entusiasta, real, capaz de pagar por un boleto para ver a un grupo de desconocidos y uno que otro famoso. Lo que permitió el Foro Shakespeare y su grupo al ser tan plural en la elección de la obras que se presentaban, fue una oportunidad de demostrar que el público busca también ver cosas diferentes. Arriesgar es un buen verbo para expresar lo que hizo el Foro en esto años.

El cierre del Foro Shakespeare anuncia la monopolización del teatro y una institución más rígida en el momento de elegir sus proyectos. Que no nos sorprenda ver en los circuitos teatrales a las mismas personas y productoras de siempre. Al irse a la mierda el Foro Shakespeare se han ido a la mierda miles de voces jóvenes llenas de esperanza.
 
 
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* Escritora por necesidad, teatrera por convicción. Ha trabajado como directora, dramaturga y productora teatral, ha presentado obras en foros alternativos como: El Trolebús Escénico, Foro Shakespeare, Pandeo, Lucerna… Muchas veces se ha preguntado el por qué habría de escribir. Llegó a una conclusión: la realidad no le es suficiente. Cree que el mundo exterior tiene que ser revelado a través de esclarecimiento de las ideas y por ello el ejercicio de la crítica es fundamental. Egresada de la Escuela de Escritores SOGEM.

**El texto publicado es responsabilidad de su autor.

En DISTRITO TEATRAL creemos en el poder de la cultura para transformarnos al dar sentido a lo que vemos. #Vamosalteatro para descubrir qué #valelapena ir a ver y conversar. Da click aquí si quieres conocer más de nosotros.

36 HORAS CUENTA ABAJO. ESCUELA DE LAS AMÉRICAS

Por Viridiana Nárud (@viridianaeunice)
 

 
¿Por qué uno asiste al teatro? Por una necesidad de sentir, sería una de muchas respuestas que existen a esta interrogante. Sin embargo, pareciera que esta necesidad, a la que los griegos llamaban “catarsis” ha ido desapareciendo de nuestra escena teatral mexicana. Se olvida que existe un hecho vital, que va más allá de montar una obra.
 
En el caso de la obra “Escuela de las Américas” uno se enfrenta a una dramaturgia aletargada, aburrida y en su afán de formar figuras poéticas llegó a un cliché del lenguaje. Y no es malo querer utilizar la poesía como un recurso narrativo dentro del teatro, el problema es no entender que la poesía exige la propia creación de su propio lenguaje. Esto por el lado de la dramaturgia. Por el lado de la construcción de personajes, la balanza se inclinó del lado del melodrama. Y el Che fue un hombre contradictorio: un revolucionario que hizo temblar a Fidel Castros, a EE.UU. o la URSS; un padre de familia amoroso capaz de dejar a su familia por la guerra; guapo, seductor y un asesino despiadado. Entre muchos otras cosas.
 
En un relato publicado en el periódico “El País” el nueve de septiembre del 2013, se narra la historia de Julia Cortez, una de las últimas personas en ver al Che con vida. Comparto un fragmento:

“El Che estaba sentado en una silla al lado izquierdo de la pieza, detrás de la puerta, a oscuras. Le alumbraba una vela”, relata esta docente jubilada acomodada en el sofá de su casa en Vallegrande 45 años después de aquello, “Llevaba una manta sobre las piernas y con eso tapaba la herida de bala que tenía del combate en la Quebrada. Estaba pálido, deteriorado, sin higiene, aunque trataba de demostrar firmeza”. El guerrillero acababa de ser capturado. La maestra, entró porque el centinela que vigilaba le había dado permiso para ojear. Eso hizo. “Esperaba otra cosa, ese hombre no daba miedo”, cuenta que pensó. Entonces Guevara levantó el rostro para mirar a la persona que había venido a observarle: “Se saluda”, dijo él. Ella no supo qué hacer y se marchó corriendo.

 
Para quienes conocemos el proceso del Che es un insulto lo que vemos en escena. Es un personaje cómico, débil. Cuando se le pregunta a Julia Cortez si el Che tenía carácter, ella responde: Sí que lo tenía. También narra la forma en que el Che la sedujo, lo cual está muy lejano de los chistes corrientes que se retratan en la obra. Esto es lo que dice:

Verá, era inteligente, respetuoso, hablaba bien. Decía cosas con mucho sentido. Lo cierto es que me quedaba parada mirándole. No sé. Por lo que decía y cómo lo decía más que por su aspecto. Pero también por su aspecto. Yo siempre digo que era hermoso. Bello. No era un monstruo. Pensé que tenía razón en lo que hablaba.

 
Por otra parte. Felix Rodríguez el teniente a cargo de la ejecución del Che, en una entrevista también para “El País” deja ver este contraste humano, en donde al negar su admiración, admite un poco de ella:

“Es mejor así. Yo nunca debí haber caído preso vivo”. Entonces sacó la pipa y me dijo: “Yo quiero entregarle esta pipa a un soldadito boliviano que se portó bien conmigo”. Me guardé la pipa y le pregunté: “¿Quiere algo para su familia?”. Y él me respondió, diría que de forma sarcástica: “Bueno, si puedes dile a Fidel que prontó verá una revolución triunfante en América”. Yo lo interpreto como si le hubiera dicho a Fidel: “Me abandonaste, pero esto va a triunfar de todas maneras”. Después cambió la expresión y me dijo: “Si puedes, dile a mi señora que se case otra vez y que trate de ser feliz”. Esas fueron sus últimas palabras. Se acercó a mí, nos dimos la mano, nos dimos un abrazo, dio unos pasos atrás y se paró fijo pensando que era yo quien le iba a tirar.

 
Para mí es un texto y una obra mal logrados que denigran la figura del Che y su historia. Quedé muy enojada al ver a uno de mis héroes de adolescencia tan vilipendiado en un texto y una dirección tan pobres. ¿Por qué usar su figura para llenar un teatro y ganar dinero los productores? Lo importante es saber que existimos personas que mantenemos su imagen en la memoria. ¡Hasta siempre, mi comandante Che Guevara!
 

“36 horas cuenta abajo. Escuela de las Américas” de José Rivera, bajo la dirección de Otto Minera. Con las actuaciones de Anilú Pardo, Carmen Mastache, Edgardo González, Juan Valero, Josué Aguilar y Alejandro Gama. Duración: 80 min. Apta para: +16
Del 3 de agosto al 23 de septiembre. Viernes 19 h y 21 h, sábado 18 h y 20 h, domingo 17 h y 19 h. Foro La Gruta (Av. Revolución 1500, Col. Guadalupe Inn)
Costo: $350

Ensayo: CUESTIONANDO AL CRÍTICO

Por Viridiana Nárud (@viridianaeunice)

Me pregunto si el crítico aún mantiene una voz de autoridad dentro del mundo de la escena teatral en México. También me pregunto si lo importante es ejercer una crítica honesta en lugar de levantar premios que sean otorgados por ellos y de ésta manera tener la aprobación de los creadores. Porque muchas veces, pareciera, que se pierde mucho del ejercicio crítico al tratar de agradar. Creo que si quisiéramos agradar tendríamos que ejercer otra cosa y no la crítica.

Pareciera necesario que es momento de rehabilitar la dimensión crítica. Lo que significa actualizar la luz de las transformaciones teatrales de la segunda década del siglo XXI. Sería comprender cuáles son los intereses e ideales de esta época. Lo cual no es sencillo ya que la intención lo pareciera, tiene más aristas de las que podríamos imaginar y las cuales no abordaremos ahora. Sin embargo, existe una constante en las nuevas y no tan nuevas dramaturgias de mitad del siglo XX e inicios de XXI: la ruptura de la estructuras. Lo que culminó en una creación de una teoría postdramática, la cual, algunos han olvidado, que se creó a partir de la necesidad de explicar lo que acontecía en la escena teatral de mitad del siglo XX y no como una guía para hacer teatro.

La fractura de las estructuras y su falta de entendimiento han degenerado en una vorágine teatral en donde la historia y su entendimientos son nulificados. Se ha olvidado que para el hombre la historia (la trama) ha servido para explicar su realidad ante el mundo, incluso con el rompimiento de las estructuras. Por ello resulta grave la falta del entendimiento de estas nuevas estructuras por parte de algunos creadores al presentar su obra, ya que pareciera una mezcla de meras ocurrencias. Para ejemplicar la necesidad del hombre occidental por contar historias y así aprender de ellas nos podríamos remontar a tres clásicos El poema de Gilgamesh, La Iliada y la Biblia, La Odisea y otros. Incluso si deseamos romper la estructura clásica de los tres actos, podríamos recurrir a las palabras de Godard quien dice que una historia siempre debe tener un inicio, un intermedio y un final, sin importar su orden.

El redefinir nuevas estructuras no ayuda a entender una época poco definida. En donde el hombre no sólo se ve afectado por la industria, también por una tensión constante de una destrucción de la especie humana en manos de humanos. La guerra armamentista, las bombas atómicas y bacteriológicas nos han sumergido en un terror constante. Se ha dicho que nos encontramos en una era marcada por la destrucción y que ésta sería en nuestro planeta. Podríamos entender un poco más de esto a través del concepto Antropoceno de Paul Cruzer (Premio Nobel de química 2000), el cual trata de explicar la época geológica actual la cual debería de reflejar el imparto del hombre sobre la Tierra.

El mundo ha cambiado, y no a la usanza de los abuelos. Lo que ha provocado que el espíritu de los hombres también lo haga, lo que se ve reflejado en el arte. La crítica debe transformarse para seguir comunicándose no sólo con los creadores escénicos, también con los lectores. Porque su tarea no es invitar a la gente al teatro, es hacerlo pensar y que ese pensamiento acompañado de sensaciones lo impulse a ir al teatro. Porque es lamentable leer una crítica que ensalce atributos que no existen en una obra.

El crítico tendría que entender que el mayor compromiso, no sólo es con él sino con el lector espectador; también cuestionar cuáles son las condiciones políticas, sociales y geográficas que nos envuelven.

Las verdades, históricamente podríamos comprobarlo, nunca agradan. La crítica también es sensible y cuando es honesta arroja una verdad. Quien la ejerce se ve afectado por múltiples factores que determinan su carácter y estilo, no tendría que ser tomada de forma personal para ejercer un juicio moral sobre otros. Tampoco tendría que ser tomada de forma personal por parte de los artistas escénicos.

Pensar el teatro no sólo tiene que ser desde la escena, también desde la crítica, como espectadores. Porque el cuestionarse el por qué, para qué, él cómo y dónde nos podría dirigir a una utopía (palabras ahora tan desgastada) de un mejor quehacer teatral.

* Escritora por necesidad, teatrera por convicción. Ha trabajado como directora, dramaturga y productora teatral, ha presentado obras en foros alternativos como: El Trolebús Escénico, Foro Shakespeare, Pandeo, Lucerna… Muchas veces se ha preguntado el por qué habría de escribir. Llegó a una conclusión: la realidad no le es suficiente. Cree que el mundo exterior tiene que ser revelado a través de esclarecimiento de las ideas y por ello el ejercicio de la crítica es fundamental. Egresada de la Escuela de Escritores SOGEM.

**El texto publicado es responsabilidad de su autor.

En DISTRITO TEATRAL creemos en el poder de la cultura para transformarnos al dar sentido a lo que vemos. #Vamosalteatro para descubrir qué #valelapena ir a ver y conversar. Da click aquí si quieres conocer más de nosotros.

OLIVIA ORTIZ DE PINEDO: APOSTAR POR LO QUE ENTRETIENE

Platicamos con la productora Olivia Ortiz de Pinedo quien apuesta por lo que le gusta y para producirlo no se mete en tanto lío.

Por Johana Trujillo (@jOtrujilloA)

Oli es de las que va a ver obras y cuando le encantan lo twittea. Le importa que le dejen tema de conversación y no le aburran. Nos recomienda “Urinetown. El musical de Broadway” que va a estar en el Teatro Milán hasta el 5 de abril, los jueves a las 8:45pm. “Es un musical de lujo. Es una compañía queretana. La traducción está bien hecha, los arreglos…”, me dice.

Es mala para lidiar con el estrés.

—Me he vuelto muy solitaria, me gusta estar sola en mi casa, leer, no hablar con nadie. Me aíslo, llega el sábado y me olvido del trabajo. Eso me ayuda. No me gusta desquitarme con la gente.

Le ayuda recordar lo que aprendió cuando empezó a leer Kabbalah: “Si no está saliendo como yo quiero es que tiene que haber otro camino. Y yo no lo estoy viendo.” “En lugar de desesperar, relájate y busca un mejor modo”, se dice a sí misma.

Lleva desde 2009 haciendo producción teatral después de ser “diez años godín en las áreas de marketing, relaciones públicas, patrocinios, publicidad, promociones, todo eso. Trabajé en corporativos, agencias y cuando estaba estudiando mi maestría en mercadotecnia en 2006-2007, mi proyecto final era hacer una asesoría a una empresa. Yo quería hacerla a la empresa de mi papá y mi tío que llevaban veinte años con la empresa y nadie había escucha de Espectáculos Espejo. Hice un estudio que se los presenté y les dije “tienen que cambiar el nombre a Ortiz de Pinedo Producciones”, finalmente lo que conocen es el apellido. De donde nos viene el legado es del apellido, es del abuelo y es de toda la familia: mi bisabuelo, mi bisabuela, mi abuelo, mi tía, mi tío, mi papá, mis primos… todos. Es de familia.”, recuerda.

Cuando les presenta el proyecto su respuesta fue: “¿no quieres venir a trabajar con nosotros?”

—Acababa de tener a mi bebé, había renunciado a mi trabajo de godín. La idea, muy en el fondo, era que me invitaran a trabajar. Y lo logré. Yo siempre había querido trabajar en teatro, quería ser actriz. Hice teatro en el Tec de Monterrey, pero nunca fui de pedirle un favor a mi tío. Nunca me sentí la gran artista por más que yo quería ser actriz.

La primer obra que estaban por presentar era “Doce hombres en pugna”. La película era una de sus favoritas cuando niña.

—Cuando mi tío dice que la va a traer…yo de “jala cables”, de lo que quieras, pero quiero estar. Participé como pude porque el proyecto me llamaba mucho la atención. A mi me gusta mucho aprender, nunca entré con actitud de “yo lo sé todo”, en absoluto. Yo entré como “quiero aprender de qué se trata esto porque no conozco”. Tuve la oportunidad de participar en producciones bien padres. Después de “Doce hombres en pugna”, siguió “Doce mujeres en pugna” que prácticamente fue mi primera producción porque mi tío nos dejó a mi primo Pedro y a mi a cargo. Después de haber tenido que lidiar con doce mujeres, una alternante, directora y dos asistentes de dirección… Eran 17 mujeres, mi primo y yo. Mi primo me aventó al ruedo: “ve tú, yo ni siquiera puedo entrar a camerinos”. Fue una producción muy complicada por trabajar con puras mujeres, un elenco muy grande y luego de ese nivel… fue impactante. Cuando terminó la temporada varios me dijeron “Oli, ya te graduaste, lo que te venga después va a ser papita porque lo que viviste ahí no cualquiera. No cualquiera logra sacar una producción de ese tamaño”. Para mí fue como mi graduación. Un curso intensivo.

Produjeron “Todos eran mis hijos”, “Rain Man”, “La güera Rodríguez”, “El Coleccionista”, entre otras.

—Fueron producciones muy grandes con elencos fuerte y buenos textos. Cuando dejé de trabajar con ellos, una amiga y yo pusimos un negocio de otra cosa, pero yo quería regresar al teatro sólo que tenía mucho miedo a tomar el liderazgo. Tanto hice caso a quien me dijo “tu tienes que producir, sí puedes” que me aventé con “Amoratados” que fue mi primera producción con London Producciones y que duró un año. Tuve que aprender a llevar las riendas de un proyecto. Lo agradezco mucho porque me posicionó, la gente me conoció por eso. Me aventé mi maestría en producción de teatro porque fue darme cuenta lo que era producir. Cuando estaba con mi tío había muchas cosas que yo no hacía y que ni me enteraba.

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Olivia cree que para acercar a la gente al teatro lo que hay que aprender es a elegir buenos textos, hacer un montaje “digno con calidad, no tiene que ser la mega producción.”

—El teatro que me gusta hacer no me meto en tanto lío. Me gusta el teatro más sencillo, incluso de pocos actores pero me interesa que los textos sean buenos. Y sobretodo, lo más importante es que entretengan a la gente. Que la gente mantenga el interés en lo que está viendo en el escenario, para mí eso es esencial. Y con lo que yo he hecho es lo que yo he intentado que suceda. También que esté bien ejecutado, porque hay buenos textos pero te estas jeteando, están mal dirigidos, están mal actuados…

Extraña mucho “el proceso completo de elegir el texto, elegir el elenco, trabajar con el directo, trabajar con el escenógrafo. Solamente lo hice dos veces, con “Amoratados” y con “De Príncipes, princesas y otros bichos” que ya estaba [producida] pero hubo un trabajo de vestuario, escenografía, cambió la música. Después de “De Príncipes…” tuve la oportunidad de tomar el Teatro NH. Yo quería seguir dedicándome a producir, ya tenía un teatro, pero no es tan fácil. Me ha costado mucho administrarlo, aprender a dirigirlo y he tenido que abocarme ahorita a esa parte. Lo que ha sucedido es que producciones que vienen armadas o medio armadas me piden apoyo. Me sumo como co-productora con un nivel menor de intervención. Ya extraño y ya quiero tener mi propio proyecto. Estoy en búsqueda de textos para que uno que me enamore lo quiera hacer.

¿Cómo le hace para saber si las producciones por las que apuesta son o serán triunfadoras?

— Honestamente, lo me gusta a mí. No sé si está bien o mal, pero me guío por eso. Si a mi me entretiene, me parece relevante, busco apoyarlo. Por ejemplo, ahora con el Ciclo de Mujeres Poderosas ¿por qué están ahí? Porque yo los vi, porque me gustaron. El de “La Verdura Carnívora” me fascinó. Abril Mayett me había insistido que fuera a ver ciertas obras que ella estaba dirigiendo. Me había dicho que fuera a ver “La Verdura Carnívora”. Me avisó que iba a tener una reposición en el Teatro Coyoacán. El teatro es muy bonito pero el estacionamiento es pequeño, esta muy oscura la zona, es conflictiva. Era una noche de lluvia, el estacionamiento ya estaba lleno. “Voy a dar la vuelta, si encuentro lugar me quedo, si no es señal de que no, no me voy a quedar aquí a perder mi tiempo”. Qué talento, riéndome todo el tiempo.

Mientras le entretenga apuesta por ello, se guía por su sentido común. “Confío en los criterios de personas que sé que saben mucho más que yo de teatro, que son artistas pero que tienen un criterio que yo comparto. Si coincidimos en algo que nos gusta es que no estoy tan mal, no tengo que ser artista para darme cuenta de que este producto es sumamente valioso”, concluye.

FERNANDA DEL MONTE: VOLVERSE ESCRITORA

POR JOHANA TRUJILLO (@jOtrujilloA)

La escritora, dramaturga, dramaturgista, directora teatral e investigadora va al encuentro con artistas que le potencien, le inspiren, le den ganas de seguir haciendo lo que hace. La única decisión que ha tomado es ser escritora.

Fernanda puede aguantar mucha presión. Es muy organizada y estructurada lo que ayuda a evitar el estrés. Deja que las cosas pasen. “Si se cayó, se cayó. Si no se da, no se da. También he aprendido que no depende de mí, y cuando no me funciona sé que es temporal y que no es por mí, sino que es porque algo del contexto o las circunstancias no está funcionando. Lo que estresa mucho es que cuando algo no está funcionando: uno, no quieres aceptarlo; dos, no quieres contárselo al otro y tres, no quieres exponerlo. Eso es lo que estresa: no sacarlo.”

Ella no se dedica al teatro para cumplir un sueño. Su sueño es tener salud y ser feliz, estar contenta con la vida. “Quizá porque también soy trágica, veo todo de manera trágica. El teatro me trae conocimiento, aprendizaje, reflexión, profundidad. Eso me encanta. Me extasía la profundidad de las cosas. Cuando yo escribo y me gusta lo que estoy haciendo me siento feliz, es un estado. Cuando monto una obra me produce un estado también, y esa experiencia de ese estado me lleva a querer volver a hacerlo.” me aclara.

La relación que tiene con el teatro no es la misma que tiene con la literatura, ese lugar donde quiere estar. “Lo que hago en mi vida es leer y escribir. Y la escritura sí es parte de mi vida cotidiana, nunca pensé en publicar ni ser escritora. Yo escribía en mi diario desde los 13 años.”

En la prepa tomó un taller de teatro que le encantó con un profesor que no recuerda ya quién es. Quería estudiar teatro o hacer política. “Me fui a vivir a Estados Unidos un año y cuando volví estudié ciencias políticas. En la carrera lo único que me interesaba era la literatura y la filosofía, que esa es otra de mis pasiones: leer filosofía. Aprendí a leer teoría como si fuera literatura y quizá por eso me es muy fácil hacer investigación. Para mi un texto teórico no es un texto teórico, es un texto.”

EL GUSTO POR ESCRIBIR, DIRIGIR, INVESTIGAR

Lo que le gusta de escribir, dirigir, investigar es que “se me ha hecho la vida, se me ha hecho cotidianidad y es fantástico. Lo único que decidí fue volverme escritora. Publiqué mi primer cuento en 2001 en una revista política. Y cuando trabajaba en el IMER como politóloga, en 2001, conocí a Eduardo Langagne que leyó unos cuentos míos y me dijo “no están mal”. Entonces, empecé a tallerear con él. Empezamos a leer nuestros cuentos después del trabajo. Él me aconsejó enviarlos a la Fundación para las Letras Mexicanas y me dio la oportunidad de tomar un taller de relato con Orlando Ortiz por un año, en 2003. Y me dije “yo tengo que dedicarme a esto”. Por eso decidí estudiar creación literaria y me fui a estudiar a Madrid. Me formé en la Editorial Fuentetaja en narrativa.

Ahí me encontré con la impro. Se me hizo un tipo de escritura interesante. Terminé improvisando y lo que me llamaba la atención era la forma creativa de crear historias. Después encontré el clow. Y también hacía danza contemporánea como hobbie, haciéndolo muy apasionadamente pero sin pensar en dedicarme a ello. Yo no sé si hago investigación, escribo ensayos. Yo no soy filósofa soy dramaturga y cuentista. A mi me interesa escribir sobre mis procesos creativos de forma teórica, y si ese ensayo le sirve a alguien chido.”

Se fue a estudiar teatro y creación literaria a España en 2004. En 2005 regresó a la Ciudad de México para hacer teatro profesional, después de tener mucho tiempo mirando arte en Europa. Trabajaba de guionista en Canal Once cuando en las elecciones de 2006 los despiden. “Váyanse y vuelvan en noviembre”, les pagaron la última quincena y ante la pregunta “¿qué hago?” su respuesta fue: “Me voy a San Cristóbal de las Casas tres meses”.

En su estancia ahí, un productor tuxtleño quería invertir en una obra de teatro sobre los mayas, histórica, turística. Y al no encontrar a nadie que se dedicara al teatro, la invitó a montarla. Es la única vez en su vida que le pagaron un sueldo mensual durante un año por montar la obra “Palenque Rojo” junto al coreógrafo Ricardo Franco, en 2007.

APRENDER MÁS SOBRE EL ARTE Y EL TEATRO

“En ese mismo año conocí a una argentina, María Lombardini, nos hicimos roomies, y nos propusimos hacer una obra a partir del guión que yo ya tenía: “Santo Domingo”, la primera obra que escribí con una actriz que no recuerdo quién es. Se llama así por la iglesia de Santo Domingo y por ser en domingo. Una obra cabaretera que hablaba sobre la gente de San Cristóbal.” De esta obra parte “Palabras Escurridas”, obra que ganó en 2013 el Premio Internacional de Teatro Latinoamericano Airel, otorgado por la Universidad de York, en Toronto, Canadá, y que llega a México a través de la publicación impresa en Paso de Gato.

Después de probar lo que había estudiando, de San Cristóbal de las Casas se fue a Buenos Aires, con una sensación de “hay mucho más que saber. El arte no puede ser sólo esto, tiene que haber mucho más.” En 2010 estudia una maestría en Dramaturgia por la Universidad de las Artes en esa ciudad argentina. Buenos Aires fue una revolución para ella porque se dio cuenta que “no estaba loca en pensar que yo todavía no hacía arte teatral, que yo todavía no tenía un lenguaje estético, que todavía no tenía una poética, que yo todavía no era artista. Yo sabía un oficio, pero de un oficio a un arte hay un paso teórico, conceptual, intelectual, de rigor.”

En ese periodo se tomó mucho más en serio el volverse artista, el volverse escritora, el intentar tener un lenguaje, un estilo. El arte es “cómo vas a montar tú, cómo vas a escenografiar tú, cómo vas a actuar tú, cómo vas a escribir. ¿Cuál es tu característica? Como dirían los académicos ¿tú qué le aportas al campo?

Entender eso dentro del teatro es más difícil que en la artes plásticas. Quizá es mucho más fácil en la dramaturgia porque es el área del teatro mucho más intelectualizada, y más estudiada porque es un género literario. Eso hace que tenga mucho más bagaje teórico, de investigación, de técnica, tienes más herramientas desde la dramaturgia para formarte. Tienes más referentes pues a los dramaturgos los puedes conocer más a partir de sus publicaciones y traducciones. “

Berlín, Nueva York y Buenos Aires son las ciudades del teatro. “Si quieres ver buen teatro, encontrar buenas escuelas, saber qué es el arte teatral… ahí tienes que ir. ¿Cómo aprendes un lenguaje teatral si no tienes un referente presente? Te vas a Alemania, como hizo David Hevia, y aprendes. Y lo que pasa en Berlín, Nueva York y Buenos Aires es que hacen que tu veas teatro, aprendas teatro, haya escuelas con lenguajes poéticos distintos con una metodología e idea del arte teatral distinta. Hay una especialización en cómo escribir. Aquí en México todavía se enseña sólo realismo y sólo diálogo. No hay una escuela que te enseñe a escribir dramaturgia contemporánea, o que te ayude a explorarlo.”

SU INTERÉS EN EL TEATRO

Fernanda considera que el teatro es un espacio vacío donde se puede experimentar con todas las artes. Le encanta pensar en vestuarios, iluminación, imagen, momentos. Pensar en la composición. Aunque no lo pueda lograr porque no le interesa la producción, eso no quiere decir que no lo haga en la dramaturgia.

“Me interesa el teatro, por la posibilidad de la creación y también la posibilidad de lo primitivo: no tengo esos acrílicos pero tengo quince mil pesos y un estacionamiento abandonado y con eso hago un vestuario y algo parecido, se puede. Es una posibilidad del arte en pequeño. Se puede hacer lo máximo de lo mínimo y eso en otras artes no se puede. Yo sé que no tengo dinero para hacer un perro holográfico pero ¿cómo puedo hacer un perro holográfico con dos proyectores? Como creadora me interesa la posibilidad de la escena. Como investigadora qué pasa con esos textos, qué te dicen de ese creador, qué te dicen de lo que está imaginando.”

“Tu como espectador potencias la cosa que no está ahí. Y ahí está el arte. Pero para que se potencie en el espectador, tú como creador necesitas tener el mundo enorme, plasmarlo en un texto y después de eso materializarlo en algo menor a eso pero que contenga esa posibilidad para que después el espectador conecte con eso de forma abstracta, no de forma concreta. Y creo que eso es algo que mucha gente de teatro no entiende. Cree que tiene que poner el barco, no tienes que poner el barco, se trata de otra cosa: la potencia del barco, de qué otras maneras puedes hacer el barco.“

Considera que el teatro no cambia al mundo; “no enseña, pedagógicamente no muestra nada. No creo en nada de eso. Murakami o El Marqués de Sade ¿qué le aportan al mundo? Nada. ¿Qué me aporta Darío Fo? No sé, me gusta, lo disfruto, me provoca. El teatro o el arte como arma ideológica claro que la tiene pero a mí me da mucho miedo, no me parece ético. ¿Quién soy yo para enseñarle algo a alguien? ¿Quién soy yo, Fernanda, para decirte cómo tienes que pensar?

IR A COSAS QUE TENGAN POTENCIA

El teatro es una experiencia. Si esa experiencia a ti te deja algo, yo no estoy tan segura que lo que te deje sea un aprendizaje. Porque esa palabra para mí lleva a otro lugar. Muchas veces el arte no te deja un aprendizaje sino que te pone en un lugar, en un estado. Es como el sentimiento: no es algo que se aprende o se conoce. Tú no conoces el amor, tú experimentas amor. Y lo sientes y luego se va. Esa parte de la vida es a donde va el arte, a ese momento que no existe en realidad pero que sí estás segura que lo viviste pero que es difícil transmitir, comentar, hacer pero ahí está. Eso es lo que se me hace rico del arte: son experiencias en la vida. Dedicarse al arte para mí no es tanto si produce o no sino si te llena la vida.”

Como espectadora le interesa encontrar artistas, no le interesa ir al teatro como actividad de ocio. Va a aprender, a ver qué se está haciendo. Por eso le gusta el arte contemporáneo, ir a museos, a exposiciones para hacer conexiones poéticas entre artistas plásticos, escenógrafos, escritores… se nutre de las artes. “Intento ir a cosas que tengan potencia y me estén diciendo cosas que me interesen. Eso pasa con muy pocas obras y en todas las artes. No todos son Picasso.

Si yo no hubiera entrado a la maestría quizá yo no veo buen teatro en Buenos Aires. Hay tanto que cómo sabes escoger. Si no hay una formación antes que te forme un ojo crítico y te enseñe a escoger a quiénes te gusta seguir, qué tipo de teatro te gusta… “

LA ESCRITURA Y SU PROCESO

¿Cómo es su proceso creativo para escribir sus textos? Tiene dos tipos de procesos. Un proceso de escritura poética y de relato, puramente imaginativo. Se sienta y escribe sin pensar qué va salir. “Con eso me surge una persona, la sigo, me voy enterando quién es, qué hace conforme la escribo. A partir de ahí comienzo a meterme con la trama y manipular sus acciones. Así tengo mi primera versión de un relato. Siempre he escrito así desde los veinte años. Así encuentro personas, espacios, historias.

A partir de la maestría y la investigación, cansada de sólo contar historias, descubrí una parte más abstracta de la escritura que tiene que ver con las estructuras. Las historias son también estructuras mentales. Un texto es un objeto con el que puedes jugar con su estructura, misma que tiene relación con un concepto. Antes de tener un contenido textual, tienes un concepto. Eso en la literatura se vuelve tiempo y espacio. A partir de eso busco un tema. La estructura se vuelve la plástica del texto.”

“Como escribes es como piensas. Si tu quieres pensar diferente, o pensar diversamente, o encontrar otra formas de vivir, de pensar, de hacer porque no te gustan las cosas que hay aquí, la única manera es no repitiendo el oficio, tienes que buscar otra forma de estructuración. Y eso te lleva a una poética. Y es ahí donde el artista tiene un lenguaje. Y a la vez una postura política. Todo te constituye: se vuelve pensamiento, se vuelve lenguaje, crítica; se vuelve forma de vida; y se vuelve sistema, y es ahí donde se vuelve método y empieza la pedagogía. Porque uno es consciente de esa forma de hacer. Vas analizando tu propio trabajo para irlo mejorando.

¿Por qué seguir contando historias? ¿Qué necesidad hay de contar historias? Son esas preguntas que todo el tiempo están en tensión. Y eso es muy nutritivo para la creación, poniéndote en un autoconflicto.”, me comparte Fernanda.

Reseña: LA PIEL DE VENUS

UNA PUESTA EN ESCENA QUE EMOCIONA

Por Viridiana Nárud @viridianaeunice*

Pocas veces, admito con tristeza, una puesta en escena me emociona. Creo que el arte expresa sentimientos, a pesar del concepto. En mi experiencia suele pasar que una dirección puede ser opacada por la pretensión del director exigiendo de sus actores virtuosismo o, por el contrario, la emoción se encuentra alejada de una buena dirección. Es difícil encontrar el equilibrio. Así que como espectadora me paso mis jornadas teatrales con un sentimiento de carencia. Como si el teatro me debería algo. Cuando el teatro seduce, encanta y quiere un poco más de ello. Es un juego de seducción.

“La piel de Venus” es una obra escrita por David Ives y dirigida por Angélica Rogel. El texto está basado en la novela de Leopoldo von Sacher-Marsoch, “La Venus de las pieles” (1870), la cual causó polémica no sólo por su contenido erótico sino porque se presume que los pasajes en donde el personaje Severin le pide a Wanda ser vejado y maltratado, fueron autobiográficos. Gracias a este autor tenemos el termino masoquista.

La obra de Ives habla de un dramaturgista, interpretado por Gerado Trejoluna, quien toma el texto de Marsoch y, mientras se encuentra desgastado por no encontrar una actriz digna del personaje de Wanda, aparece una aparente actriz, interpretada Gabriela Zas, quien lo someterá a juegos de seducción y mentales. Los giros de tuerca en la dramaturgia son esenciales, uno no puede adivinar el siguiente paso del escritor, y se agradece ya que te mantiene en suspenso.

David Ives se encuentra alejado de condena acusatoria respecto a los roles de género, el masoquismo o perversines. La obra simplemente muestra y cuestiona a los personajes que, pareciera, se han mezclado con la vida de los actores. Este juego no sería posible si no fuera gracias a la dirección de Rogel, quien es capaz de entender el ritmo y atiende las necesidades del espectador, que no son más que el mantenerse al vilo de la butaca.

Las actuaciones de Gerardo Trejoluna y de Gabriela Zas emocionan. Fluyen permitiéndonos jugar con ellos. “La piel de Venus” es un juego en donde la realidad y la ficción se funden entre los personajes, los actores y los espectadores. Uno se pregunta: ¿quién está viviendo realmente esto?, ¿el actor?, ¿el personaje?, ¿me he encontrado en esa posición? ¿Quién soy?

LA PIEL DE VENUS
Autor: David Ives
Dirección: Angélica Rogel
Elenco: Gabriela Zas y Gerardo Trejoluna
Compañia: Petit Comité y Pispirispis producciones
Duración: 110 min.
Género: Drama
Función apta para mayores de 18 años.
Teatro Benito Juárez (Villalongín 15, colonia Cuauhtémoc, Metrobús Reforma)
Viernes martes y miércoles, 20:00 horas. del 6 de febrero al 14 de marzo
Costo: $141 entrada general. 50% de descuento, sujeto a disponibilidad y limitado a estudiantes de nivel básico, maestros, personas con discapacidad, trabajadores de gobierno e INAPAM con credencial vigente. ***Aplican restricciones

* Escritora por necesidad, teatrera por convicción. Ha trabajado como directora, dramaturga y productora teatral, ha presentado obras en foros alternativos como: El Trolebús Escénico, Foro Shakespeare, Pandeo, Lucerna… Muchas veces se ha preguntado el por qué habría de escribir. Llegó a una conclusión: la realidad no le es suficiente. Cree que el mundo exterior tiene que ser revelado a través de esclarecimiento de las ideas y por ello el ejercicio de la crítica es fundamental. Egresada de la Escuela de Escritores SOGEM.

**El texto publicado es responsabilidad de su autor.
DISTRITO TEATRAL es el amigo que te recomienda qué ir a ver de la cartelera teatral no comercial en la Ciudad de México. Creemos en el poder de la cultura para transformarnos al dar sentido a lo que vemos. #Amamoslacultura y #vamosalteatro a descubrir qué vale la pena ir a ver, compartir, recomendar y conversar de elllo. También entrevistamos a figuras clave de la escena en la Ciudad de México.

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JIMENA SALTIEL: DE LA DANZA AL TEATRO

Jimena Saltiel, bailarina y productora teatral habla sobre su contribución a que resurjan las emociones y la sensibilidad: Once Once Producciones.

POR JOHANA TRUJILLO (@jOtrujilloA)


Conocí a Jimena Saltiel por su ponencia en el Primer Coloquio de Teatro organizado por RECIO. Ella es la directora general de la productora teatral Once Once Producciones cuyo equipo de trabajo, además, está integrado sólo por mujeres.

Creció en el teatro y la danza gracias a que su madre, Arcelia De la Peña, era coreógrafa de los Timbiriche y tenía una escuela de ballet además de una empresa de producción para traer a México las mejores compañías de danza del mundo. Trajeron gran cantidad de danza internacional que los primeros años tuvieron localidades agotadas hasta que quebraron por una desvalorización de las artes escénicas.

Así, dejó la danza por el teatro, donde siempre había estado cerca, con la intención de seguir haciendo arte, seguir generando cultura pues “la cultura es importante para que resurjan las emociones y la sensibilidad porque lo que más buscamos es conectar con la otra persona, y no podemos conectar desde lo racional sino desde lo vulnerable, las emociones. Eso es lo importante y el arte nos lo puede recordar.” —dice Saltiel, licenciada en Historia del Arte, con una exitosa carrera interdisciplinaria, tanto sobre el escenario como en el ámbito de la producción, la enseñanza dancística, la creatividad escénica, la investigación académica, la coordinación editorial y la labor museística.

Su lema es: se hizo lo que se pudo con lo que había. Y en ese “había” puede estar el dinero, los egos artísticos, la falta de escucha, la falta de infraestructura en un teatro, etcétera. La paciencia, la perseverancia que aprendió de la danza, la necedad y la pasión en lo que hacen es lo que la ayudan a mantener a flote ese barco llamado Once Once Producciones: una productora que busca apoyar a nuevas generaciones de creativos así como a dramaturgos mexicanos. Considera que al público le gusta ir al teatro a reír o a ver una buena historia por lo que piensa en él en cada una de sus producciones. Intenta tener un compromiso fuerte con la calidad trabajando en teatros que sean agradables para quienes asisten.

Lidia con muchos egos y lo que llama “angustias creativas”, ese momento en que crear te genera angustia, “y muchas veces que la angustia de tener algo enfrente, en lugar de concentrarte en lo que te está angustiando se desplaza a otra cosa. Tenemos un actor preocupado por la utilería y en que si no tiene la cuchara con la que va a actuar no va a poder hacerlo. No, sí va a poder pero entiendo que se esté fijando en la cuchara porque le está dando su angustia creativa. Que en el fondo es: tengo terror de que estreno esto en tres semanas.”

También, trata de desconectarse después del trabajo para soltar el estrés, y de rodearse de un equipo en el que confíe, conformarlo de personas preparadas y apasionadas de su disciplina además de aportar a tener un gremio unido y colaborativo. Y en los momentos que siente que está perdiendo la esperanza se recuerda así misma: “Ya estuviste aquí, esto debe pasar y si no funciona vendrá otra producción de la que nos sentiremos más orgullosos”.

Once Once empezó con “Le Journal” con una temporada en el Foro Shakespeare gracias a un patrocinio que lograron conseguir para pagar la producción y al equipo, sin saber nada de producción teatral. Salieron tablas. Su siguiente proyecto fue “Wit” con el que ganaron un EFITEATRO que les aportó un millón cien de los un millón trescientos que habían solicitado. Una producción muy exitosa que les costó en total dos millones seiscientos, por lo que perdieron más de un millón de pesos generando una deuda que terminó de pagar dos años después.

Jimena es defensora del EFITEATRO, un estímulo fiscal para los contribuyentes del impuesto sobre la renta que otorga el Artículo 226 Bis de la Ley del Impuesto sobre la Renta, con el fin de apoyar a los Proyectos de Inversión en la Producción Teatral Nacional. ¿Por qué? Porque “EFITEATRO te obliga a replantear la producción desde un lugar mucho más profesional e incluso la misma convocatoria te lleva a reflexionar.”

De esa experiencia con “Wit” aprendió que trabajar por proyecto no es redituable. Con su socio vieron que una vía de crecimiento era el volumen para hacer una infraestructura de empresa, con costos bases fijos que pudieran tener proyectos exitosos y otros fallidos cobijándose los unos a los otros. Fue gracias a que comenzaron a diversificar y aliarse con otros, que podían tener más proyectos y generar más taquilla. Aunque su primer EFITEATRO resultó en un fiasco económico, supieron aprovecharlo para crear una estructura de empresa, dar continuidad a su proyecto sin temor a perder ese u otros apoyos privados o gubernamentales. Y por eso considera que Once Once es un caso de éxito.

¿Cómo podemos tener más casos de éxito en México? Jimena tiene una hipótesis: generando estructura de empresa, que generen redes de empresas que a su vez generen una industria que a su vez generen recursos. “Yo creo que si pensáramos menos como artistas y más como empresarios creceríamos, sin dejar de ser artistas ni prostituir nuestro arte. Tenemos que dar el siguiente paso: crear empresas, micro pymes.”

Cuando le pregunto su opinión sobre las recientes noticias de abuso sexual en Hollywood y lo que sucede en México, me comparte que nunca ha visto ni le ha tocado vivir en la profesión un acoso sexual. “Me parece deplorable de cualquier forma de abuso de autoridad, hacia un hombre o hacia una mujer en el medio que sea. Creo que aunque ahora está el escándalo en el medio del espectáculo, esa no es la discusión real. Eso ha dejado ver el panorama mundial. No es un problema del gremio es un problema del mundo. Lo que está muy bien es usar la voz que tenemos desde el espectáculo, sobretodo desde las actrices que son las más visibles. Es importante que se usen esos micrófonos porque son más escuchadas, y si salen a hablarlo, tal vez a una niña que lo está viviendo en su casa o escuela, por lo menos está viendo decir a alguien “no te dejes””

Valeria Fabbri: Hacer lo que te gusta

Valeria Fabbri,  joven actriz y dramaturga, con su compañía Me dijo, le dijo, le dije, presenta su Ópera Prima en el Teatro Benito Juárez.

POR JOHANA TRUJILLO A. (@jOtrujilloA) / FOTO ISAEL ALMANZA COLUNGA

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Conocí a Valeria cuando estaba por iniciar temporada de HOY SE MURIÓ MI TORTUGA en el Teatro La Capilla en 2016. El título de su obra me parece curioso y genuino, incluso la sinopsis me lleva a “La elegancia del erizo” de Muriel Barbery (que no he terminado de leer). Charlar con ella ya fuera durante uno de sus ensayos en el teatro, por mail o por whatsapp ha sido tan espontáneo y genuino que quiero que la conozcan.

Valeria intenta hacer lo que le gusta. Decir que es actriz, no la define, la acota a una condición laboral. Le encanta este oficio, todo el tiempo se descubre curiosa, encantada, ilusionada, decepcionada, en crecimiento, y contrariamente cada vez más ignorante, ante este universo del teatro. Su vida no gira sólo alrededor del teatro. Hay otros aspectos que son igual de importantes en su vida como ver a su familia, enamorarse o andar en bici.

Tiene varias motivaciones detrás del teatro: trabajar con la tranquilidad de saber que hace lo que le gusta. Esa es valiosa y es motivo de orgullo para ella.Otra motivación es la simple satisfacción que le trae el hacerlo. También, tiene que ver con contagiar a otras personas de cierto gusto y curiosidad por el teatro. No trata de cambiar al mundo pero sí de compartir con otras personas su mundo.Por último, uno de sus objetivos y motivación dentro de esta carrera es ser sobresaliente, sin que sobresalir signifique excluir a otras personas.

Cuando le pregunto sobre cómo surgió en ella el gusto y curiosidad por el teatro me cuenta que en realidad no empezó a conocer el teatro hasta que se quedó en la Escuela Nacional de Arte Teatral (ENAT) en el Centro Nacional de las Artes. La primera vez que fue al teatro estaba en el primer año de la carrera. La obra que vio fue “Los sueños de Paco”, que le hizo confirmar sus ganas de dedicarse a esto. La obra la dirigió Carlos Corona, con quien más ha trabajado desde que salió de la escuela y a quien le tiene mucho cariño.

Sin embargo, su gusto y curiosidad siempre estuvieron ahí, desde niña. Valeria Fabbri era de esas niñas “que le echaba un buen de ganas y se ponía bien intensa en las obritas de la primaria, actuaba, dirigía y toda la cosa”. Además, muchos en su familia son músicos lo que hizo que desde muy pequeña tuviera contacto con el escenario a través de la música y el canto.

La actuación siempre llamó su atención. “Me acuerdo que  cuando veía de pronto las novelas infantiles mexicanas me molestaba.  “Como que están muy falsos, los niños” Pensaba. Siempre me imaginé que eran los hijos de los mismos que estaban en la producción, o algo así, y eso me “ardía” ”, comenta.

Explorar la dramaturgia no fue por azar fue por decisión. Antes de escribir HOY SE MURIÓ MI TORTUGA, obra que presenta en el Teatro La Capilla los sábados a las 12:30pm hasta el 17 de diciembre, Valeria ya llevaba unos meses con la curiosidad y la intensión de escribir una obra, pero a la fuerza no le salía nada.

“Tampoco quiero decir que es sólo cosa de que te llegue la inspiración, creo que uno tiene que tener cierta determinación para llevar a cabo sus metas.Disfruté muchísimo el proceso de escribir, de probar mi texto con otras personas, de corregir, afinar y definir. Sé que es el primero de muchos.”, me comparte. La obra la empezó a escribir el día que realmente se le murió su tortuga. No tenía idea de qué iba a tratar, simplemente decidIó que se iba a llamar “Hoy se murió mi tortuga”.

Para Valeria, escribirla fue un proceso interesante. “Cada vez que avanzaba una tanto más, organizaba una lectura con los actores para escucharla y darme cuenta de cómo estaba pasando la información. También, una vez que terminé de escribirla, en tres reuniones distintas con amigos y familia, se las leí. Me emocioné de ver sus reacciones, notarlos contentos y recibir lindos comentarios. Fueron como una especie de sensor para detectar si la obra iba a funcionar o no.”

La obra la estrenaron en el Festival Internacional de Teatro Universitario organizados por la UNAM. Después de esa función que se dio la oportunidad de presentarla con una pequeña temporada en el Teatro La Capilla, “un espacio emblemático del teatro mexicano independiente y  contemporáneo.” en 2016.

Sobre sus planes para su compañía Me dijo, le dijo, le dije agrega: “Primero. queremos que HOY SE MURIÓ MI TORTUGA empiece a sonar un poco más dentro del círculo teatral. Honestamente estamos contentos con este primer proyecto. Nos  sentimos orgullosos y creemos que es algo que puede gustarle a muchos. Estamos enfocados ahorita en que esta obra tenga buena, bonita  y larga vida.

Los objetivos y planes que tenemos con  nuestra nueva compañía es generarnos proyectos propios desde la elaboración del texto hasta la tercera llamada. Sin jerarquías. Todo a nivel horizontal.

Ya está escrito el siguiente texto, por uno de mis compañeros. Texto que por cierto no he leído.

Actualmente estará en temporada en el Teatro Benito Juárez (Villalongín 15, Col. Cuauhtémoc), del 1 al 18 de febrero, los jueves y viernes a las 20:00 horas, sábados a las 19:00 y domingos a las 18:00 horas.